Sábado, 06/05/2023:
Tui (Pontevedra): Curiosidades: LA JUDERÍA y la familia Coronel. La Catedral
LA JUDERÍA y la familia Coronel
Habíamos visto esta salida guiada y decidimos apuntarnos, sobre todo porque no era la típica visita de ver exclusivamente lugares, sino que la historia y las leyendas iban a formar parte importante de ella. Fue bastante floja, pero aprovechable, así que la recojo aquí ampliando información.
Tui es un municipio perteneciente a la provincia de Pontevedra y capital de la comarca del Baixo Miño. Está situado al sur de la provincia, junto al río que da nombre a la comarca, y unido a la ciudad portuguesa de Valença a través de dos puentes, el de la autovía A-55 y el antiguo Puente Internacional de Tui. Con la localidad portuguesa forma una "eurociudad", lo que demuestra la cooperación entre ambos municipios.
La zona de Tui documenta población desde tiempos prehistóricos, como se pudo ver con los yacimientos encontrados durante la construcción de la autovía, datados en el Paleolítico Inferior y durante un tiempo considerados los más antiguos de Galicia.
En la cima del Monte Aloia, situado en la entrada de la ciudad, se han encontrado vestigios de poblados castreños (s. VIII y VII a. C. al I d. C). En concreto, hay casi 3 km de murallas semienterradas que no se han podido datar con precisión. Seguramente, Tui fue el famoso "Castellum Tude" que los romanos situaban en esta zona.
La romanización trajo consigo una época de paz y la población abandonó los castros para habitar las tierras bajas y fértiles junto al Miño. Por Tui pasaba la vía romana que iba desde Braga (Portugal) a Astorga, pasando por Lugo.
En el Bajo Imperio y en los primeros tiempos medievales, Tui continuó siendo un importante centro militar, administrativo y religioso. Su sede episcopal se documenta desde el siglo V.
Con la caída del Imperio comenzó la etapa de mayor importancia histórica de Tui. Sus obispos aparecen en los concilios de Braga y dejan sentir su influencia en una zona muy amplia, tanto del sur de Pontevedra como del norte de Portugal. En la última etapa del Reino Visigodo, la corte de Toledo era un lugar muy peligroso para los jóvenes príncipes, que eran enviados a Tui para mantenerlos alejados de las intrigas palaciegas, al lugar que todavía se conoce hoy como "Pazos de Reis".
A comienzos del siglo VIII, Tui fue invadido por los árabes. La ciudad fue liberada en el año 739 por Alfonso I. En el año 860, Alfonso Betote y Hermenegildo Gutiérrez, condes de Ordoño, la repoblaron y, en el 915, Ordoño II restauró la sede episcopal.
En el siglo XI, se convirtió en capital de una de las siete provincias (que llevaba su nombre) del antiguo Reino de Galicia. Este esplendor se verá aumentado en el siglo XII, cuando se revitalizó toda la franja norte de España hasta el Duero. En la primera mitad de ese siglo se produjo un hecho fundamental: el nacimiento de Portugal como reino independiente de Galicia y León y el Miño adquirió carácter de frontera natural.
A partir de entonces, los monarcas, tanto castellanos como portugueses, apoyaron la Sede tudense con importantes donaciones. El Obispo es el señor de la ciudad y Tui experimenta un enorme desarrollo socioeconómico y cultural. En 1225, es consagrada la Catedral de Santa María.
Por aquella época, Tui era un importante centro comercial, con un dinámico puerto fluvial, con diversos gremios y una importante comunidad judía con su propia sinagoga. También era lugar de paso del Camino de Peregrinación Jacobea y disponía de un hospital para los peregrinos. En el actual casco histórico, que ocupa una superficie en torno a 10 ha, se conservan muchas edificaciones de la época medieval, sobre todo del siglo XV.
Nos detenemos en este momento de la Historia, porque esta es la parte que nos interesaba de la visita.
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Mati y Pili en el palco, punto de encuentro del tour guiado |
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Precioso edificio frente al punto de encuentro |
La guía se nos presentó como un personaje medieval de Tui, un personaje que existió en la realidad: una descendiente de la familia Coronel. A partir de esa ficción desarrolló la visita.
Conocer el casco histórico de Tui es una experiencia muy recomendable, aunque no a toda velocidad como lo hicimos nosotras para poder seguir a la guía. La ciudad está asentada en una colina en cuyas laderas han ido creciendo calles empinadas que conducen a lo alto, donde se ubica su famosa catedral.
Como ya hemos señalado, los judíos se instalaron en la ciudad de Tui, probablemente aprovechando las ventajas mercantiles que le dieron a la ciudad los Foros de Fernando II en el año 1170. En el año 1464, Tui alcanzó un 7 % de población judía, el porcentaje más elevado de toda Galicia.
Tui era una villa en la que convivían sin problemas judíos y cristianos antes de la conquista de Granada por parte de los Reyes Católicos. Pero, tras la victoria, los Reyes adoptaron decisiones que acabaron con esa convivencia pacífica. El decreto de expulsión de 1492 supuso un gran cambio para la comunidad judía. Muchas familias optaron por marcharse, mientras que otras decidieron quedarse y convertirse al catolicismo, pasando a llamarse "cristianos nuevos" o conversos.
Tui tenía Aljama (gobierno judío) y una sinagoga, situada junto a la iglesia de Santa María de Oliveira, muy cerca de la Catedral, de la Torre Vieja y del Convento de las Clarisas de clausura. También contaba con una carnicería judía.
Empezamos la visita ante los restos de la sinagoga.
La sinagoga aparece mencionada en documentos del siglo XVI, cuando ya se había convertido en unas caballerizas. Todo parece indicar que mantuvo su uso original hasta 1492. También hay referencias documentales de ese mismo siglo a una "pila", que, por las características con que es descrita y su ubicación cercana a la sinagoga, era, con toda probabilidad, un "micvé" que, lamentablemente, fue destruido con posterioridad.
Frente a la antigua sinagoga, la guía nos introdujo en la historia de la familia Coronel, de presumible origen judeoconverso:
En principio, debe distinguirse entre los Coronel "antiguos", importante familia castellana de la alta nobleza medieval, y los Coronel "nuevos", que tuvieron su origen gracias a una serie de circunstancias excepcionales. La clave está en su antepasado, el segoviano Abraham Seneor, destacado judío nacido hacia 1410, que llegó a ser uno de los personajes más importantes y ricos de su tiempo, Consejero Real, Rabino Mayor de Castilla y Tesorero de la Santa Hermandad, entre otros cargos. Junto a su yerno y sus socios controlaba prácticamente toda la economía del reino.
En su juventud, apoyó política y económicamente la causa de los reyes, siendo ese un factor decisivo en el ascenso de estos al poder y en el éxito de sus proyectos, como la toma de Granada, la expedición a América, etc. Gozaba de la confianza de los monarcas y se dice que de una auténtica amistad personal con la reina. Cuando se decretó, en 1492, la expulsión de los judíos, Seneor y otros notables intentaron persuadir a los reyes para que revocasen su decisión, pero estos ya habían empeñado su palabra con la Iglesia, aunque ciertamente querían que Abraham se quedase en el reino. Por eso, ante el asombro de todos, con 80 años, el anciano judío decidió convertirse al cristianismo con casi toda su familia, adoptando el nombre de Fernán Pérez Coronel.
Como demuestran los estudios realizados sobre la época, estas conversiones eran más apariencia que otra cosa, para poder mantener sus propiedades y su estatus. La comunidad conversa seguía manteniendo en privado sus ritos y el credo de sus antepasados. Así pues, las fricciones y recelos entre los cristianos "viejos" y los nuevos conversos empezaron a manifestarse muy pronto. Muchos conversos, refugiados en un primer momento en Portugal tras el decreto de los Reyes Católicos y apoyados por el rey Juan II, que veía así la forma de mejorar sus arcas, tuvieron que huir de nuevo del país vecino por la presión de la Inquisición a raíz del matrimonio de don Manuel I de Portugal, sucesor de Juan II, con la infanta doña Isabel de Aragón. El área sudoccidental de la actual provincia de Pontevedra fue uno de sus principales destinos.
Uno de los primeros testimonios de los Coronel en Galicia lo encontramos en Santiago de Compostela, el 1 de diciembre de 1542, apenas 50 años después de la concesión del apellido Coronel a Abraham Seneor. Se trata de una escritura pública de pago por importe de 61 500 maravedíes que don Afonso Pereira, vecino de Alfoz, de Salvaterra de Miño, adeudaba a don Francisco Coronel, vecino de la misma villa. No obstante, no hay más referencias a don Francisco ni a su esposa en los relatos genealógicos familiares que se conservan, quizá por su intención de ocultar el pasado judaizante de la estirpe.
Sus hijos continuaron el linaje: doña Beatriz Álvarez Coronel, don Antonio Coronel, don Héctor Coronel, don Álvaro Coronel y, sobre todo, San Juan Coronel, mercader y banquero, que se revelará como uno de los personajes más influyentes de la familia, y don Duarte Coronel, el primogénito, figura determinante en el encumbramiento social de la estirpe.
La persecución a la que se vieron sometidos los Coronel por parte del Santo Oficio se inició al poco tiempo de su llegada a Galicia de forma intermitente. Se acrecentó en la última década del Quinientos y se intensificó a comienzos de la siguiente centuria, a medida que algunos de sus miembros fueron accediendo a empleos de cierta relevancia.
Ya puestos en antecedentes, continuamos la visita:
Junto a la sinagoga, se abre una calleja hacia la izquierda. Aquí se situaba la Porta da Pía, puerta principal de la ciudad medieval. Su nombre deriva de la "pila" o "baño ritual judío" del que hablamos anteriormente. En el siglo XVIII, era conocida como Porta da Pescadería, por estar cerca de una plaza en la que se vendía pescado. Es de la única de la que se conservan restos: se pueden ver las bisagras, la guía de la reja y la base de la torre que la protegía.
Nos acercamos al barrio de la Oliveira, nombre medieval de la parte alta de la ciudad de Tui, local de asentamiento de la comunidad judía en los siglos XII y XIII. Aquí se encuentran varias casas medievales vinculadas a familias judías del siglo XV. Una de ellas conserva elementos góticos, como un arco conopial en el que destacan las ménsulas que sostenían el alero de madera. Estas están decoradas con rostros barbudos, en los que se identifica a Moisés y Aarón, considerados los primeros sacerdotes del pueblo de Israel. La casa es conocida como "Casa dos Capeláns".
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En la parte izquierda se distinguen las ménsulas |
Aquí nos detuvimos un momento y la guía profundizó un poco más en la situación de los judíos conversos en la ciudad:
Antes del decreto de 1492, la situación de la comunidad judía había ido empeorando en toda la península debido a las disposiciones antisemitas propugnadas por la Iglesia. Se estaba creando un clima social enrarecido y se culpaba a los judíos de las epidemias, hambrunas, crisis económicas, guerras, etc. Las incendiarias proclamas de algunos clérigos provocarían numerosas matanzas y saqueos en las principales juderías del sur en 1391, extendiéndose el fenómeno al resto de la península, con excepción de Galicia y otros lugares en los que no se tiene noticia de hechos semejantes.
Sin embargo, el 31 de marzo de 1492, los judíos de Tui comenzaron a abandonar la ciudad, pero para aquellos que se quedaron comenzó otra forma de vivir el judaísmo: la que se escondía en los sótanos de los hogares conversos. Muchas familias se habían convertido para conservar sus bienes y propiedades, pero en el interior de las casas, como ya hemos dicho, seguían conservando sus costumbres y prácticas religiosas. No obstante, si eran descubiertos, eran denunciados a la Inquisición. Entre las cosas que llevaban a la desconfianza estaba el hecho de cerrar el negocio en sábado (el día sagrado de los cristianos era el domingo) o el bañarse con agua caliente.
En la calle Obispo Castañón, nos detuvimos en la conocida como Casa de Salomón. Según fuentes documentales, sería propiedad de Salomón Çaadia en los años anteriores a la expulsión. La tipología de la casa, abierta alrededor de un patio, es muy poco habitual en Galicia y más propia del centro y sur de la península, probablemente lugar de origen del propio Salomón Çaadia.
En nuestro camino, nos encontramos con la Iglesia de San Telmo. La guía ni la nombró ni se detuvo, a pesar de que está considerada un ejemplar único del estilo barroco portugués en Galicia. Se dice que, originalmente, fue edificada sobre la casa en la que murió el santo
Descendimos por las callejas, para luego volver a subir por la rúa Entrefornos, antigua Triparía. Aquí estaban instalados los carniceros medievales, entre ellos el judío Pero, registrado en la documentación tudense a comienzos del siglo XV y el único documentado en Galicia. Las carnicerías eran muy importantes en las vidas de los judíos, ya que sus prácticas religiosas los obligaban a sacrificar a los animales siguiendo el rito "kosher". Las escaleras de la Triparía servían de sumidero para los despojos de los animales: con el sebo hacían velas y con las tripas limpias, embutidos.
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En la parte media de la rúa de Entrefornos hay una cárcel en la que fueron encerrados dos canónigos catedralicios por cometer delitos graves |
La cárcel, que vemos en el lateral izquierdo de la fotografía superior, fue construida en 1611 para encarcelar a canónigos de origen judío en el mismo solar donde antes estaba la carnicería. La guía nos contó esta parte de la historia de la familia Coronel:
Como ya señalamos anteriormente, don Antonio Coronel era uno de los hijos de Francisco Coronel. La línea familiar a que dio origen don Antonio ocupaba el segundo lugar en la sucesión del mayorazgo fundado por su hermano don Duarte. Uno de sus hijos, el clérigo don Tomé de León Coronel, sufrió el estigma de verse acusado de tener un pasado converso cuando mostró su intención de ocupar una plaza de canónigo en la catedral de Tui. Sus aspiraciones chocaron enseguida con el rechazo del cabildo catedralicio, que utilizó pruebas y testimonios que ya se habían usado con anterioridad contra don Francisco Coronel Ocampo, su primo carnal.
No obstante, con la anuencia del Papa Paulo V, don Tomé de León Coronel tomó posesión de su cargo como canónigo, ocupándolo desde 1616 hasta 1654.
En cuanto a su primo, don Francisco Coronel, era hijo de San Juan Coronel, un mercader que incluso llegó a abrir una delegación comercial bancaria en la ciudad de Roma. En el año 1586, San Juan fue nombrado regidor de Tui, título al que añadió el de tesorero municipal. A pesar de que su entorno más cercano era perseguido por la Inquisición y con frecuencia los miembros de su clan eran procesados por judaizantes, no llegó a ser encausado formalmente por el Santo Oficio. Sin embargo, tuvo que ver como el cabildo catedralicio denegaba una y otra vez las aspiraciones de su hijo, Francisco Coronel, de ocupar un puesto de canónigo vacante aduciendo los orígenes conversos del aspirante, pese a contar este con el beneplácito papal. San Juan finalmente consiguió que se le otorgara la prebenda moviendo todas sus influencias.
Con el tiempo, tanto don Tomé de León Coronel, como su primo don Francisco Coronel, acabaron encausados y encerrados en esta cárcel de Tui.
Y llegamos al conjunto catedralicio. La Catedral de Tui, con más aspecto de fortaleza que de iglesia, termina en almenas.
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Pili y Mati en las bancadas que rodean a la catedral escuchando las explicaciones de la guía |
Junto a la Catedral, dedicada a Santa María, está el antiguo Hospital de Pobres y Peregrinos, hoy convertido en Museo Diocesano. Se trata del Hospital barroco de mayor tamaño y mejor conservado de Galicia.
Como museo, se ha convertido en depositario de unas prendas usadas para señalar, castigar y estigmatizar a las pobres gentes que sufrieron la ira de la Inquisición. Precisamente en una sala de este edificio fue donde se encontraron los llamados "sambenitos" entre distintos trastos archivados y mucho polvo.
Los sambenitos eran una especie de saco de lana con un agujero para pasar la cabeza y para entender su significado hay que remontarse a los tiempos de la Inquisición en España y de su Tribunal del Santo Oficio (1478-1834), creada con la intención de acabar con todo aquel que ellos creían que iba en contra de la Iglesia Católica. Los reos que eran juzgados por este Tribunal debían portar una especie de túnica como penitencia, en la que aparecía escrito su nombre, el delito que habían cometido y la pena impuesta. En muchas ocasiones deberían portarlo de por vida como escarmiento público y, cuando el reo era ejecutado, el sambenito era colgado en la iglesia como vergüenza para toda su familia y descendientes, siendo un obstáculo para el ascenso social de las familias de origen judío de la ciudad. El nombre proviene de la expresión "saco bendecido", que, con el tiempo, pasó a contraerse y a identificarse con el nombre del santo, Benito.
En el Museo Diocesano se guardan algunos ejemplares únicos en Europa y en el Museo de la Catedral también hay 4.
Un buen número de herejes judaizantes fueron penados en 1617. Entre ellos se encontraban seis hijas del mercader Enrique Méndez y también varios miembros de la familia Coronel. Fueron acusados y juzgados, imponiéndoseles el castigo de la "reconciliación", que suponía el embargo de bienes.
Durante la primera mitad del siglo XVI, algunos linajes de conversos o cristianos nuevos accedieron a privilegios mediante compra directa a Roma, como los Saravia y los Coronel. Pero en 1617, los canónigos de Tui impusieron el estatuto de "limpieza de sangre", que descartaba para un cargo a quien tuviese antecedentes judíos o moriscos.
Tener un sambenito en la familia impedía matrimonios. Y aquí es donde llegamos a la personalidad asumida por la guía: descendiente de los Coronel, quería casarse con un muchacho cristiano. Ambos estaban muy enamorados, de forma que el chico llegó a pagar para descolgar el sambenito de la familia de su amada y así poder casarse. Se descubrió el engaño y los sambenitos fueron restituidos. Pero la pareja ya se había casado.
Las personas señaladas en los sambenitos que se conservan son 13 mujeres y 1 hombre. Todos ellos con lazos de parentesco o de amistad con una misma familia: los Coronel, importantes banqueros y mercaderes de origen judío, como ya hemos dicho. Los miembros de esta familia vivían en Tui y su comarca a mediados del siglo XVI (como ya vimos, uno de ellos, Francisco Coronel, fue nombrado canónigo por el Papa Clemente VIII, lo que levantó ampollas, causó no pocos conflictos y motivó muchas investigaciones para acusar a los Coronel de herejes judaizantes)
En el Museo Diocesano se exponen 12 de esos sambenitos, los otros dos fueron llevados a la Catedral de Santiago de Compostela.
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Dirigiéndonos a la entrada de la Catedral, cuyo pórtico está protegido por un templete almenado |
La Catedral
La guía nos dejó a la puerta de la Catedral media hora antes de lo previsto para la finalización de la visita. Así que nos tocó recorrerla por nuestra cuenta con la ayuda de la grabación a la que puedes acceder con el código QR que te dan con el ticket de entrada. Estar en Tui y no visitar su catedral es inconcebible.
La historia de la catedral fortaleza de Tui está vinculada al hecho de que la ciudad ha sido sede episcopal desde el siglo XI. Por tratarse de una zona fronteriza, había que disponer de un recinto que protegiese a los lugareños y ofreciera resistencia a sus enemigos. Así se explica que el aspecto general del templo sea el de un castillo feudal, con almenas y troneras. Inicialmente, el edificio ya contaba con torres defensivas en sus extremos, pero, aún así, en el siglo XV, se le añadieron otras dos más: la torre de San Andrés, en su parte norte, y la torre de Soutomaior, en la esquina suroeste del Claustro.
Su construcción se inició a fines del siglo XI, cuando se menciona por primera vez en 1095, en el documento de donación de los Condes de Galicia, don Raimundo de Borgoña y doña Urraca. Imitaría la catedral de Santiago de Compostela, con girola y transepto de tres naves.
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Torre de San Andrés, pegada al Campanario |
Se inició en estilo románico para terminarse en gótico. Sin embargo, las sucesivas reformas y reconstrucciones han hecho que en realidad sea una amalgama de estilos.
Como vemos en la foto superior, al otro lado del campanario, se encuentra la fachada norte, de estilo románico y de la que solo apreciamos una parte. Sobre la puerta se encuentra la figura del obispo San Epitacio, primer obispo de la diócesis, que descansa sobre un viejo capitel prerrománico reaprovechado del primitivo templo. En la parte alta, un gran rosetón de motivos florales.
La torre campanario, también románica, cuenta con once campanas, siendo la mayor de ellas la encargada de dar las horas. En la parte baja, que no vemos en la fotografía, encontramos una hermosa ventanilla románica.
En la Torre de San Andrés destacan dos ventanales góticos entre los que destaca la figura de lo que algunos señalan como un caballero templario, bajo doselete, que se interpreta como San Andrés.
En esta fachada norte era donde se exponían los sambenitos.
La principal fachada catedralicia, la occidental, fechada en 1225 es de estilo gótico (de hecho, está considerada la primera obra gótica de la Península Ibérica). Lo primero que aparece ante nuestros ojos es un templete almenado que protege el pórtico de la catedral (lo vemos en una de las fotos superiores)
Cuenta con unas estatuas columna que representan a distintos personajes bíblicos. En su parte izquierda tenemos a Moisés, Isaías, San Pedro y San Juan Bautista. La parte derecha muestra a Salomón, la reina de Saba (aunque hay quien dice que son el rey Fernando II y su esposa doña Urraca, o Berenguela de Barcelona y el rey Alfonso IX), Jeremías y Daniel. La parte superior termina en un tímpano en el que están representadas distintas escenas de la vida de la Virgen, relacionadas con el ciclo de la Natividad: la Anunciación, el nacimiento de Cristo (con la Virgen en una cama), la Anunciación a los Pastores, la Adoración de los Magos... En el registro superior del tímpano, se simboliza la ciudad de Jerusalén Celeste.
En el interior destaca la existencia de arcos codales entre los pilares, conocidos popularmente como "arcos del miedo". Se pusieron para mantener la estructura estable y funcionan como tirantes, evitando así el desplome de las arquerías. Ayudaron a soportar los efectos del terremoto de Lisboa en 1755.
Los órganos de la Catedral de Tui tienen más de 200 años y están decorados en lo alto con Santiago Apóstol y San Telmo. Bajo ellos, se pueden ver sendas hileras con parte de la sillería del coro del conjunto originario, situado en la nave mayor hasta 1954, momento en que fue trasladado a la capilla mayor.
Los retablos de la catedral son impresionantes.
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Retablo de la Expectación de la Virgen, del siglo XVIII |
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La Virgen de la Expectación, o de la O, o la Preñada
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Altar relicario de la capilla de las Reliquias, del siglo XVIII, de carácter renacentista, presidido por el patrón de la ciudad
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Además del famoso Monumento a la Semana Santa, el único en toda España.
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La fotografía no da idea real de la monumentalidad de este conjunto |
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San Telmo, patrono de la ciudad y de los navegantes |
El Coro, antes en la nave central, se encuentra ahora al fondo y es de gran belleza. La sillería es de 1699, con estupendos relieves tallados en madera de nogal y castaño portugués. Se cree que esta cabecera románica pudo tener girola, si bien se considera más probable la existencia de tres, incluso cinco ábsides escalonados. La Capilla está coronada con una bella Ascensión de la Virgen, del siglo XVIII y autor anónimo.
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Cúpula barroca construida en una ampliación de 1732 |
No podemos olvidar el Claustro, de estilo gótico cisterciense. Tiene la particularidad de ser el más antiguo de la comunidad gallega. Al entrar, hay un detalle curioso: a la derecha, debajo de un arco, hay grabada una "menorá" o candelabro de siete brazos en una de sus piedras. Este grabado testimonia la buena armonía que tenía la comunidad judía con el poder político y económico de la ciudad antes de 1492.
La leyenda dice que hay un túnel excavado bajo el claustro para que el obispo saliese de la ciudad en caso de asedio. La versión más conservadora cuenta que llega a un embarcadero en el río Miño. La más osada, que atraviesa también la frontera bajo el lecho del río y comunica con el convento de Ganfei, en la vecina Valença do Minho.
El Claustro, en la parte meridional del templo, es una construcción del siglo XIII, con formas semejantes a las de los monasterios cistercienses, con arcos apuntados sobre parejas de columnas dobles. Desde aquí, se puede acceder a la enorme sala capitular, románica, del siglo XII, construida para dar cabida a todos los monjes. Estaba en obras.
Alrededor del Claustro se exponen piezas procedentes de excavaciones arqueológicas, sarcófagos medievales, laudas visigóticas y antiguas rejas de la catedral. Hay, además, una puerta que da a un pequeño jardín que funciona a modo de balcón sobre el río Miño.
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Del otro lado del Miño, la fortaleza de Valença de Minho, ya en Portugal |
Desde el Claustro se puede subir a la Torre de Soutomaior por unas escaleras situadas en una de las esquinas que permiten acceder a su parte superior y a las cubiertas de la catedral. Desde ahí se divisan preciosas vistas del río Miño y del propio claustro.
Una jornada tan intensa merecía un buen final: Comida en el Restaurante Don Júlio, en Mea, ya en Portugal.
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Riquísima sangría de frutos rojos |
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Detalle del chef |
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Picanha |
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Atún |
Y aquí el enlace para que veáis la preparación del postre.