miércoles, 3 de mayo de 2023

Abril, 09-16 de 2023: 8 días por el Algarve, incluyendo Évora (Mati y María) - Parte 4

 Viernes, 13/04/2023:


Viaje al Algarve. Vilamoura, Tavira y Santa Luzia 

Vilamoura

Nos quedaban solo dos días de viaje. Y mucho que ver en el Algarve (no para mí, pero sí para Mati). Así que nos planteamos una nueva excursión, esta vez hacia el este, hacia la frontera con España. 


Solo de pasada pensé en enseñarle a Mati la villa de Vilamoura, la capital del lujo del Algarve. 

A la entrada de Vilamoura

Esta localidad turística del Algarve portugués es famosa por su enorme puerto deportivo, los campos de golf, el casino, los parques acuáticos y la playa de arena del mismo nombre. Aquí podemos encontrar los hoteles más lujosos del mundo. 



Vilamoura surgió en la década de 1980 como centro de golf de élite y en la actualidad cuenta con 5 campos excepcionales para la práctica de este deporte, así como con servicios e instalaciones turísticas de gran calidad. 

El centro neurálgico de la villa es el complejo del puerto deportivo, con restaurantes elegantes, bares de moda y vistas a un rincón lleno de yates que valen millones. 







Vilamoura es distinta a cualquier otra ciudad portuguesa. Atrás ha quedado el encanto tradicional para adaptarse al gusto de sus acaudalados visitantes. Los turistas se sienten, además, atraídos por sus bellas y largas playas de arena dorada. 

A menos de 2 km surge Quarteira, una ciudad muy diferente a la anterior. Se aprecia a simple vista que la construcción no es tan exquisita ni exclusiva y que sus visitantes no tienen el poder adquisitivo de los que llegan a Vilamoura en sus lujosos yates. Aún así, goza de un excelente paseo marítimo que comienza en la Lonja de Pescado y termina 2 km y varios chiringuitos después, en la Playa del Fuerte Nuevo. 

Quarteira es conocida por la gran cantidad de actividades que ofrece, desde parapente a tours en squads, avistamiento de delfines, parasailing, kayaks o cursos de surf. 

Sin detenernos más, seguimos camino a Tavira, un lugar que si por algo recuerdo es por lo complicado que resulta a la hora de conducir. 



Tavira

En Tavira volvemos a encontrar el típico encanto portugués. Con poco menos de 25 000 habitantes, es otro de los destinos turísticos más conocidos de todo el Algarve. Sin embargo, está menos masificado y ofrece un aire más cultural, por decirlo de alguna manera.  

Nuestro primer contacto con la villa fueron sus salinas. En los municipios algarvíos de Olhao, Tavira y Castro Marim hay tres núcleos importantes de salinas, localizadas en la Reserva Natural de las Marismas de Castro Marim, en Tavira y en la Quinta do Ludo, en pleno Parque Natural de la Ría Formosa. En ellos se produce sal marina de elevada calidad, con gran pureza y valor nutritivo, reconocida internacionalmente.

Un laberinto de canales guía el agua del mar, que se vierte en tanques pequeños y poco profundos donde reposa hasta que el calor del sol la evapora dejando a la vista los cristales translúcidos. 


En la foto superior, vemos a Mati en la costa, muy próxima a las salinas, y ante el brazo de agua que separa tierra firme de la isla de Tavira. 


Y en esta otra, estoy yo con el fondo que se ve del otro lado, hacia el Cais das Quatro Águas, de donde parten los barcos que hacen el traslado desde Tavira a la isla para disfrutar de sus bellísimas playas. 




Después de dar unas cuantas vueltas para encontrar aparcamiento, recorrimos el centro de Tavira, presidido por el elemento más famoso de la ciudad: el Puente Medieval sobre el río Gilao

También conocido como Ponte Antiga, se cree que fue construido sobre un puente romano anterior, del siglo III. O, en todo caso, que fue alzado en el mismo lugar en que se hallaba aquel al inicio del período medieval, por lo que algunos también lo denominan Ponte Románica de Tavira

Levantado para unir las dos orillas del río Gilao, sufrió diversas alteraciones a través de los siglos hasta el siglo XVII, fecha en la que quedó con su aspecto actual. Desde 1989, cuando hubo unas grandes inundaciones, el puente pasó a ser peatonal. 

Tiene 87 m de largo y 7 arcos y ha sido considerado Bien de Interés Público. 

Mati en el puente

Yo hacia el otro lado


Detrás de Mati, unas curiosas escaleras parecen estar esperando que suba el caudal para que los propietarios de la casa puedan embarcarse y comenzar un viaje a través de las aguas del río

El puente con sus 7 arcos al fondo

Estaba un día precioso para sentarse en una terracita, a la sombra de los árboles y a la orilla del río, y tomar un Aperol. 


Después de descansar un rato, dimos otro paseo por la pequeña Tavira. Cruzamos al otro lado del río para dirigirnos al centro centro de la ciudad. 



En la foto superior, a mi derecha, vemos el Jardín Público de Tavira. Se trata de un pequeño parque a orillas del río Gilao, muy bien cuidado. Justo a su final, se encuentra el Mercado da Ribeira


No nos detuvimos mucho más, pero, si vais a este pequeño y encantador pueblecito, os aconsejo ver también la Plaza de la República, en la que se ha instalado un pequeño anfiteatro en donde suponemos se hacen espectáculos y eventos populares. Otra cosa que no se puede perder uno, es la visita al Castillo, en pleno centro y con excelentes vistas de la ciudad.

Y, por supuesto, coger un ferry para ir a la Isla de Tavira. Todo esto queda para una próxima visita. 



Santa Luzia

A 3 km hacia el oeste de Tavira, se halla Santa Luzia, una pequeña población costera especializada en la captura del pulpo. 


Estaba bastante muerta. Yo la recuerdo con mucha gente y sin sitio para poder sentarse en uno de sus muchos restaurantes. No sé si porque ya no era Semana Santa y la gente ya no estaba de vacaciones o porque el turismo ha sufrido una caída como consecuencia de la pandemia. 

El momento de más actividad es por la mañana, cuando se descargan las capturas de la noche.

En cualquier caso, siempre es agradable pasear por el frente de su puerto, con sus coloridos barcos pesqueros.



  Al sur hay una playa asombrosa a la que solo se puede acceder en ferry,
A Praia da Terra Estreita, que forma parte de la Ilha de Tavira y ofrece a los visitantes sus arenas doradas, sus frías aguas y un entorno escasamente edificado, por lo que está considerada como la mejor de la región. 


Pues eso, que yo había llevado a Mati con toda la ilusión de que probara el plato estrella, el pulpo, del que se dice que aquí es cocinado de mil maneras diferentes. Sin embargo, había poco ambiente y casi todo estaba cerrado. Ya íbamos a desesperar cuando nos dimos cuenta de que uno de los restaurantes más afamados del lugar, el Restaurante Sol y Mar, estaba abierto. ¡Exquisito el pulpo a la brasa!


Aquí los pulpos se capturan utilizando métodos clásicos que han permanecido prácticamente inalterados con el transcurso de los siglos. Se hacen descender hasta el fondo del mar vasijas de barro que atraen a estos animales a su interior, del que después son incapaces de salir.

El nombre de Santa Luzia se le dio a la población después de que unos pescadores locales recuperaran milagrosamente una reliquia de la santa que se había perdido en el mar durante una gran tormenta.

Se estaba de maravilla. El sol empezaba a bajar y sus reflejos en el mar eran espectaculares.  



Los puntitos en la arena no son otra cosa que cientos de cangrejos que habitan estas aguas cenagosas. 

Y así acabó un día extraordinario, en el que la paz y el relax habían sido la característica principal. Sin duda, para repetir.  
 



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