Miércoles, 14/06/2023, y jueves, 15/06/2023:
Viaje a Marruecos. De Vigo a Tarifa. Cruce en el ferry hasta Tánger. Rabat
Este año se graduaban los alumnos que yo había tenido en mi tutoría de 5º de Primaria el último año que había estado enseñando en el Instituto Español Juan Ramón Jiménez de Casablanca. Tenía muchas ganas de volver a verlos, así que contacté con algunas familias para saber cuándo era la fecha exacta de la graduación: el 16 de junio, a las 18 h. Se lo dije al grupo de Chicas Viajeras y Mati, Pili y Pilar Fajardo (con la que ya habíamos viajado el año anterior a Madeira) se apuntaron a un recorrido por el país aprovechando que contaban con una guía extraordinaria: YO, jejejejeje... Además, Kike, mi sobrino, se nos uniría en Marrakech para disfrutar de una parte del viaje...
Salimos de Vigo a las 6 de la mañana del 14 de junio e hicimos noche en Tarifa para poder coger el ferry el 15 a las 11. Como estábamos en el puerto con bastante antelación, nos dio tiempo a coger el de las 9... ¡¡¡tiempo ganado!!!
No nos detuvimos en Tánger, porque la idea era verlo a la vuelta. Así que tiramos derechas a Rabat por la autopista.
Rabat es la capital de Marruecos y el principal centro administrativo y político del país, además de la cuarta ciudad imperial. Es una curiosa mezcla entre la tradición histórica del pasado y la modernidad hacia la que camina sin tregua y que ya se refleja en muchos aspectos. Se encuentra situada en la costa atlántica del país, en la desembocadura del río Bu Regreg, que la separa de la ciudad vecina de Salé.
Fue fundada por Abd-al-Mumin en el siglo XII y utilizó su kasbah (fortaleza) como base para luchar contra los españoles. Durante ese período se construyeron sus edificios más emblemáticos, como la Torre Hassan y la Kasbah des Oudaias. En el siglo XVII, se convirtió en ciudad bastión para los musulmanes expulsados de España.
Rabat no es uno de los destinos turísticos de Marruecos, aunque merece la pena visitarla.
Al llegar, como no podíamos aún entrar en el riad que habíamos reservado para esa noche, nos dirigimos directamente a uno de sus rincones más emblemáticos, el que agrupa la Torre Hassan y el Mausoleo de Mohamed V.
Aparcamos muy cerquita y el vigilante de los coches tuvo el detalle de atraer a las muchas palomas que hay en la zona para luego hacerlas volar, lo que resultó en un espectáculo muy bonito.
Así llegamos a la puerta de entrada del recinto de ambos monumentos, custodiado permanentemente por dos guardias a caballo.
La Torre Hassan es uno de los tres grandes minaretes construidos por los almohades (los otros dos son la Koutoubia de Marrakech y la Giralda de Sevilla). En el siglo XII, el sultán Yacub-al-Mansur decidió construir la mezquita más grande del mundo, con la torre más alta. Pero murió unos años después y las obras se detuvieron, de manera que la torre se quedó en 44 metros de altura frente a los 86 inicialmente previstos. Años después, el terremoto de Lisboa dañó la mayor parte de las columnas y las paredes del monumento.
Aunque en la lejanía da la sensación de estar hecha de ladrillo, solo se trata de un efecto visual. A su alrededor, los restos de un centenar de columnas de mármol, parecen protegerla como si de soldados se tratase.
Inicialmente, se pretendió que las dimensiones de esta mezquita fuesen de 183 x 139 metros y, de haberse culminado el proyecto, habría sido la mezquita más grande de la parte occidental del mundo islámico. Las paredes se hicieron con hormigón y cal sobre una base de piedra de escombros. El interior estaría dividido por filas de columnas en 21 pasillos perpendiculares al muro de la qibla (el muro sur/sureste en la dirección de la oración). El pasillo central y los dos laterales eran más anchos que los demás.
La Torre está terminada en piedra arenisca que, con el paso de los años, se ha vuelto de color rojo ocre. Tiene una base cuadrada de 16 metros por lado. A la torre se subía por rampas, no por escaleras, lo que permitiría al muecín montar a caballo hasta la cima para emitir el llamado a la oración.
En la misma explanada hay actualmente una mezquita que no se puede visitar.
![]() |
Nos dejaron fotografiar el interior desde la puerta de acceso de los fieles |
![]() |
Ante otra puerta de la mezquita, esta, cerrada |
![]() |
Pili ante el complejo monumental del recinto |
![]() |
Y aquí, leyendo la información de la guía antes de entrar en el Mausoleo de Mohamed V, a su espalda |
![]() |
Ya subiendo las escaleras de acceso al Mausoleo |
El Mausoleo de Mohamed V es el lugar donde descansan los monarcas alauís Mohamed V (considerado el símbolo de la liberación de la nación frente a los protectorados extranjeros) y su hijo Hassan II, abuelo y padre, respectivamente, del actual rey Mohamed VI. También está enterrado ahí el segundo hijo de Hassan II y hermano menor de Mohamed VI, Mulay Abdellah. El edificio es una de las construcciones de arte moderno marroquí más importantes. Está realizada en mármol, con una decoración muy refinada. La tumba está cubierta por una cúpula construida también en mármol italiano.
Su construcción comenzó en 1962 y finalizó en 1971. El arquitecto fue el vietnamita Eric Vo Toan, que empleó a 400 artesanos marroquíes. El diseño se caracteriza por su estilo clásico árabe andaluz.
Como vemos en la fotografía superior, la fachada, de mármol blanco italiano, se edificó sobre un alto pedestal de 3.50 m. A través de un portal forjado en hierro se accede a las escaleras que llevan al balcón superior, desde el que se ve la tumba y desde donde se puede contemplar la belleza de la decoración de todo el recinto, especialmente de su cúpula.
![]() |
Pili junto a uno de los guardias de la puerta del mausoleo |
![]() |
El guardia visto desde el interior. Al fondo, la torre Hassan II |
![]() |
Detalle de la espectacular cúpula |
Con el buen sabor de boca de esta visita, recogimos el coche y nos dirigimos al riad que habíamos reservado. El Riad Meftaha se encuentra a 6 minutos a pie de otro importante monumento, la Fortaleza de los Oudayas. El personal, encantador, y la suite que nos dieron no podía ser más bonita.
![]() |
En el saloncito de la recepción |
Una vez instaladas, fuimos andando hasta la kasbah de los Oudaias.
Es una visita obligada, pues es uno de los rincones más bonitos de la ciudad. Se trata de un antiguo barrio amurallado, compuesto por estrechos y cuidados callejones repletos de casas en las que alternan el blanco y el azul. Fue construido en un risco que se levanta sobre el Atlántico. Alberga un antiguo palacio convertido en Museo de Arte Tradicional.
No pudimos evitar que a la entrada se nos pegara el típico guía voluntario (al que luego hay que darle una propina, que cada vez piden que sea más alta). No estuvo mal, de hecho nos descubrió cosas que yo no conocía a pesar de haber estado ahí en varias ocasiones.
![]() |
Pili ante una de las callejas del barrio |
![]() |
Las 4 ante una bonita puerta de una de las casas del barrio |
El guía nos contó que la fortaleza se había construido para proteger la entrada a la ciudad por el río Bou Regreg. Ha sufrido numerosas transformaciones: empezó siendo una pequeña fortaleza para pasar luego a ser una ciudadela. Su origen se remonta al siglo XIII. En el año 2012, la Alcazaba fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
![]() |
Decoración en la fachada de una de las casas |
La tribu de los Oudayas (tribu expulsada de Fez) llegó a este lugar en el siglo XII para instalarse y protegerse de otras tribus (antes había estado habitada por los almohades). Además, se pretendía defenderse de la vecina ciudad de Salé, al otro lado del río, por aquel entonces refugio de piratas. No obstante, su convulsa historia provocó un deterioro notable en el recinto amurallado, cuyo aspecto actual debemos agradecer a los franceses que, en la época del protectorado, decidieron reformarlo y rehabilitarlo.
Se accede por una puerta menor situada a la derecha de la puerta principal, conocida como Bab Oudaia. Esta tiene forma de arco de herradura y está ricamente decorada con motivos florales y del Corán.
Con el guía descubrimos un detalle muy interesante relacionado con los llamadores de las puertas. Para saber en dónde se podía encontrar un joven o una muchacha casadera, había que fijarse en ellos.
![]() |
Esta forma indicaba que en la casa vivía un joven soltero |
![]() |
Y esta otra, que había una joven casadera. Si había más de una, aumentaban los bultitos en la mano |
Otra cosa que nos enseñó el guía fue la Casa de la Suerte, Dar Baraka. Parece ser que los nuevos propietarios de esta vivienda encontraron en ella un tesoro gracias a su gato:
Por eso, quien quiera tener suerte debe tocar con la mano derecha el dintel de la puerta de la vivienda.
Así llegamos a la terraza desde la que se divisa la vecina ciudad de Salé
y también un obelisco que es el símbolo del nuevo centro comercial y financiero que se está construyendo en la capital.
Descendiendo por una de las callejas, se llega a un café al aire libre. El Café Maure. Es un lugar emblemático por excelencia en Rabat. No solo es famoso por las vistas que ofrece, sino también por servir uno de los mejores tés a la menta de la ciudad y los deliciosos pastelillos de almendra característicos de la gastronomía de Marruecos.
Desde el café, se accede a los famosos Jardines Andalusíes.
Se trata de unos pequeños jardines que presentan en toda su extensión el estilo andaluz.
Desde la kasbah, podemos acceder a la medina fácilmente. Por el zoco se puede pasear con total tranquilidad sin el más mínimo problema. Su autenticidad es impresionante y permanece como uno de los más agradables de cuantos se pueden visitar en Marruecos.
El barrio de la medina fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 2012. La atmósfera es muy mediterránea, con paredes pintadas de blanco y postigos azules. Fue creado por los moriscos, andaluces expulsados de España por Felipe III en el siglo XVII.
Y llegó la hora de cenar. Fuimos a un restaurante que quedaba cerca del riad y además tenía una situación privilegiada con vistas al océano. Os lo recomiendo: La Table de L'Amiral.
Además de servir una excelente comida, el servicio fue excelente. Nos reímos un montón con los dos camareros que nos atendieron... hasta les pusieron las servilletas sobre el regazo a Pilar y a Pili con movimientos como si se tratase de un capote y ellos fuesen a torear, jajajajaja...
Con esta bella puesta de sol, íbamos a despedirnos de Rabat. Nos quedó por ver otro de los lugares imprescindibles, la Necrópolis de Chellah. Pero a la mañana siguiente teníamos que llegar temprano a Casablanca, porque habíamos quedado con un amigo de mis tiempos en Marruecos para llevar el coche a la Ford (ya en Guijuelo nos habían dicho que tenía obstruido el filtro de partículas). Ya lo veremos en otra ocasión, porque está claro que a las chicas les ha encantado el país y en un par de años volveremos para otro tour.
![]() |
Buenas noches a la puerta del riad. La luz era de los focos que lo iluminaban |