Sábado, 07/09/2024 (aclaro que parte de las fotos que aquí se incluyen fueron tomadas por mis compañeras):
ISLA DE TAMBO (ría de Pontevedra, Concello de Poio)
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La isla de Tambo es esa isla pequeñita enfrente de Combarro, al fondo de la ría |
Después de conocer la isla de Ons, descubrimos la isla de San Simón (de la que ya haré la entrada) y ayer le tocó el turno a la pequeña isla de Tambo, en la ría de Pontevedra. Tiene una superficie de 28 ha y alcanza los 80 m de altitud.
Es ovalada y tiene una típica forma piramidal cubierta de arbolado, especialmente eucaliptos.
Por el sur, tiene una pequeña península, conocida como O Tenlo, que cuenta con un viejo faro (Faro de Tenlo Chico). Su construcción se inició en 1916 y se iluminó por primera vez el 30 de noviembre de 1922. Emite luz blanca, con un alcance no menor de 15 millas náuticas. Tiene 38 m de altura sobre la bajamar. Es uno de los dos que existían en la ría con escaleras exteriores, el otro se perdió.
La isla estuvo militarizada desde mediados del siglo XX hasta el año 2002. No se permitía acercarse a nadie a menos de 200 m de la isla. Hoy en día es parte del término municipal de Poio, aunque la vigilancia sigue estando a cargo de la Escuela Naval de la Armada en Marín y, para visitarla, se necesita un permiso especial. Todavía quedan en su interior restos de las edificaciones militares: varias casitas en la costa norte, alguna barraca, la casa del oficial, los dormitorios... y, sobre todo, un polvorín subterráneo de la Marina. Incluso hay restos de un lazareto, perteneciente a una época anterior. Con el auge de los viajes transatlánticos a bordo de barcos que salían del puerto de Marín, Tambo era el lazareto perfecto y necesario para alojar durante la cuarentena a los llegados del otro mundo, tanto tripulantes como pasajeros, hasta estar seguros de que no traían infecciones contagiosas. Desempeñó este papel hasta que, a finales del siglo XIX, la compró el compostelano Montero Ríos, perteneciendo a su familia hasta que, en 1943, pasó a ser parte de la Escuela Naval de Marín.
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Hasta hace poco el letrero ponía "Prohibida la entrada" |
Las playas son de acceso público, pero uno no se puede
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Parte superior de los restos de la iglesia |
adentrar en la isla sin ese permiso.
Parece que hay indicios de que la isla estuvo inicialmente habitada en la Edad del Hierro, en su zona más elevada, donde hay restos de un asentamiento castreño. En la Edad Media se construyó el monasterio benedictino de Santa María de Gracia, fundado por San Fructuoso, del que queda todavía en pie la iglesia dedicada a San Miguel.
San Fructuoso, un visigodo en el siglo VII, obispo de Braga, mientras peregrinaba por Galicia, decidió fundar un pequeño monasterio en Tambo en agradecimiento por haber caminado sobre las aguas. Cuenta la leyenda que llegó a la isla con sus discípulos y amarraron la barca, pero esta se soltó y él decidió ir a buscarla, cosa que hizo caminando aparentemente sobre las aguas. Lo que San Fructuoso no dijo es que había observado la presencia de una especie de duna a ras de agua, que fue sobre la que realmente caminó. De hecho, se dice que hubo un tiempo en el que, caminando con marea baja, se podía llegar desde la isla de Tambo a la playa de Chancelas, en Combarro.
La guía nos contó otra leyenda que habla de una mujer embarazada que intentó hacer el trayecto, pero fue sorprendida por la subida de la marea. A punto de ahogarse, rezó y, súbitamente, una milagrosa burbuja la envolvió, librándola de las aguas y dejándola sobre la playa de Tambo, donde dio a luz.
Otra historia habla de Santa Trahamunda, la patrona de Poio, cuya tumba está en la iglesia de San Juan de ese concello. Es una discreta tumba suevo-visigoda junto a una talla que representa a la santa con una rama de palma (hoy la palma aparece en el escudo del ayuntamiento). Según la tradición, era una monja gallega, novicia en el convento de San Martín en la isla de Tambo, que fue secuestrada por los moros y encerrada en una cárcel del califato de Córdoba por negarse a formar parte del harén. Después de once años, Trahamunda pidió a Dios regresar a Poio. Entonces un ángel le dio una rama de palma, con la que milagrosamente viajó de regreso a Galicia. La palma se plantó cerca del monasterio y se mantuvo hasta el siglo XVI.
Volviendo a la isla, Sir Francis Drake, quien estaba bastante obsesionado con Galicia, en el siglo XVI, saqueó e incendió la isla de Tambo, destruyendo el monasterio. Sobre los restos del antiguo monasterio, en el siglo XVIII, se edificó la actual ermita de San Miguel, cuyos restos son venerados por los marineros. Durante mucho tiempo, se hizo en la isla una romería en su honor.
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Iniciando la visita con la guía |
En 1745, el ilustrado Fray Martín Sarmiento inició un Camino de Santiago diferente a los habituales, recorriendo las Rías Baixas. En su cuaderno viajero, escribe especialmente sobre su desembarco en Tambo, asombrado por la botánica de la isla, con especies autóctonas, como la planta jabonera y otras plantas y hierbas de interés gastronómico y medicinal. Hoy en día, la isla está plagada de eucaliptos, árboles que se plantaron por su rapidez de crecimiento para proteger y ocultar las instalaciones militares.
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Actualmente, entre los eucaliptos, proliferan las acacias negras, especie invasora y más peligrosa para el medio ambiente que los anteriores
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La isla tiene una bonita playa que mira a Combarro |
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Belladona, otra planta invasora que en Galicia se conoce como "setembreira", porque florece en septiembre |
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Torvisco, una planta venenosa que fue utilizada durante mucho tiempo para pescar. Se echaba al río, los peces morían y entonces se cogían. Pero... se comían peces envenenados!!!! |
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Sendero en la isla |
La isla normalmente está en silencio. Helechos enormes, una flora variada y exuberante, y un escondido depósito de agua de cuando la Escuela Naval frecuentaba la isla, famosa por su excelente agua potable. Aguas calmas y transparentes a su alrededor...
Sólo el ruido de las motos náuticas interrumpe esa calma.
En cuanto al origen del nombre de la isla, en un principio fue denominada Thalavo, Tanavo y Toambo. Muchos historiadores asocian su topónimo a la raíz latina "tumulus" o a la griega "tumbos", que hacen alusión a su forma circular y elevada a modo de monte sepulcral (mámoa, túmulo). Para otros se vincula a Talamón, padre de Teucro y fundador de la ciudad de Pontevedra.
Os dejo aquí un enlace a una serie de diapositivas que elaboré a partir de las fotos tomadas en la isla de Tambo.