jueves, 12 de septiembre de 2024

Agosto, 12 de 2024: Excursión a la Isla de San Simón (Marusela, Pili y María)

Sábado, 12/08/2024 (aclaro que parte de las fotos que aquí se incluyen fueron tomadas por mis compañeras):


ISLA DE SAN SIMÓN (ría de Vigo)

Siempre estábamos hablando de visitar esta isla, pero, por unas cosas u otras, lo habíamos ido dejando. Por fin, el pasado agosto, lo hicimos.


En realidad, en la fotografía no se ve su situación. Os diré que está casi al fondo, en la bahía de San Simón, hay que pasar por debajo del Puente de Rande que vemos en la imagen cruzando la ría. 

Mi sorpresa fue descubrir que se trata de un archipiélago que forman la propia isla de San Simón y la más pequeña de San Antón, unidas por un puente. Pertenece a la parroquia de Cesantes, en el municipio de Redondela. En la actualidad, se encuentra deshabitada. 





Cuando llegamos a la isla, nos dividimos en dos grupos, cada uno con su propio guía. La travesía hasta allí fue muy bonita, no solo por el paisaje de la ría, sino también por la contemplación de la gente que estaba practicando windsurf o navegando.

Dejando atrás el puerto de Vigo



Nos vamos acercando al Puente de Rande

Pasando por debajo



 

Bateas en la ría








Acercándonos a la isla


El puente que une las dos islas

El conjunto de las dos islas mide 250 m de ancho y 84 m de largo. Además, hay otros dos pequeños islotes: San Bartolomé y San Norberto. El conjunto está catalogado como Bien de Interés Cultural, con categoría de sitio histórico, desde el 29 de julio de 1999.

La isla fue un antiguo centro monástico que ya recogió el poeta Mendinho en la Edad Media. En su honor se realizó un busto en la isla, así como a Johan de Cangas y a Martín Códax. 


Entre los siglos XII y XIII estuvo ocupada por los Templarios y después por los franciscanos, la orden de los pascualinos de San Simón. Pero, en el año 1370, esta orden religiosa fue excomulgada, viéndose obligada a abandonar la isla. 

Después de permanecer casi un siglo abandonada, la diócesis de Tui, que tenía hasta entonces el control político de la isla, se la cede a Isabel la Católica. En 1589, fue saqueada por piratas ingleses, entre los que se encontraba el famoso Sir Francis Drake.  

La isla y la zona en que se encuentra fueron muy importantes en distintos momentos de la historia española. En concreto, la ensenada fue escenario de la batalla de Rande en 1702, cuando los navíos de Holanda e Inglaterra, unidos por la Guerra de Sucesión contra la Corona de Castilla, trataron de asaltar la flota de Indias cargada con la mercancía de casi tres años. Los galeones pertenecían a la Corona de Castilla y eran escoltados por una policía francesa que provenía de América. El encuentro se saldó con la derrota de las tropas franco-castellanas. 

Una gran parte de la carga de los galeones, que se cree que era oro, plata, diamantes, especias, como el cacao, y maderas nobles fue saqueada por los navíos ingleses de la reina de Inglaterra, Ana I de Estuardo, pero otra parte, para evitar su robo, fue tirada al mar. Sin embargo, un gran porcentaje ya había sido descargado para ir por tierra hasta Madrid. 

Posteriormente, las flotas anglosajonas asaltaron las aldeas cercanas, devastando Cangas do Morrazo, Redondela, Vigo, Sotomayor y Arcade. La isla de San Simón también sufrió las consecuencias del ataque inglés. La iglesia de San Pedro quedó casi totalmente destruida, manteniéndose en ese estado hasta su restauración en el siglo XIX. Posteriormente, la isla sufrió el acoso de las tropas napoleónicas. Además de lo ya contado, había un conflicto a nivel gallego, las Guerras Irmandiñas. En resumen, fue habitada y abandonada en diversas ocasiones a lo largo de los siglos.

En 1838, según una Real Ordenanza del 6 de junio, y gracias al comerciante riojano, Velázquez Moreno, se procedió al habilitamiento y acondicionamiento de la isla para convertirla en una leprosería o lazareto. En la isla de San Antón estaban los enfermos que no tenían cura, mientras que en la de San Simón se albergaba el resto. Dadas las frecuentes cuarentenas a las que estaban sometidos los navíos de la ruta americana, los lazaretos eran un elemento indispensable para todo puerto que quisiese entrar en las vías marítimas de largo recorrido, lo que fue vital para el puerto de Vigo. De esta forma, las numerosas epidemias de cólera y lepra procedentes del exterior eran controladas. La leprosería se clausuró en 1927 y fue entonces cuando se construyó el puente, hasta entonces la única forma de ir de una isla a otra era con una barca. 

Pili ante el puente que une las dos islas

Y aquí Maru y Pili en la parte del puente de la isla de San Antón, antes de volver a la isla de San Simón

A partir de 1936, con la llegada de la Guerra Civil española, los edificios de la isla fueron empleados como campo de concentración y de exterminio para los presos políticos contrarios al franquismo. Al principio, los prisioneros provenían de zonas cercanas como Vigo, Ourense, Pontevedra y Vilagarcía de Arousa. Pero, después de la caída del frente norte republicano, empezaron a llegar presos de Asturias, León, Cantabria y País Vasco. Y, terminada la guerra, se trasladaron presos de todas las cárceles de España. Fue calificada oficialmente como colonia penitenciaria, pero era un campo de concentración para los presos políticos comunistas, republicanos, socialistas o anarquistas. Se mantuvo en funcionamiento hasta el año 1943. 

Cueva en la que se practicaba la tortura de los presos

La antigua leprosería quedó relegada a albergue de los militares que vigilaban la isla, así como al personal complementario (administrativos, intendencia o enfermería). Se construyeron torres de vigilancia y se mejoraron los muros y los accesos. Los presos, sometidos a un trato infrahumano, estaban distribuidos en diferentes pabellones en deficientes condiciones sanitarias y de habitabilidad. Tampoco eran infrecuentes los fusilamientos masivos. Solo en el año 1941 fallecieron 250 personas en San Simón. 



A partir de 1943, la isla sufre un paulatino abandono, solo interrumpido en las épocas estivales por los miembros de la guardia de Franco, con nombre de Colonia de Educación y Descanso, que pasaban allí sus vacaciones. 

Después de que, en el año 1999, la isla fuese declarada como Bien de Interés Cultural, comenzó la reconstrucción tratando de alcanzar la armonía entre la naturaleza (se rescataron los jardines o el centenario Paseo dos Buxos, paseo de bojes que se han dejado crecer de forma totalmente libre) y la remodelación de los edificios (de momento, muy abandonados).

Paseo de bojes


Actualmente, la isla puede ser visitada gratuitamente en grupos que no superen las 300 personas y sin superar las 2 horas de estancia, tiempo que se hace muy corto para recorrerla con calma. 

Playa de Cesantes vista desde San Simón

Barcos de recreo varados entre Cesantes y la isla


Hubiéramos seguido con la visita, pero el tiempo pasó rápidamente. Cuando nos dimos cuenta, ya estábamos cogiendo de nuevo el barco para volver a Vigo. 

Vista del Puente de Rande desde la isla

Dejando la isla atrás

Muy interesante la visita. La verdad es que, a veces, tenemos lugares muy cerca de nosotros de los que apenas sabemos nada... Cuando surja otra oportunidad de acercarnos a alguna de las otras islas de las rías gallegas, lo haremos. 



domingo, 8 de septiembre de 2024

Septiembre, 07 de 2024: Excursión a la Isla de Tambo (Matilde, Marusela, Pili y María)

Sábado, 07/09/2024 (aclaro que parte de las fotos que aquí se incluyen fueron tomadas por mis compañeras):


ISLA DE TAMBO (ría de Pontevedra, Concello de Poio)

La isla de Tambo es esa isla pequeñita enfrente de Combarro, al fondo de la ría

Después de conocer la isla de Ons, descubrimos la isla de San Simón (de la que ya haré la entrada) y ayer le tocó el turno a la pequeña isla de Tambo, en la ría de Pontevedra. Tiene una superficie de 28 ha y alcanza los 80 m de altitud. 

Es ovalada y tiene una típica forma piramidal cubierta de arbolado, especialmente eucaliptos. 



Por el sur, tiene una pequeña península, conocida como O Tenlo, que cuenta con un viejo faro (Faro de Tenlo Chico). Su construcción se inició en 1916 y se iluminó por primera vez el 30 de noviembre de 1922. Emite luz blanca, con un alcance no menor de 15 millas náuticas. Tiene 38 m de altura sobre la bajamar. Es uno de los dos que existían en la ría con escaleras exteriores, el otro se perdió. 





La isla estuvo militarizada desde mediados del siglo XX hasta el año 2002. No se permitía acercarse a nadie a menos de 200 m de la isla. Hoy en día es parte del término municipal de Poio, aunque la vigilancia sigue estando a cargo de la Escuela Naval de la Armada en Marín y, para visitarla, se necesita un permiso especial. 

Todavía quedan en su interior restos de las edificaciones militares: varias casitas en la costa norte, alguna barraca, la casa del oficial, los dormitorios... y, sobre todo, un polvorín subterráneo de la Marina. Incluso hay restos de un lazareto, perteneciente a una época anterior. Con el auge de los viajes transatlánticos a bordo de barcos que salían del puerto de Marín, Tambo era el lazareto perfecto y necesario para alojar durante la cuarentena a los llegados del otro mundo, tanto tripulantes como pasajeros, hasta estar seguros de que no traían infecciones contagiosas. Desempeñó este papel hasta que, a finales del siglo XIX, la compró el compostelano Montero Ríos, perteneciendo a su familia hasta que, en 1943, pasó a ser parte de la Escuela Naval de Marín.

Hasta hace poco el letrero ponía "Prohibida la entrada"

Las playas son de acceso público, pero uno no se puede 


Parte superior de los restos de la iglesia

adentrar en la isla sin ese permiso. 

Parece que hay indicios de que la isla estuvo inicialmente habitada en la Edad del Hierro, en su zona más elevada, donde hay restos de un asentamiento castreño. En la Edad Media se construyó el monasterio benedictino de Santa María de Gracia, fundado por San Fructuoso, del que queda todavía en pie la iglesia dedicada a San Miguel. 

San Fructuoso, un visigodo en el siglo VII, obispo de Braga, mientras peregrinaba por Galicia, decidió fundar un pequeño monasterio en Tambo en agradecimiento por haber caminado sobre las aguas. Cuenta la leyenda que llegó a la isla con sus discípulos y amarraron la barca, pero esta se soltó y él decidió ir a buscarla, cosa que hizo caminando aparentemente sobre las aguas. Lo que San Fructuoso no dijo es que había observado la presencia de una especie de duna a ras de agua, que fue sobre la que realmente caminó. De hecho, se dice que hubo un tiempo en el que, caminando con marea baja, se podía llegar desde la isla de Tambo a la playa de Chancelas, en Combarro. 

La guía nos contó otra leyenda que habla de una mujer embarazada que intentó hacer el trayecto, pero fue sorprendida por la subida de la marea. A punto de ahogarse, rezó y, súbitamente, una milagrosa burbuja la envolvió, librándola de las aguas y dejándola sobre la playa de Tambo, donde dio a luz. 

Otra historia habla de Santa Trahamunda, la patrona de Poio, cuya tumba está en la iglesia de San Juan de ese concello. Es una discreta tumba suevo-visigoda junto a una talla que representa a la santa con una rama de palma (hoy la palma aparece en el escudo del ayuntamiento). Según la tradición, era una monja gallega, novicia en el convento de San Martín en la isla de Tambo, que fue secuestrada por los moros y encerrada en una cárcel del califato de Córdoba por negarse a formar parte del harén. Después de once años, Trahamunda pidió a Dios regresar a Poio. Entonces un ángel le dio una rama de palma, con la que milagrosamente viajó de regreso a Galicia. La palma se plantó cerca del monasterio y se mantuvo hasta el siglo XVI. 

Volviendo a la isla, Sir Francis Drake, quien estaba bastante obsesionado con Galicia, en el siglo XVI, saqueó e incendió la isla de Tambo, destruyendo el monasterio. Sobre los restos del antiguo monasterio, en el siglo XVIII, se edificó la actual ermita de San Miguel, cuyos restos son venerados por los marineros. Durante mucho tiempo, se hizo en la isla una romería en su honor. 

Iniciando la visita con la guía

En 1745, el ilustrado Fray Martín Sarmiento inició un Camino de Santiago diferente a los habituales, recorriendo las Rías Baixas. En su cuaderno viajero, escribe especialmente sobre su desembarco en Tambo, asombrado por la botánica de la isla, con especies autóctonas, como la planta jabonera y otras plantas y hierbas de interés gastronómico y medicinal. Hoy en día, la isla está plagada de eucaliptos, árboles que se plantaron por su rapidez de crecimiento para proteger y ocultar las instalaciones militares. 



Actualmente, entre los eucaliptos, proliferan las acacias negras, especie invasora y más peligrosa para el medio ambiente que los anteriores




La isla tiene una bonita playa que mira a Combarro

Belladona, otra planta invasora que en Galicia se conoce como "setembreira", porque florece en septiembre

Torvisco, una planta venenosa que fue utilizada durante mucho tiempo para pescar. Se echaba al río, los peces morían y entonces se cogían. Pero... se comían peces envenenados!!!!

Sendero en la isla 







La isla normalmente está en silencio. Helechos enormes, una flora variada y exuberante, y un escondido depósito de agua de cuando la Escuela Naval frecuentaba la isla, famosa por su excelente agua potable. Aguas calmas y transparentes a su alrededor...











Sólo el ruido de las motos náuticas interrumpe esa calma. 




En cuanto al origen del nombre de la isla, en un principio fue denominada Thalavo, Tanavo y Toambo. Muchos historiadores asocian su topónimo a la raíz latina "tumulus" o a la griega "tumbos", que hacen alusión a su forma circular y elevada a modo de monte sepulcral (mámoa, túmulo). Para otros se vincula a Talamón, padre de Teucro y fundador de la ciudad de Pontevedra. 

Os dejo aquí un enlace a una serie de diapositivas que elaboré a partir de las fotos tomadas en la isla de Tambo.