Domingo, 03/10/2024 (aclaro que parte de las fotos que aquí se incluyen fueron tomadas por mis compañeras):
Pazo de Oca en A Estrada
Hacía más de 40 años que no visitaba este Pazo. Y, la verdad, mereció la pena volver.
Se trata de un pazo señorial situado en la parroquia de Oca, parte del municipio de A Estrada, en Pontevedra. Actualmente, pertenece a la Fundación de la Casa de Medinaceli. Está declarado Bien de Interés Cultural. Se le conoce como el "Generalife del Norte" y el "Versalles gallego".
La finca está estructurada en tres zonas: en la primera, situada intramuros, se encuentran la casa señorial, el jardín y el huerto; en el terreno adyacente se sitúa la iglesia de San Antonio de Padua, unida al edificio mediante una balconada levantada sobre unos soportales (como se ve en la foto inferior), así como varias casas que antiguamente pertenecían a los jornaleros y hoy son propiedades privadas, y más allá se halla el entorno agroforestal de la Traga de la Cerrada, la Carballeira de Ouriles y los prados de Su Batan y de los Bardoucos.
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En la explanada frente al Pazo se alza la capilla dedicada a San Antonio de Padua. En el lateral derecho está el edificio del Pazo y, a la izquierda, las antiguas casas de los jornaleros |
El origen del Pazo se sitúa en el siglo XIII, aunque los edificios actuales son del XVIII, en estilo barroco, iniciativa del entonces propietario Fernando Gayoso Arias Ozores, VII conde de Amarante y señor de Oca. Mientras visitábamos el interior del edificio, en el que no se pueden sacar fotos, se nos contó la historia del pazo: los primeros señores de Oca de los que se tiene constancia documental vivieron en el siglo XV, Álvaro de Oca y su hijo Suero. Este último participó en el bando del conde de Camiña, Pedro Álvarez de Sotomayor (más conocido como Pedro Madruga), en las luchas que, con motivo de la sucesión a la Corona de Castilla, enfrentaron, durante el último cuarto del siglo XV, a gran parte de la nobleza gallega, partidaria de la hija de Enrique IV (Juana "la Beltraneja"), contra el poderoso arzobispo de Santiago, don Alonso de Fonseca, que apoyaba la causa de la princesa Isabel, futura Isabel la Católica. El prelado, apoyado por las tropas del Conde de Monterrey, castigó al señor de Oca apoderándose de su fortaleza en 1477, pasando el señorío a manos de la jurisdicción de la mitra compostelana hasta que, en 1564, pasó a integrar el patrimonio de la Corona.En 1586, Felipe II vendió el pequeño estado de San Esteban de Oca a una señora llamada María de Neyra, hija de un regidor de Santiago de Compostela y viuda de otro. Esta señora, en 1590, lo agregó, por vía testamentaria, a los mayorazgos que había recibido de su padre y de su difunto marido. Su hijo, Juan de Neyra, casado con María de Mendoza y Bermúdez de Castro, heredó el patrimonio. Le sucedió su hija Catalina, casada con Juan Gayoso Noguerol, apellido, "Gayoso", que, desde entonces y hasta el siglo XX, señalará a todos los propietarios y señores de Oca.
La primitiva fortaleza, la de Suero, se compondría de dos torres unidas por un cuerpo intermedio todo almenado. En tiempos de los Neyra se hicieron algunas transformaciones, entre otras, la construcción del sistema intramuros de canalización del agua.
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Canal que lleva el agua a un lavadero cercano al edificio principal |
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Fuente que deja caer el agua en el canal que la lleva al lavadero anterior |
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Otra de las fuentes en las cercanías del edificio principal |
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Gran fuente frente a la puerta de la fachada posterior que lleva a los jardines |
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Vista más completa de la fuente anterior, con parterres rodeados de setos de boj |
A principios del siglo XVIII, Andrés Gayoso Neira, casado con Constanza Arias Ozores, de la Casa de Amarante, inicia la conversión palaciega de la vieja fortaleza de Oca. Constanza era dama de honor de la reina Isabel de Farnesio y es ella la que aporta al matrimonio el dinero y las formas de vida cortesanas que darán su nueva fisonomía al Pazo.
En los jardines, la obra más importante de estos VI señores de Oca fue el diseño y la construcción de los estanques. Estos constituyen el corazón del diseño barroco de los jardines y reflejan el contraste simbólico entre el bien y el mal. Conocidos como el Estanque de las Virtudes (representa la paz y la armonía) y el Estanque de las Vanidades (alude a la fragilidad y las tentaciones humanas), están separados por un puente de granito que invita a cruzar de un lado a otro, como una metáfora visual de la dualidad humana.
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El estanque de los cisnes blancos está a un nivel más alto que el de los cisnes negros |
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Un cisne negro se encontraba en la isleta con forma de barca que se halla en el estanque de los cisnes blancos. Su propio estanque estaba en fase de limpieza y llenado |
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Uno de los cisnes nadando en el estanque |
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Reflejos en el estanque |
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Hortensias en el borde del estanque |
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De nuevo el cisne negro en la isleta. Junto a él, el Señor de la Sierpe, una figura tallada en piedra que parece observar desde la distancia como un guardián eterno de este mundo dual |
La actual distribución del interior del Pazo de Oca es coetánea de la renovación de los jardines. Andrés Gayoso reedificó, entre otras cosas, la vieja torre medieval.
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Vista de la torre del Pazo desde los jardines |
El espacio residencial dieciochesco de la planta noble cumplía con la distribución ideal que los arquitectos europeos definieron entonces para un gran apartamento: - Comedor de sus Excelencias, conocido hoy como "La Biblioteca", por sus librerías, de los años 1920.
- Antecámara, cámara y gabinete, (que tenía un tamaño muy reducido porque eran piezas casi secretas a las que se retiraba el dueño de la casa para escribir o estudiar), espacio que hoy tiene la función de dormitorio y al que se accedía tanto desde el comedor como desde el "corredor de palo", convertido en solana en el siglo XIX.
- Sala del Estrado, hoy conocida como "Salón del Escudo" por el bellísimo escudo polícromo de los marqueses de San Miguel das Penas y Puebla de Parga y condes de Amarante labrado en el techo. Esta sala, espacio esencialmente femenino, cumplía con la norma dieciochesca de contigüidad al comedor. A ambos lados de la sala, simétricamente, se sitúan un oratorio y una alcoba.
- Salón de los Continentes, así llamado por las cuatro alcobas en que se divide mediante tabiques de madera ricamente policromados, dedicadas a los cuatro continentes en que la geografía del siglo XVIII dividía el mundo.
- Salón de los retratos, rebautizado como salón de baile. Servía para audiencias, oír música, juegos de mesa, etc.
- Sala de la Torre, hoy denominado "Cuarto del Príncipe" por haber servido como dormitorio del malogrado Príncipe de Asturias, primogénito del rey Alfonso XIII, don Alfonso. En el muro está embutida una escalera que conducía hasta el tercer piso de la torre donde, hasta el siglo XVIII, había estado el Archivo.
En la planta baja, a la que se puede acceder por unas escaleras en uno de los salones, está el Salón de Juegos, que aún conserva su función lúdica. Vemos una vitrina que conserva cinco de los grandes jarrones distribuidos por toda la propiedad, realizados por la fábrica de Sargadelos (los que se pueden ver hoy en el exterior son réplicas de los originales).
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Dos de los jarrones azules y blancos que se reparten por todo el jardín |
El hijo de Andrés y Constanza, Fernando Gayoso Arias, se casó con la heredera del marquesado de Puebla de Parga, María Josefa de los Cobos Bolaño. Ambos dieron un nuevo impulso al Pazo continuando las obras. En 1751, se concluyeron las obras de la capilla según proyecto del arquitecto dominico Fray Manuel de los Mártires, uno de los representantes del barroco final gallego. Esta capilla sustituyó a un primitivo oratorio que, a finales del siglo XVI, María de Neyra había dedicado a San Antonio de Padua.
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Foto tomada en la balconada que comunica el edificio principal con el coro de la iglesia |
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Vista de la fachada principal del pazo desde la balconada que lleva a la capilla |
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Vista de los jardines desde la balconada que lleva a la iglesia |
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Vista del altar de la capilla |
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San Antonio de Padua, presidiendo el altar |
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Vista de la lámpara de la iglesia desde el coro |
Fernando Gayoso también concluyó el ala de servicio, que hoy separa el jardín del palacio del patio.
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Fachada del ala de servicio que mandó construir Fernando Gayoso. A través de la puerta que vemos se accede desde el patio al jardín |
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Momento en el que accedemos al jardín una vez visitado el palacio por dentro |
Además, mandó labrar en ambas caras del último de los sillares de esta fachada que va hacia el sur una mano señalando con el dedo índice en esa dirección y una leyenda, "Prosiga 1746", para animar a sus descendientes a continuar la edificación para cerrar el patio. En este, hay un hórreo y una huerta de la que era responsable el mayordomo.
El ala de servicio se componía de una despensa, actual comedor de diario; una cocina que, además de la "lareira", conserva todos sus elementos originales, aunque ha perdido su función al ser transformada en sala de estar; el cuarto del mayodormo, conservado tal como era en el siglo XVIII y, finalmente, el gran comedor de la familia, o sea, del servicio doméstico (acepción de "familia" en el siglo XVIII)
A la muerte sin sucesión del primogénito de este matrimonio, Francisco, le sucedió su hermano, Domingo Gayoso de los Cobos, quien, por una serie insólita de fallecimientos, añadió, a todos los títulos y territorios de sus padres, importantísimos señoríos ajenos al mundo gallego y dispersos por diferentes regiones de España, los títulos de Conde de Ribadavia, la casa marquesal de Camarasa y los estados que en el reino de Jaén había adquirido el secretario de Carlos V, Francisco de los Cobos. Domingo Gayoso se convirtió, así, en uno de los próceres de la nobleza española de fines del siglo XVIII. Su hijo, Joaquín Gayoso de los Cobos y Bermúdez de Castro, vivirá la abolición de los señoríos jurisdiccionales, siendo el último Señor de Oca y su primer propietario.
En cuanto a las obras en esta época, se ordena labrar el lavadero de la Carrera del Conde y la Fuente de la Trucha, se amplía la presa antigua, se incorporan algunas nuevas fincas y se completa el cerramiento amurallado del jardín.
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Fuente de la Trucha |
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Lavadero de la Carrera del Conde |
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Cierre del muro exterior |
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Un cañón junto al muro |
Del matrimonio del XII Marqués de Camarasa, Joaquín Gayoso de los Cobos y Bermúdez de Castro, con Josefa Manuela Téllez Girón, hija de los Duques de Osuna, nacieron seis hijos entre los que hubo que dividir la herencia en aplicación de las nuevas leyes del Estado Liberal. Los títulos y propiedades principales recayeron en el primogénito, Francisco Gayoso de los Cobos y Téllez Girón, que murió en 1860 sin sucesión, dejando todos sus bienes a su hermano pequeño, Jacobo. Sin embargo, el Pazo de Oca correspondió a una de las hijas, María Encarnación Gayoso de los Cobos. Jacobo tuvo tres hijas que quedaron huérfanas muy pronto, por lo que pasaban largas temporadas en Oca bajo la custodia de su tía María Encarnación. La primogénita de las tres, Francisca de Borja Gayoso de los Cobos, heredó el grueso de la herencia de la Casa de Camarasa y, además, recibió de su tía, fallecida sin sucesión, la propiedad del palacio de Oca. La única modificación del palacio en esta época fue la construcción de la solana sobre arcos de piedra que preside la fachada principal del patio.
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Escudos familiares bajo la arcada de la fachada posterior |
Por otro lado, se encargó al jardinero François Viet y Bayez una reforma de los jardines. Diseñó trazados de corte paisajista para los espacios ajardinados más próximos al palacio y posiblemente también intervino en la apertura de los jardines al bosque de Guillufe, con una plantación de tilos. La actuación también afectó al molino de los estanques, a la conexión entre los estanques y a la fuente de la Mona.
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Paseo de los Tilos |
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Fuente de la Mona |
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Fuente de la Mona
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Con el paso de los años, el Pazo siguió cambiando de manos hasta que finalmente pasó a formar parte de los bienes de la Casa Ducal de Medinaceli, quienes se encargan de su preservación y mantenimiento hasta hoy.
Una característica relevante de los jardines es su amplia variedad de flora. Además de las camelias, que ocupan un lugar especial, hay árboles centenarios, como la secuoya roja y el sugi japonés, que aportan majestuosidad al paisaje. Estas especies, que superan los 400 años de vida, son testigos silenciosos de la historia del pazo y reflejan la mezcla de plantas locales y exóticas que componen los jardines.
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Lantana rastrera |
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Camelia de té |
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Rosa mosqueta |
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Rosas de Austria |
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Crisantemos indios |
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Aster de China |
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Camelia japonica |
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Mariposa en los jardines |
Para finalizar, tenemos que señalar que este pazo ha jugado un papel importante en el cine. En concreto, aquí se han rodado escenas de La Piel que Habito, de Almodóvar, en 2011; El Aliento del Diablo, de Manuel Gutiérrez Aragón, en 1993; El Ataque de los Muertos sin Ojos, de Amando de Ossorio, en 1973; La Noche Oscura, de Carlos Saura, en 1989; Juan y Junior... en un mundo diferente, de Pedro Olea y Juan Antonio Porto, en 1970; Sonatas, las Aventuras del Marqués de Bradomín, de Juan Antonio Bardem, en 1959, y La Casa de la Troya, de Manuel Noriega, en 1925.
Una visita muy interesante de la que disfrutamos muchísimo.
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