Lunes, 28/02/2022 (Viaje con el IMSERSO)
Había llegado la hora. No tenía muy claro si quería ir o no a este viaje, de hecho no me puse con la maleta hasta el último momento, cuando lo normal en mí es tener todo listo con mucha anticipación. Pero bueno, ya estaba hecho y solo quedaba seguir hacia adelante.
Nos recogieron en la estación de autobuses de Vigo y salimos hacia A Coruña a eso de las 10 de la mañana. Antes de subir al avión, hicieron una parada en un restaurante al lado de Alvedro para darnos la comida. Y a las 3 estábamos volando hacia Palma de Mallorca. De allí, otro autobús para llevarnos al hotel, el Mediterranean Bay, en la zona del Arenal, al este de Palma.
Distribuyeron las habitaciones y ya solo quedaba esperar a la cena.
Tengo que reconocer que el trato de los acompañantes del viaje y de los conductores de los autobuses fue en todo momento agradable e incluso cariñoso. En esos momentos se siente el respeto por los mayores, por la gente que ha trabajado toda su vida y que, una vez jubilada, merece la atención y el reconocimiento de la sociedad, facilitándoles momentos de ocio y vacaciones con acompañantes que saben cómo tratarlos. Es un logro social que no debería perderse. A mí no me gustó mucho ese ambiente de grandes grupos yendo de aquí para allá todos juntos, porque todavía puedo, gracias a Dios, moverme por mi cuenta, pero no dejo de admitir que para muchas personas esta es la única forma de ver otras cosas y ciudades y salir de su casa.
No sé qué pintaba este rinoceronte en la recepción del hotel |
El hotel estaba bien y el buffet de las comidas era amplio y variado.
Vista de la piscina del hotel desde nuestra habitación |
Probando el palo en el balconcito de la habitación |
Martes, 01/03/2022 (Viaje con el IMSERSO)
Después del desayuno, nos reunieron en una sala para explicarnos el programa del viaje. Lamentablemente, nos dejamos llevar por el catastrofismo de la representante de Mundiplan a la hora de explicar los muchos inconvenientes que tenía alquilar un coche en lugar de hacer las excursiones por la isla con ellos. Fue un error, pero bueno, una vez elegidas y pagadas las excursiones, ya no quedaba vuelta atrás, solo tocaba aprovecharlas en la medida de lo posible.
La primera de esas excursiones fue esa misma tarde, un paseo en barco por la bahía de Palma.
Mientras íbamos en el bus camino del puerto, nos encontramos con la típica vista de la catedral de Palma de Mallorca. ¡Bellísima!
En el puerto, nos esperaba un barco con una parte cubierta y arriba al aire libre. Al principio nos sentamos abajo, pero luego, para ver mejor el paisaje, subimos.
Pili y Mati en la parte cubierta del barco |
En el vídeo superior, se ve el puerto de Palma desde la parte alta del barco. Y en el inferior, ya vamos dejando atrás la marina de Palma.
La bahía de Palma es una de las tres grandes bahías de la isla, junto con las de Alcúdia y Pollença (que vimos el domingo). La amplia bahía de la capital abarca tres municipios: Palma, Calvià y Llucmajor y es la zona más poblada de la isla. Ocupa unos 260 km cuadrados y está delimitada por los cabos de Cala Figuera y Cap Blanc.
Es uno de los mejores campos de regatas de Europa, como la Copa del Rey-Maphre o el Princesa Sofía. Y durante los meses de invierno, gracias al buen tiempo del que disfruta la isla, es lugar de entrenamiento elegido por equipos de vela de todo el mundo.
Acoge bellas playas como las de Portals Vells, Son Maties, Portals Nous, Ses Illetes, Can Pere Antoni, S'Arenal (donde estábamos nosotras alojadas) y Cala Blava, a cuyo alrededor han crecido centros turísticos y residenciales con todo tipo de servicios, como Magaluf, Palmanova, Ses Illetes, Platja de Palma, Can Pastilla y S'Arenal.
Mati con el fondo de la marina de Palma |
La catedral vista desde el barco a medida que nos alejábamos |
Pili en la parte trasera del barco |
Mati y Manoli felices por empezar estas pequeñas vacaciones |
Este Palacio (que en español significa "Palacio del Mar y el Viento") está situado en el núcleo turístico de Cala Major. Es la residencia de verano de la familia real española. A diferencia de la residencia oficial del Palacio Real de la Almudaina, Marivent no pertenece al conjunto de residencias de la familia real española que son Patrimonio Nacional, sino que su titularidad corresponde a la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares.
En el vídeo, Cala Major desde el barco. Es una localidad turística pensada para familias que cuenta con una amplia playa de arena con vistas a la bahía de Palma. A raíz del resurgimiento de esta zona se han inaugurado algunos hoteles boutique y restaurantes, ubicados entre cafeterías que ofrecen desayunos durante todo el día y pubs de estilo británico.
Una gaviota en el cielo azul de la Bahía de Palma |
Precioso ver el vuelo de una gaviota jugando con el viento mientras sigue el barco.
E iniciamos el regreso.
El autobús nos recogió en el puerto y nos llevó de regreso a S'Arenal. A tiempo para presenciar una hermosa puesta de sol.
Miércoles, 02/03/2022 (Viaje con el IMSERSO)
Habíamos reservado este día para realizar por nuestra cuenta un recorrido por Palma, aprovechando las actividades ofertadas por Civitatis. El punto de encuentro era la estatua de Jaume I en la Plaza de España, a las 11:00 de la mañana. En esa Plaza nos dejó el taxi que cogimos a la puerta del hotel.
Lo primero que encontramos fue un curioso monumento que, por un lado, es un termómetro que informa, además, de las temperaturas medias de la isla según las distintas estaciones del año; por otro, es un pluviómetro, que informa de la lluvia media en las distintas localidades de la isla en las diferentes épocas; una tercera cara es un barómetro y, finalmente, hay un lado que informa de las distancias de los pueblos y ciudades más importantes de la isla con relación a Palma.
Esta joya se inauguró el mismo año que se hundió el Titanic y empezó a rodar el tren de Sóller (1912).
La gente se sentaba en los bancos y alimentaba las palomas disfrutando de un día estupendo.
Enseguida vimos la estatua de Jaume I, quien el 31 de diciembre de 1229 conquistó la ciudad musulmana de Madina Mayurqa.
Pili frente a la estatua de Jaume I |
Junto a la Plaza de España, se alza el Convento de los Capuchinos.
En 1623 ya se había intentado llevar a Palma una comunidad de frailes de esta orden, pero, debido a la oposición de los franciscanos, no fue hasta 1626 que llegaron los primeros religiosos procedentes de Zaragoza. Sin embargo, no obtuvieron el permiso hasta 1677. Entre 1680 y 1683, comenzó la construcción del primer convento situado fuera de la muralla, en un lugar cercano a la Puerta de Jesús. Posteriormente, con el pretexto de mejorar la defensa de la ciudad, se ordenó su derribo, cosa que se hizo en 1771, lo que obligó a los frailes a cobijarse en varios lugares de forma provisional mientras se gestionaba su establecimiento dentro de los muros. En 1778 comenzaron las obras del nuevo convento y la iglesia se bendijo en 1791. La orden fue suprimida en 1836 y solo se pudo salvar la iglesia del derribo ordenado en 1861. La presencia capuchina en Palma se restauró en 1906, cuando les fue devuelta la iglesia.
Desde aquí nos dirigimos con la guía, encantadora, por cierto, al Mercat de l'Olivar.
Pili escuchando las explicaciones de la guía sobre este lugar |
Mati y Manoli escuchando a la guía en el Mercat. Tras ellas, el olivo |
Llegados a este punto, la guía nos explicó que en Palma se cuida mucho la arquitectura y se trata de mantener el equilibrio del entorno. Sin embargo, si uno mira hacia el sur de la plaza se encuentra con esto:
Desde mi punto de vista, es un crimen urbanístico. No creo que se pueda decir que en este caso se ha mantenido el equilibrio del entorno... tapar la fachada de la iglesia con este edificio moderno no ha sido, precisamente, un acierto.
Actualmente, tiene el grado de basílica, concedido por el Papa Francisco en 2018. Está considerada una de las iglesias más antiguas de Palma y ocupa el lugar en donde antiguamente se situaba una mezquita. La leyenda dice que está dedicada al Arcángel Miguel por ser el patrono del dominico fray Miguel de Fabra, confesor de Jaime I de Aragón el Conquistador.
Llegamos, entonces, a la Plaça Major, situada a pocos metros de la basílica. El espacio que ocupa es el del antiguo convento de San Felipe Neri y algunas casas vecinas. Hasta el año 1823, fue sede de la Inquisición. Diez años después del derribo de esta sede, se iniciaron las obras de la primera ala, que terminaron en 1838. Las obras se prolongaron hasta bien entrado el siglo XX, con la construcción de un aparcamiento subterráneo y unas galerías comerciales que hoy están prácticamente abandonadas (según la guía, da miedo bajar ahí).
Tiene planta rectangular y el perímetro porticado, sobre el que se alzan edificios de tres o cuatro pisos.
Nos detuvimos a contemplar dos edificios de bella arquitectura. Palma me resulta fascinante en este sentido. Vayas por donde vayas te encuentras con fachadas que enamoran. Sobre todo, hay que destacar los edificios modernistas.
En estas tres fotografías, vemos la fachada de Can Forteza-Rey, una de las joyas modernistas del centro de Palma. Está a escasos metros de la Plaça Major y tiene numerosos elementos de interés que hacen de este edificio una pieza única del modernismo mallorquín. Se aprecian las baldosas fragmentadas (de la fábrica La Roqueta) de clara influencia de Gaudí así como una fantasiosa cara custodiada por dragones alados situada en el balcón del segundo piso. También sobresalen las barandillas de hierro forjado y la numerosa ornamentación floral.
En toda la fachada se aprecia claramente la influencia de la Casa Batlló y el Parc Güel de Barcelona. Es un edificio originalmente destinado a viviendas, de cinco plantas, cuyo impulsor fue Forteza Rey, quien realizó la decoración interior y el proyecto de la fachada.
La fachada presenta una superficie rugosa original y está decorada con cerámicas de colores provenientes de la mítica fábrica de cerámicas mallorquinas, La Roqueta. Llaman la atención los balcones triangulares del piso superior.
En la fotografía, vemos a Mati y a Pili escuchando atentamente las explicaciones de la guía sobre otro elemento que llama la atención en la fachada: el Banc del si no fos o Banco de los vagos. Parece ser que en cada pueblo hay uno como este. Se dice que en él se sienta la gente de edad avanzada o gente que está ociosa que se escuda en diferentes excusas para no moverse: "Si no fos pel reuma...", "Si no fos que no hi veig...", etc.
Frente al Consistorio de Palma se alza el conocido olivo de la Plaça de Cort. Este árbol, catalogado y protegido, es uno de los objetos más fotografiados por turistas y residentes. Creció en una finca de Pollença, propiedad del empresario Jaime Batle Manresa, hotelero y expropietario de autocares Batle.
Entramos en la recepción del edificio para ver los gigantes que posee el Ayuntamiento. Esta tradición data de 1734, pero la idea de utilizar a personas reales como modelos no surgió hasta 1904. La pareja de gigantes que vemos en la fotografía se conocen como Tofol y Francinaina (anteriormente hubo otros que se perdieron durante la Guerra Civil).
En los años 40, los originales de los que hoy vemos fueron derribados por una ráfaga de viento y posteriormente objeto de vandalismo. Por ese motivo, en los años 60, el Ayuntamiento encargó otros, hechos de cartón y madera, que presentaban un gran parecido con los del inicio del siglo. A ellos se han unido otros dos gigantes.
Seguimos la visita adentrándonos en las callejas medievales para descubrir restos de las antiguas murallas. Eran torres y baluartes unidos por muros que rodeaban la ciudad, la cual llegó a su esplendor durante el medievo. Se cree que fueron los árabes establecidos sobre la antigua base romana los que finalizaron las murallas medievales en 1115. A lo largo de la historia, estas murallas se reconstruyeron hasta un total de 5 veces, siendo destruidas definitivamente en 1873 según el Plan Calvet.
La ciudad de Palma fue fundada en el año 123 a. C. por Quinto Cecilio Metelo, quien la eligió por ser un lugar estratégico. Se construyó entonces una pequeña ciudadela donde ahora se encuentra La Almudaina Real. Las murallas medievales proceden de este primer residuo que se levantó en el siglo II a. C.
Entrada a la parte posterior del Palacio Episcopal en la que se halla ese punto en común entre la muralla romana y la medieval |
Estanque en el jardín del Palacio Episcopal |
Pili y Mati en el estanque |
A finales del siglo XIII, se inició el proceso de refuerzo de las defensas musulmanas. Y más tarde se inició la construcción de la muralla renacentista, parte de la cual aún se puede ver junto a la Catedral.
Habíamos llegado a la Catedral-Basílica de Santa María de Palma. En mallorquín se la conoce como La Seu (nombre que reciben las catedrales en la Corona de Aragón). Es un templo de estilo gótico levantino construido a la orilla de la bahía de Palma. Se asoma al mar por encima de las murallas romana y renacentista que protegían a la ciudad. En 1931 fue declarada Monumento Histórico Artístico.
Es la catedral con el mayor rosetón del mundo gótico, mayor rosetón original de todas las catedrales góticas europeas (13 m de diámetro). Existen catedrales con rosetones de mayores dimensiones (hasta 15 m de diámetro), pero pertenecen al neogótico. También es una de las catedrales que tiene más altura en su nave.
La guía nos explicó que en su construcción original la catedral presentaba numerosos defectos de estructura (incluso provocando la caída de la fachada), lo que de alguna manera le ha dado ese aire especial y diferente al resto de catedrales góticas.
Su construcción se inició en 1229, después de la conquista de la isla por la Corona de Aragón. El rey Jaime I decidió derribar la antigua mezquita de Medina Mayurqa para construir un gran templo dedicado a Santa María, debido a que, al estallar un fuerte temporal durante la travesía por mar hasta Mallorca para conquistarla, prometió construirle a la Virgen una catedral si esta les salvaba de la muerte.
En 1346 fue el rey Jaime III quien asistió a su consagración una vez que se consideró finalizada. Sin embargo, los trabajos y acabados continuaron bastantes años después, ya que no se terminó hasta 1601. En rigor, hay que decir que se sigue restaurando y reformando cada poco tiempo.
¿Por qué la Catedral no mira hacia el mar, como sería de esperar, y en su lugar adopta una posición paralela a la línea de la costa? La guía nos explicó que eso se debe a que las catedrales deben estar orientadas de este (lugar por donde sale el sol) a oeste (lugar por donde se pone el sol).
En este punto, terminó la visita gratuita. Nosotras habíamos reservado la visita del interior de la catedral, de pago, que hicimos a continuación con la misma guía.
Antes de pasar al interior, la guía nos amplió la información sobre el exterior. Nos llevó hasta la Puerta del Mirador o Puerta Sur, que está decorada con esculturas de Guillermo Sagrera. Esta puerta es de espectacular belleza por su ornamentación con motivos geométricos y vegetales. La Virgen que está en ella es una copia de la original, que se guarda en la Sacristía bastante deteriorada por la erosión y el tiempo.
Nos acercamos después al campanario.
Está sin terminar y está ligeramente inclinada en relación con el plano de la catedral. Presenta la forma de una torre con un total de 9 campanas y está orientada hacia la Meca por haberse aprovechado la antigua mezquita musulmana para su construcción.
Entramos a la catedral por la puerta que se ve al fondo en la fotografía superior. Junto a ella, vemos otro edificio de gran belleza arquitectónica.
Por aquí se accede a la Sacristía, conocida como la Sacristía dels Vermells, hoy ocupada por una de las salas del Museo Capitular. El nombre deriva del color del hábito que vestían los pequeños cantores que antiguamente se ponían y quitaban sus capas rojas en este espacio. El recinto está dividido en dos partes bien diferenciadas. El portal de la primera es de estilo gótico y está abierto en el muro de la base de la torre del campanario. Su principal característica es la oblicuidad de la pared del fondo respecto de la orientación general de las naves, consecuencia de la desviación del muro del campanario, tal y como ya hemos señalado.
A la segunda parte se accede por una hermosa puerta barroca que da paso a una sala elíptica ricamente decorada con motivos florales y que, probablemente, sea obra de Francisco Herrera.
Entre los objetos que se pueden ver en la Sacristía destacan los siguientes:
a) Un gran ostensorio, llamado Gran Guardia (Custodia Alcalde). Es una obra de orfebrería de 1585 de plata cubierta de oro que desfila todos los años durante la procesión del Corpus Christi.
b) Un altar portátil que se cree que perteneció al rey Jaime I el Conquistador. Se trata de un díptico de madera y plata que data de mediados del siglo XIII. Sus pequeños compartimentos contienen reliquias de los santos.
c) El retablo de Santa Eulalia, de Joan Loert (siglo XIV).
d) El retablo de San Sebastián, patrón de Palma, de Alfons de Sedano (finales del siglo XV).
e) En el centro de la sala gótica, está la tumba de Sancho Gil Muñoz, el antipapa Clemente VIII (un antipapa es la persona que, con la intención de ser reconocido como tal o tomar su lugar, usurpa o pretende usurpar las funciones y poderes que corresponden al papa de la iglesia legítimamente elegido), sucesor de Benedicto XIII, el Papa Luna. Clemente VIII abdicó y fue nombrado obispo de Mallorca. Según la leyenda, quería ser enterrado sentado en una silla y dispuso la colocación de su tumba en el centro de la habitación gótica, motivo por el cual luego se construyó la nueva sala capitular.
Parece ser que el tal obispo no era muy buena persona. La prueba, según la leyenda, es que del techo cuelga, sobre la misma tumba, una especie de florón que dicen que caerá cuando el difunto pase al paraíso, cosa que hasta el momento no ha ocurrido, jejejejeje.
Cúpula de la parte barroca de la sacristía |
f) En la sala capitular barroca se conservan muchas reliquias, entre las que destacan el brazo de San Sebastián ofrecido en 1523 por el Decano de Rodas y una escultura relicario de San Vicente Ferrer.
La guía nos contó la historia de por qué San Sebastián es el patrón de Palma. Parece ser que en el siglo XVI se produjo una virulenta epidemia de peste negra provocada por el contagio de un pasajero que había llegado a la isla con la enfermedad muy extendida. La peste se propagó rápidamente por la ciudad, debido a la estrechez de las calles y a la reunión de la gente en las iglesias, ya que a los templos acudían a la vez los sanos y los enfermos para implorar la ayuda divina. Entonces, atracó en el muelle un barco con caballeros de la orden de San Juan de Rodas, que llevaban consigo lo que aseguraban que era una reliquia de San Sebastián, un brazo. Curiosamente, su llegada coincidió con una disminución de los casos de peste, por lo que muy pronto se le atribuyeron a la reliquia efectos milagrosos. Cuando los caballeros quisieron salir del puerto, una tormenta muy fuerte se lo impidió, lo que hizo pensar que San Sebastián quería que su brazo se quedase en la isla, como así fue.
Desde la Sacristía accedimos a la nave central de la Catedral a través de un arco, el portal renacentista del antiguo coro, que, desde 1904, ocupa este lugar trasladado por orden de Gaudí durante la restauración que le fue encargada. Antiguamente, ocupaba el centro de la nave central. Colocándolo en el lateral, la nave ganaba espacio.
Al final del vídeo, se puede ver una de las joyas de la Catedral, la capilla del Corpus Christi, colateral a la del Santísimo, en el ábside izquierdo de la cabecera. Construida en el siglo XIV, esta capilla estaba dedicada inicialmente a San Mateo y, con posterioridad, al Sagrado Corazón de Jesús, con la denominación latina de Corpus Christi, nombre que conserva en la actualidad. Destaca su magnífico retablo barroco, de madera dorada y policromada, terminado probablemente en 1641. Es obra del escultor mallorquín Jaume Blanquer, enterrado en la parte trasera del retablo. También se encuentra aquí la tumba del primer obispo de Mallorca, Ramón de Torrella.
La guía llamó nuestra atención sobre la extraña perspectiva que se adoptó para recoger la Última Cena.
En el vídeo también se ven elementos introducidos por Gaudí. A principios del siglo XX, entre 1904 y 1914, fue contratado por el obispo de la diócesis en aquel tiempo, Pere Camins. Su reforma fue muy criticada por la demolición de diversos elementos, como el Corredor dels Ciris, de estilo mudéjar. Sin embargo, otros la alaban por haber recuperado parte del espacio original.
Los principales cambios introducidos por Gaudí fueron los siguientes:
1- La eliminación del coro que estaba situado en el centro de la nave. Fue dividido en dos y trasladado a los laterales, colocándolo sobre sendos grupos de columnas.
2- La elaboración de un baldaquino para el altar mayor (es un proyecto inacabado, porque el existente es una maqueta del definitivo que debería haberse realizado en metal)
3- La creación de un nuevo púlpito (situado a la izquierda del altar mayor) y
4- La introducción de diferentes elementos ornamentales de diseño modernista (el cierre del altar mayor y las llamadas "tobilleras" o candelabros colocados en los pilares que sostienen la nave central, que también se ven en el vídeo superior y en la fotografía inferior)
Otras dos aportaciones importantes de Gaudí son el mobiliario y las vidrieras. En el mobiliario, podemos destacar el banco para los oficiantes del altar, un taburete, un atril y la preciosa escalera plegable para acceder a la exposición del Santísimo Sacramento. En el caso de las vidrieras, Gaudí utilizó un nuevo método para darles color que consistía en superponer tres cristales de colores primarios (amarillo, azul y rojo).
De 2000 a 2007, el artista Miquel Barceló realizó el recubrimiento de la Capilla del Santísimo, con 300 metros cuadrados, en donde recrea la iconografía evangélica de la Multiplicación de los Panes y los Peces junto a las bodas de Caná. Tiene numerosos detractores, personas que consideran que este tipo de decoración no es adecuado para una iglesia.
Las paredes de la capilla están recubiertas de arcilla, en las que el artista ha pintado y esculpido, en el lado izquierdo, escenas de los fondos marinos y, en el lado derecho, alusiones a los productos que se obtienen de la tierra.
Tras el altar, una imagen sobresale de las paredes, representando a Jesús, aunque parece ser que el modelo es el mismo Barceló.
Barceló es también el autor de las vidrieras de 4 m de altura. Están pintadas en grisalla para recrear la luz bajo el agua.
La decoración de esta capilla desde luego no deja indiferente a nadie.
Nos despedimos de la guía tras preguntarle por algún sitio para comer. Nos recomendó uno, dijo que pidiéramos un "variat". Lo hicimos, pero lo cierto es que no fue gran cosa. Sin embargo, al menos, pudimos descansar después de haber pasado toda la mañana andando.
Después de comer, despacito, iniciamos el recorrido de vuelta a la Plaza de España para coger el autobús hasta el hotel. En el camino, nuevas muestras de la arquitectura modernista de Palma.
Can Casasayas y Pensión Menorquina |
Can Corbella, de estilo premodernista y neomudéjar, de fines del siglo XIX |
Llegamos a S'Arenal a tiempo de ver la puesta de sol.
Jueves, 03/03/2022 (Viaje con el IMSERSO)
¡Cómo nos costó madrugar! Pero nos habíamos apuntado a esta excursión al noroeste de la isla y no quedaba otro remedio que ponerse en marcha.
Durante el viaje, la guía nos fue contando historias sobre los muchos famosos y celebridades que tienen casa en la isla y la visitan con asiduidad. Entre ellas, Michael Douglas, que comenzó a frecuentar la isla a raíz de su matrimonio con Diandra. Después del divorcio, parece ser que la casa quedó un tanto abandonada, pero la nueva esposa de Douglas, Catherine Zeta-Jones, ha vuelto a pasar temporadas en ella.
El paisaje de la isla es llano en general y está cubierto de almendros (algunos en flor, otros no), algarrobos y olivos (aunque estos se dan más en la zona de la sierra). Solo al norte, la isla se ve atravesada de este a oeste por las estribaciones de la Serra Tramuntana. Precisamente, esa zona montañosa es la que más me gustó. El resto de la isla no me llamó particularmente la atención.
Antiguamente, la vid, introducida por los romanos, era el cultivo estrella de la isla. Pero una plaga de filoxera acabó con las plantas de la isla y se decidió sustituirlas por almendros. No obstante, todavía es importante la producción de vino, no en cantidad sino en calidad, muy apreciada por los alemanes, visitantes frecuentes de la isla.
Llegamos al Monasterio de Miramar, en el norte de la isla, entre las montañas de la sierra y el mar. Es un lugar poco conocido, aunque últimamente se le está dando bastante importancia por ser un lugar de extraordinaria belleza.
La guía nos dio todo tipo de explicaciones de este edificio, relacionado con dos grandes figuras históricas de la isla: Ramón LLull y el Archiduque Luis Salvador de Austria.
Ramón Llull está considerado como uno de los primeros escritores en usar una lengua neolatina, el catalán, para expresar conocimientos filosóficos, científicos y técnicos. Se le atribuye la invención de "la rosa de los vientos".
De familia catalana, Llull nació en Palma, lo que, según Umberto Eco, fue determinante para él, ya que en ese momento, Mallorca era una representación clara de las tres culturas: cristiana, islámica y judía. Jaime I lo nombró preceptor de su hijo, el que sería el rey Jaime II. A partir de ahí, su ascenso en la corte de Aragón fue meteórico. Parece ser que, durante esos años en la corte, llevó una vida licenciosa y alegre, disfrutando de todo tipo de lujos con gran ostentación y teniendo amoríos y adulterios declarados.
Pero, a los 30 años, su vida dio un vuelco tras confesar que, durante cinco noches consecutivas, había tenido visiones de Cristo Crucificado. Eso le llevó a vender sus propiedades y todo su patrimonio para darles a su mujer y a sus hijos la herencia que les correspondía. Luego, los abandonó para predicar en los caminos. Se retiró a una cueva en el Monte de Randa donde se entregó a la meditación y a la contemplación y, por último, ingresó en el monasterio cisterciense de La Real donde los monjes le enseñaron latín, gramática y filosofía, tanto islámica como católica.
Con el dinero obtenido por la publicación de su obra, Ars demostrativa, inició la construcción del Monasterio de Miramar, con la intención de formar misioneros para cristianizar a los árabes. Su sueño era convertir a todos los infieles de Tierra Santa. Sin embargo, no tuvo éxito en su empeño e inició un acercamiento a la Orden Franciscana.
A lo largo de su vida, realizó numerosos viajes, en uno de los cuales estuvo a punto de fallecer lapidado y de hecho, parece ser que, finalmente, fue linchado por una turba de airados musulmanes cuando regresaba hacia Mallorca desde Túnez. Está enterrado en la Basílica de San Francisco de Palma de Mallorca. Su inmensa obra escrita merece un estudio en profundidad.
Restos del Claustro del Convento de Santa Margarita, en Palma, que el Archiduque hizo traer hasta aquí |
Pequeña capilla que estaba situada en el interior del Monasterio |
Manoli, Pili y yo en la entrada de la casa de Miramar |
En 1872, el terreno fue comprado por el Archiduque Luis Salvador de Austria que había quedado prendado de la belleza de su entorno paisajístico. El lugar ahora es de propiedad privada, pero su museo, el interior de la casa y sus jardines se pueden visitar a un precio reducido.
El Archiduque Luis Salvador de Habsburgo-Lorena fue un erudito y mecenas de la dinastía imperial de Habsburgo. Era el undécimo hijo de Leopoldo II y el noveno de su segunda esposa, la princesa María Antonieta de las Dos Sicilias. Tenía fama de ser un joven aplicado, despierto y ávido de conocimientos, que se dedicaba, preferentemente, al estudio de las lenguas extranjeras, al dibujo, a las Ciencias Naturales y a la Geografía.
Su vida en palacio no era tan perfecta y bella como se podría pensar. Se dice que sobre los Habsburgo pesaba una legendaria maldición. Alberto I y Leopoldo III fueron asesinados; María de Borgoña murió de una caída; Felipe I el Hermoso falleció muy joven a causa de un posible envenenamiento; Juana la Loca murió de amor; Carlos I de España y V de Alemania era epiléptico; Rodolfo II tenía un carácter psicopático; María Antonieta de Francia fue guillotinada; Matilde, la hija del Archiduque Alberto, murió quemada en una fiesta; Juan Nepomuceno desapareció en las profundidades del océano en compañía de su amada; Maximiliano José fue fusilado en Querétaro y su viuda, Carlota de Bélgica, vagó por Europa como una orate; Rodolfo, el príncipe heredero, se suicidó junto a su amada; la hermana de la emperatriz Sisí, Sofía Carlota de Baviera, murió víctima de un incendio que costó la vida a 117 personas y su cuñado se ahorcó en un hotel de Zürich; Carlos III, duque de Parma, murió asesinado en plena calle; el archiduque Guillermo, gran aficionado a la equitación, murió al caer de un caballo; Luis II de Baviera, el rey loco, acabó sus días ahogado; Isabel de Austria y Hungría, más conocida como Sisí, la emperatriz errante, esposa de Francisco José, que visitó en varias ocasiones a su primo en su refugio balear, fue asesinada por un anarquista. Y en Sarajevo, el 28 de junio de 1914, fueron asesinados el príncipe heredero de Austria-Hungría, Francisco Fernando de Austria, y su esposa Sofía.
Aunque el Archiduque no sufrió ningún percance maléfico, padecía una extraña enfermedad llamada "elefantiasis", que le hacía carecer de la agilidad que una persona normal posee. Se movía con dificultad y tenían que ayudarle para ir de un lugar a otro. Eso no le impidió hacer honor a su alta alcurnia y ser una bellísima persona, de gran erudición y cultura.
Fue el precursor del turismo en las Islas Baleares. Llegó por primera vez a Mallorca en 1867, viajando de incógnito bajo el nombre de Conde de Neudorf. Tiempo después fijó su residencia en "La Estaca" (hoy posesión de Michael Douglas), suma de una decena de fincas pertenecientes a los municipios de Valldemossa y Deiá, desde donde la vista al Mar Mediterráneo es fabulosa. Sus tierras se dedicaron al cultivo de verduras y legumbres, árboles frutales y viñas, con las que elaboró vinos premiados en las exposiciones internacionales de Madrid, París, Chicago y Barcelona, en donde también fue premiado el aceite de Son Moragues, otra de sus fincas.
Su amor por la cultura y las artes hizo de él un auténtico mecenas y por Miramar, otra de sus posesiones, próxima a Son Marroig, otra más, pasaron gentes de toda clase y condición. Murió en 1915, designando heredero universal a Antonio Vives y Colom, su secretario personal, colaborador y hombre de confianza que había conocido en Mallorca y que le había acompañado desde 1872 hasta su muerte.
La antigua cocina de Miramar, solo se puede ver desde la puerta |
Prolífico escritor de su entorno, de su vida y de su amor mallorquín, Catalina Homar, payesa que empezó trabajando para él y que acabó convirtiéndose en la "Madona de S'Estaca", es reconocido en toda la isla por la propaganda que de ella hizo en toda Europa.
Retrato de la Emperatriz Sisí, prima del Archiduque, que se conserva en la casa |
En el interior de la casa de Miramar destaca esta escultura dedicada a Wrastislao Vivorny, primer secretario del Archiduque, que murió a los 24 años de edad por una insolación cuando iba de Miramar a Palma para ver a su amada.
Fachada posterior de la casa que da a la terraza desde la que se contemplan las magníficas vistas de la costa. Al lado del portal, una gran ancla proveniente del Nixe II |
En esa formación rocosa, conocida como Foradada sa bona, que ofrecía un buen refugio contra los temporales de este y noreste, no contra los de la Tramuntana, no era extraño ver el yate Nixe del Archiduque anclado a su abrigo. En el interior de la casa, hay una reproducción del camarote principal del yate.
Se encuentra en perfecto estado de conservación. Cuenta con una prensa mecánica y sobre el rulo se puede ver la fecha de 1934.
Es un árbol conocido como Melia Azedarach. Florece en abril o mayo. Los frutos son globosos, de 8-25 mm, de color crema o anaranjado al madurar. Se disponen en grupos colgantes numerosos y muy característicos que permanecen en el árbol una vez que se ha desprendido de las hojas.
Fachada de la cartuja y busto de Chopin en los jardines |
Chopin compuso ahí sus Preludios Op. 28 y Sand escribió Un invierno en Mallorca.
Finalmente, y como ya dijimos, uno de los principales reclamos del pueblo en la actualidad hace referencia a que Valldemossa fue el destino elegido por el compositor Frédéric Chopin y su amante, la escritora francesa George Sand, para pasar el invierno de 1838 (en principio, habían ido a Barcelona, pero Chopin estaba enfermo de tuberculosis y fue expulsado de la pensión en donde se alojaban). Ocuparon dos celdas de la Cartuja y no eran bien vistos por la gente del pueblo, que no entendía la relación entre los amantes y la fuerte y extraña personalidad de la autora francesa.
Fuente en la plaza de la Cartuja frente a la caseta donde se venden los tickets de entrada |
Mati y Pili esperando por las entradas que recogía la guía |
Fachada de la iglesia de la Cartuja |
La Cartuja es un enorme conjunto monumental donde destacan la iglesia, con frescos del cuñado de Goya, una antigua farmacia, diversas estancias y colecciones de arte.
Antigua farmacia de la Cartuja de Valldemossa |
Mati y Pili con los gigantes que representan al compositor y la escritora |
Jardincito posterior a las celdas que ocuparon Chopin y Sand y vídeo en el que podemos apreciar las vistas |
Mati, Pili y yo en el jardín de las celdas de Chopin y George Sand |
Mati y Pili en el jardín de entrada con la figura de Rubén Darío al fondo |
Por fin, la guía nos dejó un tiempo libre para pasear por el pueblo. Las calles de Valldemossa son preciosas, empedradas y repletas de plantas.
Las cuatro en las calles de Valldemossa |
Mati entrando en la pastelería en donde compró otro de los pasteles populares en la isla: el gató de almendra.
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Después de comer, decidimos alquilar un coche para ir hacia la costa este que no íbamos a visitar con ninguna de las excursiones del IMSERSO. En concreto para ir a la Cala del Moro, de la que Pili nos había hablado y en la que sus hijos se habían hecho unas fotos muy bonitas al visitar la isla.
Está considerada una de las calas más bonitas de Mallorca, por su arena blanca y el azul turquesa de sus aguas y, sobre todo, por su enclave natural entre pequeños acantilados y vegetación. Está situada cerca de la urbanización Cala Llombards, a 6 km de Santanyí. Tiene difícil acceso.
Nosotras la confundimos con la cala inmediata, s'Almunia.
Después de haber estado allí, nos enteramos de que desde s'Almunia se podía acceder a la Cala del Moro a través de las casetas de pescadores, cosa que no hicimos porque no lo sabíamos. Y cuando intentamos buscar el sendero que lleva a ella desde arriba, tampoco lo encontramos. En fin, no perdimos nada, porque s'Almunia es también un sitio precioso.
Pili antes de bajar a la cala |
Escaleras que bajan a la cala |
Manoli, Mati y Pili descendiendo a la cala |
En las fotos que siguen, vemos a Pili en la cala y tras ella, en la segunda, vemos las casas de pescadores por las que debíamos haber accedido a la parte alta de la Cala del Moro.
Mati y Pili practicando con el palo |
Fantástico color del agua |
Pili saludándome cuando yo subía |
Uno no se cansa de mirar el color del agua |
Desde aquí, y tras intentar acceder al faro de Cap Salines, totalmente vallado, nos dirigimos a la Colonia de Sant Jordi. Teníamos intención de ver la puesta de sol.
Viernes, 04/03/2022 (Viaje con el IMSERSO)
¡De nuevo tocaba madrugar! Sin embargo, un inesperado accidente nos tuvo casi una hora de pie esperando a que llegara el autobús que nos iba a llevar a coger el tren de madera que conduce a este pueblecito: el primer autobús había roto la luna trasera al aparcar delante del hotel.
Sóller está considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Una de las formas más románticas de llegar a él desde Palma es un antiguo tren de madera que atraviesa las montañas de la Serra Tramuntana. Sale de una pequeña estación situada en la Plaza de España de Palma, pero a nosotros los autobuses nos llevaron a cogerlo a la salida de la ciudad. ¡Qué horror! No sé cuántos cientos de viajeros del IMSERSO nos juntamos allí. Menos mal que pudimos acceder a un vagón en el que encontramos asiento.
Funciona desde 1912 y aún conserva los vagones de madera llenos de evocadores detalles de aquella época. Durante más de una hora atravesamos la Serra de Tramuntana a baja velocidad, lo que nos permitió disfrutar del paisaje, primero llano y después, cada vez, más accidentado.
Vemos cómo los almendros y algarrobos de la llanura van dando paso a los olivos y pinos de la montaña. Y entonces paramos en un mirador, en Bunyola:
Este tren privado, con un recorrido de 27.3 km desde Palma, llega a cruzar hasta 13 túneles, de los cuales el más largo tiene 3 km.

Llegamos a Sóller y nos dejaron un poco de tiempo libre, pero totalmente insuficiente para ver todas las maravillas que el pueblo tiene para ofrecer. ¡Lamentable! Prácticamente, de lo único que pudimos disfrutar fue de la Plaza de la Constitución que, en realidad, es el corazón del pueblo. ¡Con lo a gusto que nos hubiéramos quedado tomando una cervecita allí después de recorrerlo! Brrrrrrr...
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Edificio del Ayuntamiento en la Plaza de la Constitución |
Esta Plaza está presidida por los edificios del Ayuntamiento, la iglesia de San Bartolomé, el Banco de Sóller (hoy Santander) y Can Bordils, y flanqueada por animados bares, restaurantes y cafeterías. Aquí se celebran la mayoría de las fiestas y actos populares de la localidad y es el gran punto de encuentro de los vecinos y visitantes. Cuenta con un ágora central de piedra rosada y un surtidor de agua que aporta frescor a la plaza. El Ayuntamiento es un edificio barroco que presenta en lo alto de su fachada un gran escudo de Sóller.
La impresionante iglesia de San Bartolomé tiene su origen en un templo del siglo XIII. Su estructura es barroca, pero su fachada es modernista y su campanario, neogótico. También tiene una torre arqueada de 1912, con unas enormes agujas, que está suspendida sobre el rosetón.
El Banco de Sóller (hoy Santander) es el impresionante edificio que está junto al templo. Presenta ventanas de hierro forjado propias del modernismo, que están decoradas con una estructura de filigrana metálica. Es uno de los símbolos de la prosperidad y el esplendor de Sóller, alentados por la exportación de naranjas a Europa.
Por la plaza inicia su recorrido hasta el Port de Sóller, el tranvía eléctrico (que nosotras cogeríamos después).
Iniciamos la marcha por la calle principal, Carrer de Sa Lluna, una antigua vía medieval que se ha convertido en el eje comercial del pueblo. A principios del siglo XX, muchas de sus antiguas construcciones medievales fueron sustituidas por casas de estilo modernista y regionalista, algunas de las cuales han sobrevivido. Por ejemplo, en el número 50 de esta vía, se encuentra el inmueble más antiguo de Sóller, la Casa de Sa Lluna, que pertenece al Casal de Cultura-Museu de Sóller. Data del siglo XV y destaca por las piezas irregulares de sus muros, su portal de medio punto y la figura de la luna en cuarto creciente que sobresale por el arco de la puerta de acceso, para dar nombre a la calle.
Lamentablemente, como disponíamos de poco tiempo, no llegamos hasta ella. Sí vimos a todo correr, en el número 16, Can Prohom, una posada de 1758, y en el número 23 Can Bardí, una casa de estilo historicista.
El tranvía, entre naranjos y limoneros, nos llevó a Port de Sóller, única playa de la parte noroeste de la isla. Es una localidad preciosa, con un puerto y un paseo marítimo muy agradables, llenos de bares y restaurantes. Su playa, Playa del Través, es un arenal que bordea parte del puerto natural de Sóller. Su arena es fina y dorada. En el puerto se pueden contratar excursiones que te llevan en barco hasta una afamada cala, Sa Calobra (nos hubiera encantado hacer esta excursión por nuestra cuenta, pero habíamos visto en Internet que los barcos a Sa Calobra aún no estaban en funcionamiento... ¡una pena!)
Al final de este segundo vídeo se ve una callecita empinada que sube, desde la que, a medida que vas ascendiendo, se obtienen unas vistas preciosas de lo que es el pueblo, el puerto y la playa.
Desde aquí, Manoli no se animó a seguir subiendo, dijo que nos esperaba en alguna cafetería del puerto. Nosotras ascendimos hasta un mirador que nos permitió obtener nuevas vistas.
Si os dais cuenta, el Port de Sóller está situado en una bahía muy bien protegida. Pero si seguimos ascendiendo, hasta la Ermita de Santa Catalina, en donde se encuentra el Museo del Mar de Sóller, se contempla una bonita panorámica del Mediterráneo, con su azul tan increíblemente intenso. Yo llegué primero, mientras Pili y Mati se quedaban aún en el mirador, y le pedí a una pareja que me hiciese una foto allí.
Luego, se me unieron ellas y estuvimos haciendo selfis bajo la atenta mirada y las risas de unas extranjeras a las que luego hicimos nosotras unas fotos. ¡Cómo soplaba el viento!
Bajamos y nos unimos a Manoli. Aquí sí que nos dio tiempo a tomar una cervecita y unos compañeros del hotel, una pareja asturiana mayor, que estaban en el mismo sitio, nos invitaron a los pinchitos que ellos no se iban a comer. ¡Muy amables!
¡Qué pena no haber ido por nuestra cuenta y quedarnos a comer en un sitio tan agradable! Pero... hubo que regresar al hotel. Por otra parte, también nos vino bien poder descansar un rato, porque más tarde teníamos una visita guiada en Palma, sobre misterios y leyendas de la ciudad.
Nos llevó a Palma el mismo taxista que lo había hecho la otra vez y nos dejó en el mismo sitio de la Plaza de España. Allí nos encontramos con la guía, una chica jovencita que con su tono y su narración nos hizo pasar un rato de lo más divertido y entretenido.
Empezamos el recorrido junto a la estatua de Jaume I. Allí nos contó una historia relacionada con el tren de Sóller, ¡mira tú qué casualidad!. Parece ser que una pareja de ese pueblo recién casada se dirigía a Palma en él para tomar el barco e iniciar su luna de miel. Pero no iban dos, sino tres, porque la criada de la chica también los acompañaba. Esto sucedía en el año de la inauguración del tren. Pues bien, el marido se ausentó y, como tardaba en regresar, la esposa fue en su busca y los encontró en la parte posterior del vagón, en donde hay como una especie de balconcillo para ir contemplando el paisaje. Se inició una pelea entre las dos mujeres en la cual quedaron colgando de la barandilla y a punto de caerse a las vías. ¿A quién salvó el joven? Previsible: a la criada, jajajajaja. Pero la cosa no quedó ahí: por aquella época se produjo el hundimiento del Titanic y, como la pareja nunca regresó al pueblo, se dijo que se habían hundido con él en una especie de castigo del karma (lo cierto es que no pudo ocurrir así porque el trasatlántico se había hundido antes de la inauguración del tren de Sóller, pero... ya se sabe, las leyendas populares...)
Sin movernos aún del sitio, nos contó otra historia relacionada con la iglesia de los Capuchinos, utilizada como cárcel en diversas épocas de su historia. Curiosamente, muchas de las cosas que nos dijo a lo largo del recorrido están atestiguadas por documentos históricos, de los que ella nos enseñó fotos y leyó reseñas. En este caso, se trataba de Pedro Tudurí, a quien se aplicó el garrote vil, condenado por matar a tres personas y descuartizar y quemar sus cuerpos en la caldera de una tintorería de Palma (fue el último ajusticiado de Mallorca).
Tudurí confesó que en 1945 había matado a Bernardí Ramis, de unos 60 años, al que había golpeado con una barra de hierro en la cabeza tras mantener con él una discusión en el interior de la tintorería en la que trabajaba. Ocultó el cadáver hasta el día siguiente, luego le cortó los brazos y lo introdujo en la boca de la caldera del local para incinerarlo. Contó que deshacerse del finado fue muy trabajoso, porque, como no cabía, lo tuvo que ir empujando poco a poco a medida que se iba consumiendo.
Años después repitió la operación con un matrimonio que regentaba un hostal situado en un inmueble propiedad de Tudurí. Habían acordado comprarle la casa y le habían entregado una parte. Tudurí se citó con el hombre en la tintorería y lo mató con la misma barra de hierro. Como la mujer sabía que había ido a verlo y podría denunciarlo, la fue a buscar y le dijo que su marido la esperaba en la tintorería para cerrar el trato. Nada más entrar, la mató con la barra. De madrugada, los descuartizó y los quemó en la caldera y luego dijo a la gente que habían tenido que marcharse urgentemente a la península.
¡Fue el último ajusticiado de Mallorca!
El imponente edificio que aparece en el vídeo era la antigua Casa de la Misericordia. La guía nos explicó que todavía hoy las sastras y los guardias jurados del lugar aseguran que por las noches se producen apariciones y se escuchan extraños ruidos.
La guía nos habló de luces que se encienden y se apagan de madrugada, gritos de gente, espíritus de monjas, pasos y puertas que se abren y cierran. Todo ello relacionado con la construcción del edificio sobre un antiguo cementerio y el hecho de ser hogar de niños de la inclusa y ancianos sin familia y medios de subsistencia, además de funcionar como manicomio.
Dos de las encargadas de dar forma al vestuario de las producciones de la Fundación del Principal afirman haber vivido varios sucesos que les han encogido el alma. Lo cierto es que el edificio es muy antiguo e inhóspito y cuando se escucha algún ruido dan ganas de dejarlo todo y marchar para casa, cosa que han hecho en más de una ocasión. A pesar de las burlas de sus compañeros de trabajo, ellas no se ríen y hablan del llamado "Pati de les dones", en donde una vez se apareció una monja con una niña.
El edificio fue construido a principios del siglo XIX y poco ha cambiado desde entonces. Muchas de sus salas permanecen tal y como eran entonces, especialmente las de la planta superior. Cuando cae la noche, solo se quedan los vigilantes. Sea cierto o no todo lo que cuentan, en los últimos años han sido varias las personas que han dejado su trabajo ahí: un obrero se negaba a ir en horario de tarde porque escuchaba gritos y silbidos extraños y un guardia jurado salió por patas después de decir que había alguien que les hacía la puñeta y de madrugada encendía y apagaba las luces.
Se han llevado a cabo varios estudios en el edificio en busca de fenómenos paranormales. En uno de ellos se afirma haber grabado una psicofonía en la que la famosa monja se identificaba.
Llegamos, luego, a la Iglesia de Santa Magdalena.
Este convento tiene su origen en un hospital del que ya se tienen noticias a principios del siglo XIV. Con la presencia en el siglo XVI de la santa Catalina Tomás, se inició una esplendorosa etapa, bajo el mecenazgo del cardenal Despuig. Pero también se vivieron momentos muy convulsos y difíciles, tanto antes como después de la estancia de la santa.
En 1358, el obispo de Mallorca prohibió la entrada de ningún hombre en el convento. Cuál fue la razón o suceso para dar esta orden no se sabe en concreto, pero lógicamente tuvo que ser algo grave.
La historia cuenta que el conde de Ayamans, Miquel Ballester de Togores, tenía serios problemas con su esposa, Margarida Despuig. Aprovechando que su marido estaba en Madrid, la esposa decidió ingresar con las monjas de Santa Magdalena. Al enterarse del asunto, el conde le escribió desde Madrid ordenándole que abandonara el convento y regresase al hogar conyugal, cosa que ella no hizo.
El conde decidió regresar a Mallorca y con ayuda de un grupo de hombres armados asaltó el convento en busca de su esposa. Obligaron a las monjas a dejar sus celdas en camisón. A pesar del escándalo, no encontró a su esposa, ya que le había dado tiempo a esconderse entre los colchones de otra celda. Las monjas demostraron tener mucha fortaleza, pues no cedieron ante las amenazas del conde y se negaron a desvelar el paradero de su esposa. Cuando los hombres se fueron, las monjas despertaron a toda la ciudad haciendo repicar las campanas del convento. Se ordenó entonces el arresto del conde y de sus secuaces.
La guía nos introdujo entonces en las callejas medievales de la ciudad.
Y, de repente, nos encontrábamos en la antigua judería de Palma, Call en mallorquín. Los judíos mallorquines, como en otras tantas partes de Europa, fueron una minoría discriminada, recibiendo en la isla un nombre que los singulariza: xuetes.
El Call está formado por calles tranquilas y estrechas, algunas de ellas sin salida. De hecho, Call significa "callejuela". Debido a la persecución de los judíos, pocos restos artísticos quedan para dar fe de su presencia. Sin ir más lejos, la sinagoga fue sustituida por la actual iglesia de Montesión. Si giramos a la izquierda y caminamos unos pasos por el Carrer del Vent, "Calle del Viento", (normalmente hace mucho viento en ella por las corrientes de aire que se forman entre las callejas), se ve un marco que pertenecía antiguamente a una de las entradas laterales del templo. El motivo de su cierre y tapiado fue muy popular y de ahí se derivó una leyenda entre el demonio y Jesús.
El demonio quería repartirse con Jesucristo las almas de los feligreses de Montesión. Jesús le propuso al demonio que podría quedarse con todas las que salieran por esa puerta lateral. Este aceptó y se quedó esperando en el Carrer del Vent para llevarse esas almas. Mientras tanto, desde el interior, Jesús tapó el portal y así se quedó con todas ellas. El demonio, enfadado por el engaño, se marchó rabioso, soplando con la fuerza de un vendaval, y prometió que el viento nunca dejaría de bufar en esa calle.
Nos detuvimos con la guía en la calle Ecce Homo, situada entre el convento de las capuchinas y la Rambla. Debe su nombre a un suceso maravilloso que le ocurrió en este lugar a Joana Borràs y Noguera, una mujer cuya vida estaba llena de desgracias: había enviudado y perdido a sus cinco hijos. Por eso, había decidido ingresar en la Tercera Orden Carmelitana (laicos que se comprometían a seguir las reglas del Carmelo, pero manteniendo sus familias y trabajos). De ahí que Joana viviera en un entresuelo de la calle de la Portella y todos los días se trasladase hasta la iglesia del Carmen.
Mientras caminaba por la calle que hoy se llama del Ecce Homo, el demonio quiso impedir que cumpliera con sus deberes religiosos. Pretendió cortarle el paso haciéndole ver el mar a sus pies e intentando meterla en el agua. Joana invocó a Jesucristo y lo vio en la figura de la flagelación con la corona de espinas. "Pasa adelante y no temas, siempre estaré contigo". Entonces el mar desapareció y ella pudo seguir su camino para rezar en la iglesia del cercano convento del Carmen.
Seguimos caminando por las callejas y llegamos al Carrer de Can Jaquotot.
Joaquim Jaquotot y Roca nació en Palma de Mallorca en 1726. Su padre era el cirujano mayor del Hospital Militar de Palma. Él mismo fue médico y profesor de la Facultad de Medicina de Palma.
Una de sus mayores preocupaciones eran los síntomas de las enfermedades, como apoplejía, sofocación, síncope, espasmo, puesto que en esa época, a mediados del siglo XVIII, aún costaba mucho distinguir la muerte del coma profundo. La cantidad de enterrados vivos era tan grande que eso le permitió colaborar en un manual que trataba de identificar y resucitar a los "muertos aparentes". El tratado no se dirigía a los médicos sino al público en general. Era una obra de divulgación dedicada a explicar cómo reanimar a quienes habían perdido el conocimiento por cualquiera de estas siete causas: ahogamiento, ahorcamiento, el alcance de un rayo, "exhalaciones pútridas", el frío, el vapor del vino fermentado o el caso de recién nacidos.
Sin embargo, la muerte de su esposa y varios de sus hijos en 1786 le llevó a buscar consuelo en la religión, aunque pudo seguir ejerciendo la medicina gracias a una dispensa papal.
Salimos de las callejas junto al edificio modernista del Gran Hotel.
Nos encontramos con la fachada de la iglesia de Sant Nicolau, a unos pasos de una de las avenidas más elegantes de Palma, Es Born.
Allí hay una placa que dice que el Obispo concede 40 días de perdón a los que saluden a la imagen de San Nicolás. Por eso, a veces se ve a gente levantando la mano o la barbilla en señal de saludo.
Sant Nicolau fue uno de los santos más populares de la Edad Media. Todavía lo es en nuestros días gracias a su transfiguración en Santa Claus. La tradición le atribuye la resurrección milagrosa de tres muchachos y por eso se le considera protector de los adolescentes y niños.
Adosada al exterior del muro, se observa la popularmente conocida como "roca sagrada", sobre la que rezaba Santa Catalina Tomás.
Nos detuvimos al llegar a la avenida de Es Born. Esta calle, hoy milla de oro de Palma, era un espacio en el que se celebraban torneos medievales, de ahí el nombre. Una gran inundación, en 1403, convirtió las calles adyacentes en auténticas cloacas. Durante la construcción de la quinta muralla de la ciudad, el llamado Torrente de Sa Riera se trasladó de lugar. La obra dejó el Born como espacio público y lugar para la celebración de fiestas, uso que se conserva hoy día.
En la foto, el Casal Solleric, una casa mallorquina construida entre 1763 y 1775 basándose en la tradición arquitectónica de la isla con soluciones decorativas del barroco italiano y francés.
Sin embargo, en otro tiempo, esta zona fue conocida por ser el asentamiento de los principales mercaderes de esclavos. En el siglo XV, estos eran una fuerza laboral de primer orden en Mallorca. Es lógico pensar que protagonizaran, debido a su elevado número, algunos sucesos trágicos que quedaron grabados en la memoria popular.
Se cuenta que el mercader Joan Planes tenía una esclava negra que había dejado entrar en la casa a un esclavo propiedad de otro ciudadano. Aprovechando un momento en el que el comerciante se encontraba en Valencia, resuelven matar a su ama, la esposa de Joan Planes. También asesinan a la madre de esta. Las golpearon con una maza mientras dormían. Pero no pudieron huir y la sentencia fue muy dura, tal y como nos leyó Cristina.
También podemos ver en esta calle una figura que recuerda el pasado de la ciudad.
El Cap de Moro es una pequeña escultura que se encuentra en la confluencia entre el Born, la plaza de Juan Carlos I y la calle de Jovellanos. Es uno de los símbolos relacionados con el mundo de los corsarios y con los constantes enfrentamientos entre la sociedad cristiana y la islámica en el Mediterráneo Occidental. En concreto, esta cabeza rememora los éxitos del capitán Antoni Barceló, que llegó a tener el título de Capitán General de la Armada. En ocasiones, ordenó cortar la cabeza de algunos de sus prisioneros en actos públicos al llegar a Palma después de una acción naval. Estas ejecuciones se realizaban en el Born, no lejos de la esquina en donde se encuentra esta cabeza.
Muy cerca, se encuentra el Carrer de la Mà del Moro, conocida antiguamente como Carrer de Sa Guixeria de sa Mà des Moro. La leyenda cuenta que Ahmed era el criado de un capellán que vivía enamorado de la joven María, sobrina del sacerdote. Ambos deciden escapar a África. Él promete bautizarse y le dice a su enamorada que, en realidad, es un hombre rico. La noche de la fuga, Ahmed pone una excusa y regresa a la casa para matar al cura y robarle el tesoro que poseía. Cose a puñaladas a su víctima y se pone a buscar el dinero. La criada de la casa le descubre y alerta a los vecinos. Ahmed es detenido, sentenciado y ajusticiado. Se le obligó a convertirse al cristianismo y, tras la ejecución, se le cortó la mano derecha, que fue colocada en una hornacina en el portal de la casa del sacerdote asesinado, protegida por una verja y como señal de advertencia. Allí estuvo expuesta durante un siglo mientras se descomponía.
Llegamos así al final del paseo en donde terminaba el tour.
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Plaza de la Reina, una rotonda coronada con una gran fuente |
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Al final de la avenida nos encontramos con una bella vista de la Catedral y el Palacio Real de la Almudaina |
Terminado el recorrido con Cristina nos quedamos en uno de los locales de la calle para picar algo antes de volver al hotel en el autobús que volvimos a coger en la Plaza de España.
Sábado, 05/03/2022 (Viaje con el IMSERSO)
En el interior, la temperatura es constante, entre unos 18 y 20 grados.
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Maravillas de la Naturaleza |
Fuimos a comer... ¡Qué horror! No sé cuántos autobuses nos juntamos allí, el ruido era infernal. También nos dieron un tiempo para darnos un breve paseo por Porto Cristo, en donde tuvimos ocasión de ver fondeado el enorme catamarán de Rafa Nadal.
Tanto en esta visita como en la de la mañana eché en falta un guía humano que te fuera explicando lo que ves. Es cierto que te dan folletos y que también dan información a través de un sistema de megafonía, pero al ser tantos y al tener que avanzar rápido para dejar entrar a todo el mundo, no puedes disfrutar con calma de estas maravillas.
En relación a las Cuevas dels Hams, enseguida te das cuenta de una gran diferencia: la enorme profundidad que alcanzan aquí.
Es una pena que las fotografías no puedan reproducir exactamente lo que ven nuestros ojos, porque los reflejos de las estalactitas en el agua producían un efecto fantasmal muy bonito.
Desgraciadamente, no se permiten fotografías ni vídeos en el Lago en donde se ofrece el concierto... ¡una pena!
Domingo, 06/03/2022 (Viaje con el IMSERSO)
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Ya dentro de las murallas |
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Ventana renacentista en una de las fachadas |
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Pili ante la puerta en la que terminamos el recorrido con el guía |
Poco pudimos ver de la ciudad, como ya dijimos, pero lo cierto es que respira historia por cada rincón. Las dos puertas, la Porta del Moll y la Puerta de Mallorca, han sido declaradas Monumento Nacional. En las fotografías superiores vemos que la Porta del Moll conserva una parte de la antigua verja levadiza que daba acceso a la ciudad y en la Puerta de Mallorca sobresalen las dos torres de vigía unidas por un gran arco.
Nos habían hablado mucho de la playa de Formentor y ¡oh, desilusión!, playa, playa no hay. Los pinos llegan hasta el agua.
No llegamos al faro, porque según el guía la carretera era todavía peor. El mejor acceso es desde el mar.
No cabe duda de que este es uno de los parajes más vírgenes y espectaculares de la isla, con densos bosques de pinos y vistas a las montañas de Tramuntana. En sí, la playa tiene cerca de 1 km de longitud y está bañada por brillantes aguas de color turquesa. A pesar de su longitud, como ya dijimos, no encontramos una gran cantidad de arena. El agua tiene poca profundidad y el mar suele estar generalmente en calma.
La excursión terminaría en un impresionante mirador: Mirador de sa Creueta y el Colomer, situado a tan solo 5 km del puerto de Pollensa, en la carretera que desemboca en la playa.
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Subiendo desde la playa de Formentor al mirador |
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Atrás iba quedando el cabo Formentor |
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Encima de la roca, puntos minúsculos: las personas que estaban en el mirador |
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Llegando al parking del mirador: al fondo, el cabo Formentor |
Desde el mirador podemos ver la Atalaya de Albercuix, una de las muchas torres fortificadas que durante los siglos XVI y XVII fueron levantadas para protegerse de los piratas, como Barbarroja, que continuamente asediaban la isla.
Y antes de regresar al hotel nos paramos en la Cala San Vicente, en la que yo ni me bajé del autobús porque no era nada del otro mundo y hacía mucho viento y frío.
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