Sábado de senderismo
Sábado, 30/04/2022:
Ruta centro-sur de la Illa de Arousa (Pontevedra)
Llegó el calorcito y el sol. Así que volvemos al senderismo. Esta vez, decidimos conocer A Illa de Arousa.
Para los que no la conocen, la Illa de Arousa es una isla y municipio español que se encuentra en la ría del mismo nombre, en la provincia de Pontevedra. Tiene una superficie de casi 7 kilómetros cuadrados en los que viven casi 5000 habitantes. Enlaza con tierra firme mediante un puente de casi dos kilómetros de largo que se inauguró el 14 de septiembre de 1985. La Unión Europea la declaró Reserva Natural por sus 36 kilómetros de costa, de los que 11 son de playa, con arena blanca y fina.
La economía de la isla se basa fundamentalmente en la pesca, el cultivo del mejillón en bateas y el marisqueo, pero también el turismo aporta importantes dividendos. Los lugares de mayor interés son: el Faro de Punta Cabalo, Islote Areoso y el Parque Natural de Carreirón, catalogado como zona de especial protección para las aves por las poblaciones de garza real, entre otras, que habitan la isla. El punto más alto es el Mirador O Con do Forno, desde donde se puede contemplar el pueblo así como la belleza del paisaje.
Es una de las mejores islas de las Rías Baixas y se está convirtiendo en una zona de moda en Galicia.
Nada más atravesar el puente, a mano izquierda, hay un extenso parking en el que dejamos el coche. Desde ahí, iniciamos el recorrido siguiendo la línea de la costa, paralela a la Praia do Bao.
Es una playa de unos 700 m de longitud, de arena y canto rodado, con bandera azul. Su anchura es de 20 m en bajamar y 10 en pleamar. Su entorno es natural y forestal. Está bordeada por un bonito paseo con unos curiosos bancos.
Continuando por esta playa, enlazamos con la Playa de Camaxe, un poco más pequeña, de unos 600 m de longitud. Enfrente de la playa hay grandes rocas en las que, con frecuencia, se divisan cormoranes.
Las playas se suceden unas a otras... ahora viene la Playa de La Lavanqueira, una de las playas con mayor encanto de la isla, no solo por sus aguas cristalinas y su arena dorada, sino porque desde este rincón obtenemos una panorámica perfecta del puente que une la isla con la península.
Pasamos el Camping el Edén, a la derecha, y, a la izquierda, tenemos la Playa de Conserrado, en forma de media concha, situada en un entorno virgen, aislado. Sus aguas son tranquilas y transparentes, ideales para el baño. Tiene una longitud de unos 400 metros.
Más adelante, también a la derecha, está el Camping Salinas y, a la izquierda, la playa del mismo nombre. En realidad es un conjunto de tres espacios: playa de Xestelas, playa de Salinas y playa de Arnelas, con una extensión total de 1100 metros. Están separadas por rocas, pero permiten el paso de una a otra. Marca el límite del espacio natural protegido del Carreirón.
Llegamos a la Punta de Xastelas. A partir de ahí, el espectáculo natural es todavía más bello, si es que eso es posible. Desde este punto y rodeando toda la península que conforma el Carreirón, se encuentran innumerables calas, playas pequeñas y acumulaciones de rocas que entran y salen del mar, dando a los visitantes múltiples opciones de baño. Algunas de ellas estaban ocupadas por parejas o personas practicando el nudismo.
En algunos momentos tuvimos que caminar por la playa misma, porque no había sendero paralelo. En otros, tuvimos que meternos hacia el interior, ya que no éramos capaces de encontrar el camino que estaba marcado en la ruta que estábamos siguiendo. Daba la impresión de que quien la había hecho había pasado de una playa a otra cuando la marea estaba baja y metiéndose en el agua.
Una de las playas más abrigadas de la isla es la Playa Lombeira. La siguen la Playa Lontreira, la de las Águilas, la de As Margaritas, Resvello, Petóns...
Estuvimos a punto de quedarnos en unas rocas al final de esta última, pero a mí no me tiraba demasiado lo de estar en las rocas, así que seguimos y llegamos a la Playa de Espiños. Para entonces, la niebla que se había ido acercando a la isla, se había disipado y se estaba de maravilla al solcito. Así que allí nos quedamos para comer nuestros bocatas y descansar durante un poco más de una hora. El agua estaba deliciosa y poco a poco, sin apenas notarse, fue subiendo la marea. Había cantidad de peces, algunos realmente grandes, que saltaban continuamente llamando nuestra atención.
Ya descansadas, seguimos el camino terminando de bordear el Parque Natural de O Carreirón. Salimos a la parte de atrás de los campings que habíamos pasado por la mañana. Justo detrás del Camping El Edén, quisimos seguir otra vez por la costa y nos acercamos a la Playa de las Aceñas, pero no había manera de hacerlo a no ser que nos metiéramos en el agua. Volvimos a la carretera y alcanzamos la punta superior de la Playa Espiñeiro. Pasamos junto a la Playa Mallón y la de Gradín e iniciamos el regreso por la Carretera de la Franqueira, para finalmente llegar al parking en el que habíamos dejado el coche.
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