Domingo de senderismo
Domingo, 28/01/2024:
Trilho de Lamas de Mouro (Parque Nacional de Peneda Gerês)
Hacía tiempo que no hacíamos senderismo por tierras portuguesas. Y habíamos visto un post de un mirador por esta zona que tenía buena pinta. Busqué en Wikiloc y, casi con el mismo nombre, me salió una ruta y dimos por supuesto que en la ruta estaría el mirador. Pues no, no encontramos el mirador... Eso sí, disfrutamos igual.
Lamas de Mouro se localiza en el municipio de Melgaço y es una de las Puertas del Parque Nacional de Peneda Gerês.
La ruta comienza junto al Centro de Interpretación, pero, no sé si por la época en la que estamos, en la que todavía no hay gente haciendo salidas por los montes, o por qué, pero todo estaba como abandonado. Lo más curioso, los restos de un tronco de un árbol que alguien había convertido en una casita que hasta cortinas tenía.
Justo enfrente del Centro, al otro lado de la carretera, se ve el cartel que marca el inicio del sendero. A través de una pequeña pasarela de madera, se cruza el pequeño río que discurre por la zona.
Ya del otro lado, hay un bar y un merendero cerca del río. Y enseguida notamos la riqueza de especies de árboles.
Nosotras nos íbamos guiando por la app de Wikiloc, pero la ruta está bien marcada. En Portugal, los caminos de fácil acceso están señalizados con marcas rojas y amarillas.
Nos quedamos un poco sorprendidas cuando nos vimos obligadas a cruzar de nuevo la carretera un poco más a la derecha de donde habíamos empezado. Pero, en fin, a veces las rutas son un poco caprichosas...
Caminamos un rato entre matorrales y vegetación baja y llegamos al Puente Medieval de Lamas de Mouro, un lugar que nos transporta a tiempos pasados.
Es una construcción que parece de finales del período medieval, con un arco de medio punto ligeramente apuntado, bien anclado en los bordes de granito superpuestos. Su construcción, sin embargo, es característica de los siglos XVIII y XIX, imitando el estilo medieval. Según los escritos, antes de 1758, no existía más que un pequeño pontillón en este lugar, por lo que se deduce que su construcción fue posterior. Este puente formaba parte del antiguo camino de carros que desde aquí se dirigía a Parada do Monte y Gave hacia el río Miño y, hacia el sur, comunicaba con el famoso santuario de A Peneda que se localiza a menos de 10 km del lugar.
Una vez que lo cruzamos, encontramos un ejemplo de molino harinero totalmente reconstruido que recibía el agua del pequeño riachuelo. En su interior, se ve la rueda perfectamente colocada.
Seguimos el recorrido por caminos entre campos y así vamos llegando a un pueblecito que nos recibe silencioso, con sus fuentes y lavaderos y sin ningún ser humano a la vista.
Entre los edificios que vemos, destaca un horno comunitario con una chimenea preciosa.
Y muy cerca, la iglesia de San Juan Bautista:
Dejamos atrás el pueblo y cruzamos, una vez más, la carretera. Y comenzamos un ligero ascenso por detrás de unas casas. La cosa iba bien, a pesar de que nos salió un chucho ladrando a todo ladrar, pero solo quería defender su casa y que no nos acercáramos... así que cuando vio que seguíamos por el camino sin detenernos, nos dejó en paz, aunque por un momento se le unió otro canijo (que son mucho peores por la mala leche que tienen). La dueña andaba por allí y los llamó. No acabo de entender que se dejen sueltos los perros en lugares que pueden ser transitados por senderistas, ya que el camino está marcado como parte de la ruta.
Y cuando habíamos llegado a la parte más alta y nos las prometíamos muy felices para descender por aquellos caminos tan bonitos, se le ocurre decir a Chus que es muy raro que no nos hayamos encontrado con caballos, porque había muchas "cagadas" a lo largo de la ruta. Caballos, no; pero de repente levanto la vista y, frente a mí, mirándome de hito en hito, una de esas vacas propias de la zona, "cachenas", que tienen unos cuernos que para qué... No dijimos ni mu, ni nos cuestionamos si intentábamos pasar o no, simplemente dimos la vuelta y volvimos sobre nuestros pasos hasta un camino que a la izquierda bajaba hasta la carretera. Así que el resto de la ruta la hicimos por asfalto, una pena.
Santuario de Nossa Senhora de A Peneda
Hay rutas de senderismo que llevan desde Lamas de Mouro hasta el Santuario, pero nosotras somos senderistas de pocos kilómetros, así que la visita al Santuario decidimos hacerla en coche. Yo había estado allí hacía muchísimos años, pero Pili y Chus no lo conocían.
Se trata de un santuario católico dedicado a la Virgen María, situado en la freguesía de Gavieira, en Arcos de Valdevez, distrito de Viana do Castelo. Es un lugar de gran belleza y uno de los santuarios más concurridos del Norte de Portugal. En la primera semana de septiembre se celebra una de las mayores romerías del Alto Miño, reminiscencia de las tradiciones más seculares.
Fue construido entre finales del siglo XVIII y mediados-finales del siglo XIX. La iglesia se terminó en 1875. Parece probable, no obstante, que aquí se alzara en el siglo XIII un pequeño espacio de culto propiciado por los monjes del Mosteiro de Ermelo.
Delante de la Iglesia se hallan las escaleras de las Virtudes, con estatuas que representan la Fe, la Esperanza, la Caridad.
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Chus contemplando la parte baja del Santuario desde la barandilla de lo alto |
Lo que Chus contempla, en la parte baja, son los antiguos dormitorios para los peregrinos, hoy transformados en un hotel, que por el aspecto de abandono, no sabemos si sigue funcionando o no. Desde esa explanada bajan unas escaleras bordeadas por capillas en las que se representan escenas de la vida de Cristo (la Natividad y la Pasión). Al fondo de la Alameda, en una plaza circular, se encuentra un pilar ofrecido por la reina María I de Portugal. Dice una leyenda que aquí se apareció Nossa Senhora das Neves a una pequeña pastora. Cuentan que en el siglo XIII se le presentó en dos ocasiones, inicialmente con la forma de una paloma, y le pidió que se construyese en el lugar un santuario en su honor. Cuando la niña dio la noticia, nadie la creyó. Unos días después se le volvió a aparecer, bajo la forma con la que hoy se venera, y le pidió que fuese a Roussas y le trajese a una mujer llamada Domingas Gregorio, que llevaba muchos años postrada. Los habitantes del pueblo llevaron a la enferma que, en presencia de la Señora, se curó inmediatamente. Entonces sí se construyó una pequeña ermita en el lugar de la aparición.
El Santuario es una iglesia neoclásica de planta rectangular compuesta por una nave de cinco tramos definidos por grandes pilastras, capilla mayor y anexos laterales. La fachada principal tiene un cuerpo central rematado en un frontón triangular, con dos órdenes arquitectónicas distintas: dórica en la parte inferior y jónica en la superior.
La verdad que hacía un solcito muy agradable y había llegado ya la hora de comer. Así que nos sentamos en la explanada y disfrutamos de nuestros bocatas. Yo incluso de una pequeña siestecita.
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El rumor de la cascada que baja desde lo alto nos acompañó con su agradable murmullo |
Después de descansar, decidimos bajar las escaleras.
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Chus anda por ahí, perdida entre la decoración de las escaleras, jejejeje... |
Como veis por las fotos superiores, una enorme roca (el Penedo das Meadinhas) domina el lugar con sus 300 m de altura.
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Panel informativo en donde podéis ver los cuernos de las vacas de la raza "cachena" |
No bajamos hasta la base, porque se nos iba haciendo hora de volver (todavía los días no son lo suficientemente largos). Cogimos un ascensor para volver hasta la iglesia, porque nosotras habíamos dejado el coche en la parte de arriba. Nuestra sorpresa es que no arranca si no le echas una moneda de 50 céntimos, jejejejeje.
Ya arriba, antes de llegar al coche, nos hicimos una foto simpática:
Había una casa con la fachada de espejo, así que nos reflejábamos en ella y de paso, se veía el paisaje a nuestras espaldas...
Ya puestas, decidimos volver por Arcos de Valdevez, un camino más largo, pero precioso. Aquí, las vacas al natural.
En el vídeo vemos el paisaje que se divisa desde el Mirador de Tibo. Con 800 m de altitud, proporciona unas bellísimas vistas de la impresionante sierra y del valle de la Peneda, así como del valle de Laboreiro, antes de desembocar en el río Lima, en el embalse de Alto Lindoso. La aldea de Tibo surge en primer plano, situada a orillas del río Pomba y rodeada por campos de trigo.
En el panel informativo del mirador aprendimos que el granito que se encuentra de este lado de la carretera, detrás de nosotros, es un granito muy duro que no absorbe el agua y que por tanto no sufre deformaciones por razón de la erosión. Sin embargo, el que está al otro lado de la carretera es mucho más blando y se va deshaciendo, lo que resulta en pendientes más suaves en las que además va surgiendo la vegetación.
Un poco más adelante volvimos a detenernos en otro mirador, no recuerdo el nombre. Pero las vistas eran igual de impresionantes, en este caso, alcanzamos a ver el Río Lima.

Juraría que se trata del Mirador de Pedralta, en Arcos de Valdevez, por otras fotos que vi, pero no os lo puedo asegurar. Ofrece una vista espectacular del río Lima y toda la zona circundante.
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Chus y Pili con el río en el medio |
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Y aquí yo, porque Pili se emperró |
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Atardecer desde el mirador |
Y así llegamos a Arcos de Valdevez, para descubrir que junto al río todos los domingos hay baile popular y, si llueve, lo trasladan a un lugar cubierto. Eso nos dijeron en la cafetería en la que nos detuvimos un ratito y nos tomamos unos helados riquísimos.
La terracita del bar estaba situada en la plaza del Reloj de Agua, en el Largo da Lapa. Este curioso artefacto tiene 48 chorros verticales, y cada chorro marca el paso de intervalos de 15 minutos. Cada bloque representa una hora. Los chorros fluyen sobre planos inclinados y se recogen en el plano inferior, cubierto con una rejilla metálica. Funciona en un circuito cerrado con un sistema de iluminación totalmente automático.
Un día muy muy bien aprovechado y agradable.
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