viernes, 9 de febrero de 2024

Diciembre, 13-19 de 2023: Grecia: Atenas y el Peloponeso (Pili y María, con Enrique y Ioanna)

Miércoles, 13/12/2023 (aclaro que parte de las fotos que aquí se incluyen fueron tomadas por Pili y Enrique):


TRES DÍAS EN ATENAS

Desde Londres, nos dirigimos a Grecia. Pasamos tres días en Atenas, ciudad bellísima donde las haya. Pensé en hacer un vídeo para incluir todo aquello que íbamos viendo y, sobre todo, para escuchar las fantásticas explicaciones de Enrique, un buen conocedor del país, por supuesto junto a Ioanna, nativa del Peloponeso. Os dejo aquí el enlace para acceder a él, ya que por su gran tamaño no lo puedo incorporar a la entrada. 


Atenas: todo un mundo por descubrir


TRES DÍAS EN EL PELOPONESO: OLIMPIA Y MICENAS

Desde Atenas, en un coche alquilado, nos fuimos hacia el Peloponeso. No sé por qué había pensado que el Peloponeso era la parte de Grecia situada al norte de Atenas. Pues no, es esa gran península que se abre al oeste de la capital. Al norte la bordea el Golfo de Corinto y al sur, el Golfo Sarónico. 


La acogida por parte de la familia de Ioanna fue estupenda. No se puede ser más hospitalario, sinceramente. Eso sí, hay que ir preparados para comer y comer y comer...

Al día siguiente, nos fuimos toda la familia a Olimpia, pero solo entramos en las ruinas griegas Kike, Pili y yo. No incluí esta visita en el vídeo, porque aquí hay muchas cosas que contar y se hubiera hecho pesado. 


El camino me recordó mucho a Portugal, a zonas del Alentejo. 

El nombre de la Península procede de un héroe mitológico griego, Pélope, quien, supuestamente, conquistó toda la región. Peloponeso significa "isla de Pélope". Sin embargo, no fue una verdadera isla hasta que no se abrió el Canal de Corinto en 1893. Patras, en el norte, y Kalamata, en el sur, son las únicas ciudades importantes y donde se hallan los principales puertos. En 2004, ganó una segunda conexión con el continente, esta vez por su parte norte, cerca de Patras, gracias a la construcción del puente Río-Antirio. 


La Península presenta un relieve muy montañoso. También presenta llanuras interiores aisladas, como la de Megalópolis. En el Peloponeso no hay llanuras costeras pantanosas, ya que han sido desecadas para dedicarlas a la agricultura y eliminar la malaria. 


El Peloponeso tiene una gran importancia en el desarrollo histórico y cultural del país. Aquí se encuentran algunos de los yacimientos arqueológicos más importantes de Europa, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: Olimpia, cuna de los Juegos Olímpicos; Micenas, cuna de la civilización micénica; Argos, el antiguo reino de Agamenón; Esparta, acérrima enemiga de Atenas, y Arcadia, zona de fama y belleza bucólica. 

Y llegamos a

OLIMPIA 

Lo primero que nos sorprendió fue la ausencia de gente en las calles. Parecía un pueblo muerto. No sé si en otras épocas del año hay más turistas, pero, francamente, no me esperaba ser prácticamente los únicos que camináramos por sus calles. Lógicamente, mejor a la hora de visitar la antigua ciudad. 



Esta antigua ciudad, sede de los primeros Juegos Olímpicos de la historia, dedicados a Zeus, y donde todavía hoy, después de casi 3000 años, se sigue encendiendo la antorcha olímpica, bien merece una detenida visita.

Poco queda de la grandiosidad de la antigua ciudad, con sus templos, estadios, monumentos conmemorativos y alojamientos para los atletas, pero siempre nos queda la imaginación para sentir el rugido de los espectadores animando a los deportistas, los gritos de triunfo de los vencedores, su gloria y satisfacción.  


Parece ser que los orígenes del lugar se remontan a finales del Neolítico (IV milenio a. C.), pero su importancia llegó cuando se convirtió en el centro principal del culto a Zeus, el dios supremo de la mitología griega. Desde el 776 a. C. hasta el 393 d. C. se celebraron en Olimpia las competiciones deportivas que se conocían como Juegos Olímpicos. Tenían carácter sagrado, porque se celebraban en honor de los dioses. Por eso, en nombre de la paz divina, durante los juegos se suspendían todas las guerras entre las ciudades griegas, las cuales luchaban constantemente entre sí para hacerse con la hegemonía. 

Entramos por el Propileo norte. A nuestra derecha, se abre primero el Gimnasio y, a continuación, la Palestra. El primero data del s. II a. C. y está situado en el ángulo noroeste. El segundo, un recinto cuadrado, formaba parte del Gimnasio y se piensa que se dedicaba a la formación de luchadores y otros atletas. Tenía 66 m de lado y una superficie de 4345 metros cuadrados, datado a finales del siglo III a. C. o principios del siglo II a. C.  

Restos del Gimnasio



La Palestra

Las columnas se hallaban alrededor de un patio porticado que, supuestamente, guardaba habitaciones.  

Dirigiéndose al río, escondidas cerca del mismo, hacia el oeste, estaban las Termas


Seguimos caminando y a nuestra izquierda aparece el antiguo Taller de Fidias, unido al Teecoleón. El primero se reconoció por los restos de moldes y herramientas encontrados en su interior. Dicen que aquí se esculpió la estatua de Zeus, considerada una de las Siete Maravillas del Mundo. En cuanto al segundo, parece que se trataba de la residencia permanente de los sacerdotes de Olimpia (teócolos). Se construyó a mediados del siglo IV a. C. entre la Palestra y el Leonideo, en el oeste del Santuario de Olimpia.

Kike entrando en el Taller de Fidias

Más tarde, el taller se convirtió en un lugar de culto con un altar para sacrificios a diversos dioses. En el siglo V d. C. se construyó aquí, sobre las ruinas, una basílica cristiana


Llegamos al ángulo suroeste y nos encontramos con el Leonideo. Este edificio se construyó entre el 330 y el 320 a. C. Su nombre proviene de su mecenas y arquitecto, Leónidas de Naxos. Estaba destinado a alojar a los huéspedes distinguidos. La planta la componía una base casi cuadrada de piedra conglomerada. Tenía un patio interior con jardines y fuentes. Su peristilo exterior contaba con 138 columnas de orden jónico. La columnata interior que daba al patio central era de orden corintio y estaba integrada por 48 pilares. Las pequeñas habitaciones, alrededor de 80, tenían vistas al patio y estaban distribuidas en dos pisos.


Siguiendo el camino que se sitúa al norte del Leonideo, hacia el este, caminamos por lo que era la Terraza Sur que limitaba por este punto el famoso templo de Zeus. Mirando hacia el sur mientras seguimos el paseo, vemos los Baños del Sur, el Buleuterio y la Estoa Sur

Camino que bordeaba por el sur el recorrido hasta el templo de Zeus

El Buleuterio era un edificio destinado a alojamiento, pero también a Sala de Sesiones, reuniones y era la ubicación específica de la boulé (una asamblea restringida de ciudadanos encargados de los asuntos corrientes de la ciudad. Su nombre ha sido traducido por "Consejo" y, más raramente, por "Senado"). A ella correspondía escuchar y decidir sobre las denuncias presentadas contra los jueces y los atletas por irregularidades cometidas en el desarrollo de los Juegos. En el edificio se guardaban también diversos materiales y utensilios deportivos y se custodiaban los archivos y registros en donde constaban los resultados de las competiciones. 

La Estoa Sur era la parte más meridional del Santuario. 

Frente a estos edificios, hacia la izquierda de nuestros pasos, se alzaba el famosísimo Templo de Zeus. Fue construido entre los años 470 y 456 a. C. y considerado el modelo de los templos clásicos griegos de orden dórico. El templo albergaría la estatua de Zeus, de aproximadamente 13 m de alto. 

Fidias tardó casi 12 años en terminar la escultura. En la cabeza se le colocaron unas ramas de olivo. En su mano derecha porta una Nike, la diosa de la victoria, hecha de marfil y oro. En su mano izquierda lleva un cetro hecho de distintos tipos de metales, con un águila en la parte superior. Sus sandalias eran de oro, al igual que la túnica. El trono está decorado con oro, piedras preciosas, ébano y marfil. Se sabe de su existencia por las efigies de las monedas y las descripciones de los cronistas de la época.  

Parece ser que la estructura del edificio era de piedra caliza local, que no era nada vistosa y de calidad muy pobre, por eso se la habría recubierto con una capa delgada de estuco para darle la apariencia del mármol. Sin embargo, la decoración escultórica del templo estaba hecha de mármol de Paros. Las tejas eran suficientemente delgadas para ser translúcidas, por lo que en los días de verano la luminosidad en el interior era extraordinaria. 

Pili frente a la única columna que marca el lugar donde se alzaba el templo de Zeus

Kike y Pili en los restos de las escaleras que marcaban la subida a la entrada del templo de Zeus y en la fotografía de abajo, Pili y yo

 


En la foto, Kike leyendo uno de los muchos paneles con una breve descripción del monumento y abundante material gráfico, que ayudan a comprender tanto su historia, como su apariencia y función originales. 

Fue así como nos enteramos de que la destrucción del templo y la decadencia de Olimpia en general corrieron en paralelo con la cristianización del Imperio Romano. Alrededor del año 393, el emperador Teodosio I, último gobernante del imperio unificado, prohibió los Juegos Olímpicos. En el 426, su sucesor en Oriente, Teodosio II, dio la orden de destruir los templos paganos. Aquí se pierde la pista de la estatua de Zeus que, según algunas fuentes, fue trasladada a Constantinopla. Lo que quedaba del templo sufrió dos terremotos sucesivos, en los años 552 y 551. A principios del siglo XIX, se extrajeron varias piezas de los frontales, que se llevaron al museo del Louvre. Otras, sin embargo, se conservan en el Museo de Olimpia.

En el extremo sureste del recinto, encontramos una edificación helenística y restos de lo que se conoce como la Villa de Nerón. Los Juegos tenían que desarrollarse en el año 69, pero Nerón, para hacerlos coincidir con su estancia en Olimpia, ordenó adelantarlos al año 67. Hizo demoler las edificaciones griegas anteriores para construir su residencia. Entre los restos, un edificio de forma octogonal que parece haber sido una instalación termal. 


Subimos hacia el este y llegamos, por fin, al Estadio, al que se entra por un Arco. Aquí se celebraban muchos de los eventos deportivos. Era un lugar sagrado. Me sorprendió que los espectadores no contasen con gradas, sino que tenían que presenciar el espectáculo sentados en la hierba de las laderas. 



  En la ladera sur había una plataforma de piedra en la que se sentaban los jueces. Enfrente, había un altar dedicado a Deméter.


Algunas de las modalidades que se practicaban aquí eran las carreras de carros, la lucha, el lanzamiento de jabalina o el lanzamiento de disco. Los atletas eran hombres y participaban desnudos, por lo que los espectadores eran exclusivamente masculinos. 

Salimos del estadio y, en vez de seguir por la explanada central, subimos el pequeño montículo que se alza en la parte norte. Aquí hay restos de templos votivos ofrecidos por distintas ciudades griegas. Se conoce como Terraza de los Tesoros. Son doce pequeñas capillas donde se depositaban ofrendas a los dioses. 


Bajamos a la explanada y nos encontramos primero con el Metroo. Era un pequeño templo de estilo dórico construido a principios del siglo IV a. C., originalmente dedicado a la madre de los dioses (Rea O Cibeles) y, posteriormente, un lugar de adoración de los emperadores romanos. Es probable que en tiempos prehistóricos se rindiera culto aquí a Gea.  

Sigue después una estructura pentagonal donde, presuntamente, está la tumba del héroe griego. Está al sur del templo de Hera. Se conoce como Pelopio. En el período de la Grecia Arcaica parece que había un altar para el sacrificio de animales. Continuó utilizándose como altar en la época romana, hasta la llegada del cristianismo.

Y, finalmente, nos encontramos frente al templo de Hera o Herarion.

Fue construido aproximadamente en el año 600 a. C. Es un templo con seis columnas en la fachada y dieciséis en los lados, además de dos hileras de columnas interiores. El pórtico exterior fue construido originalmente en madera, aunque esa estructura acabó siendo sustituida por columnas de piedra. 



Junto al Templo de Hera, encontramos el lugar en donde se enciende la LLama Olímpica. Es el principal símbolo de los Juegos Olímpicos. Conmemora el robo del fuego de los dioses por parte de Prometeo y su posterior entrega a la Humanidad. En la antigua Grecia se decidió mantener un fuego ardiendo de forma constante en la sede de celebración. En los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928 se reintrodujo esta ceremonia.

Pili y yo ante el antiguo pebetero junto al Templo de Hera

En Berlín, en 1936, se introdujo por primera vez un viaje de relevos para llevar la llama desde Olimpia a la sede de los Juegos. El recorrido se inicia con el encendido de la llama en Olimpia y finaliza con el encendido del pebetero olímpico durante la ceremonia de apertura en la ciudad en la que se celebran ese año. 

Simulando encender la llama olímpica


Detrás del Templo de Hera, está el Philipeion. En el siglo IV a. C. Filipo II de Macedonia mandó construir un templo jónico particular, llamado Filipeo. Allí colocó las estatuas de sus padres, la de su esposa Olimpia, la de su hijo Alejandro y la suya. Todos estaban aún vivos, de esta manera podían situarse junto a los dioses. 


Ya saliendo dejando a un lado la Palestra

Unas pequeñas compritas por el pueblo y nos reunimos con la familia de Ioanna. Regresamos al pueblo y, una vez más, disfrutamos de una comida estupenda. 

Al día siguiente, volveríamos a Atenas, no sin antes detenernos en 


MICENAS

En uno de los mapas de arriba podemos ver la situación de Micenas, justo antes de entrar en el istmo de Corinto que une el Peloponeso con Atenas. Atrás íbamos dejando Patras y el golfo del mismo nombre. Del otro lado, en la Grecia continental, se ven las montañas nevadas. 




Micenas es otro de los yacimientos arqueológicos que no se puede dejar de visitar en el Peloponeso. De hecho, se conoce como Período Micénico el tiempo transcurrido entre el 1600 y el 1100 a. C., porque se pensaba que entonces Micenas ocupaba una posición de liderazgo. Sin embargo, algunos estudios apuntan a que, en realidad, la civilización se componía de varios reinos independientes. 

Entre sus restos más visibles se cuentan los muros ciclópeos de las ruinas de la acrópolis y las construcciones funerarias, como el llamado Tesoro de Atreo. El yacimiento fue declarado, junto con el de Tirinto, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999. 

Ruinas de la Acrópolis

Según la mitología griega, Micenas fue fundada por Perseo tras la muerte accidental del rey de Argos. Cuando la ciudad le fue devuelta, Perseo prefirió, entonces, cederla a Megapentes, sobrino del difunto. Así, partió a otro lugar para fundar una nueva ciudad, a la que llamó "Micenas" en honor al pomo de su espada (otros dicen que el nombre se debe al hongo que se encuentra en la zona)

Micenas se hizo famosa como el reino del héroe homérico Agamenón, jefe de los aqueos durante la Guerra de Troya. Homero la describe como la ciudad favorita de Hera y muy rica en oro. 

Leyendas aparte, las primeras viviendas que se hallaron en la zona de Micenas fueron construidas hacia el 3000 a. C. Las tumbas en fosa más antiguas suelen fecharse en los siglos XVII - XVI a. C. Según fuentes del Antiguo Egipto, Micenas aparece como perteneciente al país de Danaya, junto a otros lugares griegos como Tebas, Nauplia, Mesenia, Citera y Élide. 

Entre el 1350 y el 1200 a. C. fue la época de mayor prosperidad de Micenas. El mayor número de restos arqueológicos que se conservan son de esa época. Está documentado en Micenas el uso del sistema de escritura conocido como lineal B, una forma arcaica del griego. 

Hacia 1200 o 1150 a. C. los testimonios arqueológicos indican que el palacio fue destruido, lo que supuso el fin de la hegemonía de Micenas. Las causas no están claras: una supuesta invasión de los dorios, la invasión de los Pueblos del Mar, revueltas internas e, incluso, un terremoto.  

El poder micénico permaneció en la mente de los griegos y los poemas épicos difundidos por Homero, La Ilíada y La Odisea, preservaron la memoria del período micénico. Se relatan hechos relacionados con la guerra de Troya, en la que una coalición de ciudades griegas lideradas por Agamenón de Micenas la destruyó alrededor de 1200 a. C. La realidad histórica de estos hechos no ha sido probada. Incluso se cuenta que, en su viaje de regreso, Agamenón falleció víctima de una conspiración urdida por su primo, el noble Egisto, y Clitemnestra, su propia esposa.

La visita empieza por el Museo Arqueológico de Micenas. Además de las Salas de Exposición cuenta con un laboratorio, almacenes, oficinas y una biblioteca. Expone una serie de piezas procedentes de las excavaciones de la propia Micenas y de otros lugares próximos, que pertenecen a períodos comprendidos entre el 3000 a. C. y el período helenístico (hasta el siglo II a. C.). Está dividido en varias secciones dedicadas, respectivamente, a la vida cotidiana durante la Edad del Bronce, los usos funerarios, las características singulares de la civilización micénica y la evolución del lugar durante los períodos históricos posteriores. 


La exposición se inicia con una maqueta de la acrópolis de Micenas tal y como está en la actualidad. 

La sección de la vida cotidiana expone, a través de elementos de los diversos edificios y de la evolución de la cerámica, la vida del asentamiento desde sus primeros tiempos hasta el final de la civilización micénica. 


La parte dedicada a los usos funerarios expone piezas del Círculo de Tumbas B y copias de los ajuares del Círculo de Tumbas A (los originales están en el Museo Arqueológico Nacional)


No podían faltar en el Museo restos de la escritura que se conoce como lineal b. Precedió en varios siglos al alfabeto para escribir la lengua griega. Son signos silábicos con un gran número de signos ideográficos. Un arquitecto inglés, Michael Ventris, con una amplia formación en lenguas clásicas y un profundo conocimiento de la lengua griega, fue el que descifró este tipo de escritura.  

Las primeras tablillas, tanto de lineal A como de lineal B, se encontraron en las excavaciones del palacio de Cnosos, entre 1900 y 1906. Desde muy pronto, las tablillas en lineal B se pudieron clasificar en series según los temas que tratan, gracias a la presencia de los logogramas que daban una cierta idea del contenido de los textos. Alice Kober, en 1931, sentó las bases para el desciframiento al aislar secuencias de signos para luego observar cómo se repetían. De esta manera, identificó lexemas de palabras y, por otro lado, finales que se repetían, sugiriendo una flexión casual. Kober murió en 1950, tres años antes de que se descifrara completamente la escritura.  


En cuanto a la escritura lineal A, sus signos no son reconocibles como representaciones de objetos, sino que consisten en líneas agrupadas en formaciones abstractas. Solo ha podido ser descifrada en una pequeña parte.  

Salimos del Museo y ya te impresiona el paisaje, la gran extensión que se denomina desde la colina. 


Antes de subir a la ciudadela, nos detenemos en la llamada Tumba de los Leones, aunque hay una cierta distancia entre esta y la puerta del mismo nombre. El resto de tumbas micénicas que podemos ver se encuentra al otro lado del cerro. Parece que fue construida alrededor del año 1350 a. C. Conserva su estructura y su monumental puerta, pero el característico techo de este tipo de tumbas colapsó hace mucho tiempo.



Iniciamos el ascenso y llegamos a la famosa Puerta de los Leones. El nombre proviene de dos leones que se hallan en la parte superior. Se cree que estos animales eran el símbolo real de la casa de los Atreus. Fue construida alrededor del 1250 a. C. y está formada por dos enormes bloques de piedra de 3.75 m de alto que sostienen un dintel de aproximadamente 20 toneladas. En él, aparecen los leones apoyados en una columna de estilo minoico. 


Las murallas rodean todo el recinto, con un total de 600 m. Están construidas con bloques que, en algunos casos, pesan hasta 6 toneladas, con 13 m de altura y unos 7 m de ancho. Debido a su gran tamaño, se cuenta que fueron construidas con ayuda de Cíclopes (gigantes de un solo ojo), de ahí su nombre, Murallas Ciclópeas

Según pasamos la Puerta de los Leones, a nuestra derecha, se encuentra el Círculo de Tumbas A, del siglo XVI a. C. Se trata de seis tumbas en fosa, en las que se encontraron 19 esqueletos en posición fetal (ocho hombres, nueve mujeres y dos niños), donde se hallaron ajuares funerarios más ricos que en el Círculo B (armas, copas de oro y plata, anillos, botones, pulseras de oro, además de cinco máscaras funerarias de oro, una de ellas atribuida al rey Agamenón) y con una influencia cretense más marcada. Es un área circular de 27 m de diámetro, circundada por un anillo doble de losas de piedra situadas en posición vertical. 



Parece ser que al lado del cementerio se encontraban distintas casas micénicas. En ellas, se encontraron multitud de objetos que aportaron evidencias de cómo vivían sus habitantes.

La parte central del yacimiento de Micenas es la Ciudadela, la antigua Acrópolis. Era el pivote alrededor del que giraba toda la vida de esta antigua ciudad. Estaba delimitada por los dos muros paralelos de las Murallas Ciclópeas. 


Aquí hay un conjunto de edificios que parecen corresponder con un área religiosa. Se han identificado restos de un templo en el que han aparecido figurillas de terracota y de serpientes enroscadas. También se ha identificado un santuario al que se le ha llamado la Habitación de los Frescos por los fragmentos encontrados en alguna de las paredes y que estaría dedicado a la diosa de la fecundidad. Por último, se ha hallado una casa, llamada Casa de Tsountas, donde se distinguen habitaciones, almacenes y un santuario posiblemente dedicado a una divinidad guerrera.


 





A través de la rampa, accedemos al Palacio de Micenas, la zona más alta de la Acrópolis, construido sobre tres terrazas artificiales. Consta de dos salas de guardia, una amplia habitación rectangular flanqueada por cuatro columnas y el pebetero del fuego sagrado. Anexo se hallaba el Salón del Trono, al que se accedía por un vestíbulo. También se observan estancias con parte de suelo rojo y un desagüe, tal vez el baño en el que Esquilo sitúa el asesinato de Agamenón a manos de su mujer Clitemnestra. Se supone que el edificio tenía dos alturas, con estancias en la planta superior.

  



Parece que aquí se acumulaba el agua que se traía desde fuentes subterráneas

Muy cerca de este almacén de agua, descendiendo por un tramo de escaleras, se baja hasta un manantial situado a 300 m de profundidad, desde donde se canalizaba el preciado líquido. Actualmente, después de un primer tramo, una verja cierra el acceso y en ningún caso se debe bajar sin una linterna. 


Casi al lado, encontramos en la muralla la puerta norte. Es menos monumental que la de los leones y daba acceso a la población en una zona de viviendas aún no excavada.  


Y volvimos hacia la zona del aparcamiento, porque allí se encuentra, fuera de la muralla, el Círculo de Tumbas B. Esta necrópolis fue descubierta en el año 1951 y ha sido datada entre los años 1650 y 1550 a. C. El enterramiento circular tiene 27 m de diámetro y contiene 26 tumbas señaladas con estelas. Se han encontrado huesos, armas, joyas, artesanía, copas de bronce y alabastro, una máscara funeraria y gran cantidad de cerámica. A día de hoy, las tumbas están parcialmente enterradas. 


En nuestro camino encontramos las Tumbas más famosas: en primer lugar, la Tumba de Egisto. Es la más antigua, construida hacia el 1460 a. C. Es la más rudimentaria de las tres al estar construidas las paredes con pequeños bloques y contar con un tosco dintel. El techo se hundió hace tiempo y no se puede acceder a ella. La atribución a Egisto no deja de ser una teoría que no ha podido ser probada. 

Corredor de acceso

La Tumba de Clitemnestra fue construida alrededor del 1225 a. C. Fue la última de las tumbas de Micenas y, por lo tanto, muestra la culminación de su técnica constructiva. Se descubrió en el siglo XIX, pero el pachá otomano se hizo con la mayor parte de los objetos y a día de hoy no hay constancia del contenido ni del paradero. La cámara, con falsa bóveda, mide 13.5 m de diámetro y tiene una altura de 13 m. El dintel y el triángulo de carga han perdido parte de su estructura. El acceso se hace a través de un corredor de 37 m de largo por 6 m de ancho. Como en el caso anterior, no hay evidencias de que se trate de la verdadera tumba de la esposa de Agamenón. 


 
 

Íbamos caminando para salir del recinto y ver la Tumba de Agamenón, pero nos encontramos con un perro que se puso en actitud agresiva y dimos marcha atrás para salir oficialmente con el coche desde el parking. También se denomina Tesoro de Atreo. Fue construida en el año 1250 a. C. y es la de mayor tamaño de la Grecia Antigua. Tiene una planta circular de 14.5 m de diámetro con una falsa bóveda de 13.2 m de altura. Anexa, una pequeña cámara completa el espacio de la tumba. En la entrada, sobre el dintel, un triángulo de descarga desahoga de peso la estructura. Un corredor de piedras le da a la tumba un aspecto verdaderamente monumental. Todo el conjunto está recubierto de tierra para evitar su saqueo. ¿Realmente es la tumba de Agamenón?


Según Enrique, las "momias" saliendo de la tumba

Regresamos a Atenas, nuestra última noche en Grecia. Al día siguiente, regresábamos Pili y yo a Vigo a través de Oporto. Pero todavía nos quedaba una cena en un pequeño restaurante que nos recomendaron en el hotel.

Osobuco
Tarta de naranja con helado de yogur

No puedo dejar de repetir una y otra vez que Grecia me ha impresionado muy favorablemente. Imagino que hay rincones de gran belleza y no solo las famosas islas. ¿Unos meses allí para alejarse del lluvioso invierno de Galicia? Quién sabe...



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