jueves, 28 de noviembre de 2019

Viaje a Cerdeña: julio 2018 (María y una amiga) - Parte 5

Cuarto día: miércoles, 25/07/2018

La Maddalena 

El archipiélago de la Maddalena está compuesto por siete islas, de las que las dos más importantes son La Maddalena y Caprera. Tiene también unos 60 islotes rocosos. En 1996 se constituyó el Parque Nacional de la Maddalena protegido hasta tal punto que la circulación de veleros y barcos a motor está estrictamente regulada. Lo más destacado es el tono azul turquesa y verde esmeralda del mar, también la arena blanca de las playas y calas y las formas imposibles de las rocas de granito talladas por el viento. 

Teníamos mucha ilusión por visitar el archipiélago y sin embargo la excursión fue bastante decepcionante. Habíamos reservado plaza en una de las agencias que ofrecen cruceros de 7 horas de duración en los que supuestamente vas a disfrutar de las playas de las islas, lanzarte al agua desde el barco y saborear una excelente comida italiana. Pues bien: el barco iba a tope, no había dónde poner un pie, todo eran empujones para tratar de encontrar un huequito en el que poder acomodarte, ver el paisaje y hacer alguna que otra foto. Las playas en las que bajamos estaban llenas de turistas que iban y venían (llegaba un barco, descargaba sus pasajeros y otro grupo se levantaba de sus toallas para volver a su embarcación... como ganado, sinceramente). La comida resultó ser espaguetis con tomate que además empezaron a cocinar desde primera hora con lo cual el olor nos acompañó durante toda la excursión. Sí hubo un momento para disfrutar del agua lanzándose desde el barco, pero las comodidades para cambiarse de ropa y secarse eran mínimas... En fin, que si alguien quiere hacer ese viaje le recomiendo que coja un fueraborda en el que van grupos más pequeños. 

A ver, no todo fue negativo. Es cierto que la belleza de las aguas que rodean el archipiélago merece la visita.








Lo mejor, sin duda, la visita a la capital del archipiélago, La Maddalena. Pena el poco tiempo que nos dejaron, que apenas dio para tomar uno de sus famosos helados y recorrer su calle principal. 

Es la única ciudad de la isla. Fue un antiguo pueblo de pescadores y hoy se dedica a la artesanía y la venta de productos típicos, como tapetes y corales. Sus calles recuerdan, por su arquitectura elegante, a las de la Rivera de Liguria, con edificios neoclásicos y calles secundadas por hileras de palmeras. Sus habitantes todavía se sienten orgullosos de la derrota infligida en 1793 a los franceses que impidió que Napoleón se hiciese con la isla. 


   

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