lunes, 10 de agosto de 2020

Junio, 28, a julio, 5, 2020: Allariz, Baltar y Parque Natural Gerês-Xurés (Chus y María) - Parte 2


Lunes, 29/06/2020:

Baltar (Ourense)   

Maite y Manuel son los perfectos anfitriones. Desde el principio, nos hicieron sentir como en casa. Cierto que la construcción y el jardín son un lugar privilegiado, pero sin ellos estamos seguras de que no sería lo mismo. Fueron días de charlas deliciosas con dos personas no solo muy interesantes sino muy próximas y asequibles. Y no hablemos de su cocina... un auténtico placer. 

Desde Allariz se llega a Xinzo y de ahí, por la carretera OU-304, se llega a este pueblecito. El municipio cuenta con una población de unos 1200 habitantes. Está regado por dos afluentes del río Limia, el Faramontaos y el Salas, y al sur se encuentra la sierra de Larouco, que con sus 1300 m de altura es sede de campeonatos nacionales e internacionales de parapente además de constituir el límite natural con Portugal. 

Mapa de 32632 Baltar, Ourense


Tal y como se puede ver en este segundo mapa, Baltar se encuentra en la comarca de A Limia, la cual está al sur de la Reserva de la Biosfera del área de Allariz que fue reconocida por la UNESCO en 2006. Se trata de una zona llana, parcialmente inundable y flanqueada por montañas de perfiles redondeados. Antiguamente destacaba la Laguna de Antela en el centro de la comarca, pero fue drenada a principios de los años 60 como consecuencia de políticas agrarias muy agresivas. Eso llevó a la extinción de muchas aves que anidaban en ella. 

Nosotras íbamos con la intención de hacer un poco de senderismo. Lamentablemente, la Diputación no ha hecho ningún esfuerzo por señalizar los senderos en esta zona, como tampoco por limpiar los montes, con lo cual se hacía muy complicado caminar entre tanta maleza. De ahí que al final tuviéramos que hacer casi todas las excursiones en coche para poder apreciar la gran belleza natural de esta parte de la provincia de Ourense que se continúa en el parque transfronterizo Gerês-Xurés. 

     Vista del jardín de Casa Rousía desde la balconada en la que estaba nuestra habitación

Al fondo se divisa la piscina. Está cubierta por lo que se puede disfrutar todo el año. Sus                  cristaleras se pueden abrir permitiendo la entrada del aire en verano. Hay también un jacuzzi que            por temas de coronavirus no estaba en funcionamiento. 





Nos hicimos unos bocatas y salimos con toda la idea de visitar las minas de wolframio que hay en la zona. Pero después de aparcar el coche y por mucho que poníamos la ruta a pie en la aplicación de Wikiloc, no había manera de encontrar ninguna subida a las dichosas minas (después descubriríamos que habíamos estado al principio del sendero, pero, como ya dijimos, la altura de la maleza no nos permitió verlo). Así que andando ahora para este lado, luego para el otro, acabamos preguntando a unos paisanos que se asomaron porque ladró el perro, que si no... es una zona tan tan tranquila que normalmente no se ve a nadie. Nos indicaron una carreterita por la que podíamos ir con el coche y nos dieron instrucciones para desviarnos... nos perdimos, como es costumbre en nosotras. Al final, Chus acabó preguntándole a uno que estaba trabajando en una finca con un tractor y nos dio las indicaciones correctas, no sin antes decirle que para qué queríamos ir allí si solo había piedras, jajajajajaja... 

                             Caminando hacia las minas después de dejar definitivamente el coche
Y sí, solo había piedras: restos de lo que había sido la caseta del transformador

Estas minas datan de la Segunda Guerra Mundial. Pero hay referencias a una minería y fundición prerromanas. Es posible que ya en aquella temprana época se obtuviera estaño aquí. Pero los restos que se conservan hablan de una época, la de la posguerra española, en la que el hambre y el miedo eran aliviados relativamente por el wolframio, dentro o fuera de la legalidad, que funcionaba como una válvula de escape permitiendo la supervivencia. 

En lo alto parte de la torre de la mina, pero desde aquí abajo la maleza impide la subida



                          Solo el viento...


Desde aquí, y después de disfrutar de las vistas, nos dirigimos al pequeño embalse o encoro de Salas. 



    El silencio...

Esta zona es rica en restos arqueológicos, sobre todo necrópolis y mámoas. Nos costó Dios y ayuda encontrar la conocida como Casiña da Moura, pero al final lo conseguimos.




Data de los años 3000-2500 a. C. y es un dolmen de corredor situado junto a la compuerta del embalse de Salas. Antiguamente no estaba aquí, fue trasladado cuando se anegaron las tierras para hacer el embalse. 

No es que ese día hubiésemos visto gran cosa, pero ya sabéis que nosotras disfrutamos riéndonos y reír, reímos, porque dar vueltas buscando cosas acaba por provocarnos la risa. Al llegar a Casa Rousía les dijimos a Maite y Manuel que habían estado a punto de perder a sus primeras clientes (antes de partir nos habían dicho que jamás se les había perdido nadie recorriendo los alrededores)... Para compensarnos, una cena exquisita:

Ensalada variada con croquetas


          Suave de limón

 
                                                                  


Junio, 28, a julio, 5, 2020: Allariz, Baltar y Parque Natural Gerês-Xurés (Chus y María) - Parte 1


Domingo, 28/06/2020:

Recorrido por Allariz  

El coronavirus ha hecho que este verano de 2020 sea diferente. Uno no se plantea viajes largos ante la posibilidad de contagio o de confinamiento lejos de tu propia casa. Así que, recorrer tu tierra más cercana, tu región, se presenta como una posibilidad tentadora y sugerente. Y nuestra primera elección fue esta: sur de Ourense, ya cerca de la frontera con Portugal, en Baltar. Y camino de allí nos detuvimos en Allariz, una villa ourensana que, si bien yo conocía, ha cambiado mucho a lo largo de los últimos veinte años:

Allariz es una villa de origen medieval que guarda un encanto muy especial rodeado de leyendas. Parece ser que fue fundada por el rey suevo Alarico. Sin embargo, la zona estuvo poblada desde mucho antes como lo prueban los restos de castros que se encuentran en los alrededores. El río Arnoia la atraviesa dando la oportunidad de realizar hermosos paseos por sus orillas. 

De su importancia habla el hecho de que Alfonso X el Sabio fuese educado aquí y que los restos de Doña Violante reposen en el Monasterio de Santa Clara. No obstante, parece ser que las leyendas sobre el hombre lobo, el Sacamantecas, son casi más conocidas que la propia historia de la villa. Se cuenta que en el siglo XIX, un criminal de apellido Romasanta fue juzgado por licantropía en Ourense. En las actas del juicio se recogen sus relatos contando cómo se transformaba en lobo y cómo asesinaba a niños y mujeres para extraerles la grasa corporal (de ahí el nombre).

Nada más aparcar, nos encontramos con la típica construcción de la villa: casa de piedra con balconada en la que destacan las sujeciones de la misma. 

Desde aquí, bajamos hacia el río, para pasear por una de sus márgenes. Si se lo recorre en su totalidad se pueden ver antiguos molinos que han sido rehabilitados y convertidos en taperías o restaurantes. Incluso se puede ver una antigua fábrica de cuero que actualmente funciona como museo-restaurante (precisamente en donde comimos nosotras). A continuación, las primeras fotos por ese paseo: 


  




Vistas de la fábrica museo restaurante en donde comimos

El paseo junto al río es muy agradable y se disfruta de la naturaleza, tanto en forma de flora como de fauna:

                                                          Nenúfares
Flor del magnolio








 






La curiosidad del gato a nuestro paso

Desde el río, subimos al casco viejo de la villa. Los historiadores dicen que hasta 1848 conservó el burgo medieval más auténtico de toda Galicia. Sin embargo, después de décadas de abandono, fue declarado conjunto histórico-artístico en 1971 y, tras una recuperación integral, recibió en 1994 el Premio Europeo de Urbanismo. 

Paseando paseando, llegamos al Cruceiro de Vilanova, de estilo gótico. Se alza sobre una grada de tres escalones de sección cuadrada hecha en granito. Destaca su capitel, muy decorado, con caras de ángeles en los cuatro lados. En la parte superior, la cruz figurativa recoge a Cristo crucificado en un lado y en el otro la Piedad, la Virgen con el cuerpo de su hijo muerto en el regazo.  





Junto al cruceiro está la iglesia de Santa María de Vilanova, que acoge también un cementerio. Se trata de una iglesia románica del siglo XIII aunque su fachada ha sido muy reformada y presenta pináculos de transición al gótico. 



Volviendo hacia el centro, caminamos por callejas y rincones de gran encanto hasta llegar a la Plaza Mayor, donde se ubica la iglesia de Santiago.


 



La iglesia de Santiago, de la que vemos aquí su ábside, es una obra románica que utiliza fórmulas del Maestro Mateo. Su construcción fue ordenada por la corona a finales del siglo XI, al tiempo que se iniciaba la construcción de la catedral de Santiago de Compostela. Iniciada hacia 1119, es una de las iglesias románicas más bellas de Galicia. 

También en la Plaza Mayor, encontramos A Paneira, antiguo Monte de Piedad, una casa de crédito agrícola que estuvo en funcionamiento entre el siglo XV y el XVIII. 



Desde la Plaza Mayor seguimos caminando por las callejas para encontrarnos con toda una sorpresa: calles en las que distintas y conocidas firmas de moda se han instalado dando origen a un outlet al aire libre que ha hecho de Allariz la capital del shopping

No lo parece, pero estas casitas de la rúa Fonteiriña albergan tiendas como Massimo Dutti, Nanos, Adolfo Domínguez, Roberto Verino...
 
Seguimos callejeando, disfrutando de detalles como este escudo blasonado: 



Finalmente, subimos hasta el Campo de la Feria, delimitado al este por el Real Monasterio de Santa Clara. En el centro se alza la fuente circular de Ferro Caaveiro del año 1783. 



Caminando de nuevo hacia el río para ir a comer, nos encontramos con el conjunto escultórico de la Festa do Boi. Cuatro esculturas de bronce que representan seres humanos y un buey que conmemoran esta fiesta que se celebra en Allariz desde 1317 y que tiene como origen una antigua disputa entre los vecinos judíos y cristianos de la villa. 



Chus guiando el buey

Ya teníamos hambre después de este maravilloso paseo, así que nos dirigimos a la antigua fábrica de cuero para comer. Empezamos comiendo fuera pero empezó a chubiscar y tuvimos que refugiarnos en el antiguo patio en el que se teñían las pieles.





                                                        Exquisita empanada de pulpo
                                                         Carne roja a la piedra


Y dejamos atrás Allariz para llegar a Baltar, en donde nos alojábamos, en Casa Rousia. Ya os hablaremos de ella y de sus propietarios, solo deciros que es una casa rural extraordinaria, no solo por su situación para conocer la zona, sino también por el silencio y la paz que se respira en su jardín, por su piscina que puedes usar todo el año y... por su excelente y exquisita cocina. 



El mapa refleja la zona por la que nos movimos durante la semana que siguió: la Reserva de la Biosfera del área de Allariz y el Parque Transfronterizo Gerês-Xurés.