lunes, 23 de enero de 2023

Octubre, 21 de 2022, a enero, 14 de 2023: Segunda visita a Japón - Parte 21

Descubriendo Japón por segunda vez 

Martes, 10/01/2023 


Parque Ueno (Taito) y exposición de los guerreros de terracota chinos  

Desde que llegué a Japón en octubre, no hice más que repetir que quería ir al parque Ueno. Pero, por unas cosas o por otras, no lo había hecho. Cuando me llamó Keiko para quedar y despedirnos, le sugerí que podíamos encontrarnos allí y, de paso, ver la exposición en el Museo Real de los guerreros de terracota chinos. Ella ya la había visto, pero no le importó acompañarme. 



Este parque público está localizado en Ueno, en el distrito especial de Taito-ku de Tokyo. Se encuentra en el lugar donde antes estaba el Kan'eiji, un templo asociado con el shogunato Tokugawa, construido para vigilar el castillo Edo por el noreste. El templo fue destruido durante la guerra Boshin, la guerra civil que tuvo lugar entre 1868 y 1869 entre los partidarios del shogunato y la facción que pretendía devolver el poder político al emperador, cosa que finalmente se consiguió. 

En el año 1924, el emperador Taisho cedió el parque a la ciudad de Tokyo, con el nombre oficial de Ueno Onshi Koen, que quiere decir algo así como "Regalo imperial parque Ueno". 

Es uno de los centros culturales más importantes del distrito metropolitano de Tokyo. Aquí se encuentran el Museo Nacional de Tokyo, el Museo Nacional de Ciencia de Japón, el Museo Nacional de Arte Occidental (diseñado por Le Corbusier y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), una sala de conciertos, el santuario Toshogu, el estanque Shinobazu con su templo Benzaiten y el zoológico. 

No cabe duda de que es, también, uno de los principales pulmones de la ciudad. Tiene cerca de 30 000 metros cuadrados y más de 8000 árboles, entre los que destacan sus cerca de 1000 cerezos, lo que lo hace un lugar ideal para disfrutar de su floración o hanami con la llegada de la primavera.

Como se ve en el panel superior, el extremo sudeste del parque está ocupado por el estanque Shinobazu, dividido en tres secciones: el estanque de los lotos, el estanque de los barcos y el estanque de los cormoranes.  








En el centro del estanque podemos ver la isla Benten-jima, donde se puede visitar el templo Benten-do, un salón octogonal dedicado a la diosa Benten o Benzaiten. En la entrada anterior, sobre la visita a la isla de Enoshima, expliqué quién es esta deidad y su leyenda. Y, como veis, lo que dije entonces, sobre la costumbre de levantar sus templos cerca del agua, es la verdad. 




Benten es la diosa de las artes, de la música, del conocimiento...

Una de las representaciones de la diosa: los japoneses creen que, si una serpiente blanca se cuela en tus sueños, es símbolo de buena suerte

Un rincón del interior del templo

Caminando hacia el noroeste nos encontramos con pequeños santuarios sintoístas: el de Shichifuku-sha y el de Ana Inari








Cruzando una pequeña carretera, llegamos a otro templo budista. 


Aquí se encuentra el Gran Buda de Ueno o Ueno Daibutsu, bueno, mejor dicho, lo que queda de él. Se trataba de una enorme estatua de bronce de un Buda sentado, original de 1631. Sufrió daños por terremotos e incendios, sobre todo durante el gran terremoto de Kanto de 1923. Fue entonces cuando se le cayó la cabeza, por lo que durante la Segunda Guerra Mundial fue fundido y usado con fines bélicos.  

En 1972, se decidió colocar la cara, lo único que se conservaba, en el Parque Ueno. Actualmente, junto a este templo, hay un pequeño altar con varias paredes de tablillas ema en las que se escriben los deseos para el Buda. 


Muy cerquita de este templo se encuentra lo que se conoce como Monster Lantern



Muy cerquita, desviándose hacia la izquierda, encontramos el santuario Ueno Toshogu. Es uno de los edificios que quedaron en pie tras la batalla de Ueno. Fue construido originalmente en 1616 y renovado posteriormente en 1651 por orden del tercer shogun Iemitsu Tokugawa, que lo cubrió de grandes cantidades de pan de oro, lo que lo convierte en uno de los santuarios más exuberantes de Tokyo.  



Destacan los muros Sukibei, originales de 1651, que encierran el recinto y están decorados con criaturas de la tierra. También merece la pena la puerta de estilo chino, Karamon, con hojas doradas y decoraciones preciosas con forma de flores y pájaros.

En el recinto se encuentra, además, el Jardín de Peonías Botan-en, que abre del 1 de enero a mediados de febrero y de mediados de abril a mediados de mayo. Aproveché que estaba abierto y entré.  




Este jardín fue fundado en 1980 como señal de amistad entre Japón y China, ya que las peonías son una flor originaria de la China clásica. 

Hice muchas fotos, porque la verdad que las flores eran una preciosidad. Aquí os dejo una pequeña muestra:






Os dejo aquí el enlace a un vídeo que pesa un poco y no lo puedo subir al blog



Desde el jardín se ve la Pagoda de Cinco Pisos. Pertenecía al antiguo templo Kaneiji y es otra de las edificaciones que sobrevivió a la batalla de Ueno. Es original de 1639. 


Se me iba haciendo tarde para el encuentro con Keiko. Así que empecé a caminar hacia el este. Me encontré con la estatua conocida como Toki Wasureji Monument


Se trata de un memorial con el que se recuerda a las víctimas de los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.

Casi enfrente, el Monument of Wani. Fue un erudito semilegendario que se dice que fue enviado a Japón por Baekje desde el suroeste de Corea durante el reinado del emperador Ojin para introducir el sistema de escritura chino.


Y había llegado a tiempo a mi cita frente al Museo Real para ver la exposición. 
   

Como seguramente ya sabéis, se trata de una colección de estatuas de terracota que representan las figuras de los guerreros y los caballos del ejército del autoproclamado primer emperador de China de la dinastía Qin, Qin-shi-Huang (210-209 a. C. ). Es un tipo de arte funerario en el que las estatuas aparecen en formación de batalla, compuesta por tres fosas de entre 3 y 8 m de profundidad, situadas a 1 km y medio al este de la tumba del emperador y a unos 35 km al este de Xi'an, como parte del mausoleo de este emperador. 


Carro formado por más de 3000 pequeñas piezas de bronce tirado por 4 caballos de más de 1000 kg de peso

En la fotografía se aprecia cómo fueron encontrados estos caballos en el yacimiento arqueológico

Las figuras fueron descubiertas por agricultores locales durante unas obras para abastecimiento de agua, el 2 de febrero de 1974. Según estimaciones de 2007, entre las tres fosas había figuras de más de 8000 soldados construidos a tamaño ligeramente superior al natural, una caballería de 150 animales y 130 carros tirados por otros 520 caballos, aunque también se encontraron otras figuras no militares, como funcionarios, acróbatas, músicos y forzudos. 

Desde 1987, todo el conjunto arqueológico está considerado como Patrimonio de la Humanidad. 

En la exposición del Museo Real de Ueno se mostraban diferentes objetos y utensilios de la época antes de llegar a la sala en la que se exhibían los guerreros. Los que estaban encerrados en urnas de cristal eran originales que habían viajado hasta aquí para la exposición y el resto, reproducciones y copias.


 




El objetivo de la construcción de este ejército era la protección de la tumba del emperador Qin Shi Huang. La construcción de este tipo de mausoleos para la protección espiritual de los emperadores era muy común. Se comenzaba con ella poco tiempo después de que se nombrara al Emperador en ese puesto.

Una característica peculiar que presenta este conjunto es que cada uno de esos guerreros es distinto: diferentes bigotes, peinados distintos, jóvenes y viejos con rasgos de etnias diferentes... 






Después de disfrutar de esta bellísima exposición, decidimos ir hasta la estación de Ueno. Hacía tres años yo había tomado en el Hard Rock Cafe de esta estación la mejor margarita de mi vida y le dije a Keiko que quería ver si seguía siendo igual de buena. 

En la parte de abajo, la estación. Y al fondo, la Sky Tree Tower of Tokyo

Y sí, sigo diciendo que es la mejor margarita de cuantas he tomado. Keiko le contó la historia a la camarera y esta se esforzó al máximo para que pudiera repetir de nuevo esa experiencia... hasta me hizo una foto con la margarita para enseñársela a su manager. Cualquier día vuelvo por allí y estoy en una de las paredes del local, jajajajajaja...



Estupenda despedida de una buena amiga a la que espero no tardar mucho en volver a ver. Y magnífica visita para despedir mi estancia de tres meses en Japón... en 4 días regresaba a España.



domingo, 22 de enero de 2023

Octubre, 21 de 2022, a enero, 14 de 2023: Segunda visita a Japón - Parte 20

Descubriendo Japón por segunda vez 

Domingo, 08/01/2023 


Enoshima - Fujisawa (Prefectura de Kanagawa) 

Pensando en una última excursión por el país del sol naciente (regresaba a España el día 14), decidimos ir a Enoshima, una pequeña isla, de unos 4 km de perímetro y 0.37 kilómetros cuadrados de superficie, en la desembocadura del río Katase, en la bahía de Sagami. Forma parte de la ciudad de Fujisawa y está unida a ella por un puente de 600 metros. En 1880, tras la aplicación por el gobierno Meiji del Shinbutsu Bunri o separación entre budismo y sintoísmo, la isla fue comprada por Samuel Cocking, un comerciante británico que creó grandes jardines botánicos así como un invernadero. Este último resultó destruido en el gran terremoto de Kanto de 1923, pero el Jardín de Plantas Tropicales de Enoshima todavía atrae gran cantidad de visitantes cada año. 


La isla está llena de restaurantes y santuarios, pero la costa de la ciudad de Fujisawa está repleta de grandes playas, lo que hace de toda la zona un destino turístico muy importante, especialmente en verano. 

Dejamos el coche justo en un parking al lado de una de las playas de Fujisawa



Como se puede ver en los vídeos, es una playa muy apreciada por los surferos. Ese día no había olas, pero me han comentado que en verano incluso tienen que hacer turnos para entrar en el agua, debido a la cantidad de ellos que se reúnen ahí para practicar este deporte. 

La isla vista desde la playa de Fujisawa


En el vídeo, vemos la costa de la ciudad de Fujisawa. Hay muchas referencias a Hawaii, a veces te parece estar más allí que en Japón.  




Llegando al final del puente, vemos un edificio que nada tiene de japonés y que nos recuerda los balnearios europeos (de hecho, ahí se encuentran las fuentes termales de Enoshima). 


El puente continúa en la calle principal (Benten-Nakamise) que atraviesa la isla de norte a sur. Está llena de tiendas de recuerdos y restaurantes que sirven shirasu-don, una de las especialidades de la zona. Este donburi o cuenco de arroz se hace a base de shirasu, un pez blanco de menos de 1 cm de longitud, típico de la bahía de Sagami, que conmúnmente se come crudo o en donburi. 


Como vemos en esta última fotografía, el inicio de la calle está marcado por un gran torii de bronce, de color verdoso, de 1821, Patrimonio Cultural de Fujisawa. El torii también nos indica que al final de la calle se encuentra el santuario de Enoshima


En el vídeo vemos que al final de la calle se alza un gran torii rojo que da acceso al santuario de Enoshima. Es una reconstrucción de 1936. 


Nos encontramos entonces con una representación de la diosa Benzaiten


Es la diosa de la música y el santuario está dedicado a ella. La leyenda dice que Enoshima surgió de las aguas por obra de Benzaiten en el siglo VI. En la isla transcurre la historia narrada en Enoshima Engi, acerca de los santuarios que se encuentran en la isla, escrita por el monje budista Kokei, en el año 1047. 

Hay varias maneras de subir hasta el santuario. La cuesta Otokozaka, que es el el camino desde la puerta Zuishinmon; la cuesta Onnozaka, que suele ser el camino de bajada más común, y, finalmente, hay unas escaleras mecánicas llamadas Escar que te llevan a la cima evitando el cansancio (solo son de subida)

Vista hacia abajo



 
En realidad, el santuario de Enoshima es un complejo de tres santuarios: Hetsunomiya, Nakatsunomiya y Okutsunomiya. En el vídeo vemos el primero de ellos, fundado en 1206, aunque el edificio actual es una reconstrucción de 1976. 

La diosa Benzaiten es considerada una diosa de la suerte en las dos principales religiones de Japón. Sin embargo, los orígenes de esta diosa se sitúan mucho más allá de las islas de Japón. Benzaiten procede de las tradiciones sincréticas de la India. 

En Japón, es una de las principales diosas del budismo, también llamada Benten, y, tal y como ya hemos dicho, es venerada como diosa de la música, las artes, el conocimiento, la palabra y la riqueza. También es una de las protectoras del pueblo japonés. Todas estas cualidades la llevaron a ser incluida entre los siete dioses de la suerte. De igual modo, es venerada en el sintoísmo. Es un claro ejemplo del sincretismo religioso en Japón.  

Pero, como decimos en el vídeo, a Benzaiten se la asocia también con el mar, los lagos y los ríos. Muchos de sus santuarios están cerca del agua y normalmente se la representa acompañada con un dragón marino. La leyenda dice que, de hecho, se casó con uno de esos animales. Cuentan que hace cientos de años vivía en una cueva un aterrador dragón que se alimentaba de los niños de la aldea de Koshigoe. Sus atrocidades llegaron a oídos de la diosa Benzaiten, quien decidió poner fin al inaceptable comportamiento del dragón. Su aparición terrenal vino precedida de un gran terremoto, descendiendo en una nube hasta la entrada de la cueva en la que vivía el animal. Pero no lo mató, se casó con él para poner fin a la matanza de niños. Su llegada a la tierra hizo surgir la isla de Enoshima, que desde entonces es considerada tierra sagrada.

Frente al edificio principal del santuario, se alza este estanque con la deidad del dragón blanco. La costumbre es lanzar una moneda al cofre que se sitúa delante del mismo. La leyenda dice que, si aciertas, vendrán los monos y te duplicarán lo que hayas lanzado


Seguimos subiendo y podemos disfrutar de unas maravillosas vistas de la pequeña villa de la isla y de su puerto deportivo. 


Un poco más arriba, se encuentra el segundo de los santuarios, construido originalmente en el año 853 y reconstruido por el shogun Tokugawa Tsunayoshi en 1689. El edificio actual es una reconstrucción de 1996. 



Llegamos a la cima, en donde se hallaba la antigua residencia de Samuel Cocking, el comerciante británico que compró la isla a finales del siglo XIX. Los jardines albergan una torre observatorio que también funciona como faro (se la conoce como Sea Candle, algo así como la "vela del mar"). Las vistas desde lo alto son impresionantes, pero había mucha cola y decidimos no subir. 



En la explanada de la cima hay varios cafés para hacer un descanso antes de continuar la visita a la isla. 



Sí, es un templo budista. Cuando se inicia el descenso hacia el sur de la isla, nos damos con él: Enoshima Daishi, un moderno templo budista, de 1993.  







En las siguientes fotos, vemos una vez más la influencia hawaiana en la isla. 



Y llegamos al tercer santuario. 

Tercer santuario

Aquí hay una pequeña cueva con figuras votivas. Había mucha cola y no fuimos. Mi hija la había visto en otra ocasión en que casi no había gente en la isla

Desde aquí, si cogemos una pequeña desviación hacia el monte, llegamos a la Dragon Love Bell. Se trata de una campana de la que se dice que, si los amantes la tocan a la vez, les permitirá estar juntos para siempre. 



Volvimos a la calle que lleva al mar. 










Y volvimos sobre nuestros pasos. Nos detuvimos en uno de los restaurantes de las escaleras para comer: Enoshima Uomi-tei. Pero antes, aún echamos un vistazo al paisaje que dejábamos atrás. 



La comida exquisita. Enoshima es famosa por la calidad y frescura de sus pescados y mariscos. 




Donbori de shirasu

Volviendo al puente, seguimos disfrutando de las fantásticas vistas del pueblo



En el camino de vuelta, las niñas tuvieron la oportunidad de disfrutar de una experiencia única: sumergir los pies en un estanque en donde unos pequeños pececillos se dedican a alimentarse de las escamas secas, produciendo unas simpáticas cosquillas.



Y yo pude darme el gusto de probar uno de los famosos helados monaka. Están hechos con un relleno de judía azuki emparedado entre dos barquillos delgados y crujientes que acompaña la bola del sabor que hayas elegido, en mi caso matcha.  


Desde el puente, regresando a Fujisawa, una bellísima puesta de sol. 


Ya en el paseo de la playa de Fujisawa, nos dimos el último gustazo en un local... cómo no, ¡de origen hawaiano!





Y con las luces navideñas, nos despedimos de una excursión muy bonita.