Martes, 11/04/2023:
Viaje al Algarve. Portimao
Esta entrada es continuación de una en la que recogimos la estancia en Évora y la visita a sus alrededores en nuestro camino al Algarve.
Una mañana de relax en la piscina del hotel a pesar de que el agua estaba muy fría. Aún así, nos metimos, jejejejeje...
Sobre la 1, decidimos que era hora de tomar un aperitivo y nos fuimos a la terracita del bar del hotel.
Vista de la fachada del hotel desde la terraza del bar
Y ya listas, pensamos que sería una buena idea ir andando por el camino que bordea los acantilados hasta Portimao.
De vez en cuando, se abren entre los acantilados calitas que hay que aprovechar mientras la marea está baja, porque, en cuanto sube, ya no hay dónde ponerse. Este restaurante ya lo habíamos visto la tarde anterior... pero también estaba cerrado
Por todas partes hay avisos de peligro por desprendimiento, lo cual es lógico dadas las características del terreno.
Poco a poco nos íbamos acercando a la conocida Praia da Rocha, en pleno centro de Portimao. Aunque antes pasamos por la Praia dos Tres Castelos, que son esas enormes rocas que veis en la esquina de la derecha de la foto inferior:
Y aquí la Praia da Rocha:
Un poco de información sobre este importante destino turístico del Algarve:
Es conocido por su casco antiguo, por su bullicioso puerto deportivo y por estar rodeado de hermosas playas. Es la ciudad más grande del Algarve occidental y un centro tradicional de construcción naval, pesca de sardina y procesamiento de pescado.
Hoy en día, sin embargo, estas actividades tradicionales han ido dejando paso al turismo, el ocio y los comercios minoristas, transformando Portimao en una ciudad amplia y residencial. Los viejos muelles de pesca han sido remodelados en un escénico paseo marítimo que conduce a las bonitas plazas rodeadas de árboles del casco antiguo. Si uno se adentra en la ciudad, encuentra agradables calles comerciales peatonales, edificios históricos y una variada selección de cafés, bares y restaurantes especializados en pescado y marisco fresco. A pesar de su considerable tamaño (unos 55 000 habitantes), ofrece un ambiente relajado y distendido.
Praia da Rocha, al sur de Portimao, es una playa impresionante llena de bares y hoteles diseñada principalmente para los turistas extranjeros. De hecho, paseando por el borde no hay más que pubs y bares ingleses e irlandeses en los que la cerveza es la bebida por excelencia.
El elegante puerto deportivo en el extremo este de Praia da Rocha
Al final de la playa, se llega al puerto deportivo, situado en la desembocadura del río Arade. Del otro lado, la localidad de Ferragudo, una aldea portuguesa tradicional de pescadores cuya costa está también sembrada de playas de gran belleza.
La Marina de Portimao es una de las más importantes de la zona. Recibe embarcaciones de hasta 50 m, con un calado máximo de 5 m. La entrada es fácilmente accesible, de las más amplias del país.
En la zona ribereña, junto al muelle, río arriba, se encuentra gran parte de los restaurantes en los que se puede saborear la sardina asada, el plato más destacado de la gastronomía local. A pesar de que se consume en toda la región y en todo el país, la de Portimao es famosa e incluso cuenta con un festival en su honor en el mes de agosto.
Mati en la Fortaleza de Santa Catarina, al final de la playa, construida en el siglo XVII para garantizar la defensa del río Arade Ya de vuelta, había mucha animación con un campeonato de volley playa
Como ocurrió con Évora, la visita a Portimao dejó mucho por ver. Esto solo fue un pequeño aperitivo de lo que un día volveremos a visitar. Y también recorreremos sus alrededores, en los que destaca la Necrópolis de Alcalar, una de las tumbas megalíticas más importantes de Europa.
Volvimos sobre nuestros pasos y nos detuvimos a cenar en un bar de tapas ya próximo al hotel, Cloque ao Mar, en el que las vistas eran magníficas y la comida no menos. Por no hablar de su excelente sangría de vino blanco, a la que, desde ese mismo momento, declaramos nuestra adicción Jajajajajaja...
Miércoles, 12/04/2023:
Viaje al Algarve. Carvoeiro. Armaçao de Pera. Albufeira
El día amaneció un poco nublado y con mucho viento. En principio, teníamos que haber hecho un recorrido en barco por la costa, pero el capitán nos había avisado de que, debido a las condiciones marítimas, la excursión se haría el jueves. Así que, ¿qué hacer? Pues una bonita excursión por la parte este de la costa, más allá de Portimao.
La primera parada fue Carvoeiro, una pintoresca población costera que conserva el aire tradicional portugués en esta impresionante costa de playas doradas y sorprendentes paisajes naturales.
Nos sorprendió su ambiente pacífico y acogedor a pesar de la cantidad de turistas extranjeros que había. Daba la impresión de que muchos de ellos eran jubilados que vivían permanentemente aquí, disfrutando del sol y la gastronomía. Así pues, el único grupo de turistas para los que no es adecuado Carvoeiro es el formado por jóvenes con ganas de fiesta y borrachera.
En cuanto a su historia, hay evidencias que apuntan a la presencia romana en el pueblo, así como a una importante actividad marítima. Esta zona tiene una larga tradición de ataques militares y piratas e incluso ha presenciado algunos combates navales, entre los que destaca la batalla de 1544 entre una flota de barcos comandados por Dom Pedro da Cunha y el corsario turco Xarramet.
A lo largo de los siglos, la pesca ha sido el pilar de la economía local. Sin embargo, en la actualidad, el principal sector económico es el turismo. El clima seco y cálido lo convierten en un destino ideal para practicar el golf y los deportes acuáticos o, simplemente, relajarse.
Preciosa fuente en la entrada de Carvoeiro
![]() |
Curiosa rotonda |
La tradición marítima de Carvoeiro lleva al pueblo a rendir homenaje a los grandes navegantes de la historia de Portugal y a todos aquellos descubridores del Nuevo Mundo.
![]() |
Mati en pleno centro frente a la playa de Carvoeiro, en el Largo da Praia |
![]() |
Y aquí el lateral derecho |
Desde el Largo da Praia do Carvoeiro parten unas callejas en las que hay todo tipo de comercios y restaurantes y que nosotras recorrimos con mucha calma, deteniéndonos aquí y allá y haciendo algunas comprillas.
Continuamos excursión y llegamos hasta Armaçao de Pera.
Esta localidad ofrece algunas de las playas más hermosas del Algarve. Con sus cálidas aguas y formaciones rocosas que esconden cuevas y refugios de arrecifes, son verdaderas perlas en el paraíso de esta región.
Esta población era un antiguo pueblo de pescadores que hoy vive prácticamente del turismo. En la actualidad, esos pescadores usan sus botes para llevar a los turistas a las cuevas cercanas. A lo largo de su avenida principal, y justo al frente de su playa, hay numerosas tiendas, restaurantes y bares.
Fue un paseo larguísimo. Al final, hubo que detenerse a tomar una cervecilla, cosa que hicimos en un pub irlandés.
De nuevo en ruta, llegamos a Albufeira.
Antes de ver el pueblo como tal, decidimos aprovechar un poco el sol en una de sus playas. Nos quedamos en la Praia dos Alemaes, situada en la parte este. Aquí, la presión urbana es menor, el acantilado disminuye en altura y manchas puntuales de pino manso junto a enormes arbustos de lentisco colonizan la cima en la que dejamos el coche.
Cuando empezó a refrescar, decidimos acercarnos al centro del pueblo para visitarlo.
Esta antigua villa pesquera se ha convertido en un importante destino vacacional, no solo por sus playas sino también por su afamada vida nocturna. Su moderno puerto deportivo es una base excepcional para la práctica del buceo, la observación de delfines y los paseos en barco. Sin olvidar su delicioso casco antiguo, con calles empedradas y casas encaladas tradicionales.
Nos costó aparcar y al fin lo hicimos en la parte oeste del pueblo. Desde allí, bajamos a pie hasta la Rua José Bernardino de Sousa. Echamos un vistazo en algún restaurante con terraza sobre la Playa do Peneco (una playa urbana con un paseo marítimo histórico), pero nos parecieron un tanto desangelados y el personal, poco interesado en atender. Así que echamos a andar siguiendo la Esplanada Dr. Frutuoso da Silva, desde la que las vistas son impresionantes.
En la foto superior se ve la punta sobre la que hay un mirador y un restaurante y hacia allí nos dirigimos.
También hay un ascensor para descender a la playa.
![]() |
Ensalada de pulpo con bastante vinagre. La sangría nada que ver con la del día anterior |
![]() |
Toda mi ilusión por que Mati probara una cataplana de marisco se vino abajo ante aquella muestra de la peor cocina posible. Menos mal que días después nos pudimos resarcir |
No hay comentarios:
Publicar un comentario