domingo, 23 de abril de 2023

Abril, 09-16 de 2023: 8 días por el Algarve, incluyendo Évora (Mati y María) - Parte 3

Jueves, 12/04/2023:


Viaje al Algarve. Excursión en barco por la costa. Lagos. Cabo S. Vicente 

Excursión en barco por la costa

Y llegó el momento tan esperado de recorrer la costa en un barquito (en realidad, una motora). Inicialmente habíamos reservado para las 11 de la mañana, pero el capitán nos convocó a las 9. Como la previsión del tiempo había dado sol y buena temperatura, nos fuimos tan fresquitas y, al llegar a la marina, no nos quedó otra opción que volver al hotel para cambiarnos...¡soplaba un viento muy frío! (¡menos mal que habíamos ido con mucha anticipación y nos dio tiempo a regresar!)

Antes de subir a la motora


Solo íbamos nosotras dos, un inglés, el capitán y un marinero. En teoría, yo había reservado una excursión en español, pero como estaba ese muchacho se celebró en inglés y en algo que nosotros llamamos "portuñol" (una mezcla de portugués y español... menos mal que somos de Galicia y lo entendíamos, porque a veces de español nada de nada). Tampoco es que el capitán fuese un ejemplo de gracia y simpatía, más bien seco. 

Avanzando por el río Arade hasta su desembocadura, a la derecha quedaba la Marina de Portimao

Uno de los veleros atracados en los pantalanes de la Marina

La motora se acercó a la orilla izquierda del río para que pudiéramos ver el Castelo de Sao Joao de Arade


Está situado en la parroquia de Ferragudo, en el municipio de Lagoa, Faro. En Portugal, se le conoce como Fuerte de Sao Joao de Arade. 

Localizado a la orilla del río, fue edificado en 1640, durante la Restauración, para sustituir a una torre vigía. La muralla defensiva de dicha torre había resistido hasta 1621. 

A pesar de que el fuerte se construyó sobre una base de roca maciza, ha sufrido numerosos percances por culpa de las mareas y tormentas, como la gran tormenta de 1669 que dañó gravemente la edificación. Los trabajos de reparación después de este hecho culminaron en 1754. Un año después, el gran terremoto de 1755 acabó por dañar la fortificación dejándola prácticamente en ruinas. 

La decadencia de la fortaleza continuó hasta que, a finales del siglo XIX, fue subastada y vendida a manos privadas, pasando a ser propiedad del poeta Coelho Carvalho, que la convirtió en su residencia particular. Hoy, a pesar de lo que pueda parecer, se encuentra en un excelente estado de conservación, siendo propiedad de la familia Pereira Coutinho.

En cuanto a Ferragudo, que tenemos que visitar detenidamente en otro viaje, es un pequeño pueblecito con una superficie de 5,41 kilómetros cuadrados y una población de 2000 habitantes. Surgió en el siglo XIV como pueblo de pescadores que aprovechaban la desembocadura del río Arade, rico en pescado, para alimentar a sus familias.  


Atrás va quedando Portimao y el río se hace cada vez más ancho a medida que se acerca a su desembocadura. 

Entramos ya en mar abierto y el perfil de los acantilados se alza a nuestra izquierda

Poco después de girar a la izquierda y enfilar la proa hacia el este, aparece ante nuestros ojos la Praia do Torrado, también conocida como Praia do Vale da Azinhaga, rodeada totalmente por acantilados y solo accesible por mar (o a pie desde la playa siguiente, la Praia dos Caneiros, siempre que la marea esté baja). El paisaje está dominado por dos farallones que emergen del mar y que se pueden distinguir perfectamente en el vídeo que sigue a continuación: uno, junto a la playa y otro, de mayor dimensión, a unos 170 m de la costa, conocido como Leixao das Gaivotas, protegido por leyes medioambientales por ser lugar de anidación de estas aves, así como también por su uso por parte de otros pájaros marinos que lo utilizan para dormir.

La Praia dos Caneiros tiene unos 200 m de longitud y está, también, rodeada por acantilados, si bien se puede acceder a ella por tierra a través de una corta escalinata de madera. Está muy protegida del viento y destaca el color verde azulado de sus limpias aguas. Se dice que es una de las pocas playas nudistas del Algarve, pero lo cierto es que la frecuenta todo tipo de personas.

 


Las rocas horadadas son parte importante de este paisaje en el que la erosión del viento y de las aguas del mar ha creado un escenario impresionante. Junto a ellas, las hermosas cuevas, como la que aparece en el vídeo inferior, cerca de la Praia do Vale da Lapa



Contemplar el interior de estas cuevas es una experiencia magnífica. La enorme grandiosidad de la Naturaleza queda patente en todos y cada uno de sus rincones. Los distintos estratos están perfectamente marcados, descubriéndonos una historia de millones de años y haciéndonos retroceder a un tiempo en el que el nivel de las aguas del mar estaba mucho más arriba.

Muchas de estas cuevas tienen nombres curiosos, en algunos casos relacionados con alguna formación rocosa que asemeja un objeto o animal determinado  (hay que tener mucha imaginación, la verdad, jajajajaja). En el vídeo inferior, la Cueva del Amor. Se la llama así, porque la parte abierta, vista desde arriba, es como un agujero con forma de corazón. 


Mati en la Cueva del Amor



Como vemos en el vídeo, es impresionante la vista del océano a medida que vamos saliendo de la cueva. 

Llegamos entonces a Carvoeiro, una delicia ver de nuevo la playa y el pueblo, esta vez desde el mar. 


Carvoeiro



Mati con Carvoeiro al fondo

Seguimos viaje. Muy cerca de Carvoeiro, hacia el este, encontramos una zona rocosa conocida como Algar Seco. En las rocas, se abren muchas cuevas escarpadas, esculpidas durante cientos de años por el viento y el mar. Esas cavidades tienen la apariencia de ventanas o balcones. 




Al principio del vídeo superior se ve una forma parecida a una carabela o un buque... jejejejeje. Aquí se encuentra una conocida formación llamada Boneca (La Muñeca). Es una roca con forma de cono invertido que se parece un poco a una muñeca cuando se ve desde el mar. Diez pasos más abajo se encuentra la entrada a uno de los famosos túneles de Algar Seco. Desde el acantilado se puede acceder y la vista desde el interior hacia el mar es espectacular. 

En el vídeo que sigue a continuación, el capitán nos explicó que se ve algo parecido a la nariz de un oso con sus respectivos ojos. Si le echáis imaginación, es posible que la veáis justo al final. 




Detrás de Mati, el Hotel Bahía Cristal que, por lo visto, tiene un mirador al que puede acceder el público



Según el capitán, esta es la cara de Cristiano Ronaldo, jajajajaja






Es sorprendente la pericia de estos marineros para adentrarse en las cuevas y no estrellarse contra las rocas. En las imágenes superiores tenemos la Cueva da Zorreira, quizá la segunda más impresionante después de la de Benagil.


Según el capitán, la cueva del vídeo superior es la boca del cocodrilo que habíamos visto en otra formación rocosa anterior...



Y, por fin, llegamos a las famosísimas Cuevas de Benagil.



Está muy cerca de la playa de la misma villa, en el distrito de Lagoa. El Algar de Benagil fue nombrado en 2014 como una de las 10 cuevas más atractivas por Huffington Post. No es accesible a pie e ir nadando es muy peligroso, así que la entrada a la cueva solo es posible mediante uno de los tours en barco, en tabla de paddle surf o en kayak. Al igual que en el resto de cuevas, la entrada depende de la marea y las condiciones marítimas.

Antes de dar la vuelta, llegamos a los Arcos da Praia da Marinha. La playa del mismo nombre es una de las 10 mejores de Europa y está incluida entre las 100 más hermosas del mundo, según la prestigiosa Guía Michelin. Sus aguas transparentes son perfectas para bucear. De hecho, el tour que habíamos reservado incluía practicar esnórquel, pero el capitán no dijo nada (y nosotras, tampoco... con el viento frío que hacía suponíamos que el agua estaría helada)



Nos detuvimos aquí para tomar la copa de champán que iba incluida en el tour. Menos mal que no nos hizo daño, porque no habíamos desayunado y teníamos el estómago vacío...



Iniciamos el regreso cruzándonos con otros que iniciaban la ruta.

Dejamos estelas en el mar...

Volvimos al hotel y Bruno tuvo la amabilidad de dejarnos tomar algo del desayuno a pesar de que eran casi las 12 del mediodía. Nos vino bien calentarnos con un cafecito y comer unos bollos, porque el viento nos había helado.

Después de cambiarnos, pensamos en seguir el día en plan excursión. Esta vez, hacia el oeste del Algarve, en concreto a Lagos


Lagos

Es una ciudad perteneciente al distrito de Faro, situada al oeste de Portimao. Tiene aproximadamente 22 000 personas, pero con los turistas puede llegar a los 34 000. Es una de las poblaciones más visitadas del Algarve. 

Tuvimos suerte y aparcamos a la entrada del casco histórico. Callejeando fuimos a parar a la mismísima Iglesia de S. Antonio



Edificada en 1707, fue reconstruida en 1769. Estaba cerrada, pero tenemos entendido que su decoración, en talla dorada, barroca, está considerada como una de las más bellas del país.


Como veis por la fotografía superior, Lagos es un destino ideal de vacaciones si buscas algo más que playas preciosas y un clima increíble. La ciudad ofrece una vida nocturna vibrante, excelentes restaurantes, interesantes lugares de interés histórico y emocionantes actividades, como las excursiones a Silves, Sagres o Praia da Luz. 

Sin embargo, a pesar de su popularidad, Lagos no ha sucumbido al turismo de masas y sigue conservando su carácter distintivo y su típico encanto portugués. En sus calles empedradas con sus casas encaladas encontramos bares modernos y buenos restaurantes que conviven en armonía con cafés portugueses tradicionales y tiendas familiares. 

 

Mati sentada junto a la estatua del rey Sebastián I de Portugal, llamado "el Deseado". Desapareció en la batalla de Alcazarquivir, en 1578, en el norte de Marruecos. El no haber podido encontrar sus restos mortales ha dado origen a una corriente conocida como "sebastianismo", según la cual el rey volverá un día para devolver al país el esplendor perdido


La ciudad es bastante compacta y muy fácil de recorrer a pie. Se divide en cuatro áreas principales: el barrio histórico, el puerto deportivo, Porto de Mós y Meia Praia. El barrio histórico es el corazón de Lagos que vemos en las fotografías superiores y está situado al oeste del estuario del Bensafrim. El complejo del puerto deportivo es la parte moderna de Lagos y está situado al norte de la ciudad. Porto de Mós es un área residencial tranquila en el extremo sur de la ciudad y la costa barrida por la arena de Meia Praia se extiende al este de Lagos y es donde se sitúan los grandes complejos hoteleros. 

La parte histórica se encuentra rodeada por unas murallas de origen romano que, posteriormente, remodelaron los árabes para luego ser ampliadas en el siglo XVI, entre los reinados de D. Manuel y Felipe I, por la necesidad de protección de la creciente malla urbana de la ciudad. 


Fuera de las murallas y en la costa, se alza la
Fortaleza da Ponta da Bandeira, también conocido como Forte de Nossa Senhora da Penha de França, construida en el siglo XVII para proteger el puerto.  


Hoy en día, este fuerte conserva gran parte de sus características originales, aunque ya no tiene funciones defensivas sino pedagógicas, ya que alberga un núcleo museológico dedicado a los descubrimientos portugueses. No pudimos visitarlo, porque estaba cerrado. 

Desde esta zona, hay unas bellas vistas de la extensísima Meia Praia, 5 km de arena dorada.


Monumento a D. Enrique el Navegante en Lagos

Dejamos Lagos con la intención de volver para cenar en uno de los fantásticos restaurantes que habíamos visto en el casco histórico y nos dirigimos al Cabo de San Vicente


Cabo S. Vicente de Sagres 

No podíamos marcharnos del Algarve sin haber visitado este emblemático lugar. Es el punto más suroccidental de la Península Ibérica. Y visitarlo sin un exceso de turistas nos dio una sensación de amplitud y tranquilidad que nos pareció estupenda. Está situado apenas a unos 8 km de la ciudad de Sagres (que queda para otra ocasión)


Detrás de Mati, una de las dos tiendecitas de recuerdos que hay allí y la torre del faro

Todo el mundo procura ir al Cabo en el momento de la puesta de sol, que dicen que es impresionante, cosa que no dudamos por la belleza del lugar. Sin embargo, nosotras no podíamos esperar hasta esa hora, porque se nos hacía tarde para nuestra merienda-cena diaria. Así que nos limitamos a ver el paisaje y a disfrutar de una EXCELENTE sangría de vino blanco que tiene su particular anécdota que ahora os contaré. 

Decoración en el exterior de la tienda


Acantilados desde el Cabo

Impresionante el batir de las olas en las rocas

Y aquí están nuestras sangrías. 


Pues resulta que, además de estar exquisitas (de las mejores que he tomado en mi vida), el aspecto era de lo más tentador... las frutas, los colores, el hielo y esa sensación de ser de lo más refrescante empezaron a llamar la atención de las personas que nos rodeaban o pasaban frente a la terraza del bar. En concreto, de las dos chiquitas que estaban sentadas a nuestro lado. Hasta que por fin una se decidió a preguntarnos en inglés qué era aquello y cuánto habíamos pagado. 7 euros cada una, les dijimos, y se les puso una cara de penita que teníais que verla. Mati y yo nos miramos y, a la vez, decidimos hacer nuestra buena obra del día invitándolas, ¡qué caray!, que también nosotras habíamos sido jóvenes y habíamos suspirado por cosas que no podíamos tener porque no teníamos ni un duro... Y, a pesar de que se negaban, no veáis lo contentas que se pusieron cuando el camarero se las sirvió. Eran alemanas, de entre 18 y 20 años, y andaban con su mochila a cuestas. 

Pero la cosa no quedó ahí. Una pareja mayor de franceses también pidió explicaciones y también pidieron la bebida. ¡Cómo les gustó! ¡Y lo felices que eran comiendo las frutitas, tal y como Mati les había enseñado! jajajajaja...

Y luego se unió otra francesa con su hija, que ya hacía un rato había preguntado a las alemanas sobre lo que estaban bebiendo...

Solo un grupo de alemanes se mostró un tanto desorientado por el sabor: los tres hombres habían pedido cerveza y las tres mujeres, sangría. Lo cierto es que, si bien sus caras no denotaban un excesivo placer, se las pasaban de uno a otro y se dedicaban a hacerse fotografías brindando. 

Foto que nos hizo, entre muchas risas, la hija de la mujer francesa

Decidimos volver a Lagos para cenar, como ya he dicho antes, pero nos perdimos sin querer y fuimos a dar a un pequeño puerto pesquero de Sagres. 








Y cenita en Lagos

En una de las callejas del casco histórico, en un restaurante que ponía que era el más antiguo de la ciudad. Si era cierto o no, no lo sabemos, pero la calidad de la comida, extraordinaria. 

Ameijoas á Bulhao Pato, de esas de mojar en la salsita, jejejejeje

Arroz de marisco

Empezaba el ambientillo en el atardecer de Lagos...





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