jueves, 3 de febrero de 2022

Febrero, 2 de 2022: Sendero azul del Litoral de Baiona (Chus, Pili, Rosa, Mati y María) - Parte única

Miércoles de senderismo

Miércoles, 2/02/2022:


Sendero azul del Litoral de Baiona (Pontevedra)


Aprovechando que seguía el buen tiempo, nos fuimos a pasear por este sendero. Sus 6 km de recorrido unen la playa de A Concheira con el espacio natural de A Foz do Miñor (que va desde la playa de A Ladeira, en Baiona, hasta monte Lourido, en Nigrán). Este espacio es único por la fauna y la flora que lo conforman (se pueden ver mamíferos acuáticos, como la marta, y aves, como las garzas reales, patos y distintos tipos de gaviotas). Asimismo, destacan los servicios a lo largo del recorrido, establecimientos de hostelería, miradores y áreas de descanso incluso accesibles para personas con problemas de movilidad. El tramo también incluye el sendero del Monte Boi, pasa por todos los arenales del municipio y por los puertos deportivos y conecta con el sendero fluvial de Baíña y el Observatorio de aves de A Foz.

Ida y vuelta son 12 km. Nos pareció mucho para una caminata después de más de una semana sin mover el esqueleto. Así que en vez de comenzar en A Ramallosa (en donde podéis ver el puente medieval del siglo XIII muy bien conservado, con el cruceiro de San Telmo en el centro, patrón de los navegantes), iniciamos el recorrido en la playa de Santa Marta, junto a su ermita. De esta forma redujimos la caminata a unos 6,5 km. 


La ermita de Santa Marta está situada en una pequeña península que también lleva su nombre. Se trata de una pequeña capilla de planta rectangular y una sola nave, del siglo XIII, que apenas conserva un par de elementos de su origen románico (la puerta sur, de arco semicircular y tímpano liso). En aquella época, no solía ser normal que se construyeran capillas cerca del mar, por los peligros que acechaban a estas edificaciones. En este caso, la ermita sufrió los acosos de los piratas que asolaban con frecuencia la villa de Baiona, que la destrozaron y quemaron repetidas veces. Uno de ellos, el pirata Drake, cuando se hallaba en plena quema de la capilla, fue repelido por las fuerzas y vecinos de la villa. 


Esas son las vistas que se divisan desde el jardín que rodea la ermita. Aquí nos hicimos un selfi para estrenar el nuevo palo que se había comprado Pili (el de Chus hubo que tirarlo).


Cruceiro frente a la ermita

En esa misma península se encuentra una curiosa escultura que no supimos descifrar. 


Buscando en Google he descubierto que su autora es la artista gallega Soledad Penalta, una gran imitadora de Chillida, y que su título es "Baiona". Está realizada en hierro y data del año 1999.

Desde aquí hay unas vistas espectaculares de la propia villa de Baiona. 

Reflejos sobre el agua frente a la playa de Santa Marta, que se ve hacia la izquierda

La colina ocupada por el castillo de Baiona aparece casi oculta tras los barcos y yates del puerto deportivo


En la foto inferior, Chus y a su espalda el paseo marítimo de Baiona.


Y en la siguiente, junto a la estatua de un "golfiño". No es la primera vez que un animal como este aparece en las aguas de Baiona e incluso alguno quedó varado en la propia playa de Santa Marta.


Dejamos atrás la penísula y vamos avanzando por el paseo de Alfonso IX y la avenida de Monterreal. Y las vistas siguen siendo espectaculares.



Enseguida nos encontramos con las casetas desde las que salen los barcos a las Cíes. Y un poco más adelante, el puerto pesquero y la lonja, con la escultura dedicada a los marineros.


A medida que nos vamos acercando al castillo o fortaleza, vemos un pantalán en el que se encuentra una reproducción de la carabela La Pinta (que se puede visitar por un módico precio) que nos permite imaginar en qué condiciones hicieron Colón y su tripulación la travesía atlántica.



Y en un muro se recoge el viaje del almirante y la arribada de La Pinta a Baiona con las buenas nuevas llegadas del otro lado del Atlántico.


Y es que esta villa es conocida por ser el primer puerto de Europa donde se anunció el Descubrimiento de América. Este acontecimiento ha marcado su historia y sus fiestas populares, por ejemplo, la Fiesta de la Arribada, que mueve a cientos de visitantes en el mes de marzo. En el primer fin de semana del mes de marzo, Baiona nos traslada al Medievo, con sus calles profusamente decoradas, un mercado ambientado en el siglo XV y decenas de eventos en sus calles, como desfiles de juglares, músicos y malabaristas, además de la escenificación del anuncio que Martín Alonso Pinzón hizo al corregidor de Baiona en 1493. 

Algunos edificios del paseo muestran la historia de la villa a través de su arquitectura. 


El casco antiguo de Baiona fue declarado Conjunto de Interés Histórico-Artístico por la Dirección Xeral del Patrimonio en 1993, coincidiendo con la celebración del V Centenario de la Arribada. Las calles empedradas de este conjunto muestran numerosos caserones señoriales, como el Pazo Correa, del siglo XVIII, que actualmente alberga el Ayuntamiento de la villa, y templos como la Ex-Colegiata de Santa María, del siglo XIII, con aspecto fortificado y estilo ojival románico.

Llegamos entonces a la Fortaleza de Monterreal, de la que parte el camino que rodea el Monte Boi. 



 


Por tierras de Baiona pasaron diversos pueblos: celtas, fenicios, romanos, visigodos y musulmanes. Todos ellos se asentaron en el Monte do Boi. Actualmente se puede recorrer todo su contorno en un agradable paseo de unos 2 km que termina (en nuestro caso) o se inicia en la playa de A Cuncheira y concluye (o empieza en nuestro caso) bajo la Torre del Reloj, junto a la Puerta Real, tras salvar un pequeño pasadizo, como se ve en las fotografías superiores.

El sendero transcurre entre el mar y un monte de robles, sauces y pinos, por lo que tiene muchas zonas de sombra y también bonitas áreas de descanso, como la de A Figueira, donde nos podemos sentar a contemplar la belleza del paisaje.

En lo alto, y dentro del recinto de las murallas del Castillo de Monterreal, el edificio del Parador Nacional

El primitivo recinto amurallado data del siglo II a. C.. Alfonso IX de León, a fines del siglo XII y principios del XIII, y posteriormente Felipe IV realizaron importantes reformas en las murallas. El edificio actual sustituyó al que había mandado levantar el marqués del Pazo de la Merced, D. José Elduayen, como residencia veraniega, sobre el antiguo solar ocupado por las ruinas de un convento franciscano. El actual conjunto se distribuye dentro de una superficie que ronda las 18 ha, combinándose elementos antiguos de marcado carácter militar con los modernos creados como consecuencia del establecimiento del Parador Nacional. 

Baiona vista desde el camino que bordea el Monte Boi

Junto al camino se alzan torres que suponemos comunicadas interiormente con la fortaleza. Sería muy interesante poder descubrir los entresijos reales de la construcción.

Al fondo, Playa América

El que Monte Boi sea conocido como Monterreal se debe al hecho de que, en el siglo XV, los Reyes Católicos otorgaron la Carta Puebla, que permitía a 200 familias instalarse en el interior de las murallas, disfrutando de los mismos derechos que los vecinos de Baiona. 



Otra de las construcciones exteriores de la fortaleza. Mati concentrada haciendo una preciosa foto que vemos a continuación. Tras la ventana, las islas Cíes y una de las dos islas Estelas


El camino alrededor de la Fortaleza nos descubre rincones inesperados.





 


En las fotos superiores vemos una especie de santuario que se alza frente al mar y bajo las murallas de la fortaleza. Se trata de una obra realizada por un vecino de Baiona y que culminó después de 7 años de trabajo y de mover toneladas de tierra con sus manos. El autor, Isaac Carneiro Refojos, marinero jubilado, decidió dignificar un cachito de la península del Monte Boi colocando las imágenes de las vírgenes de Santa Lucía, Fátima y el Carmen, además de la figura del Sagrado Corazón. Muchas personas vienen a colocar flores (casi todas artificiales) o velas encendidas. 

Desde el muro, otro selfi para captar la imagen de las islas Cíes y las Estelas.


Y siempre las escaleras que llevan a construcciones externas al muro.


Y las olas levantando espuma contra las rocas.


Y las gaviotas en lo alto, siempre atentas y vigilantes.


La verdad que el paseo resulta de lo más agradable e invita a detenerse a cada paso ya sea para contemplar las vistas o para descubrir pequeños misterios levantando la mirada hacia lo alto de la fortaleza. 

Monumento a la muy leal villa de Baiona


En lo alto, la Virgen de las Angustias

Entonces, el sol empieza a bajar.


Y nos vamos acercando al final del camino, en donde se encuentra la playa de los Frades, llamada así porque era la que utilizaban los frailes que vivían en el antiguo convento.


Más allá, está la playa de A Cuncheira, donde termina el paseo del Monte Boi. Pero todavía nos quedan cosas por ver. En la parte delantera del castillo se alza un impresionante monumento, "Encontro entre os dous mundos". 

Este conjunto escultórico fue inaugurado por el entonces Príncipe Felipe coincidiendo con el V Centenario de la Arribada de Pinzón a Baiona. Está realizada en granito y consta de cinco grupos que representan a Galicia, América, la emigración y el retorno, colocados alrededor de una gran esfera que simboliza el mundo y que contiene en su interior muestras de tierra traída de los 22 países iberoamericanos y depositada por sus embajadores el día de la inauguración. Es obra del artista Magín Picallo.




El grupo de Galicia está formado por 4 figuras: un caudillo celta señalando el ultramar, un cantero, un gaitero (como alegoría del folklore gallego) y una madre con sus hijos esperando el regreso del marinero. En el grupo de América, bajo el cual están las chicas en la foto superior, vemos un cacique indio con el dios Sol en la mano, una indígena en postura sosegada y un indio tocando la flauta que encarna el folklore indio. La Emigración está formada por una pareja que parte hacia lo desconocido y el Retorno muestra un gallego que regresa con una indígena, simbolizando la simbiosis entre las dos culturas.

Las leyendas populares sitúan bajo este monumento la tumba del primer indígena que llegó con Pinzón.

Junto al monumento, aprovechando las magníficas vistas sobre la parte sur de Baiona, sacamos un selfi... bueno, uno, no, porque lo cierto es que no sabemos que hizo Pili que hasta salieron vídeos con música.



 Y hasta fotos en blanco y negro, jajajajajaja...


Para terminar una jornada tan agradable, nos adentramos en las callejuelas del casco histórico de Baiona buscando el lugar ideal para disfrutar de una cervecita. Nosotras no recorrimos esta zona, porque lo cierto es que todas nos conocemos la villa, pero para aquellos que la visiten por primera vez, es un paseo imprescindible. Es Conjunto de Interés Histórico-Artístico, lo que limita la altura de los edificios y la calidad de los materiales, lo que contribuye a mantener el buen estado de conservación. Recorrer esta parte antigua de la ciudad es muy interesante, con sus calles angostas y empedradas, sus edificios con soportales y sus fuentes y casonas nobiliarias a cada paso.

Acabamos en la cervecería D'Sastre, un pub de estilo irlandés con una decoración muy curiosa basada en el mundo de la costura. Por eso los taburetes son botones, hay maniquíes, máquinas de coser, planchas... 


Brindando por una tarde agradable de amistad y risas. Último selfi de la ruta



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