Domingo de senderismo
Domingo, 23/01/2022:
Ruta de As Lagoas de Bertiandos y San Pedro de Arcos - Ponte de Lima (distrito de Viana do Castelo, Portugal-Norte)
Nos fuimos a pasar el fin de semana a Ponte da Barca y no teníamos intención ninguna de hacer senderismo. El sábado a la mañana llegamos a Arcos de Valdevez un poco antes de comer, así que nos dimos un paseo junto al río y después comimos en un restaurante de la ciudad que ya conocíamos de ocasiones anteriores.
Después de comer nos dirigimos al hotel de Ponte da Barca que habíamos elegido: hotel. El Tempus Hotel está muy bien por lo que se refiere a la localización y la tranquilidad, pero como spa no vale, la piscina es pequeña, solo tiene un chorro para la espalda, y el jacuzzi es también pequeño y con pocos chorros de masaje. Tiene un par de piscinas exteriores que quizá lo hagan atractivo en verano para perderse en plan relax dos o tres días.
El sol entraba a raudales en la habitación que nos asignaron. Así que, como había madrugado bastante, me tumbé a echarme una siestecita acariciada por los rayos de la estrella. Mientras, Chus se fue a dar un paseo por los alrededores.
El jardín del hotel está lleno de frutales, sobre todo limoneros y naranjos o mandarinos |
Por lo demás, pasamos la tarde leyendo. Eso sí, con caipirinha por mi parte y Coca-Cola por la parte de Chus.
La madrugadora, o sea, ella, se levantó una hora antes de lo que habíamos acordado para desayunar y de nuevo se fue a pasear.
La luna en el cielo claro del amanecer |
Y el sol ascendiendo lentamente |
Vista desde la habitación cuando yo me levanté |
Después de desayunar, y puesto que Ponte de Lima lo tenemos más que visto y revisto, le propuse a Chus acercarse a ver esta ruta: As Lagoas de Bertiandos y San Pedro de Arcos, porque había leído que era llanita y en gran parte por pasarelas de madera, por lo que, aunque no llevábamos ropa de senderismo, seguro que podríamos hacerla en plan paseo. La mejor idea que se nos pudo haber ocurrido.
Ruta de As Lagoas de Bertiandos y San Pedro de Arcos
Se trata de un humedal de 380 ha formado por las dos lagunas citadas y cruzado por el río Estoraos. Es un Espacio Protegido inaugurado el año 2005 por el entonces primer ministro de Portugal, José Sócrates. Aquí se alzan bosques de robles, abedules y otras especies, además de regatos y prados, que habitan una gran variedad de aves, anfibios y fauna propia de los lugares de este tipo. Es un recorrido apto para todos los públicos, de cualquier edad y condición, ya que no hay cuestas, es todo llano y cómodo, con puestos de observación donde sentarse a observar la flora y fauna de las lagunas y miradores para la observación de las aves que sobrevuelan el entorno.
La ruta se inicia en el Solar de Bertiandos, una casa o pazo de vacaciones que no se puede visitar a pesar de estar considerado Monumento Nacional.
En el siglo XVI, este solar tenía una torre a la que, en el siglo XVIII, se unieron dos edificios de dos plantas. La conexión se hace a través de una escalera y de la torre. El interior muestra el gusto del siglo XVIII y presenta una rica biblioteca. Está rodeado por unos inmensos jardines que van hasta el río.
Su historia se remonta al siglo XV, cuando Fernao Pereira y su esposa, Maria Vasques Malheiro, lo recibieron a cambio del patrocinio de la iglesia de Sao Tiago de Cristelo. En 1566, Ines Pinto, nuera de los propietarios primitivos, construyó una torre medieval que se conserva hoy día como símbolo de la antigüedad de la casa.
Esta señora estableció dos lazos, donándolos a cada uno de sus hijos. Las dos partes permanecieron en disputa durante varias generaciones y, finalmente, se reunieron mediante el matrimonio de dos primos en 1792. Esta separación fue la que llevó a la construcción de casas con alas separadas a cada lado de la torre.
Para llegar a las lagunas cruzamos el pequeño y bonito pueblo de Bertiandos.
Pasamos por la iglesia y su cuidado cementerio.
Contemplamos las cigüeñas.
Y, poco a poco, nos introdujimos en la ruta propiamente dicha. Mucho del recorrido se hace a través de pasarelas de madera.
Así llegamos a una zona de fincas que nos vemos obligadas a atravesar por un camino desde el cual somos conscientes de que estamos en una vega rodeada por montañas.
En esta zona no hay árboles y, aunque el sol de enero parece que no calienta, nada más lejos de la realidad. Aquí fue donde empezamos a pensar que había que acortar la ruta que habíamos elegido.
Y eso hicimos. Mientras la ruta sigue hacia Estoraes, en donde se pueden admirar su bonito puente medieval y su molino, además de su iglesia, nosotras empezamos el camino de regreso por una carretera que sigue un buen tramo del canal que riega la fértil vega.
Ya en la laguna de San Pedro, caminamos nuevamente por pasarelas de madera, con agua bajo nuestros pies, y acompañadas en todo momento por la paz y tranquilidad del paraje y por los pájaros cantando, único sonido que se escucha, junto con nuestros pasos y el crujir de las hojas cuando las pisamos.
Una de las casetas para la observación de la flora y fauna |
Tras pasar por el Centro de Interpretación y por un pequeño puente sobre el río Estoraos, volvemos a las calles del pueblo donde finalizamos la ruta. Tras comprar bebidas en un bar-restaurante del pueblo cogimos el coche con la intención de ir a un restaurante cercano en Ponte de Lima que tiene mucha fama. ¡Estaba cerrado por vacaciones! Así que volvimos al bar-restaurante de Bertiandos y les preguntamos si nos darían de comer (eran las 2:45, muy tarde para Portugal) y muy amablemente nos dijeron que sí. |
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