Descubriendo Japón por segunda vez
Viernes, 04/11/2022 (y viernes, 31/05/2019)
Taito-ku
Entre los 23 distritos especiales que conforman el centro de Tokyo encontramos Taito, situado al nordeste de Chiyoda (en donde está la estación de Tokyo). Si bien tiene varios barrios, los dos más famosos son Asakusa y Ueno. En el año 2008, su población era de 175 346 habitantes.
A modo de información general, en Ueno tuvo lugar la batalla donde las fuerzas imperiales derrotaron al último apoyo del shogunato Tokugawa en 1868. Como conmemoración, se creó el Parque Ueno, en 1873. El parque alberga varios museos, como el Museo Nacional de Tokyo, el Museo Nacional de las Ciencias y el Museo Nacional de Arte Occidental.
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Estación de Ueno (imagen de 2019) |
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Una de las mejores margaritas que he tomado en mi vida. Hard Rock Café de la estación de Ueno. (Imagen de 2019) |
En esta entrada, no obstante, me voy a centrar en el otro barrio, en Asakusa. Ya estuve en él en 2019 y creí que, en su día, había escrito el post correspondiente a esa visita. Sin embargo, no fue así, por lo que he decidido reunir ahora ambos recorridos y dar una visión completa de lo que se puede ver y hacer aquí.
Asakusa
Está considerado uno de los barrios más tradicionales de Tokyo y es uno de los favoritos de los turistas por su mezcla perfecta de tradición y modernidad. Se le conoce como shitamachi (barrio más tradicional y antiguo de una ciudad). Fue destruido en gran parte por los ataques aéreos de la Segunda Guerra Mundial, por lo que tuvo que ser totalmente restaurado.
Templo Senso-ji
La actividad principal gira en torno al templo Senso-ji, el templo budista más antiguo de Tokyo. Está dedicado a Kannon, la deidad de la misericordia. Cuenta la leyenda que se construyó aquí a raíz de que dos hermanos encontraran una estatua de Kannon en el río Sumida.
Al templo se puede acceder de varias maneras, aunque la más recomendable es cruzando la puerta de los truenos o Kaminarimon, la puerta exterior, cuyo nombre oficial es Furajinmon, derivado del nombre de los dos dioses que la flanquean.
Tiene 11.7 m de alto. Fue construida en el año 942, aunque no estaba situada donde la podemos ver ahora. Se movió a este lugar en 1635, que es cuando se cree que se añadieron las estatuas de Raijin y Fujin, los dioses del trueno y del viento respectivamente.
En la parte posterior de la puerta tenemos otros dos dioses: el dios Tenryu y la diosa Kinryu.
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Imagen de 2019 |
Pero sin duda, el centro de atención es la lámpara gigante de papel con estructura de bambú. Tiene 4 m de alto y 3.4 m de circunferencia y pesa 670 kilos. No es la original, sino la restauración que donó el fundador de Panasonic en 2003 para conmemorar el 400º aniversario del comienzo del período Edo. En su parte delantera tiene el Kanji con el nombre con el que comúnmente se conoce a la puerta (Kaminarimon) y, en la parte trasera, el kanji del nombre oficial (Furajinmon)
Inmediatamente, se abre frente a nosotros la calle Nakamise o Nakamise-dori, una calle comercial de unos 250 m de largo que nos lleva hasta la segunda puerta de acceso al templo, la puerta Hanzomon. En la calle podemos comprar recuerdos y todo tipo de souvenirs, incluidos kimonos, yukatas, abanicos, galletas ningyoyaki, bollos agemanju o galletas de arroz sembei, todos ellos productos típicos de Asakusa.
Esta segunda puerta también tiene dos estatuas guardianas. Se dice que se modelaron en la década de 1960 a imagen y semejanza de dos luchadores de sumo. En la pared se pueden ver dos grandes alpargatas de paja, waraji, obra de los habitantes de Murayama, en la prefectura de Yamagata (pesan 2.5 toneladas cada una)
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La puerta vista una vez que se ha traspasado. Se aprecian las alpargatas en la fachada |
Tras pasar la puerta, vemos a nuestra izquierda una impresionante pagoda de cinco pisos (imágenes de 2019)
La pagoda era original del siglo X, pero ha sido reconstruida en múltiples ocasiones, especialmente a raíz de la Segunda Guerra Mundial. No está abierta al público, ya que funciona como una especie de cementerio. Guarda en su interior las tablillas mortuorias de miles de familias, así como reliquias de Buda.
Si seguimos caminando hacia el salón principal del templo, todavía podemos encontrar más tiendecitas. En este caso, venden productos del templo, como amuletos, barritas de incienso para quemar y caligrafía hecha por los monjes, además de haber muchísimos puestos de papelitos de la fortuna.
El salón principal, Hondo, a veces llamado Kannon-do, tiene 1150 metros cuadrados. Está dividido en el santuario interior de suelo de tatami y el santuario exterior de suelo de cemento o gejin. En el centro del santuario interior encontramos una réplica de Kannon que se muestra al público todos los 13 de diciembre.
Hay muchos otros salones en el recinto, como el Yogodo, el Yakushido, el Zenizuka-jizo-do, el Awashima-do, el Komagatado...
Sin embargo, destacaremos el Santuario de Asakusa. Se trata de un santuario sintoísta dedicado a los pescadores que encontraron la estatua de Kannon y al anciano que decidió erguir el templo en su honor. De ahí que el blasón sean tres redes de pesca. Así pues, nos encontramos con un ejemplo de santuario sintoísta dentro de un templo budista.
En Senso-ji se celebran distintos festivales a lo largo del año. Pero eso sería tema de otra entrada.
En los alrededores, encontramos otra calle interesante, la calle Shin-Nakamise, una calle cubierta repleta de tiendas y restaurantes de todo tipo (imágenes de 2019)
Asahi Beer Tower y Asahi Beer Hall
Justo frente a la entrada que vemos en la primera de las tres fotografías superiores, al otro lado del río Sumida, hay dos edificios únicos: la Asahi Beer Tower y el Asahi Beer Hall. Son conocidos especialmente por su escultura, Flamme D'Or, una llama dorada obra de Philippe Starck que, en realidad, parece otra cosa, jajajajajaja (imágenes de 2019).
El Asahi Beer Hall es un edificio de 22 pisos, sede de la cerveza Asahi. Se terminó en 1989. Para su diseño, el francés se inspiró en la típica jarra de cerveza japonesa, rebosante de espuma en su parte superior. De ahí, el juego de vidrio de color ámbar y la pared exterior blanca de la parte superior. En realidad, si nadie te dice que eso se supone que es una jarra de cerveza, nunca lo adivinarías.
Sin embargo, lo que más llama la atención es la llama dorada o Flamme D'Or, una escultura de 360 toneladas que hay en la parte superior de un edificio de granito negro muy pulido. La idea tras esta pieza es dejar claro a qué se dedica la empresa. Al parecer, la escultura representa tanto el ardiente corazón de la cerveza Asahi como la espuma de un vaso del dorado líquido. De noche se ilumina creando un ambiente mágico.
En los tres primeros pisos de este segundo edificio hay algunos bares y restaurantes en donde se puede degustar la cerveza Asahi. Degustaciones como tal para los visitantes no se hacen.
Como ya insinuamos más arriba, la forma de esta peculiar escultura ha generado una intensa polémica. De hecho, los propios japoneses se refieren a ella como kin no unko, o "caca dorada". Y al edificio en sí, lo llaman el "edificio de la caca", unko biru.
Callejas de Asakusa
En 2019 recorrí bastantes de estas callejuelas.
En esta ocasión, noviembre 2022, mientras buscaba el camino a la Tokyo Skytree Tower, recorrí muchas más. Y en muchos rincones, los pequeños santuarios te sorprenden una y otra vez.
Tokyo Skytree Tower
Además de ir a Asakusa para descubrir cómo se vive uno de los festivales del mes de noviembre (en la entrada dedicada a los festivales), quería visitar la Tokyo Skytree Tower que dejé pendiente en 2019.
Caminando por las callecitas de Asakusa, su imagen asomaba una y otra vez. Me dije que con seguirla, ya llegaría, pero, de repente, la perdí de vista y, como el GPS y yo no nos llevamos especialmente bien, acabé dando vueltas y vueltas hasta, por fin, encontrar el camino correcto.
Es la estructura arquitectónica más alta de Japón, con 634 m. Sirve de mirador, restaurante y como centro de comunicaciones y radiodifusión. La anterior torre, a la que subí en 2019, tiene una altura de 333 metros y no es lo suficientemente alta como para brindar una cobertura completa de transmisión de televisión digital terrestre, porque, entre otras cosas, está rodeada por edificios mucho más altos que ella. Para tener una visión de la ciudad de Tokyo, la nueva torre es perfecta.
Y al llegar a la otra orilla, a mano derecha, está el santuario Ushijima (no lo visité, porque había perdido mucho tiempo tratando de encontrar el camino a la torre y se me estaba haciendo tarde para volver a casa)
La Tokyo Skytree Tower está diseñada en un color original, el SKYTREE WHITE, para mantener la armonía con el paisaje circundante, en una fusión de belleza tradicional japonesa con un diseño neo-futurista.
Fue creada por el estudio de arquitectura Nikken Sekkei. La construcción comenzó en 2008. En realidad, es una columna central de hormigón armado, que encierra los pozos de los ascensores y una escalera de emergencia, rodeada por una estructura de tubos de acero. En 2011, fue reconocida como la torre más alta del mundo y pasó a formar parte del Libro Guinnes de los Records.
Tiene dos plataformas de observación que son accesibles al público: una a 350 metros (a la que yo subí) y otra a 445 (no subí, porque era mucho más cara la entrada y total las vistas iban a ser las mismas). Sorprendente la velocidad de subida en el ascensor. Y la suavidad... ni te enteras.
Desde la Torre se divisa perfectamente el edificio de la cerveza Asahi, así como el otro lado del río Sumida, en donde se encuentra el centro de Asakusa con el templo Senso-ji.
Desde el observatorio más bajo, desciendes un par de pisos y encuentras un trocito de suelo de cristal desde el que se ve la calle.
Una vez terminada mi visita, volví a cruzar el río Sumida con la intención de buscar una heladería en la que, por lo visto, venden helados recubiertos de oro. No la encontré. Pero, en su lugar, os recomiendo que, si os gusta el matcha, vayáis a Sukuzien Asakusa, una pequeña tiendecita por detrás del templo en la que se dice que se vende el mejor helado del mundo de este sabor. Os puedo asegurar que es realmente bueno.
Y paladeándolo, crucé la explanada del templo en busca de la estación para regresar a casa.
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La puerta Hanzomon con las alpargatas |
Hay muchas más cosas que ver o hacer en Asakusa. Por ejemplo, subir al mirador del edificio de Información y Turismo (gratis) que proporciona una vista estupenda de los alrededores del templo Senso-ji; embarcar en un crucero por el río Sumida; pasar un rato de ocio en el Parque de Atracciones Hanayashiki... ¡incluso podrás hacer un tour en kimono!
Breves apuntes sobre sintoísmo y budismo
El sintoísmo es la religión autóctona de Japón, una creencia animista que está tan metida en las costumbres y el día a día de los japoneses que es imposible saber en algunos casos qué es religión y qué es tradición.
Durante mucho tiempo el sintoísmo fue flexible y bebió de otras religiones. Sin embargo, en la época de Edo (1600-1868) tuvo lugar una reacción nacionalista que quiso eliminar todas las influencias extranjeras. Esta visión más cerrada fue la religión del moderno estado japonés hasta 1945, momento en el que volvió a ser una religión más.
El sintoísmo es una religión sin fundadores oficiales ni grandes revelaciones o dogmas. No hay textos sagrados. Se puede decir que es un credo politeísta basado en mitos, ritos, ideas, prácticas e instituciones.
En el panteón sintoísta no hay una sola divinidad a la que adorar, sino que existen ocho millones de kami que pertenecen, mayoritariamente, a la naturaleza. Los kami son "todo aquello fuera del ser ordinario que posee unos poderes superiores y que inspira temor y reverencia". Estos kami no dictan mandamientos ni exigen sumisiones, pero invaden todos los aspectos de la vida. Los propios elementos de la naturaleza, como ya hemos dicho, son considerados como kami (un árbol, una piedra, un sonido, la lluvia...). Cada uno de ellos posee un espíritu o fuerza, llamado tama, que puede tener un aspecto apacible o violento. Por ello, la preocupación fundamental del sintoísmo es atraer los kami buenos y alejar a los malos, lo cual se consigue mediante diversos ritos y ceremonias.
Consecuencia de lo anterior es que el emplazamiento de los santuarios se escoge por su belleza paisajística o su situación estratégica. Sin embargo, algunos, con el paso del tiempo, se han visto engullidos por las ciudades, por lo que se hace difícil apreciar esta conexión con la naturaleza.
El budismo se originó en la India entre los siglos VI y IV a. C. Los budistas siguen las enseñanzas de Buda (Siddharta Gautama), quien trata de mostrar el camino hacia la liberación del sufrimiento. La palabra tiene su origen en el término budhi, que significa "despertar", aludiendo al momento en que Buda recibió la iluminación a los 35 años. Para muchos, más que una religión es una filosofía o estilo de vida.
Buda jamás se consideró a sí mismo un dios. Los budistas no lo adoran ni le piden favores, como hacen los cristianos, por poner un ejemplo. Sienten respeto por su imagen y una estatua de Buda, con las manos descansadas en su regazo y una sonrisa compasiva, les recuerda esforzarse por desarrollar el amor dentro de nosotros mismos. Inclinarse ante la estatua es una señal de gratitud por la enseñanza recibida.
El budismo es tolerante con todas las demás creencias o religiones del mundo. Pero va más allá al proporcionar al practicante un propósito a largo plazo, dotar de sentido a la vida a través de la sabiduría y la verdadera comprensión de nosotros mismos y del prójimo, prestando atención a nuestras acciones cotidianas.
Los conceptos básicos del budismo se pueden resumir en las Cuatro Nobles Verdades:
- La vida es sufrimiento. Hay etapas de dolor (no solo físico sino también psicológico), envejecimiento, enfermedad y, finalmente, llega la muerte. Esto es un hecho irrefutable. El budismo explica cómo podemos evitar el sufrimiento en todas esas ocasiones y ser verdaderamente felices.
- El sufrimiento es causado por el deseo, sufrimos porque esperamos que las cosas sean como nosotros queremos. Pero conseguirlas no nos garantiza la felicidad. En su lugar, modifiquemos el deseo para no tener que estar renaciendo continuamente y volver a sufrir con nuevos deseos.
- La verdadera felicidad es posible si abandonamos el anhelo inútil y aprendemos a vivir cada día sin residir en el pasado ni en el futuro imaginado. Así tendremos más tiempo para ayudar a los demás. A esto se le conoce como Nirvana.
- El Noble Sendero de 8 caminos es el que conduce al final del sufrimiento de nuestra existencia para encontrar la felicidad.
Cuando el budismo entró en Japón, a través de Asia continental, asimiló aquellos conceptos del sintoísmo que podían facilitar una mayor aceptación por parte de la población, lo que produjo un sincretismo religioso muy interesante.
No obstante, los espacios dedicados a una u otra religión siguen siendo diferentes: los sintoístas erigen santuarios y los budistas, templos.
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