jueves, 13 de julio de 2023

Junio, 14-29 de 2023: 15 días por Marruecos (Mati, Pilar Fajardo, Pili y María. Enrique) - Parte 5- AMRIDIL/GARGANTAS DEL DADÉS Y DEL TODRA/LLEGADA A MERZOUGA

Miércoles, 21/06/2023 (aclaro que parte de las fotos que aquí se incluyen fueron tomadas por Enrique):


Amridil

Salimos temprano de Ouarzazate y dimos una vuelta con el coche por la ciudad. Es bonita, limpia, con calles amplias, pero todos estuvimos de acuerdo en que la vida allí tiene que ser tremendamente aburrida, porque no hay nada, absolutamente nada que hacer. Les informé de que ahí se encuentra otra kasbah reconocida como una de las más bonitas del país, la Kasbah de Taourirt, pero que no nos íbamos a parar, porque, en términos generales, se parece mucho a la de Telouet, solo que en mejores condiciones de conservación. Me parecía más interesante detenernos en la de Amridil, que seguro les iba a gustar mucho más.


Se halla a 40 km de Ouarzazate. Poco ha cambiado desde su construcción y está muy bien conservada. Se construyó por orden de la familia Nassiri que, hoy en día, sigue siendo la propietaria y la responsable de su mantenimiento y restauración. Es del siglo XVII y ha estado habitada hasta hace bien poco, hasta mediados del siglo XX, por la familia. Se trata de un conjunto de viviendas alrededor de un patio central. 

El núcleo principal permanece cerrado al público. La visita se limita a un anexo. 


El guía nos introdujo en la kasbah y nos fue explicando la utilidad de los muchos instrumentos que allí se exponen. Con eso nos daba una idea del tipo de vida que llevaban sus habitantes. 

Una prensa para hacer aceite

No sé qué esperaba oler Mati en una higuera jejejejejeje

Nos explicó también la forma en que se construyen estos edificios. Se hacen de ladrillos de adobe, mezclados con agua, paja y arena, que se dejan secar al sol. En la parte superior suelen emplear adornos geométricos y en las paredes exteriores tienen arcos ciegos con pequeñas aberturas. Las ventanas utilizan celosías de hierro forjado. Los muros tienen una anchura de 1.20 m en la base y 30 cm en la parte superior. 


Molde en el que se echaba la masa para hacer las capas de las paredes que se iban montando unas sobre otras

Escuchando las explicaciones del guía

En el vídeo que sigue a continuación podemos escuchar una de las canciones que cantaban las mujeres mientras molían el grano: 


Y en este otro, nos explica cómo funcionaban los cerrojos de las puertas: 




A través de este agujero en el techo de la cocina se comunicaban con los otros pisos
 
Desde la planta baja, en la que estaba la cocina, pasamos a las plantas superiores. En ellas se hallaban la sala de la oración,


las habitaciones y la sala de recepciones, que estaba vetada a las mujeres. En la última planta, estaban las alcobas del señor y de su preferida. 

En una de las terrazas. Se puede apreciar fácilmente la decoración de las paredes exteriores

Cierto que, frente a las kasbahs de Telouet y Taourirt, aquí no hay decoración interna que nos sorprenda. Sin embargo, se puede imaginar la vida entre sus paredes gracias a las explicaciones que nos da el guía. 

En un principio, esta kasbah fue el hogar de una pequeña hermandad  que enseñaba los principios del Islam y el Corán. De hecho, como ya comentamos, se conserva el pabellón destinado a los estudiantes y la sala dedicada a la oración.

Desde una de las terrazas superiores se aprecia una imagen que figura en los billetes de 50 dirham. 

Tras Enrique, la imagen que aparece en el billete

Seguimos camino y en el vídeo, el palmeral de Skoura visto desde un pequeño alto. 


Y pasamos por el Valle de las Rosas. 



Gargantas del Dadés y del Todra

Visitamos, a continuación, dos de los paisajes más espectaculares de Marruecos: las Gargantas del Dadés y del Todra. Son dos cañones de roca de fama mundial entre turistas y aficionados a la escalada. En pleno Alto Atlas y a las puertas del desierto aparecen estas brechas que dan la impresión de partir la montaña en dos. El paso del Atlas por este lugar es la barrera natural que cambia el paisaje marroquí por completo: el verde deja el protagonismo al ocre que anticipa la llegada del Sahara. 

La Garganta del Dadés se encuentra en el lado occidental y la Garganta del Todra en el lado oriental. Por lo tanto, desde Ouarzazate, nos encontramos primero con la Garganta del Dadés. Una carretera de vértigo va ganando en altura hasta superar los 1500 m de altitud. El río discurre por la base, encerrado entre las montañas.


En lo alto, un hotel-restaurante nos permite contemplar las vistas desde su terraza.


Formación rocosa cerca de la Garganta del Dadés

Volvimos sobre nuestros pasos para coger de nuevo la carretera que nos llevaría a la Garganta del Todra. Dejamos el coche en uno de los parkings que hay al inicio y la recorrimos caminando. Así, nos sentimos impresionados por los 300 m de altura de las paredes y los 30 m de ancho que hay de lado a lado, un auténtico pasillo que se abre paso dentro de la cordillera del Atlas. 


Uno se siente pequeño ante esta inmensa obra de la naturaleza. 
 

Los locales se instalan en los pequeños espacios que hay del otro lado de la carretera para poder disfrutar del agua en este ambiente caluroso




En el vídeo superior se ve cómo hay puestecillos en la base de las paredes. Pues ahí mismo me compré yo un pañuelo para poder usarlo después en el desierto, jejejejeje...

Y mientras yo hacía mi comprita, Enrique se dedicaba a observar a una familia de bereberes que acompañaba a un grupo de burros. 



Enrique guarda un bellísimo recuerdo de este momento. Nos contó que, mientras caminaba, había reparado en los ojos de una niña pequeña. Y cuando estuvo cerca de la familia de bereberes que iban con los burros (que, por cierto, uno se les escapó en una escena que le resultó muy divertida), se dio cuenta de que allí estaba la niña. Le preguntó si se quería hacer una foto y le dio un billete de 50 dirhams que ella agarró toda contenta. 


La verdad que durante todo el viaje tuvimos la ocasión de encontrarnos con niños bereberes a cada cual más guapo. Sobre todo, llaman la atención sus ojos. 

Pasamos un rato muy agradable paseando por la orilla del río. 


Dejamos con pena la garganta, sobre todo Enrique, y decidimos seguir hacia Merzouga. Pero era hora de comer, así que paramos en un pequeño restaurante de un pueblo cercano. 




Todo a precios populares

Y de nuevo a la carretera en dirección a Erfoud. Primeros dromedarios a la vista (aunque los marroquíes los llamen "camellos")


Encontramos una curiosa formación de la que nos había hablado el hermano de Mati: Gara Mdouar


Se trata de una impresionante formación rocosa en forma de circo que hace de fortaleza natural y se sitúa en la región marroquí de Draa-Tafilalet. Se le conoce como "cárcel portuguesa", aunque no fue esa exactamente su función, pero se le apoda así, porque fue el lugar donde se mantenía a los esclavos subsaharianos vendidos a Portugal en el siglo XIX. 


A pesar de parecer un cráter o un volcán, la formación es roca erosionada hace millones de años. El lugar se encuentra a 859 m sobre el nivel del mar. 

Hay una estrecha pista que sube hasta lo alto de la formación, pero no la seguimos, porque el estado del firme dejaba mucho que desear, muchas piedras y, por tanto, el temor a pinchar. Una pena, porque suponemos que las vistas desde allí son impresionantes.


El sol estaba ya bajando y nos acercábamos a Merzouga, nuestro destino para esa noche y la siguiente.

Merzouga, la puerta al desierto


El color de la arena bajo la luz del sol, impresionante



Dejo aquí esta entrada, porque Merzouga merece la suya propia. El tiempo pasado allí creo que quedará para siempre en nuestros corazones.  


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario