Miércoles, 21/06/2023 (aclaro que parte de las fotos que aquí se incluyen fueron tomadas por Enrique):
Amridil
Salimos temprano de Ouarzazate y dimos una vuelta con el coche por la ciudad. Es bonita, limpia, con calles amplias, pero todos estuvimos de acuerdo en que la vida allí tiene que ser tremendamente aburrida, porque no hay nada, absolutamente nada que hacer. Les informé de que ahí se encuentra otra kasbah reconocida como una de las más bonitas del país, la Kasbah de Taourirt, pero que no nos íbamos a parar, porque, en términos generales, se parece mucho a la de Telouet, solo que en mejores condiciones de conservación. Me parecía más interesante detenernos en la de Amridil, que seguro les iba a gustar mucho más.
Se halla a 40 km de Ouarzazate. Poco ha cambiado desde su construcción y está muy bien conservada. Se construyó por orden de la familia Nassiri que, hoy en día, sigue siendo la propietaria y la responsable de su mantenimiento y restauración. Es del siglo XVII y ha estado habitada hasta hace bien poco, hasta mediados del siglo XX, por la familia. Se trata de un conjunto de viviendas alrededor de un patio central.
El núcleo principal permanece cerrado al público. La visita se limita a un anexo.
El guía nos introdujo en la kasbah y nos fue explicando la utilidad de los muchos instrumentos que allí se exponen. Con eso nos daba una idea del tipo de vida que llevaban sus habitantes.
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Una prensa para hacer aceite |
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No sé qué esperaba oler Mati en una higuera jejejejejeje |
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Molde en el que se echaba la masa para hacer las capas de las paredes que se iban montando unas sobre otras |
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Escuchando las explicaciones del guía |
En el vídeo que sigue a continuación podemos escuchar una de las canciones que cantaban las mujeres mientras molían el grano:
Y en este otro, nos explica cómo funcionaban los cerrojos de las puertas:
las habitaciones y la sala de recepciones, que estaba vetada a las mujeres. En la última planta, estaban las alcobas del señor y de su preferida.
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En una de las terrazas. Se puede apreciar fácilmente la decoración de las paredes exteriores |
Cierto que, frente a las kasbahs de Telouet y Taourirt, aquí no hay decoración interna que nos sorprenda. Sin embargo, se puede imaginar la vida entre sus paredes gracias a las explicaciones que nos da el guía.
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Tras Enrique, la imagen que aparece en el billete |
Gargantas del Dadés y del Todra
Visitamos, a continuación, dos de los paisajes más espectaculares de Marruecos: las Gargantas del Dadés y del Todra. Son dos cañones de roca de fama mundial entre turistas y aficionados a la escalada. En pleno Alto Atlas y a las puertas del desierto aparecen estas brechas que dan la impresión de partir la montaña en dos. El paso del Atlas por este lugar es la barrera natural que cambia el paisaje marroquí por completo: el verde deja el protagonismo al ocre que anticipa la llegada del Sahara.
La Garganta del Dadés se encuentra en el lado occidental y la Garganta del Todra en el lado oriental. Por lo tanto, desde Ouarzazate, nos encontramos primero con la Garganta del Dadés. Una carretera de vértigo va ganando en altura hasta superar los 1500 m de altitud. El río discurre por la base, encerrado entre las montañas.
En lo alto, un hotel-restaurante nos permite contemplar las vistas desde su terraza.
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Formación rocosa cerca de la Garganta del Dadés |
Volvimos sobre nuestros pasos para coger de nuevo la carretera que nos llevaría a la Garganta del Todra. Dejamos el coche en uno de los parkings que hay al inicio y la recorrimos caminando. Así, nos sentimos impresionados por los 300 m de altura de las paredes y los 30 m de ancho que hay de lado a lado, un auténtico pasillo que se abre paso dentro de la cordillera del Atlas.
Uno se siente pequeño ante esta inmensa obra de la naturaleza.
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Los locales se instalan en los pequeños espacios que hay del otro lado de la carretera para poder disfrutar del agua en este ambiente caluroso |
En el vídeo superior se ve cómo hay puestecillos en la base de las paredes. Pues ahí mismo me compré yo un pañuelo para poder usarlo después en el desierto, jejejejeje...
Enrique guarda un bellísimo recuerdo de este momento. Nos contó que, mientras caminaba, había reparado en los ojos de una niña pequeña. Y cuando estuvo cerca de la familia de bereberes que iban con los burros (que, por cierto, uno se les escapó en una escena que le resultó muy divertida), se dio cuenta de que allí estaba la niña. Le preguntó si se quería hacer una foto y le dio un billete de 50 dirhams que ella agarró toda contenta.
La verdad que durante todo el viaje tuvimos la ocasión de encontrarnos con niños bereberes a cada cual más guapo. Sobre todo, llaman la atención sus ojos.
Dejamos con pena la garganta, sobre todo Enrique, y decidimos seguir hacia Merzouga. Pero era hora de comer, así que paramos en un pequeño restaurante de un pueblo cercano.
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Todo a precios populares |
Y de nuevo a la carretera en dirección a Erfoud. Primeros dromedarios a la vista (aunque los marroquíes los llamen "camellos")
Se trata de una impresionante formación rocosa en forma de circo que hace de fortaleza natural y se sitúa en la región marroquí de Draa-Tafilalet. Se le conoce como "cárcel portuguesa", aunque no fue esa exactamente su función, pero se le apoda así, porque fue el lugar donde se mantenía a los esclavos subsaharianos vendidos a Portugal en el siglo XIX.
A pesar de parecer un cráter o un volcán, la formación es roca erosionada hace millones de años. El lugar se encuentra a 859 m sobre el nivel del mar.
El sol estaba ya bajando y nos acercábamos a Merzouga, nuestro destino para esa noche y la siguiente.
Dejo aquí esta entrada, porque Merzouga merece la suya propia. El tiempo pasado allí creo que quedará para siempre en nuestros corazones.
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