viernes, 14 de julio de 2023

Junio, 14-29 de 2023: 15 días por Marruecos (Mati, Pilar Fajardo, Pili y María. Enrique) - Parte 6- MERZOUGA

Jueves, 22/06/2023 (aclaro que parte de las fotos que aquí se incluyen fueron tomadas por Enrique):


Merzouga

Tengo que reseñar que nos alojamos en la Kasbah Azalay Merzouga. Os la recomiendo sin lugar a dudas, si hoy volviera al desierto de Merzouga, volvería a alojarme allí. Nos costó un poco encontrarla, porque, al no haber carreteras definidas, el Google Maps se volvía un poco loco. Pero no pudimos quedar mejor sorprendidos cuando llegamos. 

El recibimiento fue extraordinario, la hospitalidad bereber al 100 %. Desde el primer momento, te hacen sentir como en tu casa. Antes incluso de proceder al registro, nos enseñaron el lugar y las habitaciones. En nuestro caso, el propietario nos enseñó una que no estaba nada mal y que, según él, era la que nos correspondía, pero, puesto que no había gente, nos llevó a otra todavía mejor, muy amplia, y además muy bien situada, porque estaba más abajo y por una ligerísima pendiente llegábamos en un plis plas al coche, sin tener que subir escaleras, lo cual, con nuestro equipaje, se agradecía. 


El enorme salón donde se sirve el buffet del desayuno. Lo coges, pero luego te instalas donde quieras, de hecho, nosotros desayunamos los dos días en la terraza

Para que veáis el estilo de las habitaciones. Esta era la de Enrique. La nuestra era más del doble. Notable la decoración bereber

Después del registro, nos obsequió con un excelente té, de los mejores que tomamos durante todo el viaje.  



Nos dimos un bañito y luego nos sirvió la cena, un plato típico del desierto que se conoce como "tanjia". Se compone de carne marinada a base de cúrcuma, comino, azafrán, limón confitado, mantequilla rancia, ras el hanout (una mezcla de especias) y ajo. 

Se cocina en unas ollas de barro que se suelen meter en hornos subterráneos durante largas horas para que la carne se cocine bien y quede sumamente suave. Lo más habitual es que la cocción se lleve a cabo en los hornos de los baños comunitarios de aguas calientes conocidos como "hammam". Ya que varias personas pueden estar cocinando al mismo tiempo, las vasijas tienen alguna marca para identificar al cocinero o a la familia propietaria de la misma. 

Su preparación suele estar a cargo de los hombres. Hay una leyenda al respecto: se dice que un hombre fue señalado por su esposa como un incapaz y un inútil que, sin su compañía, ni siquiera sabría alimentarse. Para defender su honor, el hombre juntó carnes y especias en una jarra de barro y lo puso a cocinar en las brasas del "hammam". 




La "tanjia" se suele servir en la misma jarra, pero en este caso se puso sobre una fuente de "tajine".

Hubo quien amaneció con otro baño en la piscina. 


Y después, un delicioso desayuno


 
 
Habíamos acordado la noche anterior que a la mañana siguiente haríamos una excursión en 4x4 para ver algunas cosas interesantes de la zona. Y había que ponerse el pañuelo. 


Y no os lo perdáis: nos pasamos casi toda la estancia tratando de decidir si este chico que aparece en la foto era el mismo que nos había recibido la noche anterior, solo que sin turbante. Por la voz y las facciones, lo parecía, pero era mucho más joven... Y el que nos llevaría en el 4x4 también era idéntico. Por la tarde, Pili no se contuvo más y muy discretamente le preguntó al de la noche anterior si tenía hermanos... ¡y los tenía! jajajajajajjaja....


Antes de contaros la bonita excursión que hicimos, os voy a dar alguna información sobre Merzouga: 

Es un pequeño pueblo ubicado en el desierto del Sahara, cerca de la frontera con Argelia. Es conocido por ser una de las puertas de entrada a Erg Chebbi, una enorme extensión de dunas de arena que se encuentra en la parte norte de Merzouga. Tiene unos 20 km de largo y 4/5 km de ancho y algunas de sus dunas piramidales sobrepasan el centenar de metros de altura. La arena posee la típica coloración anaranjada y está compuesta por granos de cuarzo de tamaño muy similar. 

Al oeste está Dayet Srji, un lago salado estacional que en verano suele estar seco. Cuando está lleno, atrae a una amplia variedad de aves migratorias y del desierto. Lo cierto es que en este momento está completamente seco, nos dijeron que llevan un montón de años de sequía, sin ver una gota de agua.

Estas dunas tienen una leyenda: se dice que fueron creadas como castigo divino, después de que los habitantes del antiguo pueblo de Merzouga rechazaran a una mujer y a sus hijos que habían llegado extenuados y que murieron al no recibir ayuda. Una furiosa tormenta de arena cubrió el pueblo y sus habitantes. Desde entonces, se dice que se escuchan gritos al mediodía saliendo de las inmensas dunas. 

Nuestra excursión comenzó con una visita a un canal construido ya por los primeros habitantes que llegaron para instalarse en estas tierras. Gracias a esta fuente de agua, procedente del subsuelo, han logrado crear un pequeño oasis y cultivar alimentos necesarios para su subsistencia así como para comerciar. Como ya he dicho, hoy tienen un serio problema debido a la sequía. 








Desde aquí, nos dirigimos a un abrevadero de dromedarios. Pero antes pasamos por un cementerio, en el que el guía nos explicó que si las piedras sobre los túmulos están paralelas significa que allí está enterrado un hombre. Si, por el contrario, están perpendiculares, se trata de una mujer. 


Pasamos bastante tiempo en el abrevadero, observando las idas y venidas de distintos grupos de pastores con sus animales. Yo me quedé en el coche, porque tanto calor me estaba bajando la tensión. 






El guía también nos habló de los famosos baños de arena de Merzouga. De hecho, vimos cómo estaban excavando los hoyos en un lugar concreto. Cada vez son más los viajeros que acuden a este lugar para someterse a los beneficiosos baños de arena durante los meses de julio y agosto, cuando la temperatura es más alta. Es un antiguo tratamiento bereber para combatir enfermedades reumáticas y artríticas. Consiste en enterrar a los pacientes en arena caliente en períodos de 5 a 10 minutos, seguidos de descansos en los que se debe hidratar bebiendo té con hierbabuena. No hay que realizarlos sin vigilancia médica. 

Desde aquí, seguimos hasta un pequeño alto desde el cual se divisan los tres tipos de arena que hay en este desierto. 


Además de las dunas, hay arena blanca, que contiene sal, y arena negra, de origen basáltico.

Aquí, un chico tiene un pequeño puesto con minerales y fósiles. Pasamos un buen rato eligiendo recuerditos. 

Los fósiles son un atractivo más que añadir a esta zona. Pertenecen al Cretácico superior, hace unos 95 millones de años. Se han encontrado restos de dinosaurios, cocodrilos, tortugas y peces. 


Seguimos entonces camino para encontrarnos con las tribus bereberes nómadas. Fue, sin dudarlo, uno de los momentos que más tocó nuestros corazones. No por sentirnos con esa superioridad típica de los turistas cuando ven otros pueblos a los que consideran atrasados. Más bien, con todo el respeto por su cultura, por observar la dureza de esas vidas que, aún así, salen adelante, pero sobre todo por los niños, unos niños encantadores y felices que, sin embargo, no tienen otra opción, otra alternativa, porque eso es todo lo que conocerán en sus vidas.  






La madre estaba preparando el pan y tres "mocosos" andaban pululando por allí, mientras otro dormía. El guía nos explicó que hacía tres meses que les había muerto el padre, por lo que esa mujer se veía obligada a enfrentarse sola a la vida. Afortunadamente, son un pueblo que se ayuda entre sí, si no, difícilmente podría seguir adelante esta familia. 

Con toda su hospitalidad bereber, nos ofrecieron compartir con ellos una especie de mermelada que hacen a base de dátiles cocidos y que una de las niñas comía con fruición. Estaba muy rico, quizá muy dulce, pero si lo pensamos bien, es lógico, necesitan calorías para sobrellevar la dureza de los días en un terreno árido y con un calor abrasador. 




Enrique, una vez más, se sintió muy unido a esos niños. 



Visitamos después unas antiguas minas de plomo y cinz explotadas por los franceses durante el protectorado. Aquí se obtenía también el popular "kohl", un maquillaje para los ojos que se saca del polvo molido de la galena y cuyo color varía desde el azul oscuro hasta el negro iridiscente, pasando por el gris antracita. Hoy en día, pertenecen al estado y están bajo protección militar. Y se extraen otros minerales, como la baritina. 

Durante décadas, los trabajadores, principalmente nómadas y bereberes, se desplazaron a estas minas para extraer los minerales. Las condiciones de vida eran extremadamente duras, debido a la elevada temperatura del lugar, la falta de agua y la ausencia de infraestructuras básicas. 

Se pueden ver los restos de las construcciones (algunas en mejor estado son utilizadas por los soldados)

También visitamos otra tienda, en la que Enrique se compró su pañuelo. 


Llegamos para comer y, mientras nos dábamos un baño, nos prepararon la comida. Les dijimos que no queríamos nada caliente, sólo frío, así que tocó ensalada y fruta.

Al atardecer, Enrique y Pili habían reservado un paseo en dromedario a las dunas para ver la puesta de sol. Yo ya lo había hecho en su día en el mismo lugar y Mati y Pilar lo habían experimentado en Túnez, así que los dejamos solos para disfrutar del silencio y la belleza inconmensurable del desierto a esas horas. Ambos vinieron entusiasmados, un recuerdo que difícilmente podrán olvidar. 

 









 












Nos despedimos de Merzouga al día siguiente, pero sin duda fue lo más bonito e impactante de todo nuestro viaje por Marruecos. ¡VOLVEREMOS! Quizá entonces hagamos una de esas típicas cenas con música en una jaima, para luego despertarnos y ver el amanecer...






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