Lunes 27/05/2019 (recogido el 02/02/2023)
Viaje a Japón
Visita a Odaiba (la isla artificial de la bahía de Tokyo)
Odaiba es un núcleo de entretenimiento y alta tecnología al que se accede a través del puente Rainbow o el futurista tren Yurikamome (se trata de una línea sin conductor). Entre otras muchas cosas, los visitantes pueden ir a la playa de Seaside Park (aunque el baño no está permitido), disfrutar de las vistas del monte Fuji desde la noria Daikanransha (cerrada a raíz de la COVID) o interactuar con robots en el Museo de Ciencias Miraikan. Además, hay numerosos centros comerciales, como el Aqua City y el VenusFort (inspirado en Venecia, a día de hoy cerrado), y muchos bares y restaurantes con vistas a la bahía.
La isla fue construida originalmente como fortaleza defensiva contra ataques navales en 1853 y solo en la última década del siglo XX se expandió como área comercial, residencial y de entretenimiento. De hecho, la palabra japonesa daiba significa un lugar (ba) para una batería de artillería (dai). Lo irónico del tema es que se construyó para evitar las invasiones extranjeras por mar justo en el mismo año en el que llegaron los navíos del Comodoro Perry. Así que ya no hubo necesidad de defenderse de nada, porque la apertura de Japón y la invasión cultural occidental eran inevitables.
La Odaiba que vemos hoy tuvo sus momentos complicados en la década de 1990, en plena burbuja económica japonesa: lo que iba a ser un escaparate de la vida del país en el futuro, un proyecto costosísimo y muy extravagante, se quedó en nada a pesar de las inversiones millonarias. El centro comercial Palette Town cerraría sus puertas en diciembre de 2021; el lugar de música en vivo Zepp Tokyo lo haría el 1 de enero de 2022, y el centro comercial VenusFort, del que hablábamos más arriba, el 27 de marzo de 2022.
La impresión que a mí me dio, ya en 2019, fue la de un lugar un tanto fantasmal (apenas había gente). Y aunque no he ido en esta visita de 2022, me han comentado que, a raíz de la COVID, los cierres han sido generalizados.
Como hemos dicho, el acceso a la isla se hace a través del puente Rainbow, un puente colgante tendido sobre la parte norte de la bahía de Tokyo en el barrio especial Minato-ku.
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Rainbow Bridge visto desde el parque Odaiba Marine |
Si se quiere disfrutar de las vistas, se puede cruzar a pie. Se tarda aproximadamente una hora. Hay que tener en cuenta que el camino peatonal cierra por la noche, en ocasiones de mal tiempo y durante la celebración de los fuegos artificiales de Odaiba. El puente se ilumina por la noche creando un ambiente espectacular.
En Odaiba nos espera una sorpresa: una réplica de la Estatua de la Libertad. Pero no se trata de una réplica de la de Nueva York, sino de la que hay en el río Sena en París. Resulta muy curioso, porque uno tiene la sensación de que algo no encaja al verla tan lejos de su sitio tradicional.
Otro de los puntos destacados de la isla es el centro comercial DiverCity, conocido por su RX-0 Unicorn Gundam a tamaño real. La plaza exterior de este centro comercial, justo por detrás del edificio de la Fuji TV, es especialmente conocida por ser el lugar en donde se encuentra el espectacular Gundam de Odaiba, una de las atracciones de la zona. Se colocó en septiembre de 2017 en sustitución del RX-78-2 Mobile Suit Gundam. Es una impresionante estatua de 19.7 m de alto (1.7 m más alto que el anterior)
Cuando cae el sol, el Gundam se ilumina y hay un pequeño espectáculo de luz y sonido con música de Gundam y proyección de imágenes relacionadas.
En noviembre de 2021 cerró sus puertas el Gundam Cafe de Odaiba, otra víctima más de la pandemia.
Muy cerca de la escultura está, como ya hemos indicado, el edificio sede de la Fuji TV. Su forma llama poderosamente la atención, con su silueta revestida de aluminio. Con sus 25 plantas, es obra del arquitecto Tange Kenzo (que también diseñó el del Gobierno Metropolitano de Tokyo). Se tardó tres años en completar.
Merece la pena visitarlo, sobre todo porque la entrada es gratis, salvo si quieres acceder al mirador que sí es de pago. Las vistas son extraordinarias.
Otro edificio destacado es el Tokyo Big Sight, el Centro Internacional de Exposiciones de Tokyo, uno de los Palacios de Congresos más grandes de Japón. La Conference Tower, el East Hall y el West Hall acogen diversos actos a lo largo del año, desde conferencias de negocios a convenciones de anime.
El elemento que más impresiona es la Conference Tower, de 58 m de altura, recubierta de paneles de cristal y titanio y con forma de pirámide invertida. Alberga una sala de recepción con capacidad para 1100 personas y 22 salas de conferencias.
En los alrededores hay 7 obras de arte, grandes esculturas creadas por algunos de los artistas internacionales contemporáneos más importantes.
Seguimos con los edificios llamativos de Odaiba. En este caso, el Telecom Center Building.
Es un edifico de negocios y ofrece una zona de observación en la planta 21. También hay un restaurante en dicha plataforma. No sabemos si sigue abierto o es también otro de los locales que ha cerrado a raíz de la COVID.
Mientras paseamos, descubrimos una curiosa estructura: la LLama de la Libertad.
Fue realizada por el escultor francés Marc Couturier para conmemorar el año de Francia en Japón. Tiene 27 m de altura.
Hasta 2021, otro de los atractivos de la isla era poder relajarse en Oedo Onsen Monogatari. Además de las termas segregadas por sexos, como es habitual en el país, tenía una parte parecida a un parque temático que imitaba un shitamachi o ciudad tradicional del período Edo, en el que la gente se paseaba en yukata.
¡UNA PENA!
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