sábado, 11 de enero de 2025

Junio, 2024, del 13 al 23: LA TOSCANA (Matilde, Marusela, Pilar Fajardo, Pili y María) - Parte 2

Domingo, 16 de junio de 2024: COLLE DI VAL D'ELSA, VOLTERRA Y SAN GIMIGNANO

Amanecer y desayunar en el jardín con este paisaje, la paz del silencio y el cantar de los pájaros... no tiene precio





¡Es que te dan ganas de quedarte ahí para siempre!

Teníamos prevista una excursión a pueblos cercanos, muy conocidos en la región de la Toscana. 

Isola d'Arbia está situada muy cerquita de Siena, de hecho, desde nuestro jardincito se veía la ciudad. Sin embargo, en esta ocasión, decidimos ir a otros lugares quizá con menos fama, pero igual de bonitos. En el mapa, podéis ver el recorrido. 


COLLE DI VAL D'ELSA

Es un pequeño municipio italiano de aproximadamente 22 000 habitantes en la provincia de Siena. Su parte más antigua se alza sobre una alta colina, si bien, en la antigüedad, el tejido urbano estaba dividido en tres partes: Il Borgo di Santa Caterina, el Castello di Piticciano y El Piano. Hoy en día, hablamos de "Colle Alta" y "Colle Bassa"


Intentamos subir con el coche a la parte alta, pero pronto nos dimos cuenta de que era una zona peatonal y que era preciso caminar. Así que... ¡allá nos fuimos!



El municipio es el centro italiano de producción de cristal más importante. Y la ciudad también es famosa por ser el lugar de nacimiento, en 1240, de Arnolfo di Cambio, a quien está dedicada la plaza principal y de quien hablamos en la entrada de Florencia. 

Vistas desde lo alto

Los primeros documentos que dan testimonio de Colle di Val D'Elsa datan del siglo X, pero solo más tarde, en los siglos XI y XII, la ciudad adquirió su propia identidad. No obstante, hay en la zona numerosos vestigios que se remontan a la época etrusca. Su historia se desarrolló a la sombra de señoríos tanto eclesiásticos como civiles. No hay que olvidar que la Vía Francígena discurre por el Alto Valdelsa, lo que supone un considerable tráfico de mercancías y de hombres. 

Valdelsa era tierra fronteriza entre las potencias enemigas de Florencia y Siena. En 1176, se firmó la paz entre ambas y Florencia extendió su jurisdicción sobre estas tierras. Pero toda la Edad Media fue una continua guerra entre municipios vecinos. Colle di Val D'Elsa está vinculado al desarrollo de las familias de los condes Alberti y Aldobrandeschi, que ya tenían algunas propiedades y adquirieron otras de la diócesis de Volterra.

El momento álgido en la historia de esta villa fue a partir de 1555, con la caída de la República de Siena. Entonces comenzó un largo período de paz. Muchas familias de Colle ocuparon los puestos institucionales más altos en las jerarquías del recién fundado Gran Ducado de Toscana, por lo que se ha considerado a la villa como patria de los grandes burócratas toscanos. En 1592, cumpliendo una promesa solemne hecha en 1581 por el gran duque de Toscana Francesco I de Médici, su sucesor Fernando I de Médici elevó Colle a la categoría de ciudad y, con una bula del papa Clemente VIII,a petición del propio Gran Duque, fue proclamada sede de una nueva diócesis.  

En 1603 y 1618, Colle se vio afectada por unas desastrosas inundaciones y sufrió un notable descenso demográfico, cosa que volvió a ocurrir en agosto de 1630 tras una plaga. Sin embargo, la ciudad se embellecía con palacios e iglesias y se enriquecía con obras de arte. Se construyeron el Hospital de San Lorenzo y el Teatro dei Varii, así como también se derribaron las numerosas puertas de acceso a la ciudad. 

Casa torre de Arnolfo di Cambio y el Palacio Masson, construido a finales del siglo XIX

Caminando por la Via del Muro Lungo, que recorre el centro histórico. 

Callejas con gran encanto

Las flores siempre presentes en cualquier calle de las ciudades de la Toscana



Y los olivos...


Curiosa fuente conocida como "La fuente de la sonrisa"

La Torre del Reloj es el campanario de la concatedral de los santos Alberto y Marziale, construida sobre una iglesia preexistente dedicada a San Salvatore. El edificio actual, iniciado en 1603 y terminado en el siglo XIX, es de estilo barroco toscano y neoclásico

El púlpito de mármol contiene bajorrelieves del siglo XIV


Cualquiera de los edificios de la parte alta es de una belleza arquitectónica increíble
Desde el baluarte hay unas vistas muy bonitas de la ciudad

Se ve la Piazza Arnolfo di Cambio

El nacimiento de esta plaza se remonta al año 1865, cuando surgió la idea de buscar una zona para utilizarla como mercado y en las ferias. Para construirla se derribaron parte de las antiguas murallas de la ciudad. A los edificios construidos alrededor de la plaza, en 1879, se añadió la estación de tren. 

En el centro de la plaza se colocó una fuente que, en 1925, fue sustituida por el Monumento a los Caídos de la Primera Guerra Mundial. Posteriormente se desplazó el monumento una decena de metros y se construyó una nueva fuente en el lateral de la antigua estación de tren. 





Precioso el paseo para iniciar un día que todavía nos deparaba muchas sorpresas. 




VOLTERRA

Cerquita como está, ya no pertenece a Siena, sino a la provincia de Pisa. Su población, en principio, es inferior a la de Colle di Val D'Elsa, con unos 12 000 habitantes. Está situada en una colina, a una altitud de 403 m. Está considerada como un santuario viviente de la arquitectura y del arte de los distintos períodos: etruscos, romanos, medievales y renacentistas. Su centro histórico, de calles empinadas rodeadas de una muralla medieval, bien merece una visita.


Pensábamos ver primero el área arqueológica de Vallebuona, con restos de un teatro y unas termas romanas, pero fue imposible aparcar, por lo que subimos directamente a la ciudadela y acabamos metiendo el coche en un parking (todas estas villas son peatonales)

En la explanada junto al parking y antes de adentrarse en la ciudad, tenemos unas vistas muy bonitas de su perfil

Perfil de Volterra

Palazzo dei Priori, el ayuntamiento toscano más antiguo de la región. Destaca por la torre de su campanario

En el siglo VIII a. C., Volterra fue testigo del nacimiento de la civilización etrusca en la zona, con la cual tendría un notable desarrollo económico, llegando a tener unas 25 000 personas. Con la conquista de los romanos, en el 283 a. C., entró a formar parte de la Confederación Itálica, cambiando su nombre por el de Volaterrae. En el siglo V d. C., se convirtió en diócesis de una extensa área y se construyó la primera iglesia. Durante el período carolingio pasó a estar bajo el poder del Marquesado de Toscana, que impulsó su desarrollo económico, social, religioso y jurisdiccional. 

La República Florentina la tomó en 1254. Debido a los altos impuestos, se desató una revuelta en 1472. Muchos perdieron la vida y a la ciudad se la despojó de sus antiguos derechos. A mediados del siglo XVI, la vemos formando parte del Gran Ducado de Toscana y en 1860 el pueblo se adhiere a la Unidad de Italia. 

La arquitectura de Volterra, llena de palacios y casas señoriales, es indescriptiblemente bella



Otra perspectiva del Palazzo dei Priori

El Palazzo fue construido en el siglo XIII. Con su fachada decorada con placas de terracota esmaltadas, que representan escudos de familias florentinas, y su torre imponente (pentagonal, de dos estantes almenados) del siglo XVI, sigue siendo centro de la vida cívica y un símbolo del poder y la riqueza de Volterra en la Edad Media. 

El nombre original del edificio era Domus Communis, es decir, Ayuntamiento. Fue utilizado por los "Mayores" como residencia (los 24 Ancianos originales se transformaron en los 18 Priores del pueblo en 1283, para ser luego reducidos a los 12 Defensores del pueblo en 1289) 

Piazza dei Priori

La Piazza es el corazón de la ciudad medieval de Volterra. Fue construida en una meseta, donde, antes incluso del 1000 a. C., se celebraban mercados y ferias. Está dominada por majestuosos palacios. Además del ya citado, tenemos el Palazzo Vescovile, que, en principio, se usaba para almacenar granos y que, luego, pasó a ser Palacio Episcopal; el Palazzo Incontri, con estructuras medievales y renacentistas, que alberga el banco Cassa di Risparmio de Volterra; el Palazzo del Monte Pio, con un conjunto de torres y estructuras del siglo XIII, y el Palazzo Pretorio. En el Palazzo Pretorio hay una placa colocada aproximadamente a 1 m de altura con una línea grabada y la inscripción "M. 534 sobre el nivel del mar".


El Palazzo dei Pretori, enfrente del Palazzo dei Priori, ya debía existir en la segunda mitad del siglo XII y fue la primera residencia del alcalde del municipio de Volterra. Su torre es una de las más altas de la ciudad, hecha enteramente de piedra. La fachada principal no tiene entradas en la planta baja, el acceso debió realizarse a través de una abertura en el primer piso. Casi cerca del tejado de la torre hay una repisa que sostiene una estatua que parece representar un cerdo o un jabalí, de ahí su nombre, Torre dei Porcellino. 


En la esquina, donde se ven las sombrillas blancas, está el Restaurante del Porcellino, en el que acabaríamos comiendo. ¡Excelente!

En el centro histórico de Volterra hay muchas casas torre. Eran las casas de las familias más importantes de la época medieval. Esta es la Casa Torre Toscano, situada en la confluencia de la Via Matteotti y la Piazzeta San Michele. Fue construida en 1250 por Giovanni Toscano, tesorero del rey Renzo de Cerdeña

Seguíamos descubriendo las calles y su hermosa arquitectura antes de comer


Y no me digáis cómo, pero lo cierto es que acabamos en una exposición de Bansky...












Me contagié del espíritu banskiano...

Había llegado el momento de pasarnos a la arquitectura religiosa, así que nos dirigimos a visitar la Catedral y el Baptisterio. 

Campanile
Baptisterio

El Baptisterio de San Giovanni de Volterra es un edificio octogonal del siglo XIII, que se encuentra justo enfrente del Duomo en el centro de la ciudad. Supuestamente, su construcción inicial data del siglo VII, en el lugar donde se hallaba un templo romano dedicado al Sol. El exterior está revestido con franjas de mármol blanco y verde. El interior es muy sobrio. En el centro hay una pila bautismal relativamente moderna y el altar es también bastante reciente. A los lados hay seis nichos.

En las puertas del Baptisterio


En la explanada donde están el Baptisterio y la Catedral, aquí la vemos al fondo


La Cattedrale di Santa Maria Assunta fue reconstruida en el año 1120, después de un fuerte terremoto. Posteriormente, fue ampliada en el siglo XIII. Como vemos, el portal ha sido construido con mármol reutilizado a partir del teatro romano de Vallebuona. 

El interior es una basílica con forma de cruz latina y es de estilo tardo renacentista. El espacio está dividido por 22 columnas recubiertas de estuco que simula granito rosa. La nave central y el crucero están cubiertos por un grandioso artesonado, una combinación de elementos geométricos, florales, figuras de santos y dos grandes óvalos de la Asunción y del Espíritu Santo.


Rosetón que representa la Coronación de la Virgen





 
Una de las capillas conserva las reliquias de Sant'Ottaviano, contenidas en un sarcófago



Personalmente tengo que decir que el interior de esta Catedral me pareció bellísimo. 

Al salir, justo al lado, había una exposición, en la Casa de la Misericordia, con objetos antiguos que nos resultaron muy curiosos: 

El artilugio que precedió a los fabricados para ayudar a levantar de la cama a las personas que no pueden valerse por sí mismas

Antigua ambulancia

Antiguo carro fúnebre

Con todo nuestro cansancio acumulado, volvimos a la plaza para comer, que ya iba siendo hora. 




 


SAN GIMIGNANO

Es un pequeño pueblo amurallado de origen medieval, erigido en lo alto de las colinas de la Toscana. Está a unos 35 minutos en coche al noroeste de la ciudad de Siena y, aproximadamente, a la misma distancia al suroeste de Florencia. Es muy famoso por su arquitectura medieval, especialmente sus torres. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1990. 


En los pueblos amurallados toscanos de la época medieval, las familias adineradas competían entre sí por la erección de la torre más alta, que simbolizaba más poder y riqueza, y a la vez las torres servían como hostales y fortalezas. Como San Gimignano se asienta en lo alto de una colina, desde allí se puede ver muy bien el horizonte a varios km de distancia. En los tiempos medievales y del Renacimiento, fue un punto de pausa en la marcha de las peregrinaciones hacia Roma. 

La ciudad moderna se extiende hoy algunos kilómetros fuera de la muralla. En la actualidad el pueblo es eminentemente turístico, ideal para una excursión de medio día o un día. Especialmente, si se celebra una fiesta medieval, como la que nosotros encontramos a nuestra llegada. 






Santa Fina, conocida también como Serafina, fue una santa italiana del siglo XIII nacida en San Gimignano en 1238. Murió el 12 de marzo de 1253, día en que se celebra su fiesta. Su principal santuario se encuentra en la ciudad y se dice que la casa que fue su hogar aún se conserva en pie. 

En la calle principal existe una multitud de tiendas de recuerdos, particularmente destaca la cerámica toscana, con sus bellísimas ánforas de vivos colores y gran tamaño. También hay restaurantes, pizzerías para llevar y hoteles rurales de gran encanto, tanto en la ciudad como en las afueras. En verano, el pueblo está absolutamente invadido de turistas. No es que fuera el caso cuando nosotras lo visitamos, pero sí había mucha gente... y, sobre todo, ¡hacía muchísimo calor!


Aún a la sombra, el calor era mucho

A diferencia de otras ciudades, como Bolonia o Florencia, en donde la mayoría de sus torres se vinieron abajo ya fuera por guerras, catástrofes naturales o renovación urbana, San Gimignano ha logrado conservar 15 de sus 72 torres de diferentes alturas que se han convertido en un símbolo internacional. Se la conoce como "la Manhattan de la Edad Media" o "La Ciudad de las Mil Torres"

En un momento, tuvimos que hacernos hacia la orilla, porque empezaba el desfile medieval. Aquí, un grupo de caballeros porta un estandarte que parece la imagen de la santa

Foto robada a un grupo de tambores
Foto robada a un grupo de abanderados
Fotos robadas al supuesto señor de San Gimignano


Más percusión en otra foto robada
Y mientras pasaba el desfile, observábamos otros detalles de la villa

Y siguiendo el desfile llegamos a una placita en donde estaba uno de los sitios de los que nos habían hablado, la mejor heladería del mundo: la Gelateria Dondoli, en la Piazza della Cisterna. Tiene sabores únicos: crema di santa fina (crema con azafrán y piñones), champelmo (pomelo rosado y vino espumoso, que creo que fue el que me tomé yo), dolceamaro (con hierbas aromáticas), sorbetto di Vernaccia... Damos fe de que son exquisitos. 







La Piazza della Cisterna debe su nombre al pozo octogonal del siglo XIII, situado en el centro. Tiene forma triangular y se une por un paso abierto a la Piazza dei Duomo. Se utilizaba como mercado y escenario de fiestas y torneos. La rodean impresionantes palacios, como el Palazzo Razzi, la Casa Silvestrini, el Palazzo Tortoli, el Palazzo dei Cortesi... además de torres medievales, como las gemelas Torri degli Ardinghelli, la de los Becci, la de Cugnanesi y la del Diavolo.  

Mientras ellas daban una vuelta por las calles, yo me dirigí a la parte de la muralla desde donde se divisa el entorno, una belleza. 


Pili se me unió enseguida y luego lo hicieron las demás




Volvimos a subir hacia las calles del centro y nos encontramos con un concierto de rock medieval, jajajajaja...


Estábamos cansadas, pero felices y contagiadas de la alegría de la ciudad.


Nos dirigimos a la Piazza dei Duomo, donde parecía que se había reunido la gente para continuar con la fiesta. Esta plaza es el centro neurálgico de la ciudad y aquí se encuentran importantes construcciones dignas de ser exploradas: la Torre Grossa, el Palazzo dei Popolo y el Palazzo dei Podestà. En cuanto a las torres, tenemos las torres gemelas de Salvicci (una familia de usureros de la antigûedad) y la Torre Chigi.

Nos sentamos en las escaleras del Duomo y desde allí asistimos a un espectáculo muy medieval: la suelta de halcones. 



Curiosamente, intentaron recuperar los halcones como se suele hacer habitualmente, extendiendo el brazo con un trozo de carne, pero ni caso: les interesaban mucho más las muchas palomas que volaban en los alrededores

Enseguida empezaron a llegar los del desfile, que habían ido a un campo cercano para llevar a cabo distintas competiciones, como el tiro al arco. Ahora era el momento de entregar los premios. 





Yo seguí allí observando el desfile y la entrega de premios, mientras ellas entraron al Duomo o Colegiata de Santa María Assunta. Es una iglesia románica del siglo XI que impresiona por su decoración interior con frescos del siglo XIV. 






Hay muchas cosas que ver en San Gimignano, pero en unos casos ya estaban cerradas y, de todas formas, no podíamos más con el cansancio acumulado de estar todo el día pateando bajo un sol muy fuerte. 

Volvimos a nuestra casita y llegamos a tiempo de ver el final de la puesta de sol. 



 

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