domingo, 5 de enero de 2025

Junio, 2024, del 13 al 23: LA TOSCANA (Matilde, Marusela, Pilar Fajardo, Pili y María) - Parte 1

 Jueves, 13 de junio de 2024, a 15 por la mañana: FLORENCIA

Jueves, 13

Ir a la Toscana no sé si es el sueño de todo el mundo, pero desde luego el mío, sí. Preparamos este viaje con mucha antelación y, aunque siempre abiertas a variaciones, de esta forma se hacía mucho más fácil no perderse en decisiones sobre dónde ir y qué hacer. El 13 de junio estábamos aterrizando en Florencia, en donde un taxi ya pagado nos esperaba para llevarnos al hotel, en pleno centro de la ciudad, mejor localización imposible. Os dejo aquí el enlace, a 5 minutos andando del Duomo. El desayuno, contratado con la cafetería de al lado. 

Esperando en Madrid

Descendiendo del avión en Florencia

En la recepción del hotel

La luna en el cielo de Florencia

Ya era tarde para ir a ver nada, así que nos limitamos a dar una vuelta alrededor del hotel y buscar un pequeño restaurante familiar que nos habían recomendado para cenar. 

Justo enfrente del hotel había un jardín con esta parte porticada
Primer encuentro con el arte en la noche de Florencia
Y... encontramos el restaurante. Una cena estupenda

Decoración en la pared del restaurante

Calle de Florencia de vuelta al hotel

El Jardín frente al hotel








De nuevo, la curiosa recepción del hotel



Viernes, 14

Tocaba desayunar y nos esperamos en la recepción, momento que aproveché para sacar esta foto (me encantan los elementos geométricos)



Fachada del hotel

Bellísimas fachadas en las casas circundantes

Caminando hacia el Duomo por las ajetreadas calles de Florencia

Mientras caminamos, os puedo contar algo sobre esta bellísima ciudad. No pretendo agobiaros, porque esta información la podéis encontrar en cualquier sitio de Internet, pero solo para ponernos en situación, ¿vale?

Florencia es el centro artístico, histórico, económico y administrativo de la región de la Toscana, de la que, además, es la capital. Cuenta con unos 364 000 habitantes, según el censo de este mismo año. Sin embargo, su área metropolitana engloba millón y medio de personas.

Su período de mayor esplendor lo vivió bajo la dinastía de los Médici. Aquí se originó, en la segunda mitad del siglo XIV, el movimiento artístico conocido como Renacimiento. Está considerada una de las cunas mundiales del Arte, en especial de la Arquitectura, así como también una de las ciudades más hermosas del mundo. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982. 

Centrémonos ahora en los Médici, de los que tanto se habla, pero de los que no conozco casi nada. Cósimo de Médici fue el primer miembro de la familia en controlar la ciudad. Teóricamente, esta era una especie de democracia, pero la familia tenía enorme poder, aunque fama de usureros. Aun así, Cósimo aceptó financiar el Monasterio de San Marco para redimir su alma. 

Como banqueros del Papa, ascendieron rápidamente. Cósimo fue sucedido por su hijo Piero, y este a su vez por el suyo, Lorenzo. Este nació en el momento de mayor riqueza de la familia y recibió una educación exquisita, por lo que fue un mecenas de las artes, encargando trabajos a Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y BoTTicelli. Su sueño era que la belleza y los mitos de la antigüedad clásica resurgieran en el seno de la ciudad florentina.

Tras la muerte de Lorenzo en 1492, le sucedió su hijo Piero II. Cuando el rey francés, Carlos VIII, invade el norte de la península, Piero II elige resistir. Sin embargo, termina dándose cuenta del tamaño de la armada francesa y decide rendirse aceptando las humillantes condiciones del rey. La ciudad no se lo perdona y lo expulsan, iniciándose entonces un gobierno republicano. 

Surge después una figura altamente controvertida, Nicolás Maquiavelo. Sus consejos para la regeneración de Florencia bajo un liderazgo fuerte han sido vistos como la legitimación de la conveniencia política y del abuso de autoridad. "El fin justifica los medios", escribiría. Bajo encargo de los Médici escribió las Historias Florentinas, cuya consecuencia es el segundo destierro de los Médici y el restablecimiento de la república en 1527. 

Con el apoyo del emperador y del papa, los Médici se convierten en 1537 en duques hereditarios de Florencia y, en 1569, en grandes duques de Toscana, gobernando durante dos siglos más. En toda la Toscana, solo la república de Lucca (más tarde ducado) y el principado de Piombino eran independientes de Florencia. 

Con el dinero ganado, los Médici patrocinaron a diversos artistas, como ya hemos dicho. Pero no lo hacían solo por amor al arte, sino que era una forma de imponerse promocionando sus capacidades políticas y económicas frente al resto de las figuras del momento. Además, según la Biblia, la usura era un pecado mortal, lo cual aterrorizaba a los banqueros con la condena eterna. Pero había una cláusula que permitía la salvación del infierno mediante el patrocinio de obras de arte y arquitectura. 

Acercándonos al Duomo, el corazón empieza a encogerse

PIAZZA DEL DUOMO

Todo el mundo recomienda que antes de entrar en la catedral se la observe desde distintos puntos de vista. Y eso es lo que hicimos nosotras. 

Catedral (Duomo). Como veis, estaba en obras en su parte superior

Cúpula de la catedral
Parte de una fachada lateral

Campanile de Giotto, junto a la Catedral

La Catedral de Santa María dei Fiori (Duomo) muestra una impresionante fachada realizada en mármol blanco y verde repleta de detalles, con la Cúpula de Filippo Brunelleschi, construida en 1420, como uno de los grandes hitos de la historia de la arquitectura. Estamos ante una de las obras maestras de la primera arquitectura renacentista del Renacimiento Italiano. 

Símbolo de la riqueza y del poder de la capital toscana durante los siglos XIII y XIV, es uno de los edificios más grandes de la cristiandad. Su nombre se refiere al lirio, símbolo de Florencia (sin embargo, un documento del siglo XV afirma que la flor se refiere a Cristo)

La iglesia fue levantada en el espacio que había ocupado la antigua capilla de Santa Reparata, patrona de la ciudad. La intención era competir con las nuevas catedrales de Pisa y Siena. Por eso, cuando se terminó, resultó ser la más grande de Europa, con una capacidad para 30 000 personas. Hoy solo la superan en tamaño, la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano, la Catedral de San Pablo en Londres, la Catedral de Sevilla y la Catedral de Milán. 

La iglesia fue diseñada por Arnolfo di Cambio en 1296, aunque su diseño fue alterado varias veces, incluso reduciendo el tamaño inicialmente previsto. Diseñó tres anchas naves que morían bajo la cúpula octogonal, con la nave central cubriendo la superficie de Santa Reparata. La realización de este vasto proyecto duraría 170 años. Después de la muerte de Arnolfo, el proyecto estaría paralizado unos 30 años. Cuando las reliquias de San Zenobio se descubrieron en 1330 en Santa Reparata, la construcción cobró nuevo ímpetu. 

En 1331, nombraron a Giotto di Bondone como maestro de obras. Asistido por Andrea Pisano, continuó el proyecto inicial. Su mayor triunfo fue la construcción del campanile (campanario), aunque murió en 1337 dejando inacabada la obra. Andrea Pisano continuó con los trabajos hasta que tuvieron que suspenderse por la peste negra en 1348.

En 1355, se retomaron las obras por parte de una serie de arquitectos, que acabaron el campanario y ampliaron el proyecto con el ábside y las capillas laterales. 

De 1418 a 1434, Brunelleschi realizó la edificación de la cúpula. En 1436, la construcción estaba casi terminada y el 25 de marzo de ese mismo año la consagró el Papa Eugenio IV. En 1461, se añadió la linterna de la cúpula diseñada por Brunelleschi, después de su muerte. Entre 1881 y 1887, se reformó la fachada principal con un estilo neogótico, obra del arquitecto Emilio de Fabris. 


Como ya hemos dicho, las paredes están cubiertas por bandas alternadas, tanto en horizontal como en vertical, con mármoles multicolor: de Carrara (blanco), de Prato (verde) y de Siena (rojo). Estas bandas se repiten en las decoraciones del Baptisterio y del campanario. Hay dos puertas laterales, la Puerta de los Cardenales (sur) y la Puerta de los Mandorla (norte). Las seis ventanas laterales están separadas por pilares y solo las cuatro más cercanas al transepto dejan pasar la luz, las otras dos son simplemente ornamentales. El pavimento de la iglesia fue cubierto con mármol en el siglo XVIII. 















Nosotras habíamos comprado la entrada con anticipación por Internet para no tener que hacer colas. Incluía la visita a la Catedral, la subida a la Cúpula, al Campanile, al Baptisterio y a la Cripta de Santa Reparata en el interior del Duomo. Decidimos empezar por la subida a la Cúpula, cosa que logré aún no sé cómo (bueno, con la inestimable ayuda de otros turistas que me daban agua cuando me veían parada y exhausta, a quién se le ocurre subir sin una botellita...). En total, 463 escalones que merecen la pena, porque las vistas de la ciudad son impresionantes desde ahí.

Ventanuco en las escaleras

Curiosamente, cuando se aceptó el proyecto de la cúpula, en 1368, no había nadie en Italia que supiese cómo construirla, nadie había intentado antes hacer algo de ese tamaño. Brunelleschi resolvió el problema medio siglo después, con una solución revolucionaria, mediante una estructura que podía sostenerse por sí misma, sin andamios. Abarca la anchura del cuerpo principal, lo que no ocurría en otras iglesias, y el altar se sitúa en el centro justo debajo de la cúpula. 

En la bóveda de la cúpula se ve pintado el Juicio Final (1572-1579), realizado por Vasari y terminado por Federico Zuccari. Son 3600 metros cuadrados de superficie pintados al fresco. Fue restaurado en su totalidad entre 1978 y 1994.

En 1418 hubo un concurso para diseñar una cúpula. Los competidores más importantes eran Lorenzo Ghiberti (creador de Las Puertas del Paraíso del Baptisterio) y el propio Brunelleschi. A este respecto, cuenta la leyenda que un desconocido arquitecto de la época propuso que se llenara la catedral con tierra antes de levantar la cúpula, a fin de construir esta directamente encima de la arena (no se sabía cómo construir una cúpula con tanto peso y magnitud). Cuando se le preguntó cómo sacaría la tierra, sugirió que la ciudad podía mezclarla con monedas y así, los pobres, supuestamente, vaciarían la cúpula... 

Brunelleschi ganó por poco. Creó al principio una cúpula de madera y ladrillo que serviría como guía en el trabajo, pero la presentó incompleta con la finalidad de asegurar su control sobre la construcción. Finalmente, la cúpula se eleva sobre un tambor octogonal, lo que permitía la construcción directamente desde la superficie, sin andamios, lo cual supuso un elevado costo.

Pesa 37 toneladas métricas y contiene más de 4 millones de ladrillos. Brunelleschi tuvo que inventar máquinas elevadoras especiales y grúas para izar las piedras grandes. También se utilizaron refuerzos horizontales de tirantes de piedra e hierro. Ghiberti, que en principio se rio de él y quedó al cargo de la obra cuando el arquitecto se marchó a Roma ofendido, tuvo que reconocer que él no estaba capacitado para llevarla adelante, por lo que Brunelleschi regresó. 

La idea de coronar la cúpula con una linterna dio lugar a otro concurso, que también ganó Brunelleschi. La construcción se inició unos meses antes de su muerte, así que, casi durante 25 años no hubo progreso. Finalmente, la completó su amigo Michelozzo en 1461. El tejado cónico fue rematado por Verrocchio en 1469, con una capa de cobre y una cruz que contenía reliquias. Utilizó una grúa especialmente diseñada por Leonardo da Vinci. Con esta última estructura, adquiría una altura total de 114,5 metros. La cubierta de cobre fue golpeada por un rayo en 1600 y se cayó, pero la reemplazaron por otra aún más grande dos años más tarde.   


Asombroso cómo pudieron hacer esas pinturas en el techo. La parte de abajo representa el Infierno y de ahí se va ascendiendo al cielo

Terrible figura del demonio devorando a un pecador

Vista del Campanile y parte de la ciudad desde la terraza de la Cúpula

La belleza y la uniformidad de la construcción en la ciudad




Bajando de la cúpula

 Matilde, Marusela y Pili decidieron subir entonces al campanario. ¡Ni loca subía yo! ¡414 escalones! Y Pilar estuvo de acuerdo conmigo, así que las dos nos quedamos en la plaza tomando una cervecita mientras ellas subían al Campanile. 


El Campanile de Giotto.
Se encuentra al lado de la Catedral. Tiene más de 84 metros de altura y unas vistas únicas. La ventaja sobre la Cúpula es que desde el Campanile se puede obtener una imagen impresionante de esta. Es de estilo gótico revestido de mármoles en blanco, verde y rosa, además de poseer unos fantásticos bajorrelieves en su parte inferior y varias hornacinas que albergan cuidadas estatuas. 



Cuando bajaron fuimos a ver el Baptisterio di San Giovanni. Es el edificio más antiguo de la plaza. Lo más destacado son sus tres conjuntos de puertas de bronce, de gran valor artístico, sobre todo La Puerta del Paraíso que le llevó 26 años a Ghiberti, formada por diez paneles con relieves que representan escenas del antiguo testamento. Solo se puede ver una copia, porque la original se guarda en el Museo dell'Opera del Duomo, dentro de una vitrina de cristal, para conservarla en condiciones óptimas. 

Se cree que, en principio, había allí un templo pagano que se reconstruyó y reformó para ser de uso cristiano. Y ello porque fue construido en el siglo V o VI sobre los cimientos de una domus romana. El aspecto actual se debe a las obras realizadas entre el siglo XI y el XIII. Durante el siglo XII se colocó el revestimiento de mármol. El pavimento representa motivos zodiacales y geométricos, así como otros fantásticos de inspiración oriental.

Hay también algunas sepulturas, como la del Obispo Giovanni da Velletri (1230), que reutilizó un sarcófago de la época romana, y el sepulcro de Baldassarre Cossa, el antipapa Juan XXIII.  






En el panel explican cómo era la bóveda original del Baptisterio, en cuya restauración estaban trabajando

También estaba en obras en el interior, así que no pudimos ver mucho. Por eso, decidimos entrar en la Catedral para visitar la Cripta de Santa Reparata

Como ya hemos dicho, se encuentra en el subsuelo de la catedral. Está abierta al público, pero su acceso es limitado debido a su pequeño tamaño, por lo que conviene hacerse con las entradas con anterioridad, como habíamos hecho nosotras. Fue sacada a la luz por unas excavaciones que se iniciaron en el año 1966 y se terminaron en 1972. Actualmente, la visita se hace bajando por unas escaleras en la nave lateral derecha. 


Entre los hallazgos visibles destacan mármoles, metales, cerámicas y vidrios de época romana y medieval. En particular, sobresale la tumba del Confaloniere Giovanni de Médici, de mediados del siglo XIV. También se pueden ver muchas otras lápidas sepulcrales, de los siglos XII, XIII y XIV, entre las que podemos citar la del obispo Francesco Silvestri (1313)





Una de las cosas más llamativas de la cripta es ese suelo de mosaico con excepcionales decoraciones realizadas por los primeros cristianos. Aunque en medio de tantos restos, no se aprecia muy bien, lo cierto es que la arquitectura de Santa Reparata es un ejemplo significativo del estilo paleocristiano, que mezcla elementos del arte romano con la nueva estética cristiana que comenzaba a emerger en aquella época. 

Presenta una planta basilical característica de las edificaciones cristianas antiguas. Este diseño se caracteriza por una nave central amplia flanqueada por dos naves laterales, lo que incrementaba el espacio para los fieles y les permitía una mejor visibilidad hacia el altar. 



No podemos dejar de admirar lo que se conserva de los frescos del siglo XIII, cuyo color y narración visual proporcionan un contexto histórico que complementa la arquitectura de la cripta. 





Entre los hallazgos más importantes que aquí se encuentran está la tumba de Filippo Brunelleschi. 


Después de este viaje al pasado, subimos de nuevo al interior de la catedral. Personalmente, y después de apreciar la enorme belleza de la fachada, encontré el interior impresionante por su tamaño, pero sin la grandiosidad que yo esperaba. No cabe duda de que contiene obras de arte exquisitas, incluido el famoso reloj litúrgico de 24 horas que se halla sobre la puerta principal, obra de Paolo Uccello, junto a los retratos de los cuatro profetas. 


 




CALLES DE FLORENCIA

Muy cerquita del Duomo se encuentra otro de los puntos neurálgicos de la ciudad, la Piazza della Repubblica.

Antiguamente se llamaba Piazza Vittorio Emanuelle II.  

Se trata de una plaza porticada, situada en el centro histórico de Florencia, de forma rectangular, de unos 75 x 100 m. En la época romana, el actual espacio de la plaza estaba ocupado por el Foro, con un monumental templo capitolino en uno de los extremos. Durante la Edad Media, se convirtió en el mercado de la ciudad, caracterizado por tortuosas callejuelas repletas de puestos ambulantes. A partir del siglo XVI, la zona pasó a llamarse Mercato Vecchio para diferenciarla del Mercato Nuovo o del Porcellino.  


Aquí se encuentra la famosa Columna de la Abundancia. Es del siglo XV y marca el centro exacto de la ciudad, en donde antiguamente se cruzaban las dos calles más importantes de cualquier villa romana (Cardus y Decumanus)

Dando vueltas erróneas para ir al Mercato Nuovo, encontramos la fachada de la Iglesia de Santa Maria Maggiore. Es una de las iglesias más antiguas de la ciudad y una de las primeras dedicadas al culto mariano. La fachada es una construcción románica del siglo X. El campanario se pega a la fachada en su lado izquierdo. Al final del siglo XIII fue renovada con elementos góticos. 


Acabamos de nuevo en la Plaza de la República... habíamos ido hacia arriba en lugar de hacia abajo, hacia el río. Ahora, sí, estábamos en el camino correcto. Y pasamos por delante de la Iglesia de Orsanmichele


Hubiera sido ideal entrar, pero con la pérdida estábamos ya muy justas de tiempo. Fue construida en el siglo XIV como granero. Entre 1380 y 1404, fue convertido en iglesia y usado como capilla por los más poderosos gremios de artesanos y comerciantes de Florencia. A finales de ese mismo siglo se encargaron a los gremios estatuas de sus santos patronos para embellecer la fachada. Actualmente, los originales se encuentran en diferentes museos, aunque la mayoría está en el museo que ocupa el piso superior de la iglesia.

Su nombre proviene del dialecto toscano y significa "Huerto de San Miguel", porque fue construida sobre el terreno donde se encontraba el huerto del desaparecido monasterio de San Miguel.

Por fin llegamos a la Piazza di Mercato Nuovo. Es también conocido como el Mercado del Porcellino, porque en el corazón se halla la Fontana del Porcellino. Se halla próximo al Puente Viejo y a la Galería de los Uffizi, nuestro próximo destino. En realidad, el lugar se llama Loggia del Porcellino, del siglo XVI. 

Al principio comercializaban con la seda y artículos de lujo. Igualmente, entre los objetos a la venta más comunes se encontraban los sombreros de paja, un producto típico que aún se puede conseguir en el mercado. Sin embargo, la seda dio paso a otros artículos, como los elaborados con cuero, los bordados y los souvenirs


Según la tradición, tocar el hocico del jabalí trae suerte. Aunque la tradición completa es poner, además, una moneda en la boca, de tal forma que siga su recorrido hasta que caiga en el agua (monedas que después se lleva una gitana, según pudimos comprobar). Se trata de una escultura de bronce realizada por Pietro Tacca, en el siglo XVI. La escultura que nosotras tocamos es una réplica de la original, hoy en el Palazzo Pitti. 

También se halla en este Mercado la conocida como Piedra del Escándalo. Se trata de un círculo hecho de mármol blanco y verde, ubicado en el piso, por el centro de la logia. Era el sitio en donde se castigaba en público, en tiempos del Renacimiento, a las personas deudoras e insolventes. El castigo consistía en encadenar a quien no pagaba, se le bajaban los pantalones y se le golpeaban repetidas veces las nalgas contra esta piedra, jajajaja... Nosotras no la vimos, había demasiada gente para adentrarse entre los puestos. 

Seguimos caminando para llegar a la Piazza della Signoria

Ya se veía la torre del Palazzo Vecchio

Antes de ir a la plaza, bajamos hasta el río y allí nos encontramos con el famoso Ponte Vecchio


Es el puente de piedra más antiguo de Europa y uno de los más conocidos. Sus orígenes se remontan al año 1345. En los siglos XV y XVI, sus casas colgantes estaban ocupadas por carniceros y matarifes, pero,  cuando la corte se mudó al Palacio Pitti, ordenó cerrar las tiendas por el mal olor. Desde entonces, fueron ocupadas por joyeros y orfebres. 

Fijándose en la foto superior, se ve que el piso alto corresponde a un corredor que unía el Palazzo Vecchio con el Palazzo Pitti, de forma que los Médici podían pasar de uno a otro sin tropezarse con el pueblo. 

Durante la Segunda Guerra Mundial, Hitler ordenó expresamente que se respetara y en ningún momento fue atacado por los alemanes. 

Del otro lado del río Arno, en donde se encuentra el Palacio Pitti, la construcción es más moderna



Mientras esperábamos la hora para entrar en la Galería Uffizi, paseamos por su patio interior, que lleva hasta la Piazza della Signoria. Esta galería era un palacio, reconvertido en museo con una de las colecciones de arte más antiguas y famosas del mundo. Su finalidad inicial era albergar las oficinas de las magistraturas florentinas, de ahí su nombre. El edificio tiene forma de U y el patio interior está bordeado con fachadas con nichos que contienen figuras escultóricas de importancia.

Ya en la Piazza della Signoria, vemos en una de sus esquinas el Palazzo Vecchio. En la plaza, una colección de estatuas que datan de la época de los antiguos romanos hasta la fundación de Italia, lo que la convierte en un museo al aire libre. Justo frente a la entrada del Palazzo Vecchio vemos las figuras de Hércules y Caco, de Bacio Bandinelli. Ambas han sido muy criticadas, porque no tienen el dinamismo de otras que hay en la plaza. 


En la plaza, bajo los soportales a la izquierda del palacio, vemos el Perseo con la cabeza de Medusa, conocida como el Perseo de Cellini, realizada en bronce. Es considerada una de las obras cumbre de la escultura manierista italiana. 
 

Muy cerca del Hércules, hay una copia del impresionante David de Miguel Ángel, probablemente la escultura más famosa del mundo. Se considera la encarnación de la belleza masculina. 


En el otro lado de la plaza, a la derecha del palacio,
 encontramos la también famosa fuente de Neptuno. Encargada para celebrar un matrimonio Médici, luce una estatua colosal del dios romano del mar. Está realizada en mármol blanco de Carrara y se dice que tiene el rostro de Cósimo de Médici. 


Volviendo hacia la Galería Uffizi, porque ya se iba haciendo hora, nos detuvimos a contemplar la fachada del Palazzo Vecchio


Inicio del pasadizo que une este palacio con el palacio Pitti por encima del Ponte Vecchio

Actualmente, alberga oficinas del Ayuntamiento de la ciudad, si bien las principales salas están abiertas al público como museo. Cuando Cosme I de Médici estableció ahí su residencia, en 1540, era conocido como "Palacio Ducal". Y cuando se mudó al Palazzo Pitti, en 1565, pasó a llamarse Palazzo Vecchio. 

La forma exterior del edificio es la de un paralelepípedo, en cuya fachada se encuentra la Torre de Arnolfo (Arnolfo di Cambio había iniciado la obra en 1299). En 1400, la Torre y el jardín interior tuvieron que ser reconstruidos, porque corrían peligro de derrumbarse. 

La fachada principal da impresión de solidez gracias al acabado del muro en forma de almohadillado, típica de la región. Está dividida en tres niveles principales de cornisas que sustentan dos filas de ventanas neo-góticas en mármol, decoradas con arcos trilobulados, que se colocaron en el siglo XVIII en sustitución de los originales. 

Y llegó el momento de entrar en la Gallerie Degli Uffizi


Tiene obras representativas de hasta XX siglos atrás (como piezas romanas y griegas del siglo I a. C.), pero también colecciones de la Edad Media y Modernas. Uffizi es famosa por sus obras maestras del Trecento, el Prerrenacimiento, el Renacimiento y el Barroco. Artistas italianos como Giotto, Fra Angélico, Fra Filippo Lippi, Piero della Francesca, Sandro Botticelli, Domenico Ghirlandaio, Rafael, Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci, Tiziano y Caravaggio, entre otros, llenan sus salas con sus obras maestras. Pero también cuenta con importantes ejemplos de otras escuelas artísticas europeas, con genios como Rubens, Rembrandt e incluso Goya. 

La exposición se distribuye a lo largo de dos pisos del palacio, ordenada cronológicamente, comenzando su recorrido por el segundo piso. En el vestíbulo de entrada, que vemos en la foto superior, hay una escalera monumental que da un nuevo acceso a la galería. 

En el segundo piso, ante nosotros, se abre el conocido como Corredor del Este. Es la parte más antigua de la Galería, realizada por Francisco I de Médici en los años 80 del Cinquecento. Estaba destinado a ser, sobre todo, la galería de las estatuas. Iniciada la colección por Lorenzo el Magnífico, fue ampliada por Cosme I después de su primer viaje a Roma en 1560, cuando decidió encargar estatuas para adornar el Palazzo Pitti, y retratos y bustos para el Palazzo Vecchio. Las esculturas, colocadas a lo largo del corredor, reproducen la decoración settecentesca: hileras de retratos a medio cuerpo intercalados entre estatuas de cuerpo entero. 


Después de una primera sala dedicada a la Arqueología, que alberga obras elaboradas en su mayoría en Roma, pasamos a la sala 2, dedicada al duecento y, en especial, a Giotto. Aquí se exponen pinturas de las iglesias de la Toscana que datan desde la primera mitad del siglo XII hasta los comienzos del siglo XIV. La técnica usada es la témpera sobre madera, con fondo dorado, anterior a la expansión de la pintura al óleo en el siglo XV. 

Le siguen otras salas dedicadas a la pintura sienesa del siglo XIV y a la florentina del siglo XVI. Y otras dos dedicadas a Lorenzo di Monaco, autor de la obra que vemos en la fotografía inferior, La Coronación de la Virgen, pintada en 1414 para la iglesia del Convento de Santa María de los Ángeles, de la Orden de los Camaldulenses, a la que el pintor pertenecía. 

Pintura al temple del gótico tardío

Este grandioso políptico de témpera y oro sobre tabla se componía de, al menos, 33 partes y fue realizado para el altar mayor de la iglesia de San Pancracio de Florencia, en principio atribuido erróneamente a Agnolo Gaddi. Sin embargo, su verdadero autor es Bernardo Daddi (1290-1348), uno de los artistas florentinos más importantes de su tiempo


En este pasillo hay, también, una sala en la que no se puede entrar, conocida como La Tribuna. Solo se puede ver su interior desde el umbral de la puerta. Ahí está la famosa Venus de Médici, una escultura helenística en mármol, a escala real, que representa a la diosa Venus o Afrodita. En realidad, esta es una copia del siglo I a. C. 


Las salas 10 a la 14 están dedicadas a Botticelli. Albergan algunas de las obras maestras del Renacimiento realizadas en las últimas décadas del Quattrocento. Entre las 15 obras de Sandro Botticelli, las más famosas son La Primavera y El Nacimiento de Venus, las primeras pinturas de tema profano de grandes dimensiones del Renacimiento italiano, que atestiguan el clima cultural de Florencia en tiempos de Lorenzo el Magnífico. 




La sala 15 está dedicada a Leonardo da Vinci. Fue pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, botánico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista. Es todo un símbolo del hombre del Renacimiento, un genio universal y uno de los más grandes pintores de todos los tiempos.

Una de sus obras más conocidas es La Anunciación, pintada al óleo sobre tabla (1472-1475) 


La Adoración de los Magos, pintada al óleo sobre una tabla. Está inacabada. 

En la sala 25 encontramos a Miguel Ángel, arquitecto, pintor, escultor y poeta italiano renacentista, considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y sus obras arquitectónicas. Desarrolló su labor artística entre Florencia y Roma durante más de setenta años, bajo la protección de la familia Médici y los diferentes papas romanos. 

La Sagrada Familia, conocido también como Tondo Doni (1503-1504). Está considerado una de las obras maestras del artista italiano

Desde el pasillo que forma la base de la U hay unas buenas vistas de la otra orilla del río Arno.


Y también de todos los puentes que lo cruzan... En primer plano, el Ponte Vecchio, con el Corredor Vasariano que unía el Palazzo Vecchio con el Palazzo Pitti; a continuación, el Puente de la Santísima Trinidad; el Puente Carraia; el Puente Américo Vespucio; el Puente Alle Grazie; el Puente Giovanni da Verrazzano, y el Puente Alla Vittoria.  
 


Incluso se pueden ver la Cúpula del Duomo y el Campanile.


Siguiendo con la visita a la Galería, os dejo aquí algunas obras más que fotografié, sobre todo porque estaban en los libros de Historia del Arte que había estudiado en Bachillerato y COU. 

El Bautismo de Cristo, de Verrocchio, realizado al óleo y temple sobre tabla (1475-1478). Se considera el primer trabajo importante como aprendiz de Leonardo da Vinci. Su maestro también contó para esta obra con la colaboración de Botticelli. Se dice que, después de terminarla, Verrocchio le dijo a Leonardo que ya no volvería a pintar con él, porque lo superaba

Para mi sorpresa, al final de un pasillo, encontré una escultura que siempre me había llamado la atención en mi época de estudiante: La Muerte de Laocoonte y sus Hijos


Es un grupo escultórico griego de datación controvertida, aunque suele considerarse de principios de la era cristiana. Fue encontrada en Roma en 1506. Representa la muerte del sacerdote troyano Laocoonte, castigado por los dioses a morir estrangulado por serpientes marinas junto a sus dos hijos. 

Tomamos algo en la cafetería de la Galería y salimos ya al exterior... imposible seguir contemplando tantas magníficas obras de arte. Y al salir, pasamos de nuevo frente al Palazzo Vecchio y la Fuente de Neptuno, en la Piazza della Signoria. 




Pero no podíamos marcharnos de esa zona sin cruzar el famoso Ponte Vecchio y echar un vistazo a la otra orilla del río Arno. 

En el puente. Detrás, el Puente de la Santísima Trinidad
Puente de la Santísima Trinidad

Estuvimos paseando durante un rato por esa zona. 



Petunias amarillas



La Galería Uffizi vista desde el otro lado del río



Una especie de hortensia

Mandevilla o Jazmín brasileño

Regresamos a la orilla primitiva por el Puente de la Santísima Trinidad, desde el que hay otra vista del Ponte Vecchio. 


Como podéis adivinar, estábamos cansadísimas después de toda una jornada pateando esta bellísima ciudad. Así que decidimos regresar al hotel, descansar un poco y salir luego a cenar. Había una experiencia que no podíamos dejar pasar: probar la famosa Bistecca alla Fiorentina...

Nos habían dicho que el mejor sitio para comerla era el Mercado Central, así que allá que nos fuimos. Es un lugar como muchos otros mercados en el que hay distintos puestos de comida y bebida y mesas comunes. Tú compras la comida y la bebida en el sitio que quieras y te la llevas a tu mesa para disfrutarla con tus amigos y con otros que puedan sentarse con vosotros. 

Curioseando para ver qué sitio nos gustaba más

Al final nos quedamos con el primer lugar que habíamos visto, a la entrada

Y después de esperar un rato, ahí estábamos... dispuestas a degustar este plato típico acompañado de un buen espumoso

Este plato consiste en un jugoso filete de lomo sazonado solo con sal y pimienta y cocinado a la perfección. En el corazón de esta histórica y milenaria ciudad, la Bistecca alla Fiorentina es un testimonio del rico tapiz cultural y gastronómico que define la región. Es un plato que ha superado la prueba del tiempo y sigue cautivando a los paladares y a los corazones de los entusiastas y conocedores de la comida de todo el mundo. 

Cuenta la leyenda que los orígenes de esta riquísima comida se remontan a la antigua ciudad, donde era el plato principal en las festividades en honor del santo patrón de la ciudad, San Lorenzo, el 10 de agosto. En el fondo de esta creación se encuentra la creencia en la belleza sin adornos de la ternera de la más alta calidad, preparada y cocinada con el máximo cuidado y atención. 


Como podéis ver por la foto, se trata de un filete grueso de T-Bone, con un grosor mínimo de unos 4-5 cm, sazonado ligeramente con aceite de oliva virgen extra, así como con una perfecta mezcla de sal marina y pimienta negra recién molida. El proceso de cocción es fundamental: ya sea en las llamas abiertas de una parrilla de carbón tradicional (como era el caso) o con el calor controlado de una cocina, la carne está expuesta a altas temperaturas para sellar los sabores y lograr un exterior caramelizado y ligeramente carbonizado. 

Un brindis por un primer día fantástico en la Toscana



Sábado, 15

LOS JARDINES DE BÓBOLI

Dejamos las maletas preparadas y en la recepción del hotel, porque a mediodía tendríamos que ir a recoger el coche que habíamos alquilado en el aeropuerto, y así ya no perdíamos tiempo. Llamamos un taxi y nos dirigimos a los Jardines del Palazzo Pitti, al otro lado del río Arno. 

Entramos por el punto marcado con una C en el plano. Estos jardines, situados en la parte trasera del Palazzo Pitti, fueron diseñados por la familia Médici, dando origen al estilo de jardín italiano que sería muy imitado en las cortes europeas. Para conseguir el aspecto actual, se realizaron trabajos que van desde el siglo XV al XX.

Concebido como un espacio noble, marcó la distancia entre la corte de los Médici y el pueblo florentino. Los jardines eran el hogar de festivales deslumbrantes, abiertos solo a la aristocracia de la época. La ubicación montañosa del jardín, su vegetación, cuevas, estatuas y muchas fuentes crean un ambiente inolvidable. 

Son obra del arquitecto y escultor Niccoló Tribolo, que pertenecía a la corriente artística conocida como manierismo. Pero también participaron otros tres hombres: Bartolomeo Ammanati, Giorgio Vasari y Bernardo Buontalenti. Cada uno, en su área de especialización, dieron forma al paisaje, crearon las famosas cuevas y tallaron maravillosas estatuas.  

Justo al entrar, punto 13, se halla la Grotta di Annalenna. También conocida como Gruta de Adán y Eva, es obra de Michelangelo Naccherino. En 1616, le regaló al duque Cosme II de Médici este grupo escultórico con la serpiente en forma de mujer, para ser colocado en una fuente del Jardín de Bóboli. 


Y, mientras ellas seguían el camino hasta la parte posterior del Palazzo Pitti, yo me quedé rezagada en los jardines a continuación de la gruta para tomar algunas fotos. 










Siguiéndolas, llegué a la fachada posterior del Palazzo Pitti. 

Al fondo se divisa la cúpula del Duomo

Esa fuente aparece en el plano con el número 3, en el Cortile dell'Ammannati. Está situada en un patio interior construido por Ammannati que, a través de unas escaleras, comunica con la explanada superior. La fuente se conoce como Fontana del Carciofo (Fuente de la Alcachofa). Fue esculpida por Francesco Susini y Francesco del Tadda. Se ubicó en este lugar en 1641 para reemplazar otra fuente llamada Giunone. El nombre de "la alcachofa" probablemente se deba a la similitud entre las hojas que crecen en los tallos de las alcachofas y las decoraciones de las válvulas de la cáscara con los cupidos a los lados de la escalera en la que descansa la cuenca octogonal. En cada esquina del tanque hay un querubín de mármol, en poses alegres y despreocupadas, mientras que otros dos putti están a horcajadas sobre las conchas laterales. 

Desde aquí se obtienen unas vistas estupendas del Duomo, del Campanile y del Palazzo Vecchio, en el que sobresale la Torre de Arnolfo.




Frente a la parte trasera del Palazzo Pitti se extiende el Anfiteatro, originariamente una cantera de la que se extraían las piedras para su construcción. Está rodeado por múltiples nichos con esculturas clásicas. También aquí se halla el Obelisco construido por Ramsés II para la ciudad de Heliópolis y traído primero a Roma y después a Florencia, gracias a la intervención de la familia Médici. 




Como se puede apreciar por la fotografía lateral, hay que ascender la colina del anfiteatro para seguir con la visita. Y llegamos a la conocida como Fontana dei Nettuno, también llamada Estatua del Tenedor por el tridente que el dios sostiene en la mano. 




Volviendo al plano, podéis ver que, si seguís subiendo la colina, se llega al Giardino dei Cavalieri (nº 10) y al Museo delle Porcelane (nº 11). Pero hacía un calor endiablado así que nosotros cogimos a la derecha. En el número 12 se inicia el Viottolone, una gran avenida que atraviesa la parte oeste del jardín flanqueada por altos cipreses y por estatuas clásicas que representan personajes mitológicos y personalidades de las civilizaciones griega y romana. 

Al comienzo de la avenida encontramos una colosal estatua: Tindaro Screpolato, obra en bronce del escultor polaco Igor Mitoraj, en 1998. Tíndaro es una figura de la mitología griega, rey de la antigua y gloriosa ciudad de Esparta, marido de Leda, padre de Clitemnestra y, según algunos, también de la bella Helena. 



El Viottolone. A él llegan, transversalmente, caminos más estrechos que a veces seguimos para escapar del sol


Y así llegamos al número 16, la Vasca dell'Isola. Se trata de un estanque con una fuente en el medio, situada sobre una especie de isla, de ahí el nombre. Al principio se hallaba en el centro del Anfiteatro, pero, para permitir el uso de ese espacio para eventos, se trasladó en el siglo XVII al lugar actual. 

La isla se une al resto por dos pasarelas, en cuyas puertas hay sendas verjas de hierro forjado sostenidas por dos columnas a cada lado, sobre las que se encuentran dos capricornios. Por otro lado, la isla está rodeada por una barandilla de piedra, detrás de la cual se hallan unos jarrones de cítricos. Lo más destacado son las esculturas de Giambologna. 

Como representación del océano, se la conoce como Fontana dell'OceanoSe trata de una copia, el original se encuentra en el Bargello. Aparecen tres dioses del río que representan el Nilo, el Ganges y el Éufrates. La estructura se eleva desde una gran cuenca de mármol sostenida por un gran pedestal. Las hermosas figuras de los ríos asentados obligan al espectador a dar una vuelta entera alrededor para disfrutar de cada detalle. 







Casi habíamos llegado al punto por donde habíamos entrado y decidimos retroceder hacia el palacio para ver otras cosas que se nos habían escapado y después utilizar otra puerta de salida, la B. 

Así, caminando por los distintos senderos sombreados, íbamos encontrando cosas:






Retrocediendo por el camino inicial, esta vez nos detuvimos en el número 14, conocido como Limonaia. Los Médici fueron los primeros en difundir la moda de los cítricos en sus jardines. Son plantas que no crecen normalmente en la Toscana, porque los inviernos ahí son demasiado rígidos, por lo que hay que tratarlas como si fueran plantas exóticas. Durante el invierno se les buscaba refugio en edificios llamados "limonaia". Por ese motivo no se plantaban en el suelo, sino en jarrones o macetones de barro que después servirían de decoración en los jardines, como ya hemos visto. El limonero debe tener un microclima cálido, pero seco. Por eso, el suelo de esas instalaciones no estaba pavimentado, para facilitar una mejor absorción de la humedad.


La "limonaia" de los jardines es el resultado de la restauración de un edificio que, antiguamente, se usaba como fábrica de mosaicos, esponjas y estatuas, realizada en 1778. En tiempos de Cosme III se acogía aquí una colección de animales exóticos. Las esculturas representan las musas.


 
 

Decidimos terminar la visita y nos fuimos dirigiendo a la salida B. Pero antes nos detuvimos en una gruta que se encuentra debajo de la Fuente de la Alcachofa, muy cerca de la Grotta dei Buontalenti. Nos referimos a la grotta de Moisés, así llamada por la estatua de pórfido rojo del personaje bíblico, incrustada en un nicho y separada de la pileta ovalada por una barandilla. Data del siglo XVI. Está enriquecida con esculturas y juegos de agua, así como mármoles. Cosimo II y Ferdinando II de Médici reestructuraron la gruta. Entre 1634 y 1635, se colocaron a su alrededor 16 columnas de piedraforte y en el centro, la estatua en pórfido de Moisés. Las estatuas de las hornacinas encarnan las virtudes del príncipe y en la bóveda de la gruta Filippo Tarchiani pintó un ángel músico como símbolo de la fama. En el agua, tres pequeños querubines nadan y juegan , chocando en la fuente con el chorro de agua central, creando un maravilloso espectáculo lúdico. 




A la salida cogimos un taxi que nos llevó al hotel, esperó que recogiésemos las maletas y nos dejó en el aeropuerto para recoger el coche que teníamos reservado. Pero, en vez de irnos directamente a la casa que teníamos también reservada, decidimos seguir un consejo que nos habían dado: no irnos de Florencia sin una visita a San Miniato, desde donde las vistas de la ciudad son excepcionales. 











Y... CAMINO DE ISOLA D'ARBIA

Nos perdimos un poco al llegar al pueblo, pero eso nos fue útil para salvar un atasco unos días después. 

Nuestro apartamento se encontraba en esta dirección, recomendable al cien por cien. No tiene servicio de desayuno, pero muy cerca hay un supermercado. De hecho, nosotras fuimos a hacer compra al llegar y nos trajimos unas pizzas recién hechas para montarnos nuestra cenita en el jardín. 

recepción
piscina
cristaleras del salón común que dan a la zona de piscina








Parking visto desde nuestro apartamento

Bellísimas puestas de sol desde nuestro jardincito



















No hay comentarios:

Publicar un comentario