lunes, 30 de diciembre de 2024

Diciembre, 2024 a abril, 2025: Estancia en Argostoli, Kefalonia, Grecia (María) - Parte 7

Jueves, 26 de diciembre de 2024: San Esteban en Grecia


Ítaca: La isla de Ulises 

Si volvéis a la entrada anterior, podéis ver perfectamente lo cerca que está Ítaca de Kefalonia. Pero para no andar buscando, os pongo de nuevo el mapa. Se coge el ferry en Sami y en 20 minutos estás en el pequeño embarcadero de Aetos. Desde allí, con el coche, puedes hacer perfectamente el recorrido por la isla. 

Lo único es que hay muy pocas carreteras, el resto son caminos de cabras. Es aconsejable, por tanto, ir con un 4X4. Hay muchos senderos para hacer trekking, una de las actividades que van a hacer los turistas a la isla. 


Y antes de seguir, una anécdota. Es cierto eso de que el mundo es un pañuelo, porque el que estaba recogiendo los billetes a la entrada del ferry resulta que había estado en Vigo, trabajando en unas revisiones de barcos. Hablaba español bastante bien y se enrolló todo el viaje conmigo, tanto a la ida como a la vuelta. Era el oficial a cargo del barco. 

El ferry atracado en Aetos, en Ítaca


Como veis, no elegimos el mejor de los días para visitar esta hermosa isla. Estuvo nublado todo el tiempo y, no cabe duda, los colores del mar jónico ganan con la luz del sol. 

Nada más empezar el ascenso por la parte alta de la isla, se puede ver Vathí, la capital, asentada en su pequeña bahía. 


Y, aunque hubiese sido mucho mejor ver el paisaje con luz solar, fue impresionante ver los rayos del astro sol atravesando las nubes justo encima de la ciudad. 







Ítaca tiene una superficie de 117,8 kilómetros cuadrados y, en el año 2011, contaba con 3599 habitantes. Su capital, Vathí, tiene una de las mayores bahías naturales que sirven como refugio a barcos de todo el mundo. 

En los poemas homéricos, Ítaca es la patria de Odiseo, cuyo regreso al hogar constituye el tema central de la Odisea (posteriormente, se dio a Odiseo el nombre de Ulises)

Parece ser que ya estaba habitada en el cuarto milenio antes de Cristo, según unos grabados encontrados en Pilikata. Otros hallazgos se pueden datar entre el 3000 y el 2000 a. C.. Hacia el año 1000 a. C., el reino de Ítaca dominaba al resto de islas jónicas. En torno al 300 a. C. sufrió un saqueo llevado a cabo por Agatocles, tirano de Siracusa. En el 180 a. C., fue incluida en la provincia romana de Iliria. 

Durante el dominio bizantino se construyó un puerto conocido como Polis o Jerusalén, que quedó cubierto de arena después de un terremoto en el 967. En el 1086, se presentaron los primeros piratas normandos, que conquistaron la isla en el 1185.En el 1479, fue saqueada por los otomanos. Buena parte de la población fue capturada y llevada como esclavos. De los que quedaron, muchos emigraron. 

En el 1504, estaba prácticamente despoblada y fue necesario que los venecianos concedieran privilegios a los que la quisieran poblar con el fin de que el número de habitantes se recuperara. En el 1569, se construyó la primera fortaleza y, a pesar de que los gobernantes venecianos no fueron buenos, la isla fue prosperando lentamente. En el 1648, hubo un fuerte terremoto, seguido de otro en 1766, que provocaron enormes daños. 

En el 1797, la isla fue ocupada por los franceses y el 7 de noviembre de ese mismo año se creó el departamento de Ítaca. En 1798, fue ocupada por los rusos, quedando, a partir de 1800, integrada en el protectorado ruso-otomano de la República de las Islas Jónicas. En 1807, fue devuelta a los franceses, pero a finales de 1809 fue ocupada por los ingleses. El 5 de noviembre de 1815, se convirtió en uno de los estados insulares dentro del protectorado británico de los Estados Unidos de las Islas Jónicas. 

La flota comercial de la isla luchó al lado de los rebeldes griegos desde 1821, ofreciéndoles refugio. El partido radical de T. Paizis, partidario de la unión a Grecia, logró el objetivo el 1 de junio de 1864 (Tratado de Londres). En 1876, se produjo un nuevo terremoto, que se repitió en 1912 y en 1918. Sin embargo, el más devastador fue el de 1953. 

Subiendo, lo primero que encontramos fue el Monasterio de Katharon. Fue construido en 1696 como Monasterio de Panagia tis Kathariotissas, patrón de Ítaca, símbolo religioso situado en el mítico monte Nérito, considerado el lugar más hermoso de la isla. Desde su fundación ha sido un importante lugar de peregrinaje para sus habitantes. 

En el dialecto local, el nombre "kathara" se refiere a las ramitas y pequeños arbustos que se cortan y queman para despejar un lugar. La historia cuenta que los pastores de Epiro, al ser perseguidos por los albaneses, buscaron refugio en el monte Nérito. Entonces se percataron de la falta de una imagen religiosa en ese lugar, una imagen que representara el Génesis de la Virgen. 

Se dice que una brillante luz apareció durante varias noches seguidas, por lo que los habitantes decidieron quemar ramitas y arbustos para poder ver mejor lo que estaba ocurriendo. Cuando el fuego se apagó, vieron que su cuadro de la Génesis de la Virgen no estaba quemado y decidieron erigir una iglesia y poner el cuadro en su interior. Es una de las teorías que justifican el nacimiento del monasterio. 



Toda la isla está llena de referencias a la Odisea. 




Muy cerca del mirador en donde se pueden ver los bajorrelieves anteriores, hay otra atracción que no se puede dejar pasar: los menhires de Anogi. 

Se trata de una intrigante serie de monolitos conocidos como "menhires", pero que en absoluto son obra humana. Han sido creados en su totalidad por la Naturaleza y parecen sacados de un paisaje de Juego de Tronos. El más impresionante de ellos recibe el nombre de Araklis. 



En Ítaca encontramos más ovejas que cabras

Mires hacia donde mires, la belleza del mar Jónico es impresionante. Juraría que esa isla es Lefkada, pero no podría asegurarlo

Y, más o menos, en el centro de la parte alta de la isla, está la pequeña villa de Stavros. Si toda la isla recuerda la famosa obra de Homero, en Stavros también se pueden hallar diversos homenajes a Ulises y a la Odisea. Aquí se encuentran un Museo Arqueológico, la Escuela de Homero y el Palacio de Ulises. Sin olvidar, el busto de Homero.


 

Decoración navideña en el centro de Stavros

Iglesia en el centro de Stavros

Era muy temprano, alrededor de las 9 y media de la mañana. Y necesitábamos un café y algo de comer, porque habíamos desayunado de forma muy ligera en el apartamento de Sami antes de coger el ferry. Por suerte, allí en la plaza, estaba abierto un local que resultó ser una especie de café con aire bohemio e intelectual muy interesante. La dueña, encantadora, y la gata, más.


 
 


Un capuchino excelente y una deliciosa tarta de limón. 


Después de este agradable descanso, dejamos el pequeño y encantador pueblo de Stavros en dirección a los restos arqueológicos. Pero, para nuestra sorpresa, están encerrados en un recinto que no estaba abierto, así que, salvo piedras desde la distancia, no pudimos ver nada. 


Seguimos hacia arriba y hacia el este y acabamos en Frikes Port, que lo podéis ver en el mapa. Está a 3 km de Stavros. Sus primeros habitantes datan del siglo XVI, cuando empezaron a descender de las montañas para usar el puerto natural como una base pesquera, pero también para llevar a cabo actividades comerciales con Lefkada y el continente. Según algunos investigadores, Frikes sería el puerto que Homero llamó Reithron. 

En la actualidad es un destino turístico con un importante número de establecimientos hoteleros y casas de huéspedes. En verano, hay un servicio diario, de ida y vuelta, a Lefkada. 

El mar estaba bastante revuelto
 


Continuamos hacia el este y, ya descendiendo por la costa, nos encontramos con el bellísimo rincón de Kioni. 




El pintoresco pueblo de Kioni se halla a 24 km de Vathí. Está construido como si se tratase de un anfiteatro en las laderas de una montaña. Es obra de los habitantes que solían vivir en la montañosa villa de Anogi, a finales del siglo XVI. Muy pocas casas resistieron el terremoto de 1953, pero las pocas que se mantuvieron en pie son muy interesantes desde el punto de vista arquitectónico. 

Esta pequeña localidad fue el emplazamiento del monasterio de San Nicolás, en el siglo XIX. Hoy, en la iglesia, se conservan algunas columnas. En el siglo XVII, fue testigo de una sangrienta batalla contra los piratas. 

En la actualidad, en verano, es una localidad muy turística, con muchos cafés y tabernas, así como un vibrante puerto en el que recalan numerosos yates privados.

Torres defensivas a la entrada de la bahía de Kioni

Casas de Kioni

Escaleras que bajan al agua en Kioni

Desde allí, bajamos hacia el sur y nos dirigimos a Vathí con la intención de comer allí. Pero, como siempre, todo estaba cerrado. Encontramos una taberna no muy allá, en donde nos dieron la clavada del siglo por una sopa de pescado (que sí, que traía trozos de lubina) y unos espaguetis con gambones. Nada del otro mundo.

Nombre de la taberna, no os la aconsejo


Como veis por esta foto y las que os mostré al principio, posee un profundo puerto natural bien protegido de los vientos, que suele identificarse con el puerto que Homero describe en la Odisea con el nombre de "Forcis".  


La entrada a la bahía está flanqueada por los restos de un fuerte construido por los franceses en 1807, para protegerse de la flota británica cuando era una de las 7 islas que componían la República de las Islas Jónicas. Es la mayor de las poblaciones de la isla de Ítaca, con unos 2000 habitantes. El urbanismo está regulado por ley desde 1978, por lo que no se permite alterar la coloración ni el estilo arquitectónico de los edificios. 



Su lazareto y su pequeña iglesia conforman un paisaje pintoresco, junto a sus casas de colores, reconstruidas tras el terremoto de 1953. 

El lazareto es esa pequeña islita que se ve en el centro de la bahía. El nombre procede del período veneciano, cuando era utilizada como lugar de cuarentena obligatoria para todos los barcos que llegaban a la isla. A principios del siglo XIX, ya bajo dominio británico, se edificó una prisión, destruida por el terremoto de 1953.

Pongo a continuación varias fotos de Vathí, tomadas con distintos parámetros de la cámara.  








Ulises, en el puerto de Vathí

Busto de Homero, en el puerto de Vathí


Desde Vathí, intentamos llegar a la punta sureste en donde se encuentra la Capilla de Agios Ioannis. No pudimos. Como ya os dijimos, para llegar a muchos de los lugares destacados de la isla tienes que llevar un 4x4, porque son caminos en muy malas condiciones por los montes. Lo intentamos, pero la cosa se iba poniendo cada vez peor, así que nos detuvimos. No estábamos lejos a pie, así que decidimos ir dando un paseo, pero enseguida empezamos a escuchar ladridos por todas partes y, al no saber si los animales estaban atados o no, decidimos dar vuelta. De hecho, nos encontramos con un par de cazadores y un perro. 

Una de las muchas capillitas que se pueden ver al borde de la carretera y que intuimos que recuerdan a alguien que murió ahí

Vistas desde la carretera cuando buscábamos la capilla de Agios Ioannis

Pero si lo de la capilla nos salió mal, no fue así con la hermosa playa de Filiatro, al noreste. Como playa resulta curioso que está justo en medio de los olivos y, por supuesto, que goza de unas aguas límpidas de color turquesa (aunque al no hacer sol, no se podían apreciar demasiado bien). Por lo demás, es de piedras, lo que personalmente no me gusta. Sin embargo, el lugar no dejaba de tener un encanto especial.

 


Pues eso. Un paraíso cubierto de guijarros con aguas increíblemente transparentes y limpias. Su impecable estado no se ve afectado por la proximidad de la carretera. Está ubicada en una estrecha bahía que recibe el mismo nombre.

Los guijarros en el centro de la playa son de un tamaño considerable, pero, a medida que te vas acercando al mar, su tamaño disminuye gradualmente hasta convertirse en arena gruesa. Para los que quieran hacer algo más que tomar el sol, se recomienda calzado cómodo.


Y no podían faltar, ¿quiénes?... Nuestros amigos, los gatos. Hasta ese momento, el mejor de todos, bonito y supercariñoso (a mi amiga se le subió y se quería acomodar en su regazo). Yo, desde luego, me lo hubiera llevado. Me dio mucha pena dejarlo atrás.    








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