domingo, 29 de diciembre de 2024

Diciembre, 2024 a abril, 2025: Estancia en Argostoli, Kefalonia, Grecia (María) - Parte 6

 Miércoles, 25 de diciembre de 2024: Navidad en Grecia


Kefalonia: de Myrtos a Sami 

Amaneció un día precioso, ideal para descubrir la zona oeste de la isla, así como el norte y parte del este. 


Dejamos atrás el cruce con la península de Argostoli y subimos por la costa oeste hasta Myrtos Bay. 

Es, sin duda, uno de los principales puntos de atracción en Kefalonia, situada a 29 km al norte de Argostoli. Está reconocida como una de las 5 playas más bonitas del mundo y ha sido galardonada en muchas ocasiones por su limpieza y belleza natural. 

Tiene forma semicircular y está rodeada por impresionantes acantilados de roca blanca con vegetación en lo alto. Esta zona verde, el terreno abrupto, las piedras blancas y las aguas cristalinas confluyen para dar lugar a un paisaje asombroso. 

La costa de Myrtos ofrece espectaculares puestas de sol. 

Lo más asombroso de la playa son sus aguas azul turquesa


Por lo demás, la playa me parece bastante normalita. No creo que los que la califican como una de las más bellas playas del mundo hayan visto jamás cualquiera de las playas de las rías bajas gallegas

No podían faltar las cabras

Eso sí, el color del agua era espectacular
                                                                                                                                                                                

Un coche nos adelantó mientras hacíamos fotografías a las cabras y, al cabo de un rato, vimos a su conductor paseando por la playa, completamente en solitario


El nombre de la playa deriva de estos arbustos, los mirtos. Son arbustos de follaje perenne que forman espesuras densas que pueden alcanzar los 3 m de altura. Tienen como fruto unas bayas comestibles. La especie requiere climas suaves, aunque soporta bastante bien la sequía estival del clima mediterráneo. 

En la Grecia clásica, el mirto o arrayán estaba asociado a la diosa Venus o Afrodita y simbolizaba tanto la fecundidad como la fidelidad. Plinio el Viejo describió ritos nupciales en los que los esposos iban coronados con mirtos durante el banquete. 

En época romana, la planta no perdió su significado erótico, ya que se utilizaban ramilletes de mirto para azotar a las mujeres en las fiestas de la Bona Dea con el fin de aumentar su fertilidad. 

Otra historia del mundo clásico relaciona el mirto con significados funerarios: la de Baco o Dionisio bajando al Hades a rescatar a su madre, Sémele, muerta por los rayos de Júpiter. La tradición cuenta que tuvo que dejar un arbusto de mirto en el inframundo para poder sacar a su progenitora. 

El catolicismo continuó utilizando el mirto, esta vez con el sentido de pureza y fidelidad, para coronar a los nuevos cristianos en épocas tempranas o para representar a la Virgen con una rama en señal de virginidad. 

Se emplea como planta ornamental en parques y jardines. El aceite de sus hojas, flores y frutos es aromático, por lo que se emplea en perfumería. A nivel culinario, muchos platos de cerdo mediterráneos incluyen bayas de mirto y el lechón asado, a menudo, se rellena con ramitas de mirto en la cavidad del vientre, para dar un sabor aromático a la carne. 

                                   El hombre solitario

Seguimos la carretera hacia el norte y desde arriba las vistas continuaban siendo impresionantes. 






Nos dirigimos hacia el pequeño pueblecito de Assos. Siempre con la compañía de las cabras. 



Enseguida lo vislumbramos, asentado en la falda de una colina y ocupando el istmo que lo une a lo que debió de ser una pequeña isla. 



A 36 km al norte de Argostoli, se halla la diminuta pero encantadora villa de Assos, una joya escondida que te proporciona una experiencia muy relajante y que merece la pena visitar. No sobrepasa los 100 habitantes, sin embargo es un lugar de gran importancia histórica debido a su estratégica situación

Su nombre proviene de la versión dórica de la palabra griega para "isla", Nisos, que pasó a ser Nasos en dórico. El istmo sobre el que se asienta una parte del pueblo no tiene más de 50 m de ancho y la parte que queda al norte del mismo funciona como puerto. Llama la atención su hermosa arquitectura de casas pintadas de colores pastel.






Su principal atracción histórica es el castillo de Assos, del que solo quedan unos restos al otro lado del istmo. Fue construido por los venecianos y estuvo activo entre los siglos XIII y XVIII. 

Dejamos atrás el pueblo y seguimos hacia la punta norte de la isla, en donde se levanta la pequeña villa de Fiskardo. Puede que en verano tenga su encanto, pero nosotros solo encontramos un lugar completamente muerto y desierto. Así que nuestros planes de comer allí se vinieron abajo y decidimos regresar al pueblo que se halla antes de la desviación para la playa de Myrtos, porque nos había parecido ver abierta una taberna popular que tenía muy buena pinta. Y así fue. 

Aparte de ser una gente superagradable, la comida estaba exquisita y el ambiente no podía ser más griego, familias enteras celebrando la comida de Navidad. Vamos, que no creo que me vaya de la isla sin volver. 

 
Prolongamos la sobremesa para disfrutar de un sitio tan acogedor.

Cuando nos pusimos en marcha, nos dirigimos por el interior hacia la costa este de Kefalonia, hacia Agia Efimia, pero, como ya imaginábamos, estaba también muerto. Así que continuamos hasta Sami, en donde íbamos a pasar la noche, porque al día siguiente, a las 7 de la mañana, teníamos que coger el ferry para Ítaca. 

Un estupendo apartamento y relax para afrontar el madrugón. 

 

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