lunes, 26 de diciembre de 2022

Octubre, 21 de 2022, a enero, 14 de 2023: Segunda visita a Japón - Parte 17

Descubriendo Japón por segunda vez 

Viernes, 23/12/2022 


Mezquita Tokyo Camii, Turkish Cultural Center (Shibuya-ku)

En todo Japón hay unas 80 mezquitas, pero la más importante es la de Tokyo Camii, que congrega a unos 1200 fieles. Está situada en el distrito de Shibuya, entre las lujosas residencias cercanas a la estación Yoyogi Uehara. Es una mezquita de estilo turco otomano. Probablemente, muy pocos japoneses saben de su existencia. 

Camii es una palabra que designa a las grandes mezquitas. El diseño de esta se asemeja a la mezquita azul de Estambul y, de hecho, los materiales de construcción y el mobiliario se han traído en su totalidad de Turquía. Unos cien trabajadores turcos trabajaron durante un año en la construcción de la primera planta, dedicada a la oración, y en la planta baja, que funciona como centro cultural. En cualquier caso, los ornamentos son tan espléndidos que el lugar se puede admirar simplemente como obra de arte. 

 En las mezquitas, cuya religión prohíbe el uso de imágenes para la adoración, se utilizan la caligrafía y los arabescos, con una gran variedad de patrones, para la decoración. La gran cúpula representa el universo divino. Llegué justo en el momento en el que iba a comenzar la oración de los viernes y no me pareció oportuno estar sacando fotos en medio del rezo.


En las mezquitas turcas, el techo de la cúpula lleva escritos en árabe los nombres de Alá, el profeta Mahoma y sus cuatro sucesores. En árabe existen 99 formas de referirse a Alá, como, por ejemplo, "dador de vida", "creador", "confiable", "rey puro de la grandeza"... En las paredes, con la caligrafía propia del idioma, se encuentran escritos estos nombres.

Dejé mis zapatos en el exterior y entré por la puerta reservada a las mujeres. Mediante unas escaleras de caracol se accede a la parte reservada para ellas, para que también puedan participar del culto. Me cubrí la cabeza con la pañoleta que llevaba al cuello.

Al salir, una amable chica de Bangladesh, me llevó hasta la tienda que tienen en la planta baja, con productos propiamente árabes. Allí compré unas cajitas de baklava para mi hija (son unos dulces típicos de pistacho muy ricos)



Durante mucho tiempo, Japón no mantuvo contacto con el mundo islámico. Fue ya bien entrado el siglo XX que una delegación de creyentes musulmanes llegó al país. La primera mezquita también se construyó en ese siglo, por un grupo de tártaros que se exiliaron tras la revolución rusa de 1917. También construyeron una escuela para niños, que abrió sus puertas en 1935, tras recibir el permiso del gobierno japonés en 1928. En 1986, se demolió el conjunto para construir el actual, que se completó en el año 2000. 

Terminada mi visita, me dirigí a otra zona de Tokyo en donde tenía pensado ver la iluminación navideña a partir de las 5 de la tarde. 

Calles cercanas a la mezquita



Tokyo Dome City y Jardín Koishikawa Korakuen (Bunkyo-ku)

Se trata de un complejo en el centro de Tokyo dedicado a los deportes, el ocio y la música. Situado entre las estaciones de Korakuen y Suidobashi, el Tokyo Dome y las atracciones a su alrededor reúnen a aventureros, estrellas del deporte, estudiantes y amantes de la música. Además de ser el mayor lugar de ocio de esta zona, es el estadio del equipo de béisbol más querido en Tokyo, los Yomiuri Giants. Rodeando al Dome se encuentra un popular parque temático con emocionantes atracciones para todas las edades, el Museo Espacial TeNQ, preciosos jardines, un amplio complejo spa (con fuentes termales naturales), un gran hotel (diseñado por Tange Kenzo) y tiendas y restaurantes para todos los bolsillos. Hay más de 50 cafeterías, bares y restaurantes en donde se puede disfrutar de muchos y variados tipos de cocina, japonesa, occidental, china, fusión asiática, etc.


La montaña rusa y la gigantesca noria son solo dos de las atracciones del parque

Popular entre los estudiantes de la vecina Universidad de Tokyo y cerca de Jimbocho, la meca de los libros de segunda mano, Tokyo Dome City es un lugar excelente para entretener a toda la familia durante todo un día.  

La entrada al parque es gratuita y cada atracción se paga separadamente. 


La montaña rusa atraviesa el edificio del Spa LaQua

Fachada del hotel

El estadio (Tokyo Dome) fue inaugurado en 1988 y es el símbolo de la zona. Es un estadio cubierto con capacidad para 55 000 personas. Además de los partidos de béisbol, aquí se celebran muchos eventos nacionales e internacionales, tanto deportivos como culturales (exposiciones y conciertos). Alrededor del estadio se pueden ver el Hall of Fame y el Museo de Béisbol, lo que hace del lugar el sitio perfecto si te interesa este deporte. 





Otro de los atractivos turísticos de la zona es el Bunkyo Civic Center (el edificio con esa especie de tejadito), que ofrece maravillosas vistas de la ciudad gratis desde el piso 25. Está abierto hasta las 8:30 y te permite ver la puesta de sol y la vida nocturna desde arriba. 

Pero, sin duda, lo que más disfruté del lugar fue la visita a los jardines Koishikawa Korakuen por la mañana. Hay quien dice que es el jardín más bonito de Tokyo. No puedo establecer comparaciones, pero ciertamente es precioso. 


Nada más acercarnos al estanque, se ve la estructura ovalada y blanca del Tokyo Dome al fondo. La visión de la cúpula del estadio y de algunos edificios altos, como el Bunkyo Civic Center o el Tokyo Dome Hotel, contrasta con el diseño tradicional de los jardines.



Cuenta con una rica historia y sutiles influencias chinas. Se completó durante el período Edo (1603-1867), por lo que es uno de los jardines más antiguos de Tokyo. El señor feudal Yorifusa, fundador del clan Mito Tokugawa, empezó la construcción, que fue completada por su hijo con la ayuda del erudito chino Shu Shunsui, en 1669. De ahí que por el recinto haya paisajes tanto chinos como japoneses, representados por colinas en miniatura, estanques, piedras y árboles. A medida que se recorre el sendero circular, vas viendo un paisaje distinto cada pocos pasos. 


Se vaya cuando se vaya, estos jardines permiten ver verdaderos espectáculos de la naturaleza: los colores rojos de las hojas de los arces en otoño, los ciruelos en flor a finales del invierno, los cerezos en flor en primavera y la gran variedad de flores en verano. 






A pesar de estar en pleno Tokyo y justo al lado de Tokyo Dome City, es un remanso de paz y sosiego en el que los pájaros encuentran su refugio ideal. En realidad, es uno de los secretos a la vista mejor guardados de Tokyo. No es demasiado conocido ni visitado por los turistas extranjeros (el día que yo fui, no sé si éramos unas 6 o 7 personas en total paseando por sus senderos)

El acceso se hace por la puerta oeste (la este está actualmente cerrada). Una vez que estás dentro, tienes que pagar la entrada (300 yenes). Junto al puesto de venta de los tickets hay una pequeña tienda de recuerdos. 

Yo inicié el camino por el lado derecho. Enseguida, encuentras las ruinas del salón Saigyo-do (de las que no saqué fotos, porque eran cuatro piedras). Parece ser que Yorifusa construyó aquí un santuario para consagrar una estatua de Saigyo, un famoso monje y poeta japonés de finales del periodo Heian. Posteriormente, la mujer del noveno señor Takugawa de Mito añadió al pequeño complejo un monumento con un poema de Saigyo grabado en piedra. Este santuario fue destruido durante los ataques aéreos de la Segunda Guerra Mundial. 

A continuación nos encontramos con el riachuelo Chuho-sen. Es uno más de los que llenan de agua el estanque central. El nombre se lo puso el noveno señor Tokugawa de Mito inspirándose en un poema del famoso poeta ya nombrado. 

El estanque central, Dai sensui, se alza en una especie de plazuela, con bancos para disfrutar de las vistas. Recrea el lago Biwa, cerca de Kioto

Seguimos por la derecha, por un modesto camino de piedra de estilo chino, conocido como Nobedan. Estos caminos se caracterizan por tener una curiosa combinación de piedras naturales y piedras talladas de distintos tamaños. 

Al final del camino de piedra se llega al lugar donde se encontraba la antigua puerta Kara-mon. Era de estilo chino. En su momento, fue la puerta principal de estos jardines. Se construyó a comienzos del período Edo y era una puerta de madera de zelkova japonés con tejado de tejas de barro, preciosas tallas de madera y pinturas de colores vivos. Actualmente, está en proceso de reconstrucción. 

Poco después, nos sorprende un pequeño arrozal, construido por Mitsukuni, segundo señor feudal de los Takugawa de Mito para enseñar a los agricultores necesitados y a la esposa de su heredero (hija de una familia noble) a cultivar el arroz. Justo ahí, hay un pequeño pozo tradicional del que se dice que nunca se ha secado ni rebosado. Recibe el nombre de "agua de la juventud".


Camelias en flor del árbol de té

Y enseguida, aparece ante nosotros el puente Engetsu-Kyo o "puente de la luna llena". Su reflejo en las aguas del riachuelo que cruza parece una luna llena. Es una valiosa estructura que conserva las condiciones y el estilo de la época.  


No podían faltar las cascadas

La verdad que si no fuera por el frío me hubiera sentado en uno de aquellos bancos y hubiese disfrutado del sol y la paz del jardín durante un buen rato.

En fin, la zona ha sido todo un descubrimiento. Sin embargo, me llevé una decepción con la iluminación navideña que se recogía en algunos blogs como una de las más bonitas de Tokyo (ese había sido el motivo por el que había ido hasta allí). Ese aspecto lo recojo en el post dedicado a la iluminación de esta época de Tokyo.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario