miércoles, 7 de julio de 2021

2 al 5 de julio , 2021: Costa da Morte: Fisterra y alrededores (Chus y María) - Parte 3 y última

Fin de semana en la "Costa da Morte": Fisterra, Muxía Y Cascada de Ézaro (Carnota)


Domingo, 04/07/2021:

Praia Langosteira, Cascada do Ézaro, Carnota y Lira
 

Amaneció un día de lluvia, aunque a primera hora aún tuvimos tiempo de pasear cerca del hotel. Estábamos buscando un "cruceiro" que según Internet se encuentra en el NE de la playa Langosteira: el "cruceiro" da Rapadoira. Y lo cierto es que al principio de la playa hay uno, pero se encuentra dentro de una finca particular, por lo que no creemos que se trate del que queríamos encontrar. ¿Por qué lo buscábamos? Pues porque parece ser que marcaba la entrada del antiguo camino real por el valle de Duio y era paso obligado de los peregrinos que llegaban desde Santiago de Compostela.

Buscando ahora mismo más información, he descubierto una página que habla de esta cruz y confirmo que no era el que vimos en la finca. Pero para que lo veáis os dejo aquí el enlace

De todas formas, gracias a esa búsqueda nos dimos un agradable paseo de buena mañana:

Los 2 km de playa... La niebla y las nubes se ciernen sobre Fisterra, en la punta de la península
Cayendo hacia el mar, un hermoso bosque









Una hermosa casa justo encima del mar. La alquilan entera para vacaciones o fines de semana. La verdad que las casitas de esta zona me parece que están en un entorno privilegiado, sin aglomeraciones y de gran belleza



Cascada do Ézaro y Mirador
 

Dejamos el hotel y pusimos rumbo a Ézaro, cuya cascada queríamos conocer desde hacía ya bastante tiempo. 


Enseguida llegamos, dejando atrás Corcubión y Cee. 

Este mapa muestra con claridad la situación de la zona que estábamos recorriendo. De Fisterra a Ézaro pasando por Corcubión y Cee. Justo en Ézaro desemboca el río Xallas, que es el que da origen a la cascada

Ézaro es un pequeño pueblecito coruñés situado en el municipio de Dumbría. Su fama le viene por la Fervenza do Ézaro, como se dice en gallego, un destino impresionante y digno de visitar. 

El río Xallas es el único de toda Europa que desemboca en el mar en forma de cascada, desde una altura de 40 m a un pozo de casi 20 m de profundidad. Pero antes de convertirse en cascada pasa por tres embalses: Santa Uxía, Castrelo y Fervenza, hasta llegar a su último tramo con un desnivel de 155 m. desde el que acaba precipitándose en el cañón situado al pie del Monte Pindo (630 m de altitud).

Llegando desde Cee, antes de atravesar el puente que salva el último tramo del río, hay que coger un desvío a la izquierda que en poco más de un kilómetro te deja en la base de la cascada, en un área recreativa bastante amplia, con aparcamiento, zona verde, columpios para niños, canchas deportivas y mesas de madera. Hacer un alto en ese desvío merece la pena:






Me llamó la atención la roca de la izquierda que, con su casita sobresaliendo por encima, recuerda la proa de un barco

Hay gente que prefiere acercarse a la cascada en kayak




Una vez que se aparca el coche y tras pasar por un pequeño embarcadero, encontramos a mano izquierda una aparatosa central eléctrica que se ha habilitado como centro de interpretación de la electricidad. Un poco más adelante nos damos de frente con otro edificio, la antigua central hidroeléctrica de Castrelo. A mano derecha, hay una pasarela con barandilla, primero en cemento y luego en madera, que nos acerca al pie de la cascada. A medida que nos vamos acercando la sensación de grandiosidad nos invade y no podemos apartar la vista de la caída del agua.




Al final de la pasarela hay unas escaleras que dan acceso a una enorme mole de granito que desciende suavemente hasta la orilla del río. Hay que andarse con cuidado, porque las rocas están mojadas y es muy fácil resbalar. Sin embargo, es el lugar ideal para sentarse y dedicarse a contemplar tranquilamente la cascada, admirando su belleza y la grandiosidad de la naturaleza. Por suerte, no había casi gente (suele estar abarrotado) y disfrutamos inmensamente de estos momentos. 





Podrías pasarte el día contemplando la escena, pero había que volver. Y mientras recorríamos el camino de regreso al coche, una y otra vez volvíamos la vista atrás para llevarnos esa imagen pegada a nuestras retinas.

  

Hay que destacar que, actualmente, el agua que desciende por las paredes de granito del Monte O Pindo está regulada por una polémica presa artificial que se construyó hace tiempo aguas arriba y que se ha visto obligada a tener abierto siempre un caudal mínimo para que se pueda ver la cascada durante todo el año. Antiguamente, la fuerza del agua era tan impresionante que los marineros se guiaban por la humareda de vapor de agua que se levantaba para acercarse al puerto. 

Desde la cascada, a mano derecha, hay una carretera que sube hasta el "Mirador do Ézaro", situado en lo alto del Monte Pindo. Es una durísima subida de 2-3 km con fuertes pendientes que tiene categoría de puerto de alta montaña en las competiciones ciclistas. En varias ocasiones, este lugar ha sido final de etapa en la Vuelta Ciclista a España. Las vistas son magníficas, si bien desde aquí es imposible divisar la cascada. 

A la derecha, el pueblo de Ézaro. Ya hacia la izquierda, el puente que cruza la pequeña ría que se forma al juntarse las aguas del río Xallas (aquí ya conocido como Ézaro) con las del océano. Y finalmente, el pequeño promontorio que se mete en el mar y que corresponde al pueblo de O Pindo


Carnota y Lira 

En lo alto del mirador empezó a llover, así que nos apresuramos a meternos en el coche. Nos dirigimos a Carnota con la intención de ver su enorme playa, la más larga de Galicia, con 7 km de longitud y en forma de media luna. El tiempo no era agradable y no animaba a dejar el coche en la carretera y acercarnos desde allí al arenal y sus dunas. Por lo tanto, este es un destino que ahora solo apuntamos, pero al que hemos decidido volver a pasar otro fin de semana cuando el buen tiempo esté garantizado. 

Lo que sí vimos fue su hórreo, dicen que el más largo de toda Galicia, construido en dos fases, entre 1768 y 1783. Tiene 34,74 m de longitud. Forma un conjunto magnífico con un palomar y la cercana iglesia parroquial de Santa Comba, a la que en realidad pertenecían tanto el hórreo como el palomar. 






Bajo la lluvia llegamos a Lira. Lo cierto es que este hórreo supera al anterior en dos metros aunque la fama se la lleve el de Carnota. Está situado en la zona alta del pueblo del mismo nombre y también cuenta con un palomar y se encuentra junto a la iglesia y el cementerio. Chus se sintió impresionada, porque una de las tumbas estaba fuera de los muros de la iglesia y el cementerio, al borde de la carretera.




El día se estaba poniendo realmente desagradable, así que decidimos acercarnos a comer a Muros y después volver al hotel. Junto a la carretera que va hasta la villa marinera de Muros hay más de una hermosa playa, con aspecto salvaje y aguas turquesa. Lo dicho, hay que volver. 

Como fin del viaje, este barco que decora un pasillo del hotel y que supuestamente representa la barca de piedra en la que la Virgen llegó a esta costa.



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