sábado, 10 de julio de 2021

Junio, 28, a julio, 5, 2020: Allariz, Baltar y Parque Natural Gerês-Xurés (Chus y María con incorporación de Elvira) - Parte 4

Jueves, 02/07/2020:

Embalse de As Conchas, Lobios y alrededores    

El jueves recibimos la visita de Elvira. Nos había costado convencerla para que se viniese, ya que tenía un pánico cerval a la COVID-19. Pero después de insistirle y explicarle que estábamos solas en una casa rural y que andábamos perdidas por los montes, se animó. Así que tocaba enseñarle un poco de esa zona que ella no conocía y nosotras íbamos descubriendo cada día un poco más.

Decidimos que la primera excursión sería a Lobios, en donde hay una zona termal. En el camino pudimos contemplar, una vez más, el embalse de As Conchas.


Cruzando el Río Limia



Llegamos a Lobios y nos detuvimos a orillas del río Caldo. Pese a que la capital de la comarca de la Baixa Limia es Bande, Lobios se ha convertido en uno de los puntos claves de la comarca y la puerta de entrada a la misma. Zona de leyendas de lobos y mouras, aldeas de cuento, hórreos, iglesias, pan y vino definen este bello entorno natural.



El balneario, por causa de la pandemia, estaba cerrado, como también lo estaban las piscinas de aguas calientes junto al río. Nos quedaba, por tanto, meter los pies en sus aguas cálidas.

Hace más de 2000 años, por el valle del río Caldo, discurría la vía romana XVIII. Los romanos conocían las virtudes y propiedades de las aguas termales y en este valle afloran desde las entrañas de la tierra. Por eso hicieron discurrir la vía por aquí antes de adentrarse en el gran Val do Limia. El Caldo recibe su nombre por la temperatura de sus aguas, que se eleva por la aportación de varios manantiales termales a lo largo de su recorrido. Puede llegar a alcanzar los 60 grados y son aguas de mineralización débil, cuyas principales aplicaciones terapéuticas son las relacionadas con el aparato digestivo, respiratorio, afecciones dermatológicas, hepáticas, reumáticas y artríticas. 


 



  






En la foto no se aprecia el vapor, pero el agua salía hirviendo de la fuente de la piscina.

Desde Lobios decidimos subir a la ermita de Nosa Señora do Xurés, a la que se accede por una estrecha carreterita de montaña. 

Cruceiro junto a la ermita


Esta pequeña iglesia se encuentra en una de las altas montañas que rodean los valles del Parque Natural Serra do Xurés. Está situada a una altura de 690 m y desde ahí se obtienen unas vistas impresionantes del valle del Caldo.



Cuenta una leyenda que aquí, sobre unas rocas que parecen un altar esculpido, se le apareció la Virgen a un vecino hace siglos. Esta le dijo al pastor que deberían construir en ese lugar una ermita y poco después se inició la construcción. No hay constancia de un primitivo templo, pero la zona está llena de restos de muros que no encajan con el conjunto actual. Se trata de una pequeña iglesia barroca con una sencilla fachada coronada por una espadaña.


 



Junto a la capilla hay varias piedras graníticas gigantes que no están exentas de leyendas, por lo que, como siempre, no sería de extrañar que el culto a la Virgen aquí sea una forma más de cristianizar un lugar pagano en el que se celebraban antiguos ritos.



Junto al ábside existe un pórtico adosado que cubre un altar para la celebración al aire libre de las misas en los días de la romería que se celebra cada 15 de agosto.



Desde la ermita parten varias rutas entra las que destaca la Ruta da Mina das Sombras. Esta mina se dedicó a la extracción de wolframio durante la segunda guerra mundial y hoy está abandonada.

Seguimos nuestra excursión y en un momento nos cruzamos de nuevo con el río Caldo, pero esta vez transformado en un ancho río.



Nuestros pasos nos llevaron hasta la iglesia de San Fiz de Galez en el concello de Entrimo. Es un templo sencillo de finales del siglo XVIII y una sola nave. El templo debe su nombre al dedo de San Fiz que se conserva como reliquia en el interior traída en el siglo XVII desde Girona.


Y ya puestas, tratamos de encontrar nuevamente la famosa Pía Moura. No llegamos a ella porque, aunque sí creemos que nos acercamos, el terreno estaba intransitable para el coche y no teníamos ni idea de lo que tendríamos que andar para llegar. Elvira estaba muy animada a seguir, pero a nosotras eso de andar a la deriva por los montes como que no nos hace mucha gracia. 

Pero sí la vimos desde un mirador:


Como se puede apreciar, toda la zona está llena de afloramientos rocosos que sufren la constante erosión de los agentes atmosféricos. Entre ellos destacan el Coto de la Pía da Moura, el de la Buraca da Moura, el das Ferradas y el dos Caúños, todos ellos grandes peñascos de granito y bolos concentrados. 

En el caso da Pía da Moura, parece ser que se trata de un castillo rocoso de la Edad Media, con una pila en forma de cubo abierta en la roca que le da nombre a la fortaleza. 

Foto del Blog "Galicia pueblo a pueblo"


La fortificación aprovechaba las defensas naturales del afloramiento rocoso en el que se erguía una potente torre cuyos restos están hoy dispersos por la ladera del monte. 

Los Mouros y Mouras son seres mitológicos gallegos a los que nuestros antepasados asignaban todo aquello que no podían explicar: la construcción de los dólmenes; los castros; los castillos; los puentes; las galerías subterráneas... Según la leyenda, esta pía, que servía de aljibe para el abastecimiento de agua al castillo, fue trasladada a este lugar por una moura que la llevaba sobre su cabeza sin dejar de hilar

Además de la Pía, las vistas desde el mirador son impresionantes:





Regreso para encontrarnos con las delicias culinarias del Bar O Cepo.

Viernes, 03/07/2020:

Montalegre (Portugal)    

Y si habíamos acabado la noche anterior con una deliciosa cena, Manuel y Maite nos sorprendieron con un desayuno sorpresa: Pancakes con miel y mermelada.





La idea del día era hacer un pequeño recorrido por la zona fronteriza de Portugal. Como veis en este mapa, Montalegre es el primer pueblo portugués que encontramos al cruzar la frontera desde Baltar.



Montalegre es una villa portuguesa perteneciente al distrito de Vila Real con cerca de 1800 habitantes. Parece ser que en sus alrededores hay unas tumbas antropomórficas que no encontramos, porque en un momento dado desaparecieron todas las indicaciones. Pero el paisaje desde allí era impresionante.



El pueblo está dominado por un castillo construido en el siglo XIII por orden de D. Afonso III sobre los restos de una fortificación más antigua.






 

Vista del pueblo de Montalegre desde el castillo


No nos apeteció seguir así que volvimos a disfrutar de la piscina a Casa Rousía. Eso sí, tratamos de ver primero las cascadas que hay cerca de Pitoes das Junias, pero la única que se atrevió a acercarse bajo un sol de justicia fue Elvira, que volvió sudando como un cordero. Las tres lo intentamos con los restos del monasterio que hay también cerca de esa pequeña localidad portuguesa, pero francamente el calor nos venció. Deliciosa cena:


Ensalada tropical con hamburguesa de quinoa



Sábado, 04/07/2020:

Entrimo y alrededores   

Chus y yo ya habíamos visto de pasada la fachada de la iglesia de Santa María la Real de Entrimo. Nos había parecido digna de ver en su totalidad, así que empezamos la excursión de ese día por una visita al templo. Lamentablemente estaba cerrado. 


 

Esta iglesia es uno de los mejores ejemplos del barroco gallego. Su fachada, casi churrigueresca, es especialmente llamativa. 


Su denominación de "la Real" se debe a que fue edificada sobre un solar perteneciente a la corona. La obra se terminó en la primera mitad del siglo XVIII y se asemeja más a las construcciones del vecino país, por lo que se cree que habría presencia de canteros lusitanos en la obra. 

 


El campanario está separado del cuerpo de la iglesia




Como no había mucho más que ver, seguimos rumbo al embalse de Olelas. 




Olelas es un lugar del concello de Entrimo, pero también del de Lobios. Se sitúa entre los límites de la frontera portuguesa y los montes do Quinxo que superan los 1100 m de altura formando una pequeña y abrupta sierra. No es un lugar de paso sino que prácticamente la carretera termina allí (de hecho, tuvo que ser Elvira la que diera marcha atrás al coche). Pero merece la pena ir hasta allí porque los paisajes son verdaderos espectáculos visuales. 


De nuevo en la carretera, nos encontramos con los magníficos restos de la Vía XVIII romana que unía Bracara Augusta (Braga) con Asturica Augusta (Astorga): los miliarios de Ponte Nova. 


 

La Vía Nova penetra en el municipio de Lobios por A Portela do Home, paso natural de A Serra do Xurés. Sigue el camino que discurre por el valle del río Caldo y salva esa difícil orografía con pendientes reducidas que no superan el 6%. Su anchura mínima era de 5 m, aunque en algunas zonas podía llegar a los 11 m. 

En las fotos vemos un conjunto de miliarios. Unos dicen que se concentraron de forma artificial y otros, que este lugar sería una cantera donde se construían. El conjunto está formado por doce cilindros de granito, en la mayoría de los cuales son casi ilegibles sus inscripciones. 

Finalmente, llegamos a la entrada de Portela do Home con la intención de ver las pozas que se concentran en esta zona. 


 

Nos decepcionaron por la cantidad de gente que se reunía en ellas, sin distancia de seguridad ni ningún otro tipo de medida. Así que no paramos mucho tiempo y seguimos en coche para alcanzar la villa de Gerés y comer en un restaurante local un buen churrasco portugués.


El regreso desde tierras portuguesas estuvo marcado, nuevamente, por paisajes magníficos, como estos en los que se ve el embalse da Cani
çada





Merecido relax al llegar a Casa Rousía. 




Domingo, 05/07/2020:

Regreso a casa    

Después de comer, abandonamos la casa rural. Elvira rumbo a Valladolid y nosotras camino de Vigo. Unos días deliciosos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario