Domingo de senderismo
Domingo, 07/03/2021:
Ruta do Pozo do Arco(Oia)
Ver ruta aquí. No es la ruta oficial, sino la que hicimos nosotras.
Como no queda lejos de Vigo, nos animamos a hacer esta ruta las dos solas. Está situada en el concello de Oia, en la parroquia de Burgueira, en la Serra da Groba y la atraviesa el río Tamuxe. A veces denominado Carballas, nace en Oia y se forma a partir del agua de varios regatos, entre ellos el de Vilachán o el de Margaridas. Discurre encajado por la sierra da Groba dando lugar a paisajes fantásticos, como las Pozas da Lourenzá. Después de atravesar las parroquias de O Rosal y San Miguel de Tabagón, desemboca en el río Miño.
Llegamos con el coche siguiendo una pista de tierra hasta la zona en donde empieza la ruta, junto al merendero. Nada más bajar del vehículo, en el área recreativa, se ve la cascada al fondo.
Cruzando el puente de madera se ve una pasarela que va hacia la derecha y un camino que continúa hacia la izquierda. La pasarela lleva a la cascada y nosotras pensamos que el camino suponía el inicio de la ruta. En realidad, no deberíamos haber cruzado sino seguir por las pasarelas de madera de la margen izquierda, pero como somos así de listas...
A escasos metros del comienzo, ya se pueden ver dos molinos que han sido restaurados.
El camino por la margen derecha era estrecho y en algunos lugares un tanto complicado para pasar, pero lo logramos. En todo caso, íbamos disfrutando del murmullo del río.

Poco a poco, el camino se fue ancheando y se hizo más fácil de seguir. Desde él, pudimos ver como pequeñas cascadas iban aumentando el caudal del río.
La zona está desprovista de bosque original, tan solo se conservan un par de carballos. Las especies de rápido crecimiento abundan en ambas orillas, destacando el pino. En el año 2012 se acordó la rehabilitación de la zona, que incluía la plantación de especies autóctonas, pero nada demuestra en el paisaje que se haya llevado a cabo. Quizá porque la zona sufre habitualmente constantes incendios.
Llegamos a un puente que nos permitió cruzar de nuevo al otro lado.
Y desde aquí salimos a una carretera. Tras cruzar de nuevo el río, encontramos un camino a la izquierda que parecía devolvernos al punto de origen pero por la margen izquierda.
De nuevo, con el Tamuxe siempre presente, descubrimos lugares de gran encanto y belleza. Nos detuvimos para tomar un plátano, descansar y disfrutar del río.
Y así, caminando caminando, llegamos a las Pozas de Lourezá. Suponemos que habría merecido la pena bajar a verlas de cerca, pero empezábamos a estar cansadas y el problema no era bajar sino subir después, así que bueno, nos conformamos con verlas desde arriba.
A partir de aquí, nos sobraba la ruta. Empezábamos a estar agotadas y hacía mucho sol. De hecho, como se ve en el mapa, intentamos atajar por el medio del monte, pero nos encontramos con que llegábamos a un punto en el que las silvas no permitían de ninguna manera el paso. Vuelta para atrás. Encontramos a dos parejas que pretendían ir también por allí, pero les explicamos que no tenía salida, o bien cogían hacia arriba como íbamos a hacer nosotras para tratar de llegar a la cascada del Pozo do Arco, o bien daban marcha atrás y lo intentaban por el otro lado del río por el que nosotras habíamos hecho el camino de ida. Siguieron hacia arriba y nos los encontramos varias veces detenidos consultando el mapa y protestando porque aún les quedaban varios km. Al final, los dejamos atrás y nosotras seguimos con el GPS. Cuando divisamos el coche al final de una empinada cuesta, no nos lo podíamos creer y casi casi que nos tiramos allí mismo... Chus hasta dijo que no iba a subir hasta allí. Pero no quedaba otra, el coche no iba a venir a buscarnos.
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