Fin de semana en la "Costa da Morte": Fisterra, Muxía Y Cascada de Ézaro (Carnota)
Hacía muchos años que tanto Chus como yo habíamos estado en esta parte de Galicia. Como la pandemia seguía estando ahí, no nos apetecía hacer viajes fuera de nuestra comunidad así que nos decidimos por este destino. Y debo decir que fue una decisión muy acertada.
Se conoce con el nombre de "Costa da Morte" la parte noroeste de la costa gallega caracterizada por los acantilados, las ensenadas y las playas salvajes. Aquí el océano Atlántico se muestra bravío y muy peligroso, por lo que los faros son un elemento importante y decisivo para salvaguardar la seguridad de los barcos que transitan por la zona y se aproximan a esta costa rocosa. Por otro lado, sus aldeas son tranquilas si bien están llenas de misterios y leyendas.
A "Costa da Morte" se considera el límite occidental de Europa. Desde la antigüedad, la humanidad ha relacionado este lugar con el "Finis terrae" (el fin de la tierra) y se cuenta que los romanos se sintieron impresionados por la puesta de sol que se contempla desde esta costa, el magnífico espectáculo del astro hundiéndose en el océano Atlántico.
Viernes, 02/07/2021:
Fisterra. Faro
Salimos de Vigo temprano, a las 8:30 de la mañana, porque queríamos aprovechar el día. Y antes de llegar al hotel, junto a la Praia Langosteira, justo antes de entrar en Fisterra, nos detuvimos en la Praia de Sardiñeiro. Esta pequeña playa en forma de concha se encuentra en el pueblo del mismo nombre, con arena blanca, un paseo marítimo recientemente construido y un pequeño y cuidado parque.
Seguimos hacia Fisterra, ya que no nos podíamos registrar en el hotel hasta las 3 de la tarde. Y sin detenernos en el pueblo, nos dirigimos directamente al cabo para ver el Faro.
Este trozo de tierra que se adentra en el mar y que se puede ver aquí se considera el punto más occidental del continente, aunque en realidad no lo es. Hasta aquí llegan los peregrinos que hacen el Camino de Santiago para quemar sus ropas y terminar el proceso de purificación que acaba con el pasado para renacer nuevamente.
Los antiguos pobladores de esta tierra creían que el mundo terrenal, con la llegada de la muerte, daba paso a otra existencia en una isla situada al oeste donde se ponía el sol. En las leyendas celtas es frecuente encontrar imágenes de héroes que hacían su último viaje a este paraíso con barcas de piedra.
El faro que se alza aquí fue construido en 1853, a 138 m sobre el nivel del mar. Se trata de una torre octogonal e incluye la casa del farero y una plaza de homenajes ofrendada al general San Martín que se conoce como Plaza de la República Argentina. Su luz llega a alcanzar 65 kms de longitud. Debido a la habitual niebla y a los temporales, en 1888 se construyó un edificio anexo al faro, la "sirena", a la que se conoce habitualmente como la "vaca de Fisterra", que resuena en el mar para avisar a los navegantes de los peligros que les acechan.
Desde 1999 y tras una acertada reforma en 2016, la sede de la marina se ha convertido en un hotel "delicatessen", el Hotel O Semáforo, que cuenta con 5 exclusivas habitaciones y un restaurante, además de una cafetería y terrazas con vistas infinitas.
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La imagen del general San Martín y algunas placas de los homenajes. En la otra foto, Chus leyendo los textos. |

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Frente a la puerta del hotel, se indica la distancia desde diversas localidades del mundo hasta el faro. |
Monte Facho
Junto al Faro y partiendo de la base del cabo asciende el monte O Facho (hoguera) que alcanza los 240 m de altitud. Su nombre hace referencia a las antiguas fogatas que se encendían para avisar a los barcos de su proximidad a la costa a fin de evitar que estos se estrellasen contra las rocas. Desde allí se obtiene una magnífica vista del conjunto del faro.
Hay una leyenda muy interesante que explica la presencia de ciertas rocas en la zona. Se conoce como la Leyenda de las Piedras Santas:
Parece ser que la Virgen y su hijo, después de dejar su barca en Muxía (hablaremos de esto en la entrada correspondiente a esta villa marinera), se sentaron a descansar en estas piedras y les concedieron la facultad de que cualquiera puede hacerlas balancear con una sola mano. No obstante, no se pueden mover, ni siquiera tirando de ellas con una yunta de bueyes. En cualquier caso, parece que estas piedras y el monte en general se han relacionado con ritos de fertilidad (las parejas que querían tener hijos se tumbaban sobre ellas).
Estábamos buscando las rocas, pero la niebla era cada vez más espesa así que decidimos bajar. Quedan para el día que volvamos con sol y podamos verlas. Sin embargo, sí que vamos a dar cierta información sobre este monte tan importante:
En la población cercana de Duio se encontraron numerosos restos arqueológicos que parecen indicar que allí estuvo Dugium, la gran ciudad de los antiguos pobladores célticos de estas tierras, los nerios. Y se dice que en la cima del Monte Facho tenían su altar del sol: el Ara Solis, donde hacían sus ritos paganos de culto al sol. La leyenda dice que la ciudad fue sumergida por castigo divino y posteriormente el lugar fue cristianizado por San Guillerme, un anacoreta que construyó allí una ermita. El culto pagano se extendió, a pesar de todo, hasta el siglo XI, pero los cristianos acabaron levantando una pequeña capilla dedicada a San Guillermo. Se conservan restos de muros que cerraban un recinto donde hay una gran piedra con una gran cavidad, "a cama do santo" (un lecho de piedra relacionado con la fecundidad) y donde también se encuentran representaciones solares y un sepulcro antropomorfo. En un principio, los peregrinos terminaban aquí su viaje, pero con el tiempo el lugar fue decayendo y el patronazgo de la villa de Fisterra pasaría a la iglesia de Nosa Señora das Areas, situada a la salida de Fisterra en dirección al faro y en donde se adora al Santo Cristo de Fisterra, que según la tradición apareció justo al pie de este sitio, en la Praia das Cabanas, lugar en donde dicen que acabó el Altar del Sol (Ara Solis) arrojado por Santiago por ser símbolo pagano montaña abajo hasta el mar. (Tampoco pudimos ver estos restos por la niebla, queda todo pendiente para una nueva visita)
Cementerio de Fisterra César Portela
De regreso al pueblo, nos detuvimos con la intención de ver este cementerio.
Por si a alguien pudiera interesarle, dejo en este enlace la página del autor de esta obra en la que nos explica cuál fue su intención y en la que se ven más imágenes.
Villa de Fisterra
Ya en Fisterra encontramos el Castillo de San Marcos, que tampoco nos llamó la atención. Se trata de una pequeña fortaleza del siglo XVIII construida a orillas del mar por orden de Carlos III. Hoy alberga un museo de pesca.
Reservamos una mesa en un conocido restaurante de la explanada que se extiende frente al puerto, O Centolo, y nos dedicamos a callejear hasta la hora de la comida. En conjunto, la zona del puerto es la más bonita; el resto, en general, no está muy bien cuidado, parece mentira en un lugar que vive por y para el turismo (todo son hoteles, albergues para los peregrinos y restaurantes).



Una de las cosas que resulta más llamativa de esta zona de Galicia son los "cruceiros", nuestro elemento artístico más popular. La mayoría son de tipo barroco y muchos fueron erigidos en antiguos lugares de culto pagano o altares naturales, cementerios y confluencia de caminos. Entre los más de veinte "cruceiros" distribuidos a lo largo y ancho del concello de Fisterra, hay algunos que destacan por su importancia o sus características. Cruceiro de la Plaza de la Constitución en Fisterra Este "cruceiro" es de granito con la imagen de Cristo crucificado en el anverso y la Virgen en actitud orante en el reverso. Lo llamativo en este caso es que el pedestal está sobre una fuente. Sin embargo, esto antiguamente no era así. Parece ser que en este lugar hubo una necrópolis y esta cruz presidía el campo santo. Es posible que se tratase de una fosa común debido a la Peste Negra que asoló Europa en el siglo XIV. Con el tiempo, un temporal derribó el "cruceiro" y se acordó su reparación, pero agregándole una buena base de cantería en la que, además, se instalaría una fuente para dar servicio al pueblo. Y, después de un día tan ajetreado, nos retiramos al hotel, un lugar estupendo frente al mar. Podéis verlo en este enlace (Hotel Alén do Mar) |
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