viernes, 23 de julio de 2021

Marzo, 21 de 2021: Ruta del Bosque Encantado de Aldán y los molinos del río Orxas (Chus y María) - Parte única

Domingo de senderismo

Domingo, 21/03/2021:


Ruta del Bosque Encantado de Aldán y los molinos del río Orxas(Cangas)

En esta ocasión tocó la zona de Aldán. Esta es la ruta que hicimos Chus y yo.


Es una ruta muy agradable, de unos 7 km, que se inicia en el puerto de Aldán.



Aldán es una de las cinco parroquias que forman el municipio de Cangas. Es la única que da totalmente a la ría de Pontevedra o, más concretamente, a la ría de Aldán. Esta parroquia surgió en torno al Pazo da Torre, propiedad de los conocidos como Condes de Aldán. 

Empezamos la ruta ascendiendo por las callejas que se encuentran frente al paseo marítimo y enseguida nos dimos con la Iglesia de San Cibrán.


Esta iglesia data de 1866 y fue realizada en estilo neoclásico. Se alza en el mismo lugar que había ocupado otro templo en el siglo XVI. Destaca su torre que, como se puede ver, tiene dos cuerpos con balaustradas que albergan el campanil. Sobre la puerta de entrada vemos la figura de San Cibrán, con las vestiduras y atributos de obispo, situada en una hornacina bajo el reloj. En Aldán nació el conocido obispo de Tui-Vigo José Cerviño, que ejerció su cargo de 1976 a 1996.

En los jardines de la iglesia hay un magnífico mausoleo de piedra de 1879 que se atribuye al mismo autor del famoso Cruceiro de Hío. 

A continuación de la iglesia encontramos las murallas del famoso Pazo da Torre. 



En esta torre, de propiedad privada, residió hasta su muerte Doña Fuencisla Roca de Togores, viuda del Conde de Canalejas, fallecido en 1989.

En un principio, lo que hoy se conoce como el Bosque Encantado de Aldán pertenecía a los condes y estaba pegado a la casa señorial. Se utilizaba como zona de recreo. Pero la construcción de la carretera que une Cangas con Bueu separó los dos elementos: la vivienda quedó a un lado y el jardín, al otro. Entonces se produjo la cesión al Ayuntamiento de la parte del bosque para disfrute de los ciudadanos. 

Así pues, cruzamos la carretera y lo primero que nos encontramos es un pequeño puente medieval tras el que se alza un antiguo lavadero. 



Desde ahí nos adentramos en el bosque cuyo nombre es, en realidad, Finca de Frendoal. Da la sensación de que nos metemos en un terreno mágico, un bosque de altos árboles, algunos autóctonos, como carballos (robles), castiñeiros (castaños), abedules y loureiros (laurel), y otros que no lo son, como es el caso de los eucaliptos.



Y así llegamos a la gran atracción de la ruta: el castillo de Frendoal, un pequeño castillo, construido en los años 60 y que quedó sin terminar. Prácticamente solo tiene la fachada, en la que destaca un pequeño foso por el que discurre el río Orxas. Dicen que servía de zona de descanso para los condes y que la explanada se usaba como campo de críquet. 




Sobre la puerta principal destaca el escudo de los condes de Canalejas. Como vemos, también posee un pequeño torreón. Este castillo es el que le da ese aire mágico, de cuento de hadas, a todo el conjunto.

Inmediatamente, se llega a otro de los elementos que destacan: O Arco da Condesa. 


En realidad, es un pequeño acueducto de origen medieval que llevaba el agua hasta el pazo para regar sus jardines. También se conoce como Acueducto do Frendoal o Arco da Moura. Conducía el agua desde una mina situada en la parte más alta de la finca hasta una fábrica de salazón que se encontraba en los bajos de la actual Torre de Aldán. Se utilizó hasta los años 70 y después quedó obsoleto. 

Esta primera parte de la ruta está muy concurrida por paseantes, normalmente familias con niños, que se acercan hasta aquí para ver el castillo. A partir de ahí, prácticamente no se ve a nadie.


Nada más pasar el arco, vemos unas escaleras a la derecha. Subiendo por ellas y avanzando un poco, nos encontramos con un gigantesco eucalipto de tronco anchísimo que está considerado como "gigante". Sorprende porque normalmente este tipo de árboles tiene el tronco estrecho.


Seguimos el sendero acompañadas por el murmullo del río. Y llegamos a la parroquia de Ervello. 


A partir de aquí caminamos por los campos disfrutando de un día precioso. 


Y también por pequeños pueblecitos, como este en donde encontramos un curioso hórreo curvo.




Enseguida encontramos la continuación del sendero junto al río Orxas. Este río nace en la Serra da Madalena, junto al Curuto de Leboreiro. Desde ahí discurre hasta su desembocadura en la ría de Aldán, en la playa de San Cibrán. En el camino atraviesa, como ya hemos dicho, la finca do Frendoal. En la ruta, varios molinos situados en una y otra orilla. Se hallan en distintos estados de abandono, por lo que a veces solo vemos restos de paredes.

   

En otro tiempo, esta era una zona muy ajetreada, con gente yendo y viniendo a los molinos para convertir el cereal en la preciada harina que, a su vez, se convertiría en un rico pan de maíz o empanada. Ahora los molinos son solo un recuerdo de ese pasado y nos dejan un paisaje bucólico, tranquilo, rodeado de naturaleza. 
 



En algunos tramos del río hay pequeños desniveles donde el agua forma diminutas cascadas. 

Finalmente encontramos un pequeño lavadero muy descuidado y desde ahí volvemos al inicio de la ruta a través del Bosque Encantado.


De regreso en el puerto de Aldán, disfrutamos de su ambiente marinero, del olor a mar, de los barcos ondeando en las tranquilas aguas de la ría...


Buscamos un sitio para comer y luego pasamos la tarde en la finca de Cita (prima de María), en Viñó. 

Al atardecer volvimos a Vigo y dejamos atrás las magníficas vistas de la ría de Aldán.


Nos detuvimos un ratito en el puerto de Moaña para disfrutar una vez más del aire marino.


Vigo visto desde Moaña.



Y el sol empieza a ponerse cuando llegamos al puente de Rande.






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