Templo Goa Lawah
Esta cuarta excursión, también con Santhi, nos llevó a la parte este de la isla. Comenzamos en el templo de Goa Lawah o Cueva de los Murciélagos. Es un templo con una antigüedad de más de 1000 años y muy relacionado con los rituales que hablan de la vida después de la muerte. Dice la leyenda que esta cueva se extiende a lo largo de más de 30 Km hasta llegar al Templo Madre. El nombre, como seguramente ya habéis adivinado, se debe a las decenas de miles de murciélagos que habitan en su interior. Realmente, es un templo muy pequeño y no merece mucha atención, peroooooo... tuvimos la suerte de dar con una de esas celebraciones en las que los habitantes de varios pueblos se reúnen en una fiesta para pedir a los dioses que ayuden a las cenizas de sus muertos, previamente arrojadas al mar, a desprenderse definitivamente de la vida terrena, cortando las cuerdas que los unen a ella, para ascender al cielo. ¡Impresionante a nivel espiritual! Santhi nos explicó que las cestas que llevan en las cabezas representan las almas de los familiares muertos.
Santhi nos obligó a correr cuando bajamos del coche para tener la oportunidad de entrar al recinto y ver la cueva y el patio interior, en donde ya esperaba la gente para la ceremonia. Una vez entrase el resto, sería imposible acceder al interior. Así que le agradecemos la carrera y todas las explicaciones que nos dio.
En esta ocasión sí llevábamos nuestros propios sarongs, aunque los cinturones nos los prestó la guía, ya que son obligatorios, supongo que para marcar esa separación entre las partes pura e impura del cuerpo. La primera foto es en la puerta antes de que empezara a llegar la gente.


Santhi nos obligó a correr cuando bajamos del coche para tener la oportunidad de entrar al recinto y ver la cueva y el patio interior, en donde ya esperaba la gente para la ceremonia. Una vez entrase el resto, sería imposible acceder al interior. Así que le agradecemos la carrera y todas las explicaciones que nos dio.
En esta ocasión sí llevábamos nuestros propios sarongs, aunque los cinturones nos los prestó la guía, ya que son obligatorios, supongo que para marcar esa separación entre las partes pura e impura del cuerpo. La primera foto es en la puerta antes de que empezara a llegar la gente.


Tenganan
Desde el templo seguimos viaje a Tenganan, un pueblecito que mantiene su forma de vida tradicional.
Tenganan nos da la bienvenida
Mayoritariamente se dedican a tejer diferentes piezas a mano con hilos que colorean de forma natural y a la cría de gallos de pelea. También venden calendarios balineses, igualmente hechos a mano, en los que más o menos puedes leer tu futuro. Es como retroceder un montón de años en el tiempo. Seguramente nosotros ya no podríamos vivir así, pero sinceramente, se respira una paz increíble...
La calle principal del pueblo

La calle principal del pueblo
En las jaulas están los gallos de pelea. No los pueden tener sueltos porque, eso, se pelean. Los cuidan y tratan muy bien, incluso por las mañanas les dan masajes. A nosotras nos parece una crueldad, pero es su cultura y su forma de vida.
Templo de Tirta Gangga (Palacio del Agua)
Es un antiguo palacio real, a unos 5 km de Karangasem. El Jardín Acuático que hay en su interior era el refugio favorito de la regencia de Karangasem. Fue construido en 1946 durante el reinado del último rajá de Karangasem. Tirta Gangga pasó por varias restauraciones después de las destructivas lluvias de cenizas volcánicas de la erupción del monte Agung en 1963. El nombre, Tirta, significa "agua", Gangga, "Ganges", alude a que el agua que aquí se encuentra es sagrada, como la del río Ganges. La realidad es que se descubrió bajo un tronco un manantial y a partir de ahí se decidió la construcción del Palacio del Agua en donde solo podían bañarse los reyes, si bien ahora está abierto al público y cualquiera puede usar las piscinas. Además de las piscinas hay estanques y fuentes rodeados de jardines cuidadosamente recortados, adornados con escalones, estatuas ornamentales y plantas tropicales.
Según se entra, lo primero que vemos es un estanque en el que filas de figuras de guardias que sostienen garrotes están dispuestas de forma ordenada. Sobre el estanque, piedras que permiten a los visitantes recorrerlo a la vez que contemplan la carpa dorada de cerca. Decidimos, al ver la cola para hacerse las fotos de "postureo", recorrer primero la totalidad del complejo y volver más tarde al estanque para intentar, también, hacernos algunas fotos.
Nenúfares y flores de loto en uno de los estanques
Según se entra, lo primero que vemos es un estanque en el que filas de figuras de guardias que sostienen garrotes están dispuestas de forma ordenada. Sobre el estanque, piedras que permiten a los visitantes recorrerlo a la vez que contemplan la carpa dorada de cerca. Decidimos, al ver la cola para hacerse las fotos de "postureo", recorrer primero la totalidad del complejo y volver más tarde al estanque para intentar, también, hacernos algunas fotos.
Nenúfares y flores de loto en uno de los estanques
Detrás del primer estanque, se encuentra la fuente central con estatuas de guardias en su base. Es una fuente de 10 m de altura, con 11 niveles y una forma de loto en su punta. El chorro de agua salpica las gradas para crear un efecto refrescante y una vista relajante.
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