martes, 11 de febrero de 2020

Viaje a Bali: octubre 2019 (María y Pili) - Parte 8

Noveno día: miércoles, 23/10/2019

Templo de Uluwatu







Tercera excursión. De nuevo con Santhi, lo cual era genial porque ya nos conocíamos y teníamos muy buen rollo con ella. En esta ocasión nos dirigimos a la península que está al sur de la isla. Y lo primero que visitamos fue el templo de Uluwatu. 

Situado en las cercanías de la playa de Jimbaran, es uno de los templos más famosos de Bali. Construido sobre los acantilados rocosos de la costa balinesa, es conocido por ser uno de los mejores lugares para contemplar los increíbles atardeceres sobre las aguas del océano Índico. Sin embargo, y como habíamos hecho con el templo de Tanah Lot, lo visitamos por la mañana, para evitar las aglomeraciones de turistas.

Fue construido en el siglo XI. Conserva todos los detalles de la arquitectura religiosa balinesa, destacando sus "merus" o pagodas. Está dedicado a la diosa Dewi Danu y se cree que protege a la isla de los malos espíritus. Es uno de los lugares más famosos de la isla para contemplar la conocida "Danza del Fuego o Kecak" (desgraciadamente, solo la hacen al atardecer, con lo cual nos la perdimos).

Una particularidad del templo es que sus jardines están habitados por multitud de monos. En este caso son un poco más agresivos que los del Monkey Forest de Ubud, por lo que se recomienda ir con cuidado y no chillar si se te suben encima (porque inmediatamente te verías rodeado por unos cuantos más). Roban a los turistas, especialmente gafas de sol (de hecho te encuentras el suelo lleno de restos de ellas). Yo no pude evitar chillar cuando uno de ellos se lanzó sobre mi pierna izquierda con la intención de alcanzar mi bandolera, que llevaba en el bolsillo exterior el móvil y, claro, brillaba. Aquellos gritos amenazadores y aquella boca que parecía iba a clavar sus dientes en mi pantorrilla me pusieron histérica... Santhi me decía que no chillara, pero yo no sabía qué hacer, le di a ella mi bandolera y, por suerte, apareció un guardia que lo alejó con su tirachinas... pero ¡caray! el susto fue morrocotudo.






Paseando por los jardines del templo. Al fondo, la parte que se alza sobre el acantilado. Acompañadas por un mono y vestidas con un sarong


Un sarong es una pieza larga de tejido que se ciñe alrededor de la cintura y se lleva como una falda, tanto por parte de hombres como mujeres. Es típico de muchas partes del sureste asiático, excluyendo a Vietnam. En Bali no se puede entrar en muchos templos si no llevas puesto uno para tapar la parte inferior del cuerpo, considerada impura, como ya dijimos en otra entrada. Nosotras habíamos comprado uno cada una bastante bonitos, pero la guía no nos avisó de que los cogiéramos y nos encontramos con que nos tuvimos que poner estos que te dan a la entrada del recinto, horribles, como decía Pili, jajajajaja, que parecíamos monjas raras.


Las leyendas del templo hablan de un monje que llegó a obtener la liberación espiritual allí. No murió, se fue encogiendo poquito a poco y finalmente ascendió al cielo. Esta estatua lo recuerda:



A lo lejos, el monje. Nosotras veníamos de recorrer todo el camino que bordea la costa desde el otro lado, al fondo

Aquí se ve mejor desde donde veníamos caminando

Al ver de nuevo nuestra imagen con los sarong, tengo que señalar que cuando decimos "entrar en el templo" en realidad nos referimos a entrar en el recinto, es decir, pasear por los jardines que rodean los edificios, ya que la entrada en los mismos está reservada a los fieles. Por eso tuve que sacar la foto de la puerta del templo mismo subida a una muralla que lo rodea: 


            Comenzaban a llegar más y más turistas


En el siguiente acantilado está el recinto en el que se celebran eventos y se realizan los bailes tradicionales







Al salir del recinto nos sorprendió esta estatua. Santhi nos dijo que representaba el demonio que había raptado a Shiwa y más tarde fue derrotado por Arjuna con la ayuda de los monos, por eso se les considera animales sagrados.



Playa de Padang Padang

Desde el templo nos dirigimos a la famosa playa de Padang Padang, donde se grabó parte de la película de Julia Roberts y Javier Bardem, "Come, reza, ama". La verdad que nos desilusionó un poco. Es cierto que tiene una arena blanca fina, como nos gusta a nosotras, y el agua es cristalina, con un color turquesa muy bonito y una temperatura ideal. Pero está llena de piedras y resulta muy difícil encontrar un camino para meterte más adentro sin hacerte daño en los pies. Por no hablar de que en realidad es solo una pequeña cala que se llena de gente enseguida y en la que es difícil encontrar un hueco para poner la toalla.


Lo mejor del tiempo que pasamos allí fue la cervecita fría que nos tomamos y las compras que hicimos. Había un puesto en el que una viejecita encantadora vendía vestidos y pareos. Quedó tan contenta con nosotras que nos regaló a cada una una pulsera y ella misma nos las colocó en las muñecas. La verdad que regateamos un montón y compramos cantidad de pareos para regalar a nuestro regreso, además de un par de vestidos para cada una. 

Dejamos la playa y seguimos viaje, aunque paramos en un restaurante de carretera que conocía la guía y que resultó muy agradable. No recuerdo lo que era, pero mirad qué pinta:





Dreamland Beach

Pasamos la tarde en otra playa, Dreamland Beach, con olas no muy altas pero de gran fuerza. No es de extrañar que sea muy frecuentada por los surferos, como se ve en este vídeo:


Con ese nombre, uno se espera encontrar una playa maravillosa, de ensueño. Pero en realidad es bastante pequeña y las hamacas están muy próximas unas de otras. Además, las mujeres que ofrecen masajes te acosan continuamente, lo que resulta bastante molesto. No obstante, lo pasamos muy bien, Pili sobre todo, que estuvo casi todo el tiempo en el agua y acabó arrastrada por las olas y en el suelo más de una vez, jejejejeje.

El día terminó en la piscina del hotel y con una cena en un localito muy agradable que estaba casi al lado: cervezas balinesas y ensaladas césar, una de salmón y otra de pollo. 

Nuestra impresión sobre esta parte sur de la isla: no es tan bonita como lo que habíamos visto hasta ese momento. Se ve que quieren desarrollarla y, de hecho, hay un Sheraton y un hotel de Bulgari. Pero el terreno está lleno de edificios que supuestamente están destinados a ser hoteles y resorts, sin terminar y con las obras paradas. El minibús que nos llevó desde el parking hasta la playa de Dreamland estaba totalmente descascarillado, oxidado y con los asientos rotos. ¡Un poco de pena!


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