sábado, 21 de agosto de 2021

Málaga provincia: del 30 de julio, viernes, al 5 de agosto, 2021 (María, visita a Antonio Valiente) - Parte 4

Málaga_Ronda y Setenil de las Bodegas-Cádiz (martes, 3 de agosto de 2021)


El lunes, después de la excursión del día anterior, pasé casi todo el día en el hospital, ya que los dolores en el costado izquierdo no remitían. Medicación y derivación para el urólogo para hacer un TAC, por lo que decidí que, en cuanto me devolvieran el coche en la Ford, a donde lo había llevado para arreglar el aire acondicionado, pondría rumbo a Vigo para ser atendida ya allí. Una pena, porque en la provincia de Málaga hay mucho más que ver, pero...

El martes me encontraba mejor y decidimos hacer otra excursión que no puede faltar al visitar esta provincia.


Ronda

Es una zona que Antonio ama mostrar, porque está muy cerca de su pueblo, donde nació y creció. Y, sinceramente, es una preciosidad.

Ronda es una ciudad situada sobre un profundo desfiladero, El Tajo, que separa la parte nueva, que data aproximadamente del siglo XV, del casco antiguo, que se remonta a la época del dominio árabe. En el Puente Nuevo, un puente que se tiende sobre el desfiladero, hay un mirador con vistas. La ciudad está a 750 m sobre el nivel del mar. La garganta del desfiladero tiene 100 m de profundidad y 500 m de largo y en su fondo discurre el río Guadalevín.

En cuanto a la historia de Ronda, diversos restos hallados en excavaciones en la ciudad señalan que aquí hubo asentamientos humanos ya en el Neolítico. Las sucesivas poblaciones (fenicios, griegos, cartagineses y romanos) se establecieron una detrás de otra durante distintos períodos de tiempo. El historiador Plinio enmarca a Ronda en la historia cuando, en uno de sus escritos, se refiere a la Arunda del siglo VI a. C. mientras que señala a los íberos como los fundadores de la cercana Acinipo. Sin embargo, los romanos denominaron a la ciudad Laurus y levantaron el hoy desaparecido Castillo del Laurel, desde donde vigilaban a las belicosas tribus celtíberas. No obstante, Acinipo era entonces más importante, como lo prueba el hecho de que llegaron a acuñar moneda.

Tras la caída del Imperio Romano, se suceden las invasiones germánicas y, en el siglo VII, llegan a Ronda los visigodos. Después, con la llegada de los árabes, la ciudad pasó a llamarse Izna Rand Onda y empezó a adquirir protagonismo económico y político. 

Después, como muchos otros pueblos de la provincia, entró en una época de decadencia que se alargó hasta el siglo XVIII, época en la que se construyó el famoso Puente Nuevo y su archiconocida Plaza de Toros. Las tropas de José Bonaparte entraron en Ronda en 1810 y la ocuparon durante dos largos años. 

Con la inauguración del ferrocarril en 1891, Ronda se incorporó al siglo XX. En 1918 fue elegida para la celebración del Congreso Andaluz a instancias del malagueño Blas Infante, considerado el padre de la patria andaluza. En esa reunión, se adoptaron la bandera y el escudo de lo que hoy es la Comunidad Autónoma Andaluza. 

Después de aparcar el coche, nos dirigimos a la principal arteria de la ciudad, la Calle de la Bola.


Oficialmente, el nombre de la calle es Carrera Espinel, aunque pocos la conocen por este nombre. En ella, hay un mosaico que explica el porqué del nombre popular. Son muchas las leyendas que tratan de explicar esta denominación, pero fue el cronista oficial de la ciudad, Faustino Peralta, el que aclaró que la historia comienza en la época en la que esta zona se convirtió en el centro después de la construcción del Puente Nuevo. Parece ser que los más pequeños jugaban entonces en la calle a diversos juegos tradicionales, entre ellos el de la bola, y de ahí el nombre. Otros dicen que un año que nevó en Ronda, unos niños hicieron rodar por la calle una enorme bola de nieve. En cualquier caso, es una agradable calle peatonal llena de tiendas de todo tipo, especialmente de recuerdos... yo me compré un sombrero (por cierto, que estuve a punto de quedarme sin él esa misma tarde cuando un golpe de viento se lo llevó y casi cae por el precipicio... afortunadamente, quedó enganchado en unas plantas y Antonio pudo recuperarlo)

Al descender por la calle, nos encontramos con rincones preciosos, como esta placita en la que se localiza la Iglesia del Socorro, una iglesia de grandes dimensiones realizada en estilo neobarroco.


Se trata de una iglesia nueva, ya que la anterior fue completamente destruida e incendiada en 1936. La fachada está flanqueada por dos torres cuadrangulares, con el cuerpo de campanas más reducido que la base. La portada es de piedra, con un arco de medio punto entre pilastras pareadas que sostienen un frontón partido. Arriba, una hornacina con la figura del Niño Jesús. En el tímpano, aparece el escudo imperial. 

La plaza es una de las más emblemáticas de la ciudad. Aquí se encuentra el Casino de Ronda, también conocido como Círculo de Artistas. En el centro hay una fuente en la que se puede apreciar un monumento a Hércules y, junto a ella, una escultura en homenaje a Blas Infante.

Seguimos descendiendo por la calle y, afortunadamente, algunas zonas estaban cubiertas por toldos, porque el sol caía de pleno. Pienso, no obstante, que los toldos deberían estar más altos, porque cortan la visión de las magníficas fachadas de los edificios. 



Calleja transversal a la Calle de la Bola



Y aquí las vistas llegando al Puente Nuevo y ya en el propio Puente. El río Guadalevín al fondo.



Impresionante la altura... y nuestra pinta de guiris, jajajajaja... Estábamos en el Mirador de Aldehuela, justo al lado del Convento de Santo Domingo.




Y aquí las vistas desde el otro lado del puente...


Seguimos la calle que hay al pasar el puente y nos encontramos con la Casa Don Bosco, de estilo modernista, en la que nos detuvimos para hacer una visita que mereció la pena. Desde sus jardines hay una vista magnífica. Esta casa era utilizada por los salesianos para hacer retiros y después para vivienda de sacerdotes de la orden que se jubilaban aquí.









Al salir de la casa, seguimos caminando hasta la pequeña plaza de Don Bosco. Un músico callejero contribuía a darle aún más encanto al lugar, si eso es posible. Y sin más, decidimos comer en la terraza que se ve en el vídeo, bajo las sombrillas... y yo, tomarme una sangría...


Tras disfrutar de una deliciosa comida, volvimos hacia el centro. Siempre deteniéndonos a observar todo aquello que nos llamase la atención y las bellas fachadas de los edificios, como este que se ve detrás de Antonio.

Y así llegamos a este precioso mural:


En el siglo XIX, los viajeros extranjeros descubrieron Ronda en pleno auge del movimiento romántico. Tierra de bandoleros y contrabando, despertaba la imaginación aventurera de los soñadores de la época. Por nombrar a algunos de los que hicieron de Ronda la tierra del bandolero, la maja serrana y el torero valiente, citaremos a Merimée, Ford, Gautier, Davillier, Lewis, Roberts, Blanchard... Ronda era, para los viajeros románticos, un lugar insólito en donde se corría el riesgo de encontrarse con arrieros, contrabandistas y bandoleros. En el siguiente enlace podéis encontrar más información sobre este aspecto de la ciudad. 


Cruzamos de nuevo el puente, pero en vez de subir por la Calle de la Bola giramos a la izquierda para ir bordeando la ciudad y así poder contemplar los impresionantes paisajes. Lo primero que nos encontramos fue este mural:

Este director de videojuegos japonés presentó en Ronda su "Gran Turismo 6", un nuevo viaje que encuentra en España sus mejores escenarios. Junto con la ciudad malagueña, Valencia y Sevilla son también lugares en los que se sitúa la acción. 

Siguiendo el paseo llegamos a la Alameda del Tajo, antiguamente conocida como Alameda de San Carlos. Se trata de un paseo arbolado y jardín botánico que data de principios del siglo XIX. Está localizada junto a la Plaza de Toros y lo forman cinco avenidas ajardinadas que desembocan en un paseo con balcones desde donde se puede contemplar la Serranía de Ronda. 


Uno de los balcones es conocido con el nombre de "Balcón del Coño", expresión que suele pronunciar la gente al asomarse y ver la gran altura que hay hasta el suelo.


Justo en el enlace de la Alameda con la Plaza de Toros nos sorprenden dos esculturas homenaje a dos grandes estadounidenses: Ernest Hemingway (que pasó todo el verano de 1959 en la ciudad) y Orson Welles, ambos visitantes asiduos de la ciudad y grandes aficionados a los toros. Tanto uno como otro fueron amigos personales del torero Antonio Ordóñez. Además, las cenizas del cineasta descansan desde hace un cuarto de siglo en una de las fincas de la familia Ordóñez en el municipio. 



Otra de las estatuas que se erigen en este espacio es la del famoso torero Pedro Romero. Data de 1957 y fue realizada por el escultor Vicente Bolós.


Y otra estatua más, la Dama Goyesca, que representa a la mujer rondeña ataviada con el típico traje goyesco. Es de bronce y fue realizada por el escultor Francisco Parra. 


Desde la Alameda parte el Paseo de los Ingleses que llega hasta los jardines del Hotel Victoria. Para salir de la Alameda lo hacemos por el Paseo de los Tilos, que continúa en línea recta hasta llegar al Parador de Turismo de Ronda. Este paseo también atraviesa los Jardines de Blas Infante, en donde hay varias construcciones de interés, como el mausoleo del artista japonés Miki Haruta, un auditorio al aire libre y una oficina de turismo.

Nos quedaban muchas cosas que ver, pero teníamos pensado visitar también Setenil de las Bodegas y se nos hacía tarde. Además, teníamos pensado parar en el pueblecito de Antonio para ver su casa familiar, cosa que hicimos y que me permitió conocer a su hermano Juan y su cuñada Carmen. 



Setenil de las Bodegas-Cádiz

Es un municipio de la provincia de Cádiz, muy próximo a Ronda y por tanto a Málaga. Su entramado urbano está declarado Conjunto Histórico y su centro está incrustado en el tajo formado por el río Guadalporcún.

Hacía mucho tiempo que había visto fotos de este curioso pueblo y deseaba conocerlo, así que Antonio había planificado la visita. Su nombre procede del latín: septem nihil, que significa "siete veces, nada". Hace alusión a las veces que los cristianos intentaron conquistarla sin conseguirlo. El término "Bodegas" vendría de la tradición vinícola de Setenil, rodeada de campos de vid y cereales. Hoy no hay ya bodegas, porque la filoxera hizo que las vides desaparecieran. 

Entre las leyendas de Setenil de las Bodegas se dice que, durante el asedio, la reina Isabel la Católica dio a luz a un niño que falleció a las pocas horas de nacer. Se llamaba Sebastián, por eso la primera iglesia del pueblo fue consagrada a este santo, que también es el patrón de la villa.




Como se puede ver, las casas están construidas bajo enormes salientes rocosos de la montaña. Muchas de ellas tienen las rocas como paredes traseras. 



El tajo del río Guadalporcún

Sin embargo, Setenil es mucho más que esto que veis en las fotos.




Setenil son miradores, iglesias, plazoletas y gastronomía y todo ello sin olvidar su historia y su pasado morisco. 

Las dos calles más importantes son la de Cuevas del Sol y Cuevas de Sombra. Las fotos superiores corresponden a la de Cuevas del Sol, llamada así porque le da el sol al mediodía y comer en una de sus terrazas es una gozada.

Por supuesto que hay otras muchas calles para pasear, algo que es imprescindible hacer en Setenil.


Hay varios lugares para cruzar al otro lado del río. Nosotros regresaríamos a través de este puente, pero para acceder al casco histórico no cruzamos por aquí. Fuimos un rato por el margen derecho del río. 


Desde esta parte, se ve muy bien la zona alta de Setenil, en donde hay restos de una fortaleza árabe, con torres, murallas y un aljibe. 


Continuamos calle abajo, buscando el lugar idóneo para cruzar.



Cruzamos por aquí y empezamos la subida hasta lo alto.


Uno de los rincones más curiosos de Setenil está situado en la calle Herrería, una calle cueva formada bajo las rocas de la fortaleza árabe. En este punto se suelen parar las parejas para inmortalizar el momento con una foto. Nosotros coincidimos allí con otros visitantes con los que pasamos un rato muy divertido a cuenta de sacar fotos de unos y otros. 




Y subiendo, subiendo, llegamos a la fortaleza árabe. Desde allí, las vistas son magníficas.



Se conserva parte de las murallas, parte de la Torre Homenaje del siglo XIII y la parte trasera de la Iglesia de la Encarnación. Por cierto, nos pareció un auténtico sacrilegio lo que se ha hecho con el resto de la iglesia, una horrible restauración.

 Iniciamos la bajada...



Y llegamos a la calle de Cuevas de Sombra. Aquí no da el sol ni por asomo. Las rocas forman una especie de túnel o pasadizo.



Aquí hay menos restaurantes que en la Calle de las Cuevas del Sol, pero sí numerosas tiendas semitrogloditas donde la roca natural forma el techo y las paredes. 



 

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