domingo, 19 de septiembre de 2021

Viaje a Australia (Sídney): del jueves, 28 de febrero de 2019 al sábado, 20 de abril de 2019 (María, visita a Mónica y Andrés) - Parte 8

 

Viernes, 05/04/2019 

Canberra 


No podía irme de Australia sin visitar la capital, Canberra, así que cogí una excursión organizada. 

En el café donde paramos para desayunar se retrocede en el tiempo

El nombre de la capital procede del ngunnawal Kamberra, que significa "lugar de reunión". Tiene una población superior a los 345 000 habitantes. Es sede del Territorio de la Capital Australiana, a 300 km al sudoeste de Sídney y 650 km al noreste de Melbourne. La ubicación de la ciudad fue acordada en 1908 en un compromiso entre Sídney y Melbourne, las dos urbes que se disputaban la capitalidad del país. 

Es una ciudad meramente administrativa que surgió de la nada. Tras un concurso internacional para su diseño, se seleccionó el proyecto de los arquitectos Walter Burley Griffin y Marion Mahony Griffin, de Chicago, y la construcción comenzó en 1913. La planificación de la ciudad tuvo la influencia del movimiento de las "ciudades jardín", por lo que incorpora, en diferentes áreas, vegetación natural, lo que ha llevado a conocer a Canberra como "la capital de los arbustos". A pesar de que el crecimiento y el desarrollo de Canberra se vieron dificultados por las dos guerras mundiales y la Gran Depresión, se ha convertido en un lugar próspero con el paso del tiempo. 

Vista de Canberra, desde el monte Ainslie. El lago es artificial



Al fondo, Capital Hill, sede del Parlamento, tanto del antiguo como del actual

El gobierno federal fue transferido a Canberra el día 9 de mayo de 1927, con la apertura de la antigua Casa del parlamento. El primer ministro, Stanley Bruce, había tomado posesión oficialmente unos días antes de su residencia en The Lodge. A partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial comenzó el gran desarrollo de la ciudad. Varios departamentos gubernamentales fueron transferidos desde Melbourne y se construyeron complejos de viviendas para acoger a los funcionarios. Las partes norte y sur de la ciudad se desarrollaron en los años de la década de 1950 y los distritos de Woden Valley y Belconnen comenzaron a crecer en la mitad y finales de los 60. El lago Burley Griffin fue terminado en 1963. 

Canberra está en un valle entre las montañas del Great Dividing Range que separa la zona próspera de la costa este del árido interior del país

El 9 de mayo de 1988, una Casa del Parlamento más grande se abrió en Capital Hill, como parte de la celebración del Bicentenario de Australia. En diciembre de 1988, el Territorio de la Capital Australiana obtuvo su autonomía después de un acto realizado en el Parlamento de la Commonwealth. Las primeras elecciones se realizaron en febrero de 1989 donde se eligieron 17 miembros para la Asamblea Legislativa. El partido laborista formó el primer gobierno del Territorio, liderado por la Primera Ministra Rosemary Follett, que fue la primera mujer en liderar el gobierno australiano. 

La ciudad está organizada en barrios (quarters) de acuerdo con sus funciones y características. De ahí que se distingan una zona administrativa, una zona comercial y de negocios, una industrial y laboral, una universitaria y otra residencial y de esparcimiento. 

Al sur del lago se encuentra la zona administrativa con el Parlamento como punto central, desde donde nacen calles concéntricas y calles que convergen en él. Alrededor del Parlamento se emplazan embajadas, oficinas administrativas, museos, galerías y parques. Al norte del lago se encuentra la zona comercial (conocida como la "City"), con barrios residenciales y universidades.

En Canberra se pueden visitar distintas atracciones. La primera parada la hicimos en el Australian War Memorial, un monumento homenaje que la ciudad levantó a los caídos en combate durante las guerras en las que habían participado las fuerzas australianas. Hasta el Memorial se llega mediante la ANZAC Parade, una amplia calle que suele ser testigo de desfiles militares y que debe su nombre a las fuerzas australianas y neozelandesas (Australian and New Zealand Army Corps) de la Primera Guerra Mundial. 

No iba a entrar, pero finalmente me decidí a hacerlo. Allí piensas en lo triste que es que la humanidad tenga que conmemorar a los caídos en las guerras. Aquí, a los suyos; en Japón, Francia, a los suyos... No importa quiénes fueran los "buenos" o los "malos", soldados anónimos que mueren en la batalla mientras que los que organizan la guerra no se mueven de sus despachos. ¡Es tan absurdo! Somos la especie más tonta del planeta...

 
El Australian War Memorial se compone de tres partes: el área conmemorativa (altar), que incluye el Hall de la Memoria con la Tumba del Soldado Australiano Desconocido; las galerías del Centro Conmemorativo (museo) y el Centro de Investigación (registros). También hay un jardín de esculturas en el exterior. Fue inaugurado en 1941. 

Homenaje a los perros antiminas...

En el interior, en esas galerías, se escriben los nombres de todos los caídos en las distintas guerras


Cúpula del Hall de la Tumba del Soldado Desconocido
y vidrieras

Tumba del Soldado Desconocido

Objetos bélicos en el museo 
En la reproducción de las escenas de guerra una se siente triste y piensa que hoy día se siguen  repitiendo en distintas partes del mundo


La segunda visita fue el National Museum. Aquí se pueden explorar la cultura y la historia de Australia. 


Esta frase se encuentra en la entrada del museo. Y viniendo del War Memorial uno se pregunta si realmente hemos aprendido mucho de ese pasado. 

El museo no tuvo un lugar permanente hasta el 11 de marzo de 2001 cuando se inauguró oficialmente su sede, la cual está en el suburbio de Acton, al lado de la Universidad Nacional Australiana. Las colecciones del museo representan 50 000 años de patrimonio indígena, los asentamientos desde 1788 y los eventos clave, como la creación de la Federación en 1901 y los Juegos Olímpicos de 2000 en Sídney.


Me encanta el arte aborigen australiano, tan lleno de colorido...

Tocados aborígenes

Desde el museo nos dirigimos a la sede actual del Parlamento


El ganador del concurso para su construcción fue la firma de Nueva York Mitchell / Giurgola. El diseño remataba con una enorme aguja y una gran bandera australiana. 

Vestíbulo de mármol del edificio. El color de las columnas recuerda a los eucaliptos, árbol del cual hay cientos de variedades en Australia

Cúpula de la sala en donde se celebran las recepciones oficiales

Tapiz de esa misma sala, siempre la naturaleza



Sala de la Cámara Baja


Una cosa que nos explicaron en la visita y que me resultó muy interesante es que el Gobierno paga a todas las escuelas del país un viaje de sus alumnos en High School para acudir a este lugar para que entiendan y vivan el funcionamiento de su propia sociedad. Y otra cosa: el voto en Australia es obligatorio. No votar conlleva multas cuantiosas. Y me parece bien. Nuestra Constitución dice que votar es un derecho y un deber de los ciudadanos, pero nosotros solo nos quedamos con lo del derecho, no con lo del deber. 


En el viaje de regreso, uno de los símbolos típicos de Australia: las ovejas merinas, que se introdujeron desde España.


Una anécdota que me ocurrió al llegar a Sídney: era tarde y Mónica me llamó para saber dónde estaba. Le dije que iba ya a coger el tren para Parramatta y que no se preocupase, sobre todo porque se me estaba acabando la batería y quizá no podría responder nuevas llamadas.  Me informó de que a esa hora ya no habría autobuses desde la estación para ir a casa, que cogiese un taxi. 

Efectivamente, no había autobuses y cogí un taxi. Le di la dirección y, extrañamente, veo que no sigue el camino al que yo estaba acostumbrada. La casa de Mónica y Andrés está bastante cerca de la estación y, sin embargo, el taxi hacía un recorrido muy largo. Cuando, según el taxista, habíamos llegado, me bajo, me quedo paralizada y no reconozco nada a mi alrededor. Menos mal que el taxista se quedó mirando y se dio cuenta de que estaba desorientada. Se acercó y me preguntó qué me pasaba. Le dije que no era mi casa. Se extrañó, pero me pidió que volviera a subir. Llamó a un amigo que le explicó que había otra calle con el mismo nombre pero con no sé qué más y decidió probar allí. Esta vez acertó y me explicó que yo no le había dicho bien la dirección. Al preguntarle qué le debía por esa segunda carrera, me dijo que nada, que se sentía como si hubiese ayudado a su madre, que yo se la recordaba... einnnn, qué manera más sutil de llamarme "viejecita", no?? jejejejeje... La verdad que hubo un momento en el que sentí terror, sin batería en el móvil y en un sitio que no conocía, de noche, nadie en la calle... agradecí mucho que el taxista se quedara esperando.


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