viernes, 3 de septiembre de 2021

Viaje a Londres: 1 al 8 de diciembre 2018 (María, visita a Pachis) - Parte 4

 

Cuarto día: martes, 04/12/2018

Greenwich y Canary Wharf. Obra en el National Theatre

Greenwich 

Pachis tenía el día libre y decidió mostrarme otra zona de Londres: Greenwich. 


Se trata de un distrito de Londres, ubicado junto al río Támesis y conocido por su historia marítima. En el muelle está atracado el Cutty Sark, un barco restaurado del siglo XIX. Fue el último velero de tipo clipper que se construyó, en 1869. Fue gravemente dañado por un incendio el 21 de mayo de 2007 cuando se encontraba en plena restauración.

Debe su nombre a un personaje de ficción llamado Cutty Sark, una bruja danzarina del poema cómico Tam O'Shanter, de Robert Burns. Estaba destinado al comercio del té que generaba grandes beneficios en el caso de llegar a Gran Bretaña con el primer té de la temporada. Sus inicios no fueron muy prometedores. En la carrera del té de 1872 contra el clipper Thermopylae, ambos buques abandonaron Shanghái juntos el 18 de junio, pero el Cutty Sark quedó descolgado dos semanas después tras sufrir una avería en el timón. Llegó a Londres una semana después que el otro barco, pero se hizo famoso porque su capitán prefirió continuar el viaje con un timón improvisado antes que detenerse en un puerto para efectuar las reparaciones. 

Posteriormente, se destinó al comercio de lana con Australia, consiguiendo transportar cargas en 67 días. En 1895 fue vendido a una naviera portuguesa y, después de pasar por diferentes manos, en 1954 fue llevado a Greenwich y emplazado en dique seco. 


Desde el muelle, las vistas de Londres, en concreto de Canary Wharf, son magníficas.



En Greenwich, además de poder visitar  el National Maritime Museum, también podemos ver 
el Old Royal Naval College, declarado Patrimonio de la Humanidad por su valor universal excepcional y por estar considerado como el mejor conjunto arquitectónico y paisajístico de Gran Bretaña. El sitio es administrado por la Greenwich Foundation para el Old Royal Naval College, creada en julio de 1998 como una organización benéfica destinada a cuidar estos edificios y sus terrenos en beneficio de la nación. Los terrenos y algunos edificios están abiertos a los visitantes. 


El Old Royal Naval College, en la orilla sur del río Támesis. Al fondo, la Casa de la Reina en el centro de la imagen. 



Pero lo que los turistas van buscando al visitar Grrenwich es el famoso Observatorio Astronómico que el rey Carlos II de Inglaterra mandó construir en 1675.
Sin embargo, debido a la contaminación ambiental de Londres así como a la iluminación nocturna que dificultan las observaciones, se trasladó al castillo de Herstmonceux, aunque todavía se sigue tomando como origen de los meridianos el emplazamiento original del observatorio. El meridiano de Greenwich marca el punto 0 de los meridianos, las líneas imaginarias que unen el polo norte con el polo sur a partir de las cuales se mide la longitud de un punto. 




 Vistas del Old Royal Naval College y Londres desde el Observatorio



Hoy día el Observatorio se utiliza de forma didáctica. Visitarlo es una oportunidad única para entender los grandes misterios de la astronomía, descubrir cómo se trazaron los meridianos y conocer la importancia de los primeros telescopios.

Pachis me sorprendió con algo que no había ni siquiera imaginado que existía. Se trata del Fan Museum. Inaugurado en 1991, es el primer museo del mundo dedicado a la preservación y exhibición de abanicos de mano. Se encuentra dentro de dos casas catalogadas de grado 2 que se construyeron en 1721 dentro del Patrimonio de la Humanidad de Greenwich. Son de estilo georgiano y contienen un tipo de jardín de invierno que estaba muy en boga hace un par de siglos. 


Se exponen abanicos desde el siglo XII hasta la actualidad. Cuenta la historia de la fabricación de estos objetos en todo el mundo y la relación de esta forma de arte con la historia social, la política contemporánea y el diseño. 


Contiene una colección permanente compuesta por más de 3500 abanicos con sus fundas provenientes de todo el mundo. 

En el museo hay un pequeño salón de té, The Orangery, desde cuyas ventanas se puede ver el jardín. Sirven una pastelería deliciosa. 





Después de esta deliciosa merienda, seguimos nuestro paseo por Greenwich cuando ya empezaba a anochecer. 


Al visitar este pequeño barrio nos da la impresión de estar visitando un típico pueblo inglés, con numerosos comercios y cafeterías, además de muchos restaurantes y, cómo no, pubs británicos. En el centro del barrio, además, se encuentra uno de los mercadillos más visitados por los londinenses, Greenwich Market, que cuenta con más de 200 años de historia. 



Canary Wharf

El día lo continuamos en Canary Wharf, justo al otro lado del río, ya de vuelta a la orilla norte del Támesis. Se trata de un gran complejo de negocios situado en la llamada Isla de los Perros en el barrio londinense de Tower Hamlets, en la zona de los Docklands. 


Aquí se encuentran los tres edificios más altos del Reino Unido por detrás de The Shard: One Canada Square, conocido como la Torre de Canary Wharf, con 235,1 m de altura y 50 plantas; la Torre de HSBC, adquirida por Metrovacesa por 1600 millones de euros en 2007, y la del Citygroup Centre, ambas con 199,5 m de altura. En 2009, Metrovacesa tuvo que devolver la Torre al banco, con unas pérdidas de más de 100 millones. 

Entre 1802 y 1980, la zona fue uno de los puertos más concurridos mundialmente, llegando a tener hasta 50 000 empleados. Canary Wharf toma su nombre a partir del comercio marítimo tan importante que tenía el Reino Unido con las Islas Canarias, lugar estratégico en el siglo XVI. Durante la Segunda Guerra Mundial, el puerto fue bombardeado y casi todos los depósitos de mercancías fueron destruidos. Tras una breve recuperación en los años 1950, la industria portuaria comenzó a declinar, provocando el cierre del puerto. 

La remodelación de la zona comenzó en 1981 con el gobierno de Margaret Thatcher. Ahora, si hay algo que destaca de Canary Wharf, es su skyline y la disposición de sus edificios.


La zona se caracteriza por su alta concentración de rascacielos y edificios de gran altura. Además de los ya citados, hay una quincena de edificios que superan los 65 m de altura, la mayoría ocupados por empresas del sector bancario o de seguros, aunque también está el 1 West India Quay, reservado al hotel Marriott y a apartamentos. 

También hay un enorme centro comercial, conocido como Jubilee Mall. Cuenta con una gran cantidad de tiendas de marcas de lujo, desde las más conocidas del mundo hasta pequeñas boutiques independientes. Una parte del centro comercial es subterránea y se extiende desde Churchill Place hasta Cabot Square pasando por debajo del Canary Wharf Tower.



En el interior del Mall


Obra en el National Theatre

Para que el día fuese completo, Pachis había reservado entradas para ver una obra en el National Theatre.

Junto al Teatro una escultura en homenaje a Nelson Mandela

Exterior del National Theatre

Hay quien cree que es el teatro más grande del mundo. Consta de 4 auditorios diferentes en los que se representan hasta 25 espectáculos al año. Está ubicado en la ribera de South Bank y cuenta con su propia librería, tienda de regalos, tres restaurantes y un bar. Durante el día hacen visitas guiadas para los turistas. 


Antes de la representación me tomé un Hamlet en el bar del teatro.


La obra que fuimos a ver, Antony and Cleopatra, contaba con el atractivo de la actuación del conocido y famoso actor, protagonista de El Paciente Inglés, Ralph Fiennes. Junto a él, Sophie Okonedo. 


Para mí fue una experiencia única e inolvidable. No solo porque estaba viendo en directo a uno de mis actores favoritos, sino porque el local me hacía sentir parte de un mundo cultural que hace de Londres la ciudad que es. La puesta en escena, además, fue impresionante... los movimientos de los decorados te dejaban con la boca abierta y la escena en que había una batalla, una maravilla. 


Después de la obra, regresamos a casa en autobús. 


En el vídeo, un repaso rápido a lo que había sido el día. 





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