martes, 21 de septiembre de 2021

Viaje a Australia (Sídney): del jueves, 28 de febrero de 2019 al sábado, 20 de abril de 2019 (María, visita a Mónica y Andrés) - Parte 10

 

Viernes, sábado y domingo, 12-13-14/04/2019 

Fin de semana en Sanctuary Point 


Viernes

Andrés se había ido a Italia en un viaje de empresa organizado para los ganadores de ventas, así que Mónica y yo decidimos pasarnos un fin de semana de relax en Sanctuary Point.



Sanctuary Point es una pequeña ciudad al sur de Sídney perteneciente a la jurisdicción de City of Shoalhaven, en el litoral de St. George's Basin.
 


A medida que avanzábamos hacia el sur, quedaban atrás los bosques y aparecían los prados y las granjas. Nos alojamos en el B&B By the Beach, un agradable y acogedor establecimiento situado en la orilla de St. George's Basin. 


St. George's Basin es una ensenada que da la sensación de ser una laguna, porque está prácticamente cerrada, pero hay un pequeño corredor por el que entra el mar. Tiene 12 km de longitud y es poco profunda, con una vegetación en las orillas principalmente formada por juncos y manglares. La superficie total es de unos 40 kilómetros cuadrados y en su parte más honda alcanza los 9 m de profundidad. Alrededor se han desarrollado varios pueblos: Erowal Bay, Sanctuary Point, St. George's Basin, Basin View y Sussex Inlet, todos ellos destinos turísticos en los que se puede navegar, pescar, nadar y hacer pícnic.


Por esas escaleras se bajaba a la pequeña playita que se encontraba junto al alojamiento

Y esta era otra bajada

St. George's Basin y la playita al atardecer




Los loros de llamativos colores en el jardín

Disfrutamos de esta primera toma de contacto con el lugar elegido para pasar el fin de semana. Alrededor de la casa había una zona verde muy agradable para caminar mientras se contemplaba la ensenada.



Los habitantes originales de esta zona, los aborígenes Dhurga, llamaban a la cuenca de St. George "Bherwherree". Cuando el capitán James Cook navegó por la costa en 1770, bautizó el cabo como Cape St. George, porque ese día, 23 de abril de 1770, se celebraba la festividad del santo. Cuando Thomas Florance inspeccionó el distrito en junio de 1828, simplemente adoptó la nomenclatura de Cook y llamó al asentamiento St. George's Basin. 

Era la hora de cenar y nos dirigimos a Huskisson, una pequeña localidad en la orilla de Jervis Bay. A tres horas al sur de Sídney, esta bahía alberga algunas de las playas más hermosas de Australia. De hecho, con sus arenas blancas y sus aguas color turquesa, podrían hacernos pensar que estamos en nuestro propio paraíso, en cualquiera de las islas del Pacífico.


Aunque la bahía de Jervis es un destino muy popular en verano, creo que es magnífica una visita en los meses más fríos, cuando la zona está más tranquila y se puede disfrutar de las playas y los senderos a pie con más tranquilidad. De hecho, estábamos en otoño y la sensación de paz era espléndida. 

Esta es una de las bahías más profundas de Australia y es un lugar ideal para remar, nadar, practicar snorkel, bucear, o simplemente relajarse en una de sus playas vírgenes. Por otra parte, gracias a su parque marino protegido, hay muchas posibilidades de ver delfines, una gran variedad de peces, rayas, pingüinos, focas y ballenas de paso durante sus migraciones anuales, tanto desde la tierra como desde el mar si alquilas un barco. 

Sábado

Decidimos conocer Booderee National Park, una de las joyas de Jervis Bay. Booderee es tierra aborigen, concretamente del pueblo Koori. "Booderee" significa "bahía de la abundancia o abundancia de peces" en la lengua dhurga. 

Las aguas cristalinas se encuentran con hermosas playas de arena blanca, mientras que los altos acantilados se asoman al majestuoso océano Pacífico. El parque cuenta con una extraordinaria fauna autóctona y está adornado con amplios jardines botánicos.  

El Parque Nacional de Booderee se extiende por 6379 ha en la bahía de Jervis, en Nueva Gales del Sur. El parque incluye 875 ha de entorno marino y alberga el único jardín botánico de propiedad y gestión aborigen que ocupa otras 80 ha. Establecido por primera vez como Parque Nacional en 1992, hoy día Parks Australia colabora con la comunidad aborigen de Wreck Bay para gestionar Booderee, utilizando una mezcla de conocimientos tradicionales y ciencia moderna.

Nos dirigimos en primer lugar a Cave Beach. Esta playa está catalogada por Australian Geographic como una de las mejores zonas de acampada aisladas del país. Es un excelente lugar para practicar el surf y está a solo unos minutos por el sendero principal desde el aparcamiento.

Mirador sobre Cave Beach


Por finnnnn... Al acercarnos a la zona de acampada, pude disfrutar de canguros en libertad. 


¡Qué lindoooo!



Cave Beach

Muy cerca de Cave Beach, siguiendo un sendero entre árboles, llegamos a Bherwerre Beach. Esta playa es un arenal de 8 km de longitud perfecto para dar un largo paseo. Es una de las playas más tranquilas de Shoalhaven, por lo que es un lugar ideal para escapar de las multitudes. Las empinadas dunas y el promontorio permiten ver hermosos amaneceres y atardeceres. Se extiende desde Booderee National Park, al norte, hasta Sussex Inlet, al sur, y está separada de St. George's Basin por dunas. Es un sitio magnífico para nadar y hacer surf, especialmente en el extremo norte, que está protegido de los vientos del noreste en verano. 

Bherwerre Beach

Hermosa playa salvaje de 8 km

Último baño en tierras australianas

Seguimos nuestra excursión en Booderee Botanic Gardens. Es un lugar encantador en donde se pueden aprender muchas cosas relacionadas con la flora del país. Por ejemplo, sobre el "bush tucker", un alimento tradicional de los aborígenes australianos que ha sido el sustento de los habitantes de esta tierra desde hace más de 50 000 años y que hoy es reinventado por los mejores chefs del país manteniendo viva su trascendencia y espiritualidad. 

Los aborígenes australianos tienen un ancestral respeto por la tierra y la madre naturaleza, que se refleja en su alimentación. Los principales productos que componen el "bush tucker" son aquellos que la tierra ofrece, sin someterla a explotación o agresiones. Productos como los tomates de arbusto, las ciruelas Illawarra, quandongs, bayas Muntari, semillas de acacia, ciruelas Kakadu, nueces Bunya Bunya, así como larvas de polilla australiana, con su característico sabor a nuez, además de la carne de ave, emú, canguro, wallabí o cocodrilo. 

En los Jardines también se pueden conocer los usos medicinales de las plantas y la relación del pueblo Koori con la zona y las plantas del sureste de Australia. 



Desde los Jardines, nos dirigimos a Cape St. George para ver los restos de un antiguo faro. 


Se trataba de un faro que estaba cerca de la localidad de Jervis Bay Village, en el territorio de Jervis Bay. Se encuentra a unos 3 km al sur de la entrada sur de dicha bahía. Construido en 1860, estuvo activo hasta 1889. La torre fue destruida entre 1917 y 1922 para evitar confusiones durante el día. Las ruinas permanecen y forman parte del Patrimonio Nacional. 


Las ruinas del Faro del Cabo de San Jorge son, quizá, el lugar europeo más significativo del parque. Hoy en día, es el mejor lugar para observar la migración y el regreso de las ballenas.

Diseñado por el arquitecto colonial Alexander Dawson, las tres plantas fueron construidas con bloques de arenisca extraídos de un lugar próximo al actual pueblo de Jervis Bay. La torre tenía 18,5 m de altura y 8 habitaciones en la primera planta. El suelo era de madera y las vigas de hierro fundido sostenían un tejado de piedra cubierto de asfalto. 


Llevar suministros al faro fue siempre una tarea difícil, ya que el punto de desembarco más cercano estaba a 4 km, en Murrays Beach. Se necesitaban caballos para transportar el correo y las provisiones y para llevar y traer a los niños a la escuela. Mantener un caballo de forma permanente no era fácil, ya que en la zona había escasez de hierba para alimentarlo. Sin embargo, las cabras se adaptaban mejor al terreno y se mantenían para el ordeño, algo de carne para el consumo y como cebo para los tiburones. 

De 1860 a 1877, en este complejo de 8 habitaciones, vivieron unas 15 personas, entre ellas el farero, dos subconserjes y sus familias. El aceite y los suministros para el faro también se almacenaban aquí, por lo que las condiciones de vida no debían de ser muy agradables, con estrecheces e incomodidades. En 1877 se construyó, cerca de los establos, una cabaña de madera de 7 habitaciones para el guardián principal y su familia. 

Vistas desde las ruinas del faro

El edificio de la cocina y la lavandería se construyó probablemente en torno a 1865 como un "almacén para las provisiones de los hombres, un lavadero y un horno". Proporcionó un espacio muy necesario.

El edificio de la letrina doble (retrete) desaguaba directamente hacia afuera y sobre la pared del acantilado cercano. Resulta un excelente ejemplo de la estricta atención al saneamiento que se requería en un lugar tan remoto. Es probable que estuviese dividido en dos secciones, para hombres y mujeres, respectivamente. 





El faro cuenta con una leyenda oscura que se lee en un panel situado en el lugar. Se podría decir que estaba perseguido por una maldición. Parece ser que varios niños y adultos murieron aquí de forma extraña:

  • En 1867, Isabella Jane Lee, la hija del farero principal de 1863 a 1873, murió de fiebre tifoidea, una rara infección bacteriana propagada normalmente por parásitos. 
  • En 1882, otro residente, George Gibson, de 13 años, murió de pleuresía. Esta enfermedad consiste en una inflamación del tejido que rodea los pulmones y causa dolor al respirar.
  • En 1885, la fiebre tifoidea volvió a golpear, llevándose la vida de Florence Bailey, la hija de 11 años del tercer asistente del farero. Su padre, Edward Bailey, complementaba sus ingresos pescando tiburones en las rocas bajo el faro. En 1895, fue arrastrado por las olas. Enredado en sus sedales en medio de un mar embravecido, fue capturado por los tiburones mientras su hijo lo observaba horrorizado. 
  • Francis Henry Hammer, hijo de Mary Hammer (una mujer soltera que vivía en el faro), tenía la costumbre de empujar grandes rocas por el borde del acantilado para entretenerse. Tuvo un final trágico, ya que se desplomó o perdió el equilibrio al derrumbarse parte del acantilado. Tenía nueve o diez años. 
  • William Markham, el asistente del farero desde aproximadamente 1878 hasta 1883, fue pateado en la cabeza por un caballo y murió antes de llegar al hospital de Nowra. 
  • En 1887, Kate Gibson, la hija adolescente del farero principal, tropezó con un arma de fuego cargada. El arma se disparó hiriendo a su amiga, Harriet Parker (hija del asistente del farero), en la parte posterior del cráneo matándola al instante. 

¿Por qué duró tan poco este faro? El problema era que la luz no era visible desde la aproximación norte a la bahía de Jervis. Y apenas lo era desde la aproximación sur. Además, el mapa original y la señalización de la ubicación propuesta para el faro eran tan inexactos que más tarde surgieron dudas sobre si se había erigido verdaderamente en el lugar previsto. De hecho, cuando la Junta de Pilotos lo inspeccionó, se descubrió que estaba a dos millas y medio al norte del lugar que se había fijado. 

Desde 1864 hasta 1893 hubo 23 naufragios en las cercanías de Jervis Bay.

Desde las ruinas del faro

Nos dirigimos a continuación a Murrays Boat Ramp, un lugar en el parque utilizado para facilitar la salida de los barcos al agua.



La excursión siguió por Chinaman's Beach, junto a Hyams beach. Esta última figura en el Guinnes de los Records como la playa con la arena más blanca del mundo. Como ya dije en el momento en que la vi, no es por desmerecer, pero la playa de O Vao, en Vigo, le gana en blancura y por mucho. El color blanco aquí proviene del granito de magnesio que desprenden los corales que hay en sus aguas. 







Hyams Beach es un pueblo costero de la jurisdicción de Shoalhaven, a orillas de Jervis Bay. A 180 km del sur de Sídney, está bordeado por dos playas: Chinaman's Beach, al norte, y Seaman's Beach, al sur, con Hyams Beach en el centro. 

Casas de Hyams Beach

Y empezamos el camino de vuelta al alojamiento. Magnífico atardecer.


Pero aún tuve ocasión de ver más canguros en libertad (normalmente, salen al atardecer):





Domingo

Tocaba volver a Sídney. Nos detuvimos en el camino de vuelta, en un mirador que hay sobre la ciudad de Wollongong, en el monte Keira. Con una población de 280 000 habitantes, es una de las ciudades más importantes del sur de Nueva Gales del Sur. 

El Monte Keira es patrimonio cultural del pueblo aborigen Wodi Wodi. El nombre deriva del que le daban los primitivos habitantes, "Geera" o "Djera". En los primeros mapas se leía Keera y, más tarde, agregaron la i, "Keira". Forma parte del acantilado de Illawarra, tierra sagrada para los Wodi Wodi, del grupo lingüístico más amplio de Dharawal. 

La cumbre del monte Keira tiene una elevación de 464 m sobre el nivel del mar y se encuentra a 4 km al noroeste de la ciudad de Wollongong. Las vistas de la ciudad desde el mirador son impresionantes. 








Según la leyenda, la historia de la creación del monte Keira está ligada a la creación de las Cinco Islas que se encuentran frente a las costas de Wollongong. Oola-Boola-woo tuvo seis hijas: Mimosa, Wilga, Lilli Pilli, Wattle, Clematis y Geera. Vivían en lo alto de los acantilados de Illawarra y, como las cinco primeras niñas se portaban mal, provocaron la ira de Oola-Boola-woo, quien las arrojó al mar y así formaron las Cinco Islas. Geera, la única que quedaba en casa, no tenía con quién jugar ni con quién hablar, ya que su padre solía estar ausente. Se pasaba el día sentada mirando al mar a sus cinco hermanas. Con el tiempo, se convirtió en piedra y polvo y las hojas se acumularon a su alrededor, pasando a ser parte del acantilado. 



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