Portugal Norte - Región de Braga: Casa do Penedo, Cabeceiras de Basto-Monasterio de San Miguel de Refojos, Mondim de Basto-Santuario de Nossa Senhora da Graça, Amarante
Miércoles, 28/08/2019:
Casa do Penedo:
Después de desayunar, empezamos la excursión del día. Habíamos decidido visitar la famosa "Casa do Penedo", que se encuentra muy cerca de Fafe, a unos 10 km al noreste. Toda una aventura, porque si lo lógico era llegar en una media hora, tardamos casi hora y media. Enseguida os explico por qué, pero primero voy a daros alguna información sobre este monumento.
Se trata de una casa construida con cuatro grandes rocas durante la década de 1970 por una pareja que quería utilizarla como vivienda para las vacaciones. No a todo el mundo le gustaría vivir en un edificio de piedra fría, pero al actual propietario parecía no importarle cuando la compró, ya que consideraba que la casa representaba los puntos en común entre las personas y la naturaleza. No obstante, y a pesar de ese pensamiento, lo cierto es que no vive en ella y que la casa se ha convertido en un museo que está cerrado y solo se puede visitar llamando al teléfono que está en la verja de cierre. No lo hicimos, pero no estaría mal intentarlo en otra ocasión.
Así pues, en principio no se puede ver el interior y eso precisamente es lo que la hace tan misteriosa, uno no es capaz de imaginarse cómo puede ser, qué habitaciones tendrá, cómo está distribuida, etc. Sin embargo, en un reportaje que hizo la televisión portuguesa se puede apreciar que la casa es más grande de lo que a simple vista aparenta. No tiene electricidad, pero sí chimenea. El mobiliario es de madera clásica. Tiene dos pisos conectados por una escalera también de madera.
El entorno es una maravilla. Solo se oye el silencio.


Y lo que pasó fue lo siguiente: había dos desviaciones seguidas hacia la derecha y, cuando Google Maps nos dijo que nos desviáramos en esa dirección, lo hicimos sin pensar cuál de las dos pistas parecía la más adecuada. Pues bien, típico en nosotras: cogimos la que no era y eso nos llevó a dar vueltas y vueltas, a perdernos por montes y pueblecitos, yo diciendo que íbamos en sentido opuesto, que la casa quedaba para el otro lado, pasando varias veces por el mismo sitio, el GPS redireccionando una y otra vez... cuando por fin conseguimos llegar a las desviaciones del principio, efectivamente veníamos del lado izquierdo de la carretera. ¿Cómo lo habíamos hecho? No lo sabemos. Pero ahí no quedó la cosa, porque el camino hasta la casa no está claro y también nos costó un par de marchas atrás con el coche para seguir por otra pista. Casi que la descubrimos por casualidad. Y LO MEJOR DE TODO: PARA SALIR DE ALLÍ NO ÉRAMOS CAPACES DE ENCONTRAR POR DÓNDE, LLEGÁBAMOS A PUNTOS QUE TERMINABAN ALLÍ, RISAS Y MÁS RISAS PORQUE AQUELLO ESTABA MÁS SOLITARIO QUE LA UNA. De repente vimos una furgoneta que se acercaba y dos paisanos que iban en ella. Chus les hizo señas y bajó para preguntarles por dónde podíamos volver a la carretera principal, pero ellos de principio no le entendieron y, mirando para nuestro coche, simplemente dijeron "nao hai saída" (refiriéndose a la dirección en la que íbamos), y Chus, "¿cómo que no hay salida?!!! Entonces, ¿por dónde entramos nosotras?!!!"... Miró para mí con cara de terror y me bajé del coche. Por fin nos entendimos con ellos y nos indicaron el camino... jajajajaja... pero vamos, que ya nos veíamos quedándonos allí a saber por cuánto tiempo, de hecho si no llegan a aparecer esos dos, no sé si habríamos salido jajajajaja.
De allí nos dirigimos a un pueblo que ninguna de las dos conocía y que nos sorprendió por su belleza tranquila: Cabeceiras de Basto. En él, un grandioso monasterio: el de San Miguel de Refojos.
El nombre está relacionado con un guerrero lusitano, el "Basto", figura legendaria que se hizo famosa en las luchas de resistencia contra los invasores moros. En el pueblo encontramos estatuas de granito que lo representan.
La villa está situada en un valle rodeado por varias sierras y cursos de agua. Destacan en ella diversas casas señoriales, algunas, como en Fafe, relacionadas con la emigración a Brasil. Y, por supuesto, sobresale el magnífico Monasterio de San Miguel de Refojos. Parece ser que ya se encontraba ahí antes de comienzos del siglo XII, ya que aparece mencionado en algunos documentos firmados por el primer rey de Portugal, Afonso I. Sin embargo, la edificación actual es del siglo XVIII. Una de las partes más representativas de este monasterio es la fachada de su iglesia por el gran tamaño que tiene en relación con el resto de la construcción. A los dos lados del frente se pueden ver sus dos torres de color blanco con decoraciones en piedra arenisca. Os dejo aquí las fotos:
Cabeceiras de Basto - Monasterio de San Miguel de Refojos
De allí nos dirigimos a un pueblo que ninguna de las dos conocía y que nos sorprendió por su belleza tranquila: Cabeceiras de Basto. En él, un grandioso monasterio: el de San Miguel de Refojos.
El nombre está relacionado con un guerrero lusitano, el "Basto", figura legendaria que se hizo famosa en las luchas de resistencia contra los invasores moros. En el pueblo encontramos estatuas de granito que lo representan.
La villa está situada en un valle rodeado por varias sierras y cursos de agua. Destacan en ella diversas casas señoriales, algunas, como en Fafe, relacionadas con la emigración a Brasil. Y, por supuesto, sobresale el magnífico Monasterio de San Miguel de Refojos. Parece ser que ya se encontraba ahí antes de comienzos del siglo XII, ya que aparece mencionado en algunos documentos firmados por el primer rey de Portugal, Afonso I. Sin embargo, la edificación actual es del siglo XVIII. Una de las partes más representativas de este monasterio es la fachada de su iglesia por el gran tamaño que tiene en relación con el resto de la construcción. A los dos lados del frente se pueden ver sus dos torres de color blanco con decoraciones en piedra arenisca. Os dejo aquí las fotos:

Acercándose a la fachada

Coro de la iglesia
Palomas sedientas
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Jardín en la plaza del monasterio |
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Fachada de la iglesia |
Mondim de Basto-Santuario de Nossa Senhora da Graça
Salimos encantadas y muy relajadas de Cabeceiras de Basto. Decidimos ir hasta Amarante, que Chus no lo conocía. Para eso, teníamos que pasar por Mondim de Basto, otra pequeña villa situada al sur de Cabeceiras. No nos detuvimos en ella y fuimos directamente al Santuario de Nossa Senhora da Graça. Se encuentra en la cima del Monte Farinha, a unos mil metros de altitud. La subidita impresiona, ya que la carretera es bastante estrecha y va pegada al precipicio. Pero merece la pena, las vistas desde arriba son impresionantes. Hay una leyenda muy bonita sobre el origen, tanto del nombre del monte como de la edificación del santuario, que podéis encontrar haciendo clic aquí.
El actual edificio, todo en granito, presenta una torre cuadrangular, nave única octogonal y capilla mayor y sacristía rectangulares en sentido transversal. Es uno de los principales centros marianos del norte de Portugal y de los más concurridos entre el Duero y el Miño. Tiene un centro de acogida y de apoyo a los peregrinos y romeros, que abre sus puertas durante todo el año.
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Las fotos no alcanzan a mostrar la grandiosidad del paisaje desde esa altura, casi 1000 metros de altitud |

La torre del santuario vista desde el aparcamiento
Amarante
Este tranquilo pueblo, situado junto al curso del río Támega, pertenece al distrito de Oporto. Para mí es, sin lugar a dudas, uno de los pueblos portugueses con mayor encanto. En el centro se alzan una magnífica iglesia y un monasterio junto a un llamativo puente medieval restaurado. Pasear por sus calles y observar sus balcones es de lo más agradable.
Es el pueblo natal de Sao Gonçalo, el San Valentín portugués. Hasta aquí llegan en peregrinación numerosos solteros/as con la esperanza de encontrar el amor de su vida. Pero Amarante también destaca por su gastronomía, ya que además de ofrecer buenos vinos, produce exquisitos quesos, carnes ahumadas y pasteles de huevo. Siempre que he comido aquí tengo que decir que fue una auténtica delicia. Por otro lado, Amarante propone varias actividades interesantes, como paseos en patín a pedales o en barca de remos sobre el río Támega; paseos en bicicleta; paseos por la montaña; jugar al tenis en alguna de sus canchas, o hacer picnic y descansar con total tranquilidad en un lugar adaptado para ello cerca del puente. ¡Fue una visita estupenda!

Calle de Amarante

Esperando para comer. Eran las 3 de la tarde hora portuguesa, por fortuna nos sirvieron

El río Támega desde la terraza en la que comimos. Al fondo la iglesia de Sao Gonçalo. En el río los patines a pedales
Arroz de tamboril (rape) y camarao (gambas)

Variado de postres. Es buffet, te puedes poner de todos los que quieras y la cantidad que quieras
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Todavía de este lado del puente, entrada a un magnífico hotel de 5 estrellas |
Las embarcaciones de pedales por el río, vistas desde la mitad del puente
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Detalle de una de las ventanas de la muralla que rodea el hotel |
Claustro del Monasterio

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