sábado, 25 de enero de 2020

Agosto, 27, a septiembre, 1, 2019: Finde largo en Portugal (Chus y María, con incorporación de Pili) - Parte 1

Viajecito en coche.




Portugal Norte - Región de Braga: Mirador do Picoto, Santuario de Sameiro, Santa Leocadia de Briteiros, Citania de Briteiros, Fafe


Martes, 27/08/2019:

De Vigo a Fafe:


Después de un mes de julio muy agitado en cuestión de salidas y excursiones, pasamos el mes de agosto en plan tranquilo. Pero a final de mes nos entró el gusanillo y organizamos un viajecito a la región de Braga, en Portugal Norte, para ver cosas que aún no conocíamos (alguna, yo sí). Empezamos el viaje Chus y yo porque Pili tenía cosas que hacer, pero quedamos en volver a Vigo para recogerla y que se nos uniera en el tramo final. Os cuento el día y al final pongo la galería de imágenes.


Mirador do Picoto (afueras de Braga)

No nos detuvimos en Braga, que más o menos conocemos las dos, pero sí en el Mirador do Picoto (Monte do Picoto o Mata do Picoto, como lo conocen los portugueses). Está situado al sur de la ciudad de Braga y ofrece vistas bellísimas 360º  de la ciudad y las colinas que la rodean. También se pueden ver desde ahí el Santuario do Bom Jesus y el Santuario de Sameiro. No fuimos al primero porque ya habíamos estado en varias ocasiones, no así en el de Sameiro que queríamos conocer y era hacia donde nos dirigíamos.


Santuario de Nossa Senhora do Sameiro

Es uno de los lugares de culto mariano más visitados en Portugal. Se encuentra situado en la cima del monte con el mismo nombre, a 566 m de altitud. Todos los años atrae a infinidad de devotos, especialmente durante las peregrinaciones del primer domingo de junio y el tercero de agosto. Se trata de un complejo religioso que integra, entre otros elementos, el recinto para la misa campal, la Casa de las Estampas, la Casa del Rector, la Capilla del Santísimo Sacramento, la iglesia principal, la cripta y la amplia escalinata monumental en cuya parte superior se encuentran los monumentos del Sagrado Corazón de Jesús y de Nossa Senhora da Conceiçao. El 8 de diciembre de 2004 el Papa Juan Pablo II concedió al santuario la Rosa de Oro, distinción otorgada por los pontífices a personalidades, santuarios, iglesias o ciudades en reconocimiento por importantes servicios prestados a la iglesia o a la sociedad. 


Briteiros: iglesia de Santa Leocadia y Citania


Camino de la Citania de Briterios nos detuvimos en la singular iglesia de Santa Leocadia. Hasta el siglo XIV esta localidad era conocida como Santa Leocadia de Palmeira, siendo su patrona Santa Leocadia, natural de Toledo, España. Como el topónimo de Palmeira provocaba confusión con otros lugares, se abandonó. La iglesia parece ser anterior al siglo XI. Junto a la puerta hay un túmulo de piedra que se cree que es la sepultura de Santo Wamba, abad del convento benedictino que ocupaba el lugar en tiempos remotos y al que pertenecía la iglesia. Destaca su fachada recubierta de azulejos.


Continuamos hasta la Citania. Yo ya había estado allí, pero Chus no. Así que cogimos las entradas y recorrimos el recinto. 

Os habréis fijado que en las excursiones que reseñamos por Galicia hablamos más de una vez de "castros" (Santa Trega, Baroña...). Pues bien, estas construcciones son hermanas de las "citanias" portuguesas. Desde el II milenio a.C. el noroeste de la Península Ibérica estuvo poblado por comunidades organizadas en tribus que habitaban, por lo general, puntos elevados a los que se dio el nombre de castros o citanias. Esta cultura castrense alcanzó su apogeo en el siglo II a.C. y la Citania de Briteiros constituye uno de los ejemplos más significativos.

Está situada a pocos kilómetros de Guimaraes, en lo alto del monte de Sao Romao, sobre el magnífico valle del río Ave. Sorprende a los visitantes tanto por su belleza escénica como por los restos dejados por estos antepasados. Son muy visibles los trazos aún incipientes de la organización de una ciudad, con sus calles protegidas por un conjunto de murallas, dentro de las cuales se alzaban las casas de planta circular o rectangular y los recintos para el ganado.

Al salir de la citania era ya hora de comer, así que allí mismo, donde teníamos aparcado el coche, bajo la sombra de unos árboles, sacamos las sillas y nos montamos el pic-nic. Un tiempo de relax muy agradable.


Fafe 


De allí ya nos fuimos directas a Fafe. Teníamos una reserva en la Quinta do Río, un agroturismo muy agradable con piscina al aire libre, una pequeña piscina cubierta con agua caliente y jardín. La propietaria era encantadora y se mostró muy servicial, pese a la situación personal que estaba atravesando y que nos contó a raíz de la queja que le dimos el último día sobre el restaurante, lo único que desluce, y mucho, el buen hacer de la quinta. Un detalle que nos encantó: todo lo que sobraba del desayuno se dejaba para que cuando quisieras, a lo largo del día, pudieras cogerlo, ya fuese zumo, café, croissants, fruta o pan. Claro que eso tiene una desventaja, y es que siempre hay algún aprovechado que cuando te descuidas se lleva todo lo que puede a su habitación jajajajaja.

Nos acomodamos, nos dimos un bañito, estuvimos tomando el sol y después decidimos ir a conocer Fafe y cenar en el pueblo. Es una pequeña ciudad de carácter rural rodeada por colinas graníticas, bosques y viñedos en los que se produce el famoso vino verde portugués. La reciente historia de la población está marcada por la emigración, especialmente a partir de principios del siglo XIX cuando los locales partieron para hacer fortuna en Brasil. Muchos de estos emigrantes regresaron y con ellos la pasión por las casas de estilo colonial brasileño que hoy adornan las calles de la ciudad. Uno de los edificios de estilo "brasileiro" más famosos es el teatro cinema, que abrió en 1923. En las fotos se puede apreciar la gran belleza de su fachada.

Como anécdota: cuando le dijimos a la propietaria que nos íbamos a acercar a Fafe, nos dijo que le parecía muy bien, que había tiendas muy bonitas, especialmente de ropa en donde yo podría comprar algo adecuado... supongo que lo dijo porque yo en la finca iba vestida con uno de esos vestidos playeros de los mercadillos jajajajaja... Claro que las tiendas de Fafe no eran precisamente nada del otro mundo, ¡anda que no nos reímos a cuenta del comentario!

El paseo nos gustó mucho y aún más la cena... en un restaurante brasileño que estaba a tope a pesar de ser martes. 

 
Braga desde el mirador do Picoto
 
Santuario de Sameiro
  

Iglesia de Santa Leocadia de Briteiros
 
Citania de Briteiros
 

Vista desde la habitación de Fafe


Edificios de estilo colonial brasileño
Cena en el restaurante brasileño de Fafe

Noche en la finca

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