Miércoles, 17/07/2019:
Ruta da Pedra e da Auga (Información de la ruta)
Cogido el gustillo al senderismo, escogimos una nueva ruta que no presentara excesiva dificultad. Tal y como se puede ver en el enlace anterior, la Ruta da Pedra e da Auga está clasificada como de dificultad baja. Lo único que no nos gustó mucho es que no se trata de una ruta circular, por lo que tienes que ir y regresar por el mismo camino, a no ser que alguien se quede y lleve el coche hasta el final para recogerte allí. Por lo demás, es una caminata muy agradable.
Nosotras partimos de la rotonda VG-4.2, en el concello de Ribadumia. Allí hay un puesto de información en el que una chica muy amable nos dio mapas y orientaciones para hacer la ruta. A pesar de todo, y como nos suele suceder, hubo un momento en el que no sabíamos muy bien por dónde tirar (menos mal que un paisano que nos observaba con cara de sorna, sin que le preguntáramos nada, nos dijo por dónde seguir). Nos pasó lo mismo en el punto en el que después de cruzar la carretera general perdimos las señales indicadoras (un conductor de autobús que esperaba a sus viajeros -esta ruta se incluye dentro del Camino de Santiago- nos orientó y pudimos seguir sin más problemas el resto de la ruta)
Os dejo aquí la galería de fotos y a continuación os daré una pequeña explicación sobre la ruta:
Nosotras partimos de la rotonda VG-4.2, en el concello de Ribadumia. Allí hay un puesto de información en el que una chica muy amable nos dio mapas y orientaciones para hacer la ruta. A pesar de todo, y como nos suele suceder, hubo un momento en el que no sabíamos muy bien por dónde tirar (menos mal que un paisano que nos observaba con cara de sorna, sin que le preguntáramos nada, nos dijo por dónde seguir). Nos pasó lo mismo en el punto en el que después de cruzar la carretera general perdimos las señales indicadoras (un conductor de autobús que esperaba a sus viajeros -esta ruta se incluye dentro del Camino de Santiago- nos orientó y pudimos seguir sin más problemas el resto de la ruta)
Os dejo aquí la galería de fotos y a continuación os daré una pequeña explicación sobre la ruta:
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Nada más comenzar la ruta |
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¿Y esa lengua? |
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Para el postureo, porque lo cierto es que aquí no se cruza el puente |

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Siempre caminando junto al río![]() |
Iniciamos la zona de molinos

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La Naturaleza y sus cosas: árbol creciendo en horizontal |
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Campesina en la aldea labrega |

Reminiscencias de mi infancia: el carro de las vacas
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Cerda amamantando a sus crías
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La reina de las aves nocturnas, el búho o quizá una "curuxa" (lechuza), nos observa
Seguimos caminando de nuevo junto al río

En algunos lugares se forman unas pozas muy apetecibles

Uno de los últimos molinos
Chus casi siempre va delante, así que de vez en cuando tiene tiempo para sentarse a descansar mientras espera por nosotras

Chus grabando un vídeo, pero hay que tener mucho cuidado con las raíces que sobresalen del suelo
Esta ruta recorre varios municipios. Como ya dijimos, empezamos en el de Ribadumia, en una zona en la que el bosque no es muy espeso y ocupa solo las orillas del río (de hecho, a la vuelta, pasamos bastante calor en este tramo... menos mal que al final hay un bar en el que pudimos refrescarnos con bebidas bien frías antes de coger el coche para regresar a Vigo). Una vez que se pasa la carretera general entramos en la zona de molinos, en concreto encontramos el conjunto de los Muíños de Barrantes, de los cuales el más interesante es el conocido como Muíño de O Con, ya que presenta un petroglifo, datado entre los siglos V y X, en una losa próxima. Se trata de varias cruces que se cree que se utilizaron para cristianizar el lugar.
Entramos luego en el municipio de Meis. Aquí se hallan los Muíños de Serén, ubicados en la ladera del monte conocido como Cabeza de Boi. En esta zona, y como se puede apreciar en la galería de fotos, han levantado una recreación de una "aldea labrega", que trata de escenificar la vida rural de Galicia a principios del siglo XX. Vemos la iglesia, el hórreo y diversas estatuas que representan campesinos o animales domésticos.
Siguiendo la ruta, el bosque se espesa: robles, alisos, abedules, laureles, avellanos, etc.. Los árboles se elevan hacia arriba (menos el que se ve en las fotos, que creció paralelo al suelo) mientras que en el sotobosque crecen helechos, musgos y diferentes tipos de hierbas.
Finalmente llegamos a la zona de mayor desnivel, en la que podemos ver los Muíños de Armenteira y numerosos saltos de agua. La ruta termina en el Monasterio de Armenteira, en cuyo exterior y en una zona de césped acabamos montando el pic-nic y echándonos una media siestecita al sol, hasta que nos vimos invadidas por dos hombres que se paseaban comentando las bellezas de la arquitectura del monasterio (tenían pinta de profesores y aunque después terminamos hablando con ellos, no sabemos si lo eran).
Monasterio de Armenteira
No os voy a dar la lata dándoos un montón de información sobre el monasterio, que podéis encontrar en su página web, muy interesante, por cierto. Solo un par de detalles que a nosotras nos llamaron la atención: la historia del abad que meditando sobre el más allá se quedó dormido en el jardín escuchando el canto de un pajarillo y se despertó 200 años después!!! Y el hecho de que la Virgen que está en el altar tiene un pecho descubierto para darle de mamar al Niño, al que sostiene en sus brazos. Hoy el Monasterio está habitado por monjas de la Orden del Císter que se dedican a hacer perfumes y jabones con las camelias que crecen en el jardín, además de a mantener una hospedería. Por consejo de los dos hombres antes mencionados, nos quedamos a escuchar durante un rato los cantos de la oración de la tarde. Espiritualidad pura...
Puerta de entrada al recinto del monasterio |
Fachada y torre de la iglesia y una de las puertas de entrada al monasterio |
Arcos y rosetón de la fachada de la iglesia, lo único que en realidad se conserva del antiguo monasterio |
La escultura de la Virgen que muestra un pecho al descubierto |
Vista del rosetón desde el interior |
Vista parcial del Claustro, iniciado en el siglo XVI |
Iniciamos el camino de regreso. Curiosamente, los dos hombres, que tenían el coche en el Monasterio, aparecieron por detrás y nos adelantaron: uno de ellos, que conocía la ruta, quería enseñarle al otro una parte, justo hasta una zona del río en la que, cruzando al otro lado, se podía volver en una especie de miniruta circular. Iban a toda velocidad y para nuestra sorpresa, nos estaban esperando en el punto de cruce del río para indicarnos que desde allí se podía volver. Muy amables, jejejeje.
Por desgracia, un día tan estupendo acabó mal para mí: en un momento dado sentí un dolor muy agudo en la rodilla izquierda, en la zona de bajada con mayor desnivel. Lo atribuí al cansancio, pero tras otra salida que hicimos tres días después, en la que al final apenas podía bajar por un camino del dolor tan intenso que tenía, fui al médico: un tiempo con pastillas de "cartílago de tiburón" y compresión con una rodillera bastante fuerte. Gajes de la edad jajajajaja.
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